No se que paso 1.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por bobadilla.
No sé qué paso 1.
A mi casa llego Adrianita la sobrina de mi mujer, ya su hermana, carolina había hablado con ella para que la niña pasara el fin de semana con nosotros, ella y nuestra hija además de ser primas son muy amigas, pues las dos tienen casi la misma edad 8 años, aunque Adrianita es mayor por tres meses, con esta nena yo la pasaba de maravillas le chupaba su cuquita le pasaba la verga por su rajita y muchas cositas deliciosas, la recibimos y a mí me toco mostrarle la habitación de nuestra hija que era donde se iban a quedar las dos, cuando la deje le dije al oído——– esta noche te visito y me voy a comer tu linda cosita, ella sonriendo me dice ——– si tío te estaré esperando ——-cuando mi hija llego de la escuela, muy efusivamente abrazo a su primita y contentas las dos se subieron a su alcoba, ya en la noche después de cenar y acostar las niñas nos acostamos, como a la hora mi esposa roncaba y pensé ……….
es el momento,,,,,,, me dirigí muy sigiloso y entre al cuarto de las niñas, y suavecito fui pasando mi mano por las piernitas de mi sobrinita y ella se dejaba pues ya estaba acostumbrada a eso cuando venía a mi casa, yo me arrodille al lado de la camita y la jale suavecito al borde y la deje atravesada baje su calzoncito y acaricie su rajita ella suspiro y puso su manita en mi cabeza como indicándome que se la mamara cosa que yo hice sin mucho ruego, comencé a pasar mi lengua por toda esa cosita linda y suave metía mi lengua muy adentro y jugueteaba con ella mientras ella me agarraba duro de mi cabeza y levantaba su caderita, abecés se le escapaban unos suspiros fuertes y yo rápidamente la tapaba su boquita para que no fuera a despertar a mi hija, después de un buen rato me puse de pie y tome mi Berga y se la sobe de arriba abajo por barias veces, hasta que se la puse en la entrada de su rajita cabe anotar que yo nunca avía intentado metérsela pero en esta ocasión estaba tan arrecho que dije ,,,,,,, solo la puntica,,,,,,, y empuje y mi sobrinita (pues sobrina de mi esposa), abrió su boquita y lanzo un suspiro tan cachondo que me hizo entender que le gustaba yo empuje despacio y la cabeza de mi Berga, se enterró en esa rajita seguí empujando y mi Berga entraba bien apretada pero entraba, yo empecé un mete y saca despacio, sacaba un poco y metía más de lo que sacaba y así luego unos que se yo calculo 15 minutos metiendo y sacando, se la metí toda si mi Berga estaba todita dentro de mi sobrinita que sensación más hermosa esa cuevita calientica apretadita y suavecita parecía querer arrancarme la Berga con sus suaves labiecitos vaginales, yo la tenía sujetada de su cinturita y me di cuenta que por supuesto no era virgen, ya que tres meses atrás era virgen porque le pregunte si lo era y ella me dijo —–si tío soy virgen, nadie me lo ha metido—- y en ese momento que me importaba eso la seguí cogiendo fuerte cada vez más fuerte, hasta que no aguante más y me derrame con todas mis ansias dentro de esta niña de tan solo 8 años unos meces mayor que mi hija que estando ay tan cerca seguía dormida, pegue mis tres últimas culiadas quedándome totalmente seco, muy despacio fui retirando mí ya flácido pene y la acomode de nuevo en su camita la tape con la cobija y mira a la que estaba al lado o sea mi hija y seguía dormida, tan silencioso como entre me Salí, me acosté al lado de mi esposa y
Me quede dormido.
Al día siguiente era sábado nos levantamos tarde, cuando yo lo hice ya tanto mi mujer como las dos niñas estaban en el comedor dispuestas a desayunar, yo llegue con una sonrisa de oreja a oreja y dije, —— buenos días familia linda, —– tanto mi esposa como mi hija dijeron —– buenos días papito, —— pero la invitada solo dijo —— no sé qué tienen de buenos —— no le dimos importancia al comentario desayunamos y cuando todos nos paramos la sobrinita se me acerco y sacándome la lengua me dice —– mmmmm, mentiroso dijiste que anoche ibas a jugar conmigo y no fuiste mentiroso, mentiroso mmmm —– ho por dios que está pasando,—— pensé yo.
Rápidamente volteo a mirar a mi hija y ella sonriente me miraba toda coqueta.
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