Obligo a mi prima a venirse y veo a mis primos teniendo sexo anal. Diario de verano Pt. 4
Hola, vi que la tercera parte fue la más leída de esta historia y eso me alegra, estuve trabajando en una cuarta parte pero fue tan grande que decidí dividirla en dos, espero les guste..
Día 6:
Cuando me desperté por la mañana todo estaba muy silencioso, la luz del día entraba entre las cortinas de la ventana del cuarto de mi prima, y allí estaba ella, seguíamos abrazados, desnudos.
Al verla así y recordar la noche anterior mi pene se endureció al instante. Me separé de ella y dejé su pecho contra la cama.
Me moví a la parte baja de la cama, me recosté entre sus piernas y con mis manos separé sus nalgas, dejándome ver perfectamente su ano y su vagina, acerqué mi rostro y lo pegué a su culo para que sus nalgas no se vuelvan a juntar, ya que mis manos las había puesto sobre las suyas, así evitaba que se moviera y al mismo tiempo la estaba jalando hacia mí para poder lamer su vagina a gusto.
Esa posición era perfecta para eso, podía meter mi lengua muy profunda dentro de su vagina. Ella se empezó a mover así que sostuve sus manos con fuerza.
- Hmm… ¿Qué…? ahhh… – Dijo Kiara adormitada.
- Shhhh… tranquila. – Le dije.
- ¿Qué… qué haces?
- No me pude contener Kiara, me gustas mucho. – Le dije mientras la sujetaba más fuerte aún y lamía su vagina como un perrito.
- Ahhh… que bien se siente… sigue… sigue, no… no te detengas….
Seguía lamiendo y penetrando su vagina con mi lengua, pero mi pene también quería formar parte del acto, estaba durísimo y la punta ya estaba mojada, no me había tocado en todo el rato que estuve lamiendo la vagina de Kiara.
Separé mi rostro de su culo y una línea de saliva combinada con los fluidos de mi prima unía su vagina con mis labios, solté sus manos y me levanté.
- ¿Por qué te detienes? Aún no me vengo… ¿Ya te viniste?
- Aún no.
Metí mis piernas entre las suyas, tomé mi pene con la mano derecha y lo coloqué sobre su vagina que ya estaba mojadísima, se sentía muy rico en la punta de mi pene. Después de sentir sus labios vaginales sobre mi pene se lo metí, entro muy rápido, estaba calentito, se sentía tan bien estando tan mojado.
Empecé a embestir a mi prima por detrás, mi pene entraba y salía de su apretada concha.
- Ahhh… ahh… – Gemía Kiara.
Con ambas manos tomé su cabello y comencé a tirar de él, ella levantó su culo y se empezó a mover de adelante hacia atrás.
- Me voy a venir… me voy a… venir. – Me dijo Kiara.
- Yo… yo igual.
- Me vengo… ahh… espera… no quiero manchar las sábanas.
- No importa… si te detienes… ya no te vas a venir.
Kiara se movió, se quería detener, pero yo no quería que eso pase, así que la tomé por la cintura, la jalé hacia mí, la pegué hacia mi cuerpo y empecé a embