NUESTRAS MADRES Y MI AMIGO
Yo me llamo Tomas, tengo diez y ocho años y Roberto es mi amigo de toda la vida, gracias a que nuestras madres fueron compañeras de estudio y se casaron mas o menos por la misma época hace veinte años. Sus matrimonios con nuestros padres duraron relativamente poco, quizás por lo jóven que se casaron.
Yo me llamo Tomas, tengo diez y ocho años y Roberto es mi amigo de toda la vida, gracias a que nuestras madres fueron compañeras de estudio y se casaron mas o menos por la misma época hace veinte años. Sus matrimonios con nuestros padres duraron relativamente poco, quizás por lo jóven que se casaron, mis padres se divorciaron a los seis años y los padres de Roberto escasamente duraron casados tres años.
Al no tener una mano fuerte en nuestras familias con Roberto hicimos muchas pilatunas y ahora que ya estamos en nuestros diez y ocho años pensamos diferente, nos gustan las fiestas con chicas y el sexo ha comenzado a ser muy importante en nuestras conversaciones, ver mujeres desnudas en revistas o videos es una grata diversión. Como compartimos las mismas aficiones nos comentamos todo hasta lo mas personal y en una de nuestras múltiples conversaciones Roberto me pregunto si había visto a mi madre desnuda, le dije que cuando estaba pequeño, pero nada más. ¿Por qué? Le replique. Y me respondió… porque me he aficionado a espiar a su madre.
Nuestras madres tienen más o menos unos cuarenta años y se conservan muy bien siempre están a la última moda y comparten tanto, o más, que Roberto conmigo.
Desde el día que me comento Roberto lo que él hacia de espiar a su madre me creo la inquietud y comencé a hacer lo mismo y días después compartíamos información sobre ellas diciendo: que tiene esto, que hace aquello, etc., etc. Y cuando se presentaban ocasionalmente casos como que mi madre o la de él se depilan el sexo, o se masturbaban, esto nos generaba mucha excitación y también nosotros nos masturbábamos.
Mas adelante con nuestros celulares las grabamos y después compartíamos videos, lo cual nos excitaba bastante, al punto que esto hizo que Roberto deseara a mi madre y yo la de él, los dos compartimos esta pasión y no nos importó en ningún momento decirlo. Así pasaron los días y los meses y que decir cuando íbamos de paseo a la playa, mutuamente nos morboseabamos a nuestras madres y así pude ver en directo a la madre de Roberto desnuda y él a la mía, porque nos pasábamos información como hacerlo.
En la última oportunidad que fuimos de vacaciones de mitad de año, como ya somos mayores de edad fuimos a la discoteca del hotel y la verdad bebimos mas de la cuenta, lo que hizo que cuando bailamos con ellas, se presentaran roces y abrazos algo eróticos, que ellas permitieron por su alicoramiento, y cuando a las dos de la mañana nos fuimos a las habitaciones, la mama de Roberto aún tenía deseo de continuar disfrutando la noche, propuso seguir la fiesta en su habitación, el contenido del minibar de la habitación no fue suficiente por eso mi madre me pidió trajera las existencias nuestras y a eso de las cuatro de la mañana creo que tanto ellas como nosotros habíamos pasado los limites de nuestros abrazos y caricias de manera que cuando yo sali al balcón a tomar un poco de aire, la madre de Roberto también salió y los dos, considero, estábamos deseosos de un buen remate de fiesta y como dicen una cosa llevo a la otra y terminamos besándonos y pronto vinieron las caricias en su senos, en su concha y ella en mi verga, al comienzo por encima de la ropa, pero luego la exploración fue directa. En esos momentos ni siquiera me acorde que mi madre y Roberto estaban dentro de la habitación y cual podía ser la reacción de ellos.
Pero en un momento que tuve algo de conciencia, intenté mirar a través de la cortina semitransparente y tuve la certeza que Roberto y mi madre también se estaban morreando, incluso vi a Roberto sobre mi madre besándose apasionadamente tal como lo habíamos aprendido con Roberto a través de los videos de internet.
Ver esto me dio confianza para avanzar en el morreo con la madre de Roberto, pero era imposible tener sexo allí en el balcón a la vista de quien pudiera a esa hora estar despierto. Afortunadamente Roberto y mi madre estaban ya más avanzados que nosotros, ellos estaban semidesnudos de la cintura para abajo y él sobre ella en medio de sus piernas buscando penetrar su concha, de manera que cuando pasamos a la salita auxiliar, ellos ni se dieron por enterados de nuestra presencia de manera que al estar allí rápidamente la madre de Roberto se despojo de su falda y panti y yo de la pantaloneta que era todo lo que tenia de la cintura para abajo.
