Nuestra primera vez (Parte 1 de 2)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por william1177.
Hola.
Mi nombre obviamente es otro.
Pero como necesito uno, pueden llamarme Rick, ya que de chico me gustaba mucho la serie de Robotech y me identificaba plenamente con el personaje de Rick Hunter.
Soy alguien de mente bastante abierta.
No juzgo a nadie en sus elecciones, siempre y cuando no perjudiquen a otros.
Y esto también se aplica a la parte sexual.
Hace unas semanas, ocurrió algo en mi familia que me hizo retroceder a mi adolescencia, y recordar ciertos eventos que en su momento, quizás por mala memoria, o por sentimientos de culpabilidad, olvide.
Tengo 5 sobrinos:
Dos chicas y tres chicos.
Uno de mis hermanos tiene un varón de 19 y una mujercita de 16.
Y mi otro hermano, tiene una mujercita de 16, y dos varoncitos gemelos de 10.
Y yo siendo el menor de 3 hermanos varones, pues me costó casarme y tener familia.
Digamos que soy el clásico perdedor, ya que de mis últimas 3 novias este año, 2 me han hecho cornudo.
Así que por estos días, voy a la libre, soltero.
Pero bueno, suficiente de mi.
Vamos a lo que es la primera parte de mis experiencias.
Hace menos de 3 semanas, hubo un gran revuelo en mi familia.
Una de mis sobrinas, a quien llamare Antonia, acuso a su primo, el mayor de mis sobrinos (a quien llamare Manuel) de haberla manoseado.
Y con todo esto de los derechos de la mujer y el ni una menos… bueno, ya se imaginaran.
La verdad, es que como fue luego de un cumpleaños, mi sobrino había tomado de mas.
Y en eso, aparentemente le toco una teta a mi sobrina Antonia creyendo que era la novia.
Claro, Antonia, como mencione, resulta ser de esas chicas que hace una tormenta de un vaso de agua.
Todo esto no paso a mayores, por suerte, pero armo el suficiente revuelo en mi familia, y el posterior debate familiar.
Está bien que hayan cosas entre primos?
Eso me trajo recuerdos de incesto con una de mis primas.
También, provoco otra cosa que yo no me esperaba…
Pero en el siguiente relato ya llegare a ese punto.
Por ahora, mis pensamientos me llevaron al pasado, a mis agridulces 14 años.
Cosa curiosa la mente y la memoria, no?
Yo estaba seguro de que me había desvirgado con una chica a los 21 años…
(Si, ya lo dije, nunca tuve mucha suerte con las mujeres).
Vamos por partes:
A mis 11 o 12 años, empecé a conocer los deseos sexuales.
Y como es costumbre o religión, uno empieza a sentir cosas cuando ve esas revistas “chanchas” con la que algún amigo aparece.
Así es como empecé a masturbarme sin saberlo.
A tocarme, más que nada.
No eyaculaba aun.
Solo eran ganas y ya.
Con el tiempo, llegaban las experimentaciones, los toqueteos con algún primo o amigo.
Nada gay… solo toqueteos producto de mis ganas adolescentes.
Por ese tiempo, llegaron de Chile, mis dos primas, Elizabeth, 1 año mayor que yo, y Gloria, 1 año y medio menor que yo.
Mi tíos habían estado viviendo en Chile y por aquel entonces las cosas estaban duras allá, así que no les quedo otra que regresar.
Y como tenían más o menos mi edad, pues adivinen a quien le tocaba sacrificar tiempo con mis amigos y usarlo con ellas?
Feas no eran… de hecho, al tiempo de conocerlas mejor, ya las encontraba lindas.
Elizabeth, era terrible.
Muy manipuladora, y como yo, tenia curiosidad sobre el sexo.
O bueno, quizás no tanto sobre el sexo, pero si hacia juegos en donde ella y yo nos besábamos.
Era ella quien me besaba, y yo no me iba a negar, jaja…
También hacía que nos besáramos con Gloria.
Siendo dos chicas y un varón, la mayoría de nuestros “juegos” rondaban acerca de casarse y tener una familia.
Yo era siempre el novio.
A Gloria le tocaba el papel de hija y Elizabeth de madre.
Pero también Gloria era la novia, y Elizabeth auspiciaba de cura, o de madre de Gloria, o cosas asi.
Pero siempre terminaba a los besos con una o con la otra.
Y esto era malo, por que como ya dije, yo estaba despertando al sexo, y en las de una ocasión el bulto asomaba por mis pantalones y ellas se reían de mi.
Especialmente Elizabeth.
Y por cierto… dije que Elizabeth era terrible?
La calladas son peor.
Gloria, por supuesto, quería imitar lo que su hermana hacia… pero al no saber bien que era eso, o que era lo que Elizabeth buscaba, Gloria no sabía de límites.
