Nos follamos a nuestras madres
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Amo.Kevin_bis.
¡Hola!, me llamo Pablo, tengo 18 años, camino de 19. Soy hijo único mis padres no son muy mayores, tienen 40 años, pero tienen un buen físico sobre todo mamá, está buenísima, más de un amigo me lo ha dicho, sobre todo Jesús, mi vecino, encima la muy guarra para hacerme sufrir se pone unas mallas ajustadísimas, que se le marca el chochito perfectamente y su culo…
Maravilloso no lleva bragas, la cabrona se pone tangas dejando a la vista sus preciosos carrillos, me tiene empalmado todo el día, pero claro, es mi madre y aunque quiero, joder como me la voy a follar, en fin, nuestros padres se llevan muy bien y como son vecinos, las visitas son muy frecuentes.
La madre de Jesús es un poco más mayor que la mía, creo que tiene 42 años, al contrario que mi madre siempre va vestida con chándal, rara es la vez que la ves con falditas cortas como mi madre y ponerse mallas, no digamos, es un enigma de tía pues la ropa que usa no nos dejo adivinar a mi amigo y a mi que clase de cuerpo tiene, aun así Jesús y yo nos matamos a pajas pensando en mi madre.
Desde muy pequeño, recuerdo que siempre nos bañamos juntos, mis padres y yo, contemplando sus cuerpos, pero desde que he cumplido los diecisiete, mi madre me pone siempre excusas si no está mi padre para bañarnos como antes.
No hace mucho nos estábamos bañando en la bañera que tienen mis padres en su habitación, es enorme y redondo, también es jacuzzi, mi madre me enjabonaba la espalda y mi padre a ella, luego me lo hizo por delante, empezó por el pecho, no se si se daba cuenta o no, el caso es que cuando pasaba su mano por mis tetillas rozando mis pezones mi nabo se me puso durísimo,- hasta ése momento, siempre había logrado controlarme-, tuve una erección tremenda y claro cuando mi madre me fue a enjabonar las ingles y me rozó la polla, se pegó un corte de cojones, retiró sus manos y me miró a la cara, la tenía de frente, contemplando sus pechos, le cogí la mano, debajo del agua y la acerqué a mi nabo, frotándola contra el, en un principio ella me lo cogió y me recorrió todo el tronco, mordiéndose los labios, iba a reventar y reventé, me corrí en su mano, debajo del agua, solté un verdadero torrente de leche, que flotaba en forma de grumos, pero la muy cerda retiró su mano, estaba colorada y meneó la cabeza en un gesto negativo, se la volví a coger y la restregué por mis testículos, pero ni siquiera abrió su mano, la retiró con fuerza, repitiendo el gesto negativo.
-Pablo ya te puedes secar, anda y, no vayas a coger frío, no era una orden pero. A mi pesar, -era como si me dijera, ¡hijo mío, a tomar por culo, tú ya sobras aquí! me puse el albornoz, de frente a mi madre, que me observaba -mi polla estaba flácida, pero aun así la tenía bien desarrollada, y me fui a mi habitación a vestirme.
Me quedé detrás de la puerta, espiando, quería oír lo que decían.
-¿Qué ha pasado?, decía mi padre. -Pues que nuestro Pablito, ya es todo un hombre, querido, al irle a enjabonar, me he encontrado con que estaba empalmado, me ha cogido la mano y le he tocado, se corrido enseguida. -¿Y se la has meneado?. -Si, para que se corriera y se fuera, pero, ¡Tú sabes el pedazo de rabo que tiene tu hijo, ¡ decía mamá, es tremendo, casi como el tuyo.-No jodas, dijo papá.
-Pues si, y antes de que se pusiera más burro, he preferido meneársela y que se vaya, joder menudo corte si se pone detrás de mi y me roza con ese nabo tieso en el culo, me hubiera puesto cachonda.
-Coño Mari, ¿con nuestro hijo? -Déjate de ostias, si le hubieras palpado el nabo como yo, no te sorprenderías tanto. -Me parece que eres un putón verbenero, dijo papá. -En eso tienes razón y basta de charla y déjame, que te como el cipote, tu hijo me ha calentado muchísimo.
Joder, al oír lo que decían, me sentí en cierto sentido orgulloso, después me entró una calentura enorme y empecé a menearme la polla mientras veía por el espejo como mi madre, le comía la polla y los huevos a mi padre, y cuando éste se puso detrás de ella y se la empezó a follar, me corrí en la mano, soltaba tanta leche que me la llené de semen y tuve que ir al otro baño a limpiarme.
En el cole se lo conté a Jesús, mi vecino que tiene 18 años como yo, es un colega que se enrolla; -Y no sólo eso, desde que teníamos 14 años, nos hacíamos las pajas juntos, incluso nos masturbábamos el uno al otro, no sé si será bisexualidad o no, yo creo que no, pues no se nos ocurriría hacerlo con ningún otro-.
El tío alucinaba con el relato del baño.
-Y eso no es todo, le dije, no sé que me pasa pero cada vez que me fijo en mi madre se me estira la picha a base de bien, viendo sus piernas o sus bragas cuando se agacha, esto se está convirtiendo en un deseo constante; Además mis padres no se cortan un pelo. El otro día, viendo la tele, mi madre le acariciaba la polla por encima del pijama, con disimulo, pero yo les vi,
-¡No jodas!, dijo Jesús excitado, ¿Le viste el bulto a tu padre? -Coño, claro que si, el otro día, por ejemplo, se tuvo que ir al baño y llevaba un empalme de cojones, al rato llamó a mi madre, me imagino lo que hicieron por que cuando salieron se le había bajado a mi padre, pero la muy zorra de mi madre venia lamiéndose los labios.
-Joder tío, eso es porque le hizo una mamado de cojones. -Ya te digo, y yo mientras, que me jodan, sufriendo y pelándomela como un mono, por culpa de ella, tengo callo en la mano, tío. -Cuando terminemos el cole, vamos a tu casa, nos calentamos con tu madre y nos hacemos una paja, tío la necesito, dijo Jesús en tono suplicante, me has puesto como un burro, -nos descojonamos de risa-, ¿vale tío? -De acuerdo, contesté.