Ella se sentó en el sofá, yo me arrodille frente a ella, le separe las piernas apareciendo una deliciosa y rosadita concha totalmente depilada invitándome a zambullirme en medio de sus piernas y así lo hice. Pasaron unos minutos de prodigarle sexo oral cuando ella comenzó a gemir y a contorsionar su cuerpo, me dio a entender su estado de excitación, y sin bajar la guardia continue hasta que escuche los gemidos propios de que ella había alcanzado su orgasmo. La dejé recuperar y metí mi cuerpo en medio de sus piernas y mi verga quedo a la altura perfecta de su concha. Ella la tomo, la deslizo a todo lo largo de su concha tratando de lubricarla y finalmente la puso en el sitio preciso para iniciar mi penetración.
Sentí como si mi verga conociera el camino porque se deslizo dentro de su concha con mucha facilidad. Y como ella no se quejó, comencé a follarla suavemente y un par de minutos después intensifiqué la velocidad y fuerza, logrando hacerla gemir o al menos que ella dejara salir un aigg, aigg, cada vez que mi verga se perdía dentro de ella.
Estando en esto escuche en la habitación los gemidos de mi madre que se fueron intensificando en su intensidad hasta alcanzar un sonoro orgasmo. Esto de solo imaginarla empalada por mi amigo Roberto hizo volar mi excitación y un par de minutos después comencé a arrojar mi semen dentro de la concha de la madre de Roberto y quedando extenuado me deje caer sobre el cuerpo de ella.
A continuación, vino un silencio total. Le pregunte si había quedado satisfecha, me respondió que sí, y agrego… que llevaba mucho tiempo sin disfrutar un orgasmo.
Le dije… por mi parte, lo haremos todas las veces que quieras.
Cuando escuchamos a mi madre y a Roberto hablando, nos vestimos y pasamos a la habitación y allí estaban ellos sonrientes y satisfechos de lo que habían disfrutado. Luego Roberto y yo nos fuimos a descansar quedando nuestras madres en su habitación.
Al estar solos los dos, Roberto no se aguanto y me dijo… Fue increíble follar con tu madre y espero que la mía haya correspondido a tus expectativas.
Le dije fue maravilloso y me hubiera quedando follando con ella más tiempo, pero tenemos que descansar y recuperar energías para los días que faltan.
Después de descansar lo necesario nos encontramos al medio día los cuatro en el comedor para tomar el almuerzo y en la tarde después de un paseo por la playa nos fuimos a la piscina. Cuando salimos de la piscina, la madre de Roberto pidió unos mojitos, que repetimos varias veces y a eso de la nueve de la noche cuando subimos a las habitaciones la madre de Roberto dijo… ¿Te quieres quedar conmigo, como mi pareja? Mientras tanto Roberto acompaña a tu madre.
Nos miramos y los cuatro aceptamos la propuesta y nos despedimos deseándonos una feliz noche.
Apenas entramos en la habitación nos fundimos en un beso apasionado que se prolongo no se por cuanto tiempo. En medio de este beso erótico, nos fuimos despojando de la ropa y estando los dos desnudos, la madre de Roberto se arrodillo frente a mí, tomo mi verga y comenzó a darme una mamada de antología que me llevó al éxtasis, pero no deseaba correrme tan pronto, así que la detuve, la lleve a la cama y estando acostada, le separe las piernas y le correspondí el sexo oral. Metí mi lengua en su concha cuanto pude y motivé su clítoris succionándolo con efusividad arrancándole unos maravillosos gemidos que estimularon mi excitación.
Al tiempo que disfrutaba de su concha mis manos acariciaban sus senos y con los dedos apretaba por momentos sus pezones y esto la excitaba aún más dejando salir con mayor intensidad sus gemidos. Luego vino toda suerte de penetraciones, yo arriba, luego ella, de perrito desde atrás, hasta que los decidimos disfrutar, ella su orgasmo y yo correrme en su concha y así llego el momento de máxima excitación en que enloquecimos y disfrutamos al límite, quedándonos pegados e inmóviles hasta cuando mi verga se recogió. Estando acostados uno al lado del otro nos quedamos profundamente dormidos, pero a media noche me desperté con deseos de ir al baño y al regresar y ver el cuerpo desnudo de la madre de Roberto me excito tanto que me acosté a su lado y comencé a acariciar todo su cuerpo y ella empezó a despertarse y me pregunto… ¿Qué haces?