Y yo tampoco.
Así es como una tarde que Elizabeth estaba enferma, estábamos solo Gloria y yo.
Jugamos una vez más a los casados, y nos besamos.
Una vez más, esa situación me llenaba de ganas y se me paro la verga dentro del pantalón de buzo (deportivo).
Ahí es que ella luego de reírse y decir “Otra vez?”, le entro curiosidad por verme.
Así es como fuimos de mi habitación, a un lugar más privado, un descampado cercano.
Ahí le mostré mi verga a mi prima Gloria.
Me pidió tocármela y así lo hizo.
Luego me mostró lo suyo.
Yo también la toque.
Recordando las fotos de esas revistas, y estando con muchas ganas le dije que si podíamos hacer lo mismo.
Mucho no recordaba de aquellas revistas… solo que el hombre metía su verga entre las piernas de la mujer.
No sabía que había penetración real, que tenía que meterla en el agujero vaginal de la mujer, ni mucho menos sabía lo que era que una mujer sea virgen.
De hecho, la única vez que había escuchado la palabra “virgen”, la relacionaba con los cassettes TDK de mi hermano, o con la virgen maría.
Pero no con el sexo.
Y así, es como Gloria y yo, empezamos a descubrir el “sexo”.
Ya dejábamos un poco de lado a Elizabeth, puesto que la única vez que Gloria se lo sugirió, no le gusto la idea.
Ahí descubrí que Elizabeth era puro blah blah…
Pero no Gloria, con quien cada vez que podíamos, nos escapábamos y yo le metía mi verga entre sus piernas, y comenzaba a frotarla.
Era fantástico.
Es genial como me vienen a la mente esos recursos y esas sensaciones sentidas hace tiempo atrás.
Las ganas terribles de hacerlo, sin conocer lo que era un orgasmo o acabar.
Nunca llegábamos mas lejos de eso, pues nos interrumpían.
Llegaban mis primas.
Mi madre se entretenía con su máquina de coser por en ese entonces.
Jugábamos a los casados con mis primas.
Ya elegía a Gloria para ser la esposa, por lo obvio.
Llegaba la “noche” dentro del juego, y Gloria y yo nos acostábamos en mi cama, en donde aprovechábamos.
Ambos nos bajábamos la parte delantera de nuestros pantalones, ella abría sus piernas y yo le metía mi verga.
Y comenzábamos a “coger” mientras nos besábamos.
Elizabeth no recuerdo si sospechaba o no lo que hacíamos, pero un poco como que se enojaba, y hacia que “amaneciera” antes.
Claro que ni bien ella debía ir al baño, o mi mamá necesitaba que alguien fuera a comprar, aprovechábamos con Gloria.
Minutos que nos parecían segundos.
Fueron como 1 año y medio de eso.
Pero todo cambio para siempre, cuando fuimos a un campamento familiar.
Éramos tres familias.
Y mientras la mayoría de mis hermanos y primos y primas, dormían en carpas separadas, a Gloria, mi primo Antonio, yo, nos mandaron a dormir a una carpa todos juntos.
Por un lado nos molestaba que nos trataran como niños aun.
Yo tenía ya 14 años y Gloria 12 a punto de cumplir los 13.
Pero por otro lado, luego nos dimos cuenta de que era genial estar en la misma carpa y dormir juntos, para así aprovechar toda la noche.
El problema era mi primito Antonio.
Comenzamos a juntarnos temprano una de esas noches, y comenzamos lo nuestro.
Éramos como novios, ya.
Besos, arrumacos, manoseos y mi verga entre sus piernas, rozándole la conchita como tantas veces antes.
Íbamos bien cuando no nos dimos cuentas con tanto movimiento y ruido, y despertamos a nuestro primo.
“Dejen de pelear…” solo se limito a decir.
Eso fue bueno porque no se dio cuenta, pero nos interrumpió.
Decidimos esperar a que se durmiera de nuevo, y en la espera, nosotros nos quedamos dormidos.
A la noche siguiente, íbamos a intentarlo de nuevo.
Pero Gloria no contaba que el verla en traje de baño, con una malla que le quedaba ajustada, me tuvo caliente casi todo el día.
Así que dispuesto a que nuestro primito no nos interrumpiera de nuevo, tratamos de sacarlo de la carpa.
No funciono.
Pero por suerte, Gloria me dijo que fuera al baño dentro de unos minutos.
Claro, como no lo había pensado antes?
Era de noche, nos íbamos al monte que nos rodeaba, junto al arroyo…ahí con el ruido del agua, nadie nos iba a escuchar.
Salí en medio de la noche, unos minutos luego de que salió Gloria.
No la pude encontrar…
La busque y la busque, y nada.
Ya me estaba volviendo a la carpa decepcionado cuando siento un palito que me golpea el pie.