Cuando salimos de clase, por la tarde, fuimos a mi casa, saludamos a mi madre con un beso.
– Mamá, la grité -estaba en la cocina- subimos a la habitación a estudiar, -vale cariño, ¿os preparo merienda? -Si, gracias tenemos hambre. -Ahora subo, gritó mi madre mientras subíamos por la escalera hacia mi habitación, sacamos los libros y los cuadernos, colocándolos encima de mi escritorio.
Al rato subió mamá con la merienda, -vamos chicos a comer, dijo.
Jesús se quedó gilipollas mirando a mi madre, llevaba una camiseta de tirantes y un pantalón de mallas blanco, Yo, me fijé como en su entrepierna, se le marcaba el bulto de su conejo, joder sí se la notaba perfectamente hasta la roja de su coñito, me fijé en sus tetas, se le marcaban los bultos de sus pezones. Al darse la vuelta nos regaló un primer plano de su precioso culo, se distinguían las braguitas muy pequeñas, volví a sentir esa oleada de gusto en mi pené. Vi a Jesús, se le caía la baba. Se sentó en el borde de la coma, mirándonos, venga que espero a que terminéis y retiro los platos paro que no estorben, nos dijo cómo si nada. Nos terminamos los bocadillos y las cocacolas, mi madre se marchó.
-Joder tío, no me extraña que estés que explotas tío, pero tu has visto como está tu madre? -¿Que te he dicho?. Está cojonuda. -Tío ¿tú eres gilipollas o que?, tu madre tiene un polvo de muerte, está buenísima, si pudiera me la follaba aquí mismo como a una puta. -Jesús, coño, que estás hablando de mi madre, córtate un poco ¿no? -¿Que me corte?, pero tío si me ha puesto la polla como un burro, se bajó la bragueta y se sacó el grueso miembro, completamente empalmado.-Mira, la tengo como una piedra, tócamela verás.
Se la cogí con la mano, – Joder tío parece de hierro, yo la tengo igual, Mira, y me la saqué, poniéndola al lado de la suya, – Colega tengo el nabo más grande que tú, le dije, y cogí una regla para medírmela, 18 cm, tío, a ver la tuya, -se la sujeté con una mano y puse la regla-, – Eeehhh, colega la tuya mide 17 cm. – Va, lo importante no es el tamaño tronco, lo que importa de verdad es que le des gusto a una tía. Y a tu madre, la destrozaría el chocho a pollazos. -Vale tío, no te pases, si tanto deseas a una tía, porque no te follas a tu madre. -Si, pero no esta tan buena como la tuya, además ya sabes mi madre no se pone esa ropa, lleva siempre un chándal que le está tan grande no pone caliente ni a un preso.
Se agarró la polla subiendo y bajando su mano, a cada movimiento que hacia su capullo se cubría y se destapaba, poco a poco se le fue hinchando y poniéndose morado.
-Oye no te aprietes tanto que se te pone morado el capullo, le estás cortando la circulación, dije riéndome. -Ja, Ja, Ja, Ja, se reía Jesús, que no tío, que se me pone así por el gusto que me da, y ahora estoy sintiendo un gusto tremendo, ¿por que no me acaricias los huevos y me ayudas?.
Le hice caso, -ya os he comentado anteriormente, que no era la primera vez, que mi colega y yo, nos acariciábamos la picha-, así que le sobé los huevos peludos, Me resultaba excitante notar los huevos de otro en mi mano, los míos, cuando me los tocaba sentía otra cosa, los seguí sobando mirando a la cara de Jesús, tenía los ojos medio cerrados y ponía cara de gilipollas, torciendo la boca, de repente me miró y dijo, acércate Pablo que me voy a correr, Mira ! como me sale la leche.
Me acerqué, hasta que estuve a pocos centímetros de su miembro, notaba el olor a polla, se le había puesto muy gorda. Ya me corro !, Ya me corro ! gritaba Jesús, de repente me cogió por la nuca y me empujó contra él, mi cara chocó contra su polla, y protesté, Pero que co… al abrir la boca me metió el capullo dentro y me sujetó la cabeza con las dos manos, empujaba, y cada vez me metía más cantidad de polla dentro de la boca, me rozó la campanilla y me entraron arcadas, hice fuerza con mi lengua queriéndomela sacar y al rozar su capullo….empezó a correrse, sentí su leche sobre mi lengua, le solía a chorros, no tuve más remedio que tragármelo para no ahogarme, al principio me dio mucho asco, pero después de saborearlo, me gustó incluso mi polla se empalmaba, notaba un gusto terrible en mis huevos, le bebí la leche que solía de su polla hasta que paró, luego me la saqué de la boca.
-¡Eres un hijoputa!, me has obligado a chupártela cabrón. -Ya, bueno, pero… ¿a que te ha gustado chuparme la picha eh?. -Pero a la fuerza no, hijoputa, me has obligado. – el caso es que me había gustado, pero no se lo iba a decir al cabrón de Jesús. -Bueno tío, gracias a ti, ya se lo que se siente cuando te chupan la picha, cuando te la he metido en la boca me imaginado que era a tu madre y no he podido evitar correrme, dijo riéndose. -Que te jodan gilipollas, le dije.
-Tío no te mosquees, que ha sido una broma. Y además somos amigos, o ¿no?. -Ya!, menudo amigo eres. -Mira para que veas que somos buenos amigos y lo compartimos todo, acércate que te la voy a mamar hasta que te corras, así estaremos los dos iguales, ¿vale? -Vale, es lo menos que debes hacer. Me acerqué, quedando mi bragueta a la altura de su cara, me la abrió, metió su mano y me sacó la polla afuera, estaba como una estaca.
-Joder tío, no me extrañó que se asustara tu madre, tienes una buena polla, decía mientras la contemplaba. -Tampoco es para tanto, mi padre la tiene más grande todavía, pero déjate de rollos y chúpamela, quiero metértela hasta los cojones como me has hecho tú.
Se tragó primero el glande, me bajó el pellejo con la lengua, lamiéndolo, luego me lo chupó saboreándolo, después me la mamó como si fuera un chupete, he de reconocer, que mi colega hacia unas mamadas fenomenales.
