Nos masturbamos con mi primo de 17
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por WinterSnow.
Eran días festivos, por lo tanto, gran parte de la familia se quedaba en mi casa.
Desde pequeña había sido así pero dormir con mis primos ya estaba pasando a ser no tan inocente.
Tengo 18 años, y ahora paso a contarles como fue mi experiencia con mi primo, sin una penetración de por medio.
Mi primo, "Federico", solía mostrarme pornografía pues sabía que me gustaba ver.
Yo le seguía el juego.
Y nada pasaba a más de excitarme viendo los vídeos o imaginarme tocandome junto a él.
Y la noche en la que todos se quedaron en la casa, hicimos camas en el suelo y Federico me escribió un mensaje.
Lo normal, cosas de primos.
Sin embargo, desde hacía días venía viendo muchos videos, así que le mande una captura de lo que justo veía.
(Aclaro que mis demás primos dormían).
Él me dijo para mirar una película y yo pues, acepté.
Se acostó a mi lado y entró a unos buenos vídeos de mujeres siendo folladas.
Mientras veíamos eso, con audífonos, empezó a mover su mano sobre mi ropa, más bien sobre mi blusa y luego bajaba hasta mi pantalón desprendido.
Y me gustaba eso, la mezcla de que nos iban a ver y que quería que me tocara, me gustaba.
Llevé mi mano hasta su pantalón y apreté donde se marcaba su duro pene.
Acaricié por encima y él se apuró por bajarse el pantalón para que tocara a piel expuesta.
Siguió tocandome hasta que tambien bajé un poco mi bombacha y comenzó a masturbarme, hice lo mismo con él.
Agarré su pene en mi mano y lo moví de arriba hacia abajo, él me indicaba como hacerlo de forma correcta y movía mi mano para cuando debía acelerar.
Cuando comenzó a mover sus dedos sobre mi cloritis, empecé a mover mi mano seguidamente apretando su pene y masturbándolo.
Se sentía rico lo que hacía él en mi vagina.
Nunca me habían masturbado (no pasaba a más de simples penetraciones).
Llegando cerca de mi orgasmo y tratando de no hacer muchos ruidos, tocó y masajeo uno de mis pezones, movió sus dedos más rápidos y no soporté más, me vine en un orgasmo incluso más placenteros que otros.
Y él aún no terminaba, así que moví mi mano, con la poca experiencia que tenía y conseguí que se viniera, dejando su leche sobre mi mano.
A los minutos se levantó, limpió y volvió a donde antes estaba acostado.
Desde ese día no hemos hablado, sin embargo quiero hacerlo nuevamente.
(La historia puede ser vista tanto real como ficticia, queda a su decisión)
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