Hacia uno de los costados, alcanzo a notar una figura femenina que me llama debajo de un árbol.
Allí fui, y efectivamente, era Gloria.
Fuimos caminando de la mano hasta el lugar que ella había encontrado ideal.
La calentura la seguía teniendo a flor de piel.
Mi verga estaba durísima cuando ella me bajo el pantalón.
Se notaba que ambos estábamos muy calientes esa noche.
Y así comenzamos lo nuestro.
Mi verga entre sus piernas, rozando su conchita la cual ya tenía unos pelitos.
Al fin… estuvimos así un buen rato haciéndolo, y las ganas no hacían mas que aumentar.
Ambos queríamos mas y mas, pero no sabíamos que era lo que tanto deseábamos.
En eso, cambiamos de posición, y en lugar de estar frente a frente, ella se puso de espaldas a mí, ligeramente agachada.
Costaba trabajo besarnos asi, pero se sentía muchísimo mejor.
Así que empezamos a movernos y agitarnos mas y mas.
Entre los jugos de mi verga, y los jugos de su conchita, estábamos muy, muy lubricados ahí abajo.
Y ese fue el problema.
Gloria no hizo más que agacharse un poquito más para afirmarse en una roca delante suyo… y nos traiciono el vaivén brutal de nuestros cuerpos.
El dolor, fue intenso.
Y ambos lanzamos un quejido de dolor que para nuestra suerte, el alejamiento del campamento, y el ruido del arroyo, nadie nos escucho.
Con tanto movimiento y tanta lubricación, mi verga apunto solo un poco más arriba, y pase de rozarle la conchita, a rompérsela.
Nunca supe si ella logro acabar así, si tuvo un orgasmo… pero yo si lo tuve.
Bueno, asumo que a ella le habrá dolido más que a mí, porque lo mío fue una mezcla de placer con dolor.
Dolor de que mi prepucio se jalara violentamente hacia atrás.
Y placer de sentir por un momento, ese interior ajustado y calentito de la conchita de mi prima Gloria.
Es muy probable que solo le haya entrado la mitad de mi verga… pero yo sentí, o recuerdo que sentí que entro TODA.
Que mis huevos chocaron contra su vulva ensangrentada.
El tierno, abrigado, ajustad y lubricado interior de mi prima, no duro mucho, porque ella grito de dolor, y como pudo, me alejo y me saco afuera, quedando mi verga parada, aun uniéndonos un hilo de sangre y semen, mezclado con los jugos sexuales de ambos.
Yo seguía acabando un poco más, por supuesto, y de seguro mi cara debió ser tanto ridícula y graciosa, como desagradable para ella.
Me imagino que estaría con los ojos dados vuelta del placer de mi primera eyaculación.
Ella, por su parte, estaba casi llorando… o llorando, y es que en la noche con la luz de luna, poco y nada se veía.
Se agarraba su conchita, mientras me llamaba idiota, imbécil o algo así.
Los dos éramos tan ignorantes al respecto…
Al otro día ella seguía enojada conmigo por lo ocurrido.
Me disculpe de las mil manera pero ella no quería saber más nada.
Me contó que estaba con sangre y aun le dolía cuando iba al baño o se sentaba.
Eso me asusto un poco.
Y quizás por eso lo fui olvidando, aunque no mas la sensación.
Con un poco de culpa, si recuerdo que buscaba tener la misma sensación, así que me le jalaba…
Con el tiempo aprendí a no hacerlo tan duro y a masturbarme mas apropiadamente.
Y si, durante un tiempo, recordé lo que hacía con mi prima Gloria… pero no que la había desvirgado.
Era más del tipo de recuerdos de niño estúpido caliente que se toquetea con la prima…
Y con los años, llego ese momento “oficial” con una chica llamada Carmen (nombre real), a mis 21 años.
Fue en el baño de un colegio.
Yo me encontraba ahí para un curso especializado de algo que no viene al caso mencionar.
Ella ya tenía experiencia, pero como con el pasar de los años me fui fortaleciendo y creciendo… la pobre chica que ella bastante flaca, la tuvo difícil con mi tamaño ancho.
Pero en fin… es curioso como la memoria te juega de maneras muy raras.
Aun así tengo que seguir mencionando a Carmen, como la chica que me desvirgo, y no mi prima Gloria.
Y como fue obvio, esa fue la última vez que hice algo con mi prima Gloria.
Ella no quiso saber nunca más nada conmigo respecto al sexo.
Sí, nos hablamos y con el tiempo jamás mencionamos lo ocurrido hasta olvidarlo.
Con el tiempo, ella se caso, y ahora tiene 3 hijos.
Y yo, jamás me case o tuve hijos… pero si sobrinos… y una sobrina llamada Jazmín, que me dio una gran sorpresa.
Pero eso, ya es otro relato.
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