-Joder tío no sabe tu madre lo que se pierde, me dijo, con la boca llenos de hilos de saliva que se pegaban a mi capullo,- encima el cabrón, disfrutaba. -Venga coño, sigue mamando, le ordené, estaba que reventaba. Me volvió a sorber la polla, haciendo ruido, tenía la boca llena de saliva. -Acaríciame los huevos, macho.
Y según me los acariciaba, le cogí por la nuca, con fuerza y le metí todo el cipote dentro, hasta que sus labios chocaron en mis cojones. Jesús forcejeaba, pero yo le tenía bien sujeto y con los esfuerzos que hacía con la lengua para no ahogarse me provocó una eyaculación feroz, clavé mi polla todavía más en su garganta, mientras le daban arcadas y se le saltaban las lágrimas, yo seguía escupiendo semen en su garganta, no tuvo más remedio que bebérselo como había hecho yo, cuando terminé, me mandó a tomar por culo, dijo que le había hecho daño y se quejaba.
-Perdona tío, pero es que al ser la primera vez que me la maman, me he excitado un huevo, me imaginaba que era la puta de tu madre quien me la chupaba. -Vale tío estamos en paz, ¿no?.
-¿Amigos? y me tendió la mano. Rápidamente cogió la mía y se la llevó a su picha, y empezó a frotarse. -¡Macho!, pareces un mono, dije riéndome a carcajadas, -se nos había pasado el mosqueo-.
-Tío tenemos que idear un plan para follar con ellas. -Follar, ¿Con quién? -Con nuestras madres, coño, ¿Con quién va a ser? -Si pues no se como, como no ocurra un milagro, me dirás, no vamos a proponerlas echar un polvo, así por las buenas. -No jodas, tío, nos mandarían a tomar por culo.
-¡Mira!, viene tu madre, dije al ver a Julia a través de la ventana. Terminamos la tarea, y recojamos.
-Me voy tío, dijo Jesús, piensa un plan para lo que hemos hablado antes. -Ya veremos. De momento nos seguiremos matando a pajas.
Bajamos por la escalera, sin hacer ruido, y oímos como jadeos en el salón. Nos interrogamos con la mirada, bajamos de puntillas, nos tumbamos en el suelo y miramos por la puerta. Lo que vimos nos dejó de piedra. Juli, la madre de Jesús y mi madre, estaban en pelotas en el sofá, le estaba comiendo el chocho a mi madre, se pellizcaban los pezones y se besaban en la boca, cambiaron de postura a un 69 y se devoraron el chocho las dos. Nos miramos con cara de gilipollas, ¿nuestras madres eran tortilleras o que?.
Seguimos mirando, tumbados, mamá se acercó a un mueble y sacó un pene de plástico, enorme, y se lo ajustó con unas correas a su entrepierna, Joder!, mi madre parecía un travesti…, se colocó por detrás, entre las piernas de julia…y se lo metió en todo el chocho, Juli berreaba de gusto, la muy puta estaba disfrutando, Vaya cuadro, dos tías, súper buenas, follándose la una a la otra, y nosotros
¿Qué?, Julia, se mordía la mano, para ahogar los gritos mientras se corría. Mi madre, hincándole por detrás el consolador como una loca. Se cambiaron el consolador.
-¿Por los dos?, la preguntó a mi madre. – Ssssiii, Clávamelo en los dos agujeros.
La escena, era impresionante, mi madre, espatarrada en el sofá. Julia entre sus piernas, hincándole la polla de goma en el coño y en el culo, alternativamente. Aquello era demasiado, a partir de entonces, nuestras madres, se convirtieron en una obsesión para nosotros. Inconscientemente, mi mano agarró el miembro de Jesús, meneándolo con rapidez, miré a nuestras madres y la escena era tan caliente, que me agaché y me puse a chuparle la picha hasta que se corrió en mi boca. Luego, le tocó el turno a mi colega, de vez en cuando, paraba de chupármela para mirar lo que hacían ellas y continuaba con la mamada, hasta que me corrí en su boca. Justo cuando terminaba de correrme, lo hizo mi madre también, nos quedamos en el suelo como dos capullos, viendo como se vestían y a la vez se besaban en la boca.
-Coño tío ¿no pedías un milagro?, me dijo Jesús, pues ya lo has tenido. -¿Que vas ha hacer? -De momento nada, pero mañana viernes, que solo tenemos colegio hasta las tres, verás como nos follamos a estas putas, las haremos chantaje con decírselo a nuestros padres y no van ha tener más remedio que tragar. -Si sobre todo tragar, dije, y nos partimos de risa.
Al día siguiente contamos las horas desesperados, por fin llegó la hora de salir, y nos fuimos los dos a mi casa, la madre de Jesús, sale a las cuatro y él come con nosotros pues mi madre trabaja solo hasta las dos, según llegábamos a casa íbamos trazando un plan; nos poníamos calientes solo con pensar lo que podía pasar.
Saludamos a mi madre, la di un beso y nos sentamos a comer, ya estaba la mesa puesta.
-¿Que tal el estudio?. ¿Tenéis mucho para estudiar?, preguntó mi madre.
-No, solo un par de materias, los haremos enseguida, -Jesús, me dio una patada por debajo de la mesa para que hablara con mi madre. -Oye mamá, tenemos un problema y pensamos que nos puedes ayudar, empecé a decirle. -Bueno si creéis que puedo ayudaros, lo intentaré, dijo toda inocente.
El caso es que, joder! no sabía como decírselo, me daba corte-, Jesús se adelantó, lo que Pablo quiere decirte, es que, ayer os vimos a ti y a mi madre, mientras os hacíais un bollo.
Mamá se puso pálida, -no sabéis lo que decís-.
-¿Que no sabemos?, la dije, pero si os vimos mientras os metíais ese consolador que guardas en el mueble.
Mamá se puso de todos los colores, tartamudeaba.
-¿Y que, que…pretendéis hacer?. -Hombre pensamos que seria gracioso que nuestros padres se enterasen, dijo Jesús.
Se puso colorada, y nos miró a los dos, no se os ocurrirá -gritó-.
-No, no, tranquila Mari, dijo Jesús, echándole morro al tema, no vamos a decir nada a cambio de… -A cambio de ¿qué?, preguntó mi madre ansiosa, mirándole a la cara.