Disfrutando tu cuerpo maravilloso, y empecé a besar su espalda, el cuello, sus nalgas y ella dándose vuelta, al quedar boca arriba comencé a besar y chupar sus senos, luego su boca hasta que ella me dijo… Quiero que te subas sobre mi y me domines como un macho alfa y me hagas disfrutar un delicioso orgasmo. Y no me costó ningún esfuerzo complacer su deseo.
A la mañana siguiente solo nos quedaban dos días mas de paseo y comenzamos a pensar con Roberto que hacer en la noche con nuestras madres y yo le confese que deseaba follar a mi madre y Roberto me dijo que el también deseaba estar con la de él. Le propuse que hiciéramos una fiesta privada en la noche, comenzando él con mi madre y yo con la él y a media noche cuando estuviéramos bien alicorados hacíamos el intercambio.
En la noche fuimos a la discoteca y mientras tomamos algunas copas hubo bastante morreo bajo la mesa con nuestras madres y cuando ya estábamos en buen tono nos fuimos a una de las habitaciones y como ya se había roto el hielo los cuatro poco a poco nos fuimos desnudando.
Estando en almendra los cuatro la orgia comenzó, Roberto besaba y magreaba a mi madre y yo al verla totalmente desnuda, y estando mis hormonas alborotadas, solo esperaba en esa noche el intercambio para follar su hermosa concha.
Y antes que dieran las doce de la noche y se perdiera el encanto le hice señas a Roberto y se produjo el intercambio sin ninguna resistencia de parte de ellas, por el contrario, percibí una mejor energía de disfrutar al limite el sexo y no tardamos en comenzar a follar los cuatro y a escuchar los gemidos de ellas, mientras nuestras respiraciones se agitaban por el esfuerzo de darles placer y que disfrutaran su orgasmo.
Pero la cereza del pastel fue cuando alcanzamos el máximo clímax, y estando tan pegados los cuatro, nuestras madres al parecer tratando de felicitarse se dieron un beso en la boca, el cual termino prolongándose por varios minutos, siendo parte de la orgia lo cual fue celebrado por Roberto y por mí.
Al día siguiente regresamos a nuestras casas y semanas después antes que terminaran las vacaciones, nos reunimos en nuestra casa y repetimos lo acontecido en el último día del paseo.
Después de todo lo acontecido, ha crecido tanto la confianza con mi madre que es normal que los dos andemos desnudos por nuestro departamento, eso sí cuando están cerradas las cortinas, porque no deseamos dar un espectáculo a los vecinos. A veces nos bañamos juntos y el morreo es fenomenal.
La semana anterior me dijo mi madre que había conocido alguien que le había gustado mucho y deseaba invitarlo al departamento, y que quería saber mi opinión si me disgustaba que lo hiciera.
Le dije… tu eres mi madre y siempre lo serás y te amo como a ninguna otra mujer, pero tu eres libre de vivir tu vida y disfrutarla con quien quieras, así que invítalo y si quieres follar con él yo me esconderé, pero quiero que me dejes poner en tu habitación la cámara de seguridad, porque me excita mucho verte follar, en especial escuchar tus gemidos. Ella acepto que así lo hiciéramos.
El viernes en la noche vino su amigo a nuestro departamento le trajo flores y una botella de vino. Mi madre preparo algunas viandas ligeras y se dieron una buena borrachera. A la media noche fueron a la habitación de mi madre y pude observarlos disfrutando de una maravillosa sesión de sexo.
Pero me llamo la atención la enorme verga del amigo de mi madre, no tanto lo larga sino lo gruesa, tal vez por eso logro que ella disfrutara muy pronto su orgasmo, aunque él no paro de disfrutar de la concha de mi madre por un buen tiempo hasta cuando se corrió, pero por precaución como no lo conocía muy bien tuvieron sexo con preservativo de manera que cuando el amigo se fue, yo estaba que reventaba de excitación entonces mi madre vino a mi habitación para ver como estaba. Le dije que estaba muy excitado y ella enseguida se acostó desnuda en mi cama y me dijo… Ven mi amor que mamita te va a calmar esa excitación y disfruté al límite me corriéndome dentro de ella.
No se si sentiría algo después de haberse follado semejante tamaño tan grande de verga de su amigo. Hasta aquí mi relato. Saludos
Delicioso relato. Excelente temática de swinging entre madres e hijos