(nos juntamos a hacer el amor) relato de nuestro último encuentro
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
mantenemos una relación con mi primo desde los 16 años, ambos de la misma edad (35), todo comenzó como un juego, en el que nos juntábamos a ver porno y masturbarnos, luego una cosa llevó a la otra, a masturbarnos mutuamente, a practicarnos sexo oral, luego a penetrarme con su hermoso pene, …en fin, nos encantó, y nos encanta. (siempre nos íbamos a pescar, era la excusa, buscábamos un lugar donde nadie nos vea, nos desnudábamos y hacíamos el amor apasionadamente como animales).
No nos vemos muy seguido, puesto que vivimos en ciudades distantes, pero, de vez en cuando, él se las arregla para visitarme, viene a hacer algún "trámite" y esas cosas. Cuando sé que está por llegar estoy muy alegremente nervioso, lo espero desnudo, y cuando suena el timbre voy muy contento a abrirle la puerta, nos abrazamos, nos besamos, y mientras comienza a quitarse la ropa vamos hacia el cuarto.
Me encanta saborear su enorme pene, venoso, con una hermosa cabeza, y me vuelve loco como saborea el mío, como saboreamos nuestras lenguas, como lame mi ano, preparándolo para entrar en mí, como le embadurno, con mis manos, gel en su verga, mientras él, con sus dedos me unta gel en mi cola, mientras nos besamos y nos decimos chanchadas (me encanta que me las diga). Luego me pongo en cuatro y, mirándonos, me agarra de la cintura y comienza a penetrarme lentamente, así lo hacemos un rato, mientras lo veo como disfruta metiendomelá, luego la saca completamente, escupe en mi ano y la vuelve a introducir, pero esta vez con fuerza, rápido, ahí explotamos de placer, me coge fuerte, y me masturba mientras nos lamemos las lenguas, luego siento latir su hermosa verga en mi ano, y su explosión de leche que me rebalsa, mientras yo también acabo y miramos nuestras caras de placer, de satisfechos…
Luego, nos quedamos charlando en la cama, desnudos, le masajeo sus bolas, el masajea las mías, charlamos, nos reímos, recordamos viejos tiempos, hasta que nos volvemos a calentar, y comenzamos de nuevo, con otras poses, enfrentados, así es más fácil besarnos mientras hacemos el amor, y tantas otras cosas,
luego dormimos, nos despertamos, un mañanero, desayunamos, y él se va a hacer sus trámites.
… y así pasamos la noche, divirtiéndonos, haciendo lo que nos gusta, porque nos gustamos, nos amamos.
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