Jesús, no dijo nada, pero con su mano la empezó a acariciar la pierna subiendo por el muslo -llevaba una faldita esta vez-. Ella le retiró la mano bruscamente, ¿os habéis vuelto locos?, decía.
-Piensa lo que quieras, pero si no haces lo que queramos nos chivamos, insistió Jesús. -¿Lo sabe tu madre? -No, todavía no hemos tenido tiempo de hablar con ella, además preferimos – y me miró- empezar contigo, luego ella y después ya veremos.
Mamá empezó a llorar, no me lo puedo creer, decía, ¿serías capaz de decírselo a tu padre?, me miró con los ojos llenos de lágrimas.
-Lo siento mamá, pero es la única forma que tengo de aprovecharme, tú eliges, nos vamos a mi habitación y te lo piensas, si subes es que aceptas, si no atente a las consecuencias,
Que hijoputa soy, disfrutaba haciendo sufrir a mi madre, pero ante todo la deseaba, ahora más que nunca, nos levantamos y nos fuimos a mi habitación.
-¿Crees que subirá?, le dije a Jesús. -No tiene más remedio, luego verás como disfruta la muy putita, vamos a esperar.
Efectivamente, a los 15 minutos, subió mi madre, todavía lloraba, nos miró a la cara, y dijo:
-De acuerdo, pero que conste que sois unos hijos de puta, sobre todo tú Pablo, eso no se le hace a una madre.
Jesús y yo nos miramos con cara de triunfo. Ssssi, lo habíamos conseguido y las lágrimas de mi madre me importaban un huevo, lo que más necesitaba era calmar la calentura que sentía.
-De acuerdo, dijimos los dos, y se sentó en medio en la cama.
Jesús, la sujetó por los hombros y la atraía hacia su cara: ven putita verás como disfrutas, le dijo y se lanzó sobre su boca, comiéndole los labios, metiendo su lengua dentro de la boca de mi madre, me quedé mirándola, mamá tenía los brazos caídos, se dejaba hacer como una muñeca.
Le levanté la falda y le quité las bragas, acariciando su precioso culo, Jesús le sobaba las tetas, pellizcándole un pezón, metí mi mano por la raja de sus nalgas. Se tumbó en la cama, yo le aparté las nalgas y le puse el culo en pompa, contemplando su chochito, el objeto de mi deseo, le vi el ojete y se lo lamí -noté como temblaba con mis caricias- seguí lamiéndole el culo, metiendo mi lengua dentro y moviéndola, mamá empezaba a reaccionar, jadeaba y movía el culo contra mi cara. Me separé y vi la mano de Jesús (que no perdía el tiempo), como le escarbaba el chochete, metiendo dos dedos en su vagina, comenzando un mete-saca con ellos, mi madre gemía, la muy güarra empezaba a disfrutar.
La puso de lado y por detrás le dijo: vamos zorrita levanta la pierna para que te la pueda meter, ella se dejaba hacer, aproveché al verla espatarrada para lamerle la jugosa vulva, le pasé la lengua por toda la raja, mamando los labios de la vulva y le mordí el clítoris, mi madre gemía con mis lengüetazos, le cogí el nabo a Jesús y se lo arrimé a la entrada del coño, el empujó y contemplé como su polla, se iba metiendo poco a poco dentro de su vagina, mi madre empezó a mover las caderas follándose el cipote de Jesús, cada vez más deprisa hasta que tuvo un orgasmo, Mi colega le mordía el cuello mientras le susurraba: Muy bien putita, ¿te ha gustado mi nabo?, seguía llorando, aunque no lo desease, no se pudo aguantar, Jesús aguantaba sin correrse todavía.
-¿Que te parece la muy zorrita?, Ehhh ¡Pablo, has visto como se ha corrido, ya te dije que iba a disfrutar.
Sacó su miembro y volví a lamerle la almeja. Bebiéndome los jugos de la corrida de mi madre, provocándole más gemidos. Me puse delante de su cara, -sus lágrimas seguían saliendo, pero menos-, apuntándola con mi rabo:
-Chúpamelo, le ordené y se metió el capullo en la boca.
La mamaba de locura era una experta, me lamió los huevos para luego recorrer mi tronco, volviendo a tragarse el glande, Jesús le embistió el coño por detrás, cabalgándola de nuevo, lanzándolo sobre mi polla.
-Oye Jesús, ¿por qué no la hacemos un sándwich?, le dije. -Cojonudo tío, a tu madre hay que saborearla a base de bien, está buenísima.
Me deslicé debajo de ella y le clavé mi picha en el chochito, hasta adentro, Jesús por detrás, le ensalivó el ojete, apuntó su capullo y la ensartó hasta las bolas, mi madre no se quejó, al contrario, soltó un gemido de placer. Comenzamos a joderla al mismo ritmo, mientras él la sacaba yo se la hincaba con fuerza y viceversa. Ella, que hasta entonces había permanecido callada y pasiva, dejó de llorar y me empezó a acariciar, lamiendo mis tetillas, mordiéndome los pezones, me daba un placer desconocido para mí, hasta que no aguantó más y explotó.
-Sssiiiiiii, cabrones, jodedme fuerte, rómpeme el culo Jesús y tú hijo follame el chocho muy fuerte, ohhh, como siento vuestras pollas dentro de mí. La muy putita estaba disfrutando de lo lindo y gritaba de placer como una perra en celo-, moviendo su cuerpo, invitándonos a joderla con fuerza.
Jesús fue el primero en eyacular, lo hizo dentro de su culo, mi madre tuvo otro orgasmo, yo le embestí un rato más el chochete y cambié de postura. La puse a gatas, y por detrás de ella vi su ojete totalmente dilatado por Jesús, no pude resistirme y se la clavé, me tumbé en su espalda, enrosqué mis piernas en las suyas, como si fuera un caballo. Comencé a darle por culo de una manera salvaje, moviendo las caderas cada vez más deprisa hasta que logré que se corriera otra vez, estuve un poco más taladrándole el ojete y luego tumbado boca arriba me coloqué encima de su cara y le dije:
-Te voy a follar la garganta mamá, quiero ver como te comes toda mi polla. -Si mi cielo, mamá está deseando beberte el cipote. Definitivamente, gozaba con nosotros.
