Noche inesperada l
Hola, quiero contar algo que me sucedió cuando era muy muy joven. Algo que me da morbo contar y quiero que sientan lo que a mí me paso. Disfrútenlo. .
Soy Orlando, un joven de 21 años. Soy del Norte de México, pero lo que les contaré me paso a los 11 años. Algo que jamás contaría porque me daba un poco de temor, pero cuando supe que no soy el único que le gusta el incesto, pues, decidí contarlo
Una noche después de cenar con mis padres en mi restaurant chino favorito terminamos y pasamos a dejar a mamá a su trabajo en el hospital ya que ella es doctora y ama mucho su trabajo y nosotros a ella por ayudar a la gente en estos tiempos de pandemia.
Llegamos a casa mi papá, mi hermano y yo. Le di un beso de buenas noches en la boca, de piquito, pues así nos acostumbró él y luego me fui directo a mi habitación porque no me sentía bien.
—¿Tienes algo, hijo?, ¿te sientes bien? —me preguntó preocupado.
—Tranquilo, pa. Estoy bien, solo me duele un poco la cabeza.
—Ok, está bien. Ve a recostarte. Yo más tarde voy a verte, campeón.
—Gracias, papi.
Llegué a mi habitación y me empecé a quitar la ropa para colocarme mi pijama de Capitán América, mi personaje favorito. Mi papi me lo compró. Como dejé la puerta entreabierta, sentí que alguien me miraba cuando me cambiaba, pero giré a mirar la puerta y no vi a nadie. Se me hizo súper raro, pero seguí y me subí a mi cama.
Antes de que papá se fuera a la cama, pasó a mi cuarto para ver como seguía:
—Hijo, ¿cómo te sientes?
—Papi, me siento caliente, siento frio.
—Ok, espera, deja colocar el termómetro y salgamos de dudas.
—¿Dónde lo coloco, papá?
—Pues, en la axila, hijo. No lo querrás poner en la cola, ¿verdad?, ja, ja. Eso era cuando eras más pequeño.
—Es que ahí es más exacto, ¿no, papi?, je, je. Eso decías tú.
—En lo que se toma la temperatura, necesito hablar contigo.
Le pregunté qué pasaba. Pensé que me había pillado viendo sus videos porno en la computadora, pero no sé, me dio temor. Él me dijo:
—Hijo, yo creo que tienes calentura porque seguramente te estás masturbando muy seguido.
—No, papá. No sé porque dices eso —contesté asustado.
—Tranquilo, hijo. Es normal que lo hagas, pero no debes de abusar de eso. Te cansas si lo haces en exceso.
—Papi, es que me da pena que hablemos de eso.
—¿Pena?, ¿por qué?, soy tu padre y puedes hablar conmigo de todo lo que quieras, nunca te juzgaré.
—Está bien, papa, toma el termómetro. ¿Sí tengo temperatura?
—No, hijo, es la temperatura normal.
—Pero me siento caliente.
—No creo que sea entonces que estés enfermo, entonces es otro tipo de calentura, hijo.
—Es que esta temperatura es de todas las noches, papi, cuando me la jalo, je, je.
—Hablando de esto, ¿tienes dudas con estos temas? Me puedes preguntar lo que quieras.
—Sí tengo una duda, papi, es que no sé si mi pene es normal.
—A qué te refieres, hijo, no entiendo.
—Sí, es que nunca he visto uno —le dije, sabiendo que era mentira, pues he visto las vergas de los hombres de los videos porno de mi papá en su computadora, pero no sé por qué le dije eso.
—Ok. Entiendo. Si quieres te reviso y te digo si está todo bien. Eso, si no te da pena enseñarme.
—Sí, papi, ayúdame a saber.
Estaba muy nervioso y emocionado de que papá me viera mi pene. Ya lo tenía súper duro y grande para mi edad. Hasta me dolía de lo duro. Me bajé el pantalón y…
—Campeón, ¡pero si la tienes parada!, ¿qué paso?