Le puse la cabeza, al borde de la cama, colgando, y se la introduje en la boca lentamente, noté como mi glande rozaba la campanilla y seguí perforándola, hasta que mis huevos chocaron contra sus labios, tenía el cuello abultado por mi polla según entraba en su garganta, así que, me tumbé sobre ella que alzó sus piernas y mientras le devoraba el chumino… movía mi culo, metiendo y sacando mi polla de su garganta, el roce de mis cojones en su cara hizo que eyaculara, me levanté y vi que su cuello se abultaba cada vez que mi polla soltaba chorros de leche, me corría como un cerdo y movía mis caderas rozando los testículos por su cara provocándome una corrida monumental.
Ella me bebió la polla y volvió a correrse, cuando se me encogió la saqué de su boca y Jesús ocupó mi lugar metiéndole el miembro de nuevo, follando su garganta mientras mamaba de sus pezones y yo le chupaba el clítoris, ella, al rato, volvió a correrse y Jesús también inundado su garganta de leche que se volvió a tragar. Contemplar la follada de Jesús, hizo que me empalmara de nuevo, así que, le pedí a mi madre que me hiciera una paja y me derramé sobre sus tetas y su cara. Jesús y yo le limpiamos después el semen con nuestras lenguas, y nos recostamos en la cama, estábamos destrozados los tres.
-Me habéis hecho muy feliz, cabrones, ¿Dónde habéis aprendido a follar así?…me habéis dado un placer que no conocía y me parece que a partir de ahora en adelante nos lo vamos a pasar de cojones, nos dijo mi madre besándonos en la boca y dándonos las gracias, se levantó, nos miró y preguntó: -Ahora ¿qué vais a hacer? -Recuperarnos y dentro de un rato vamos a follarnos a la putita de mi madre, dijo Jesús. -Me gustaría estar presente, dijo mi madre para nuestra sorpresa. -No mamá, dije yo, tú has tenido tu parte, ahora le toca a Julia, más adelante os joderemos a los dos a la vez, miré a Jesús. -Hombre claro, dijo riéndose.
Nos dirigíamos a su casa -el chalet de al lado-, Jesús me decía,
-Joder con tu madre tío, folla de maravilla, has visto como le penetraba el chocho con la polla, ha sido mi mejor sueño. -Y su ojete ¿qué?, comenté yo, calentito y estrecho, joder tío me estoy empalmando de nuevo. -Resérvate tío, que ahora le toca a mi madre. -Lo estoy deseando, con esos morritos que tiene, tu madre tiene que hacer las mamadas de muerte, tiene los labios para eso.
-Vamos a ver como va vestida, seguro que la pillamos en chándal. -Me es igual, la voy a joder de todas formas. Llegamos riéndonos, estábamos excitados, deseando ver que pasaba con Julia, a ver como reaccionaba, Jesús abrió con su llave. -Hijo, estoy en la cocina, nos gritó.
Entramos y… i Sorpresa!, iba vestida con una faldita por encima de sus rodillas, con una rajita que la llegaba hasta medio muslo, era el uniforme de trabajo -Juli, trabaja en unos grandes almacenes, en turno de mañana-
-¡Hola! muchachos, dijo y nos dio un beso, voy a cambiarme y os preparo algo de merienda. -No, espera mamá, tenemos que hablar contigo. Estaba serio. -¡Ay! Hijo no me preocupes. ¿Pasa algo malo? -No tranquila, ven siéntate -nos sentamos en la mesita de la cocina, uno a cada lado de ella-.
-Bueno, cuéntame, me tienes intrigada.
Y le soltó el rollo, igual que a mi madre. Según se lo contaba pude ver como se ponía roja como un tomate.
-¿Y que pensáis hacer? ¿ no seríais capaces de decírselo a vuestros padres?. ¿Qué ha dicho tu madre?, Preguntó mirándome.
-Todavía no hemos hablado con ella, preferimos hacerlo contigo primero, luego iremos a mi casa -mentí como un bellaco, me daba más morbo-. -¿Y qué habéis pensado? -Pues…o nos dejas disfrutarle… o ya sabes, hablamos con ellos. -Pero… estáis locos, -estaba pálida-, Jesús soy tu madre, ¿cómo te atreves a hacerme chantaje? -No es chantaje, mamá, solo aprovechamos la situación, dijo con todo el cinismo.
-Entiéndelo Juli, llevamos mucho tiempo matándonos a pajas por vuestra culpa, bueno sobre todo por mi madre, nos calienta un montón con la ropa que lleva, en cambio tú, siempre con chándal… pero ahora al verte así, con faldita, me estoy empalmando.
Mientras hablaba le fui acariciando la pierna, subiendo por sus muslos, me acerqué a su cara y la besé por la nuca, olía deliciosamente a perfume, noté como se le ponía la carne de gallina. Jesús le desabrochaba la blusa, y ya la había sacado una teta al aire, mamándole un pezón.
Juli, echó su cabeza hacia atrás y la besé en el cuello, en la barbilla, su cuerpo se estremecía, deslicé mi mano debajo de su falda, hasta llegar a sus braguitas, las tenía tan pegados a su coñito que notaba la rajita, se la acaricié con la mano, intenté llegar a su chochito, pero me costaba, sus muslos eran gorditos y tenía las piernas un poco cerradas. Le lamí los labios y metí mi lengua en su boca, ella me entregó la suya y nos enroscamos intercambiando nuestra saliva, besándonos apasionadamente, me acerqué a su oído y mientras le mordía el lóbulo de la oreja le susurré:
-Ábrete de patas, guarrita, déjame que te sobé el chochete, ella gimió al oírme (al igual que con mi madre, el lenguaje obsceno, la ponía cachonda).
Muy obediente se espatarró dejándome el paso libre, le sobé el chocho con la palma de la mano, lo tenía chorreando, noté como su mano me acariciaba el pene por encima del pantalón, Jesús seguía mamando sus tetas y metió la mano entre sus piernas, entre los dos le sobamos el chocho a placer, Juli, no decía nada, jadeaba, dejé que mi colega le acariciara el clítoris, metiendo dos dedos en su vagina.
-¿Te gusta?, putita -le decía Jesús-. -Me encanta, tengo el chochito chorreando. Le sacó los dedos empapados de flujo, y se los metió en la boca. -Chúpamelos zorrita, así sabrás como te sabe el chocho, aunque tú ya lo sabes, ¿No?. Susurró mientras le mamaba los dedos.
Mi polla iba a reventar los pantalones, me puse de pie y me los saqué junto con los calzoncillos -Jesús me imitó-, nos acercamos a ella, nos miró el rabo, y me lo empezó a mamar mientras masturbaba a su hijo, se alternaba, luego se la chupó a su hijo y a mí, me la meneaba.
-Chúpame los huevos, putita, decía y ella se los devoró, se los metió en la boca y estiraba de ellos.
-Esperad, -dijo de pronto-, vamos a la cama, allí estaremos más a gusto. -Eso me gusta mamá, dijo Jesús dándole un cachete en el culo, que te portes como una buena golfa. -No me queda más remedio, ¡So cabrón! y además me habéis puesto muy caliente.
Subimos por las escaleras y yo me agaché mirando debajo de su falda para verle las bragas.
-¡No seas gilipollas Pablo!, -me dijo-,ahora me despeloto y me verás mejor, no te vayas a tropezar, a pesar de ello, le contemplé el trasero, tenía el culo más gordo que mi madre, y las piernas también, estaba más rellenita -mejor, me iba a joder a una gordita-.
Nos tumbamos en la cama Jesús y yo, observando como se desnudaba, al quitarse el sujetador le saltaron los pechos, tenía dos globos bien gordos, la aureola era más oscura que la de mi madre y sus pezones estaban duros, de punta, parecían deditos. Se bajó la falda, quedándose en bragas estaba un poco rolliza, la tripita le colgaba un poco por encima de las braguitas y sus muslos parecían dos columnas – joder, por eso se ponía chándal, para disimular-. Mi calentura aumentó al ver su cuerpo rollizo, me excitaba más que mi propia madre. Se quedó con las braguitas y los zapatos de tacón, ¿me desnudo del todo?, o ¿me quedo así?, ¿cómo una putita? dijo fijando la vista en nuestros rabos totalmente empalmados.
-Mejor así, le dije, con esa pinta me gustas más, gírate para que podamos verte el culo, obedeció, nos dio la espalda y movió su culazo, me quedé extasiado contemplando su gordo culo. -Joder tío, le voy a reventar el ojete a tu madre, le dije a Jesús. -¡Nooo! por el culo no, soy virgen, nunca me han dado por el culo y me harías daño. -Mejor si eres virgen, más vamos a disfrutar, verás como luego te gusta, anda acércate y chúpanos la polla, so zorra.
Se arrodilló al lado de Jesús y le empezó a comer la polla, mamándole el glande, yo me puse detrás de ella, le aparté las braguitas y le miré la almeja, chorreaba líquidos y le corrían por los muslos, la muy puta estaba caliente de verdad, vi su clítoris inflamado y se lo atrapé con los labios dándole una mamadita, Julia me daba culazos en la cara, gemía y jadeaba la muy cerda, Jesús le ordeñaba las tetazas mientras contemplaba a su madre chuparle la polla, le estaba lamiendo los huevos otra vez, le recorrió el tronco con la lengua, llenándolo de saliva, subió hasta el capullo, le escupió saliva, le restregó con la mano y se lo tragó, volviendo a mamar como un niño de pecho, la verdad es que la madre de Jesús, sabía mamar pollas como una profesional, me cambié de sitio con Jesús, y le ofrecí mi nabo, se tiró a por él y me lo devoró entero.
-Tranquila, Juli que no te lo voy a quitar, le dije, estaba ansiosa. Y volvió a lanzarse sobre él dándome una mamada de muerte. -Túmbate de lado que te lo voy a meter, le dije. -Sssiiii, jódeme, la estoy deseando dentro.
Me puse detrás, Jesús le levantó la pierna, me sujetó el miembro y lo apoyó en la entrada de su almeja, se la clavé de un golpe, dio un gritito y comencé a bombearla despacio, quería sentir cada rincón de su chochete en mi rabo, ella también movía el culo en círculos y me daba un gusto terrible.
-¿Que tal?, Me preguntó Jesús. -Jode de maravilla, colega, mira como le clavo la polla, tiene el chocho ardiendo y encima me mueve el culazo, tu madre jode de muerte tío, se nota que tiene experiencia.
-¡Aahhh! Me encanta como me jodes Pablo, sigue así cabrón, híncame tu polla en el chocho, ¡Ooohh! ¡Ummm! Que gusto me estás dando cariño, me corrooooo.
Gritaba como una cerda mientras se corría, aceleré mis embestidas y eyaculé en su chocho soltando chorros de leche, apoyé mi capullo en su vulva mientras seguía eyaculando, cuando terminé, tenía la vulva pringosa y mi semen se le salía por el agujero de la vagina. Jesús la puso boca arriba y le echó las piernas para atrás, yo me puse encima de su cara, la cogí de los tobillos y tiré de ellos hacia mí, haciendo que su culo se levantara, le abrí las piernas todo lo que pude.
-Joder tío, vaya agujero que le has dejado, tiene la almeja totalmente abierta, decía Jesús. -Deja de mirarme el chocho y jódeme, gilipollas, que me tienes ardiendo, necesito otra polla dentro de mí, le dijo su madre.
Apoyó su cipote en el agujero y con un movimiento de culo, vi como se la clavaba hasta los cojones, no tuvo ninguna dificultad, ya estaba dilatado y lubricado con mi leche, mezclada con sus jugos, Juli berreó de gusto cuando sintió a su hijo penetrarla, empezó a bombearla con fuerza, los labios de la vulva se le inflamaban. Le restregué mi picha flácida por su boca y nariz, pringándola con restos de semen.
-Chúpamela putita, pónmela tiesa de nuevo, abrió la boca y empezó a engullirme el nabo cada vez más, cuando llegó a mis testículos, abrió más su boca y se tragó mis cojones, ¡Tenía todo mi aparato dentro de su boca!, Volviéndome loco con la chupada que me estaba dando. -Ostias tío, mira, la golfa de tu madre, se ha tragado mis genitales me está dando un gusto terrible. -Que zorra es, decía Jesús, luego me lo comes a mí, ella movió la cabeza asintiendo mientras me chupaba la polla, que empezaba a estirarse y ella se ahogaba, no podía con todo en la boca y se la sacó, mi polla daba saltos hacia arriba mientras me volvía a empalmar.