—Pues, debe ser la calentura que te digo de todas las noches.
Papá se agachó directo a mi verga, me bajó la trusa y me salió botando. Yo tenía la verga muy mojada, llena de pre-semen.
—Hijo, ¿te puedo tocar? Si te molesta, dime.
—Sí, papi, sin problema.
Él tomó mi verguita con sus dedos, la tocó e hizo el cuerito hacia abajo. Me salieron más gotas de pre-semen que le mojaron los dedos. Yo estaba muy nervioso, observando todo muy de cerca. Me tocaba los huevos para ver si estaba todo bien y a mí no me dejaba de salir pre-semen, gotitas que llenaban sus dedos.
—Todo normal, hijo, solo que huele muy fuerte; debes lavarte bien cuando te bañes.
—Sí, papá, lo que tú digas.
Él se puso serio, me subió la trusa y el pantalón y al levantarse se le veía un bulto ya grande. Yo quería ver esa verga de donde salí. Me preguntó si tenía alguna duda.
—Sí, tengo una duda más, ¿mi pene es pequeño?
—No, hijo, la tienes grande para tu edad, pareces caballo.
—Papá, ja, ja, qué cosas dices; los caballos la tienen grandota, ¿así la tienes tú?
—Pues, no es por presumir, hijo, pero tu padre está bien dotado, ¿te gustaría ver?
—No, me da miedo, papá.
—Tranquilo, hijo, es normal, pero es un secreto, no debes de decir nada de eso y mucho menos a tu madre, ¿estamos?
—Sí, papi, es nuestro secreto.
—Ok, pero si te molesta algo o no te agrada, solo dímelo, ¿ok?
Él se iba a bajar el pantalón, pero yo me acerqué y como él me lo quitó yo se lo quité; me puse de rodillas y bajé su pantalón y después su bóxer. Lo hice con fuerza y mi cara chocó con su verga que estaba semi erecta. Aun así, pude olerla.
—Papá, ¿ya la tienes parada?
—No, hijo, aún no, pero si la tocas mucho se puede poner dura.
Él cerró los ojos y empecé a hacer hacia atrás el cuerito para ver su cabeza. Le toqué sus huevos que era lo que deseaba hace años y ahora lo estaba logrando: ver la verga de mi papá ponerse dura y palpitante.
—Ahora sí, hijo, está parada.
Estaba muy dura y brillosa de la punta; yo la agarraba y tocaba toda. Hablaba con la punta muy cerca de mi boca, lo miraba desde abajo con su verga en las manos; la olí y le dije:
—La tuya huele bien, papi, muy rico.
—Gracias — respondió mi papi con una sonrisa.
Después dijo que ya se tenía que ir y le subí los bóxer acercando mi cara mucho a su pene duro. Mis labios alcanzaron a tocar un poquito la punta de su verga cuando subía sus bóxer, pero no dijo nada. Después subí su pantalón.
—La tuya también parece de caballo, papá: grande y gorda. —le dije.
—La tuya será así de grande, hijo. Cuando seas grande como yo será igual de peluda, es lo que más les gusta, créeme, a los nenes como tú.
zeusmx
CONTINUARÁ
Está buena, se pone interesante el relato…!!!
me gustó mucho el relato, espeor pronto leer la contrinuación
No manches te pasas me dajastes asi con una calentura que solo me la quite con una paja jejejeje 🙂 😉 🙂 😉
Me animé a registrarme finalmente a la página solo para poder comentarte. Te sigo desde hace tiempo en Twitter y me encanta lo que posteas. Qué bueno que al fin estés compartiendo esta historia con todos nosotros, resulta muy excitante. Ojalá pronto conozcamos la continuación.
hola mi estimado me encanto tu relato, soy amante de las historias de incesto entre padre e hijos, x favor sigue con la saga q nos mantienes calientes