-Chúpame el culo, le pedí, me abrió las nalgas con las manos y me lamió el ojete, pasándome la lengua por el ano, luego metió la punta y yo grité de placer. -¿Qué te hace la putita esta, Pablo?.
-Ooohhh, tío me está comiendo el ojete la muy golfa, me va a matar de gusto, dije jadeando.
Jesús aceleró sus embestidas y empezó a correrse, primero dentro luego, se la sacó y le salpicó el ojete y la vulva. Su madre se corría también dando gritos ahogados contra mi culo, la muy guarra me clavó los dientes en la nalga. Le solté las piernas que cayeron sin fuerza en la cama y se quedó tumbada, jadeando sin fuerzas.
Aproveché para colocarme entre sus muslos, levanté de nuevo sus piernas, Jesús se las cogió igual que yo, alzó su culazo y me dejó el ojete sonrosado ofrecido, ¡Coño! La madre de Jesús tenía un culo digno de ser follado-, le restregué el semen de su hijo por el agujerito de su ojete y la escupí varias veces formando un charco de saliva, empecé a meterle un dedo para lubricárselo, como vi que se le abría el ano, le metí dos dedos, hasta dentro arrastrando mi saliva con ellos y empecé a dilatarlo.
Juli levantó un poco la cabeza:
-No por favor, me vas a hacer daño, jódeme el coño de nuevo, -decía intentando persuadirme-, mira que abierto lo tengo además lo tengo hinchado por vuestras folladas, pero el culo no, por favor.
No le hice ni puto caso, apoyé mi rabo en el ojete y apreté, entró el capullo sin dificultad, hice fuerza y su esfínter se cerró, atrapándome el glande.
-No por favor, Pablo me duele, se quejaba. -Te jodes, relájate y ábreme el ojete, para que pueda darte por culo guarra, y apreté logrando meter unos centímetros más.
Seguía quejándose, de que le hacía mucho daño que me saliera, joder no paraba de quejarse la tía-.
Jesús le dio un pequeño cachete en la cara.
-¡Cállate, coño!, Abre el culo y déjate joder de una vez.
La ostia surtió efecto, sollozando se relajaba y noté como su ojete se abría facilitándome la penetración, al final le encajé la polla hasta que mis cojones chocaron contra su rabadilla, me quedé parado un rato, pués seguía llorando y quería que se recuperase y se tranquilizara. Pero nada, Julia seguía soltando lágrimas.
-Joder mamá, ¿tanto te duele?, la preguntó entonces su hijo.
Entre sollozos dijo:
-No hijo mío, si ahora lloro agradecida, por el gusto que me está dando sentir su polla en mis entrañas, lloro por que tu padre nunca me ha jodido de esta manera y siento que me he perdido mucho placer, y rompió a llorar de nuevo. -Joder tio, no hay quien entienda a las mujeres, primero llora de dolor y ahora de felicidad, son la pera… Anda y rómpele el culo, que luego me la follo yo, me animó Jesús. -¡Y tú zorrita! -añadió-, deja ya de llorar y trágate el paquete, igual que le has hecho a Pablo.
Comencé a joderme su ojete, metiendo y sacando mi polla, sin prisas, sujetando sus grandes carrillos, que golpeaban contra mi vientre, me ponía super cachondo su culo gordo.
Empezó a tragar centímetros del cipote de mi colega, y cuando llegó a los huevos se los metió también, comenzando a mamarle los genitales como a mí, Jesús tenía los ojos cerrados, disfrutando la mamada de su madre, su cuerpo temblaba de gusto. Por mi parte, seguí disfrutando con el culo de su madre, lo sentía más caliente que su chochete, además, era más estrecho, y eso, me producía un placer indescriptible, aguantaba mi ganas de correrme, quería hacerlo en su garganta, como se lo había hecho antes a mi madre. Cuando me harté de darle por culo, cambié mi posición con Jesús, acercamos a su madre al borde de la cama, con la cabeza colgando un poco.
La miré, y la dije: Juli, te voy a hundir el nabo hasta el estómago, quiero ver como se hincha el cuello mientras te la meto en la garganta, y luego voy a eyacular dentro de ti.
-Muy bien Pablo, estoy preparada, dame tu leche, necesito beberte la polla contestó, la viciosa.
Jesús se metió en su culo sin problemas se lo habia dejado muy abierto y comenzó a bombearla con fuerza, escarbando dentro del culo de su madre con energia. Comencé a meterle el cipote, poco a poco, noté que rozaba su campanilla y seguí profundizando en su garganta, al momento vi como su cuello se hinchaba según metía el rabo, hasta que mis huevos tropezaron con sus labios, le estrujé una teta y le pellizqué un pezón, estirándoselo.
Jesús seguía jodiendola apretando con fuerza, cada vez que le incrustaba el cipote y Juli, se corrió, gritando sobre mis huevos, me eché encima de ella y recosté mi cabeza en su tripa caliente, como tenía los pies apoyados en el suelo sólo tenía que mover el culo para follarle la garganta, así que, comencé mi mete y saca, hincando mi polla con fuerza, quería llegarle al estómago, se que es imposible, pero estaba tan salido que se la hundía con fuerza intentándolo-, tenía la cabeza completamente colgando y notaba su cuello en mi vientre hinchándose con mis embestidas, aguanté un rato más y luego me puse tieso sintiendo como se endurecían mis cojones preparándose para eyacular, vomité chorros de leche en su garganta, Juli se los bebió, jadeaba, pues notaba como solía el aire por sus narices contra mis huevos, cuando se vaciaron y se la saqué.
Julia aprovechó para dar grandes bocanadas de aire.
-¿Preparada?, preguntó su hijo. -Si hijo mío, dame tu leche también, y empezó a penetrarla, cuando la tuvo toda dentro, comenzó a follarla.
Me puse entre sus piernas y vi sus agujeros abiertos igual que se los habíamos dejado a mi madre, tenía el chocho chorreando jugos, se los bebí, luego le mamé el clítoris y le chupé la vulva hinchada, metiendo mi lengua en el agujero de su vagina, provocándole un nuevo orgasmo, restregándome el chocho por toda la cara, me la puso perdida de jugos. Al rato Jesús empezó a eyacular en su garganta y Julia le bebió la polla hasta la última gota, cuando se la sacó la tenía morcillona, su madre estaba agotada respirando con fuerza.
-Ahora hay que limpiarla,- le recordé a Jesús-. ¡Coño! es verdad, ya no me acordaba. -¿Qué me vais a hacer? -¡Calla!, putita, ya lo verás.
La acompañamos hasta la bañera, se metió dentro. Sujeté mi picha y apuntando a su coño le solté unos chorros de pis, luego apoyé mi glande en el agujero de su culo y se lo llené, Jesús hizo lo mismo, la muy guarra temblaba mientras la meábamos. En mis tetas, por favor, mearme las tetas, gritaba la muy cerda, la orinamos hasta que nuestras vejigas se vaciaron. Mientras se bañaba, nos tumbamos en la cama para descansar.
-Quién iba a imaginar que nuestras madres eran tan viciosas, ¿ehh?. Le dije a Jesús mientras nos reíamos.
Me vestí, me voy a casa ya nos veremos, hasta luego.
-Hasta luego me dijeron los dos. Entré en casa, mi padre no había venido todavía. -¿Y Juli, que tal hijo?, preguntó ansiosa mi madre. -Cojonudo, respondí, nos la hemos follado hasta reventar. -Vale, pero ¿cómo empezó? ¡No!, espera, ahora me lo cuentas, voy a hacer pis.
Me levanté de un salto, te acompaño mamá, ardo en deseos de ver como sueltas tu chorrito.
-Pero hijo, ¿ni siquiera voy a tener intimidad? -¡Nooo! putita mía, le dije mientras la daba un cachete en el culo, tu intimidad es ahora mía. -Eres un cabrón, pero muy delicioso me dijo sonriendo, me cogió la mano. ¡Anda!, ven conmigo y me ves hacer pipi.
Subimos a su habitación y fuimos a la bañera directamente, me despeloté y me metí dentro, mi madre iba a hacer lo mismo, pero la detuve.
-¡Déjate las bragas!, apártatelas y suelta tu chorrito, me da más morbo. -Desde luego cariño eres un degenerado. -¿Y tú mi zorrita, o no? le pregunté acariciándole una teta. -Si Pablo, soy tu putita.
Se puso en cuclillas en el borde de la bañera, me acerqué para verlo mejor, se apartó sus braguitas, dejando su chochito al descubierto, me coloqué boca arriba, debajo de ella, no quería perderme detalle.
-Mamá se te abre el ojete. -Natural, estoy haciendo fuerza, me dijo.
Veía su ano abriéndose y cerrándose según apretaba y mi polla se empalmó, metí la lengua y le chupé el agujerito del culo, en ése momento, empezó a soltar un chorro de pipi, mientras le chupaba el culo, noté como su chorrito avanzaba por mi tripa, me empapó la polla y los huevos, dándome un placer bestial, metí mi lengua y jugué con su ojete abultado.
-Ooohhh, me encanta chuparle el culo a mi madre, le sabe a gloria.
Ella jadeaba, excitada por mis lamidas y el placer de su meada, su chorro se fue haciendo más pequeño estaba terminando, porque le salían hilitos de pipi, le pasé la lengua por todo la raja, chupé su almeja y me bebí su pipi, mezclado con sus flujos, mi madre gritó y se corrió en mi boca, aplastando mi cara contra su coño, me lo restregó hasta que dejó de correrse. Bufaba, cogiendo aire.
-Eres un guarrito delicioso, cariño, ¿dónde has aprendido a hacer estas cosas?. -En ningún sitio, me dejo llevar por el deseo que despiertas en mí. -¿Te ha gustado mi pipi? -Estaba deliciosamente mezclado con tus jugos, es la mejor bebida que he tomado hasta ahora.
-Uhhmmm… Mi niño, como le quiere su madre, me decía mientras me abrazaba con fuerza, aplastándome contra sus pechos. Sintió la presión de mi cipote en su tripa. Y mientras me lamía el lóbulo de la oreja me susurró: -Estás empalmado, cielo mío, ¿Quieres joder a tu putita?, (Como he explicado antes, nos poníamos cochondos diciéndonos palabras obscenas).
-¡Por supuesto que si!, so golfa, quiero joderte y mearte y que te desmayes de gusto, le dije totalmente fuera de mí, cógeme el rabo y fóllatelo como una buena puta. -Si cabrón mío…
Me cogió la polla, guiándola hasta su almeja y se la encajó de un golpe, estaba en cuclillas, se deslizaba a lo largo de mi miembro. Estuvo un rato cabalgando, se la sacó y me la mamó, la puse a cuatro patas y se la hinqué en el trasero.
-Así cabrón, ¡dáme por culo!, enroscate a mis piernas, como antes, que te aguanto.
Me colgué de ella y la follé desesperadamente.
-¿Te gusta así puta? -¡Máass!, quiero máasss, quiero sentirte en mi estómago, no tienes cojones a llegarme al estómago.
Mi madre estaba salida, sus palabras me excitaban y me volvían loco, empezó a gritar con fuerza, jadeando como una cerda, se estaba corriendo y no me aguanté más y me derramé en su culo, disparé torrentes de leche dentro de ella, mientras me decía:
-Ssssi, cabroncete, dale tu leche a mamita que es tu putita, mira como me corro. (Joder llegué a asustarme, mi madre estaba tan salida que gritaba gilipolleces).
Me quedé encima de ella, que seguía a gatas, hasta que mi polla se escurrió de su culo, lo tenía dilatadísimo, menudo agujero le había hecho. Me cogí la picha y le solté chorros de pis en el agujero del culo, mientras mi madre bramaba por el escozor, (que se joda y seguí meándola, también en la almeja). Cuando mi chorrito se hizo pequeño, se dio la vuelta con la boca abierta, la meé hasta que solté mi última gota. Me limpio la polla a lametones.
Luego, pusimos el jacuzzi y nos relajamos, hasta que vino mi padre.
Amo.Kevin_bis@hotmail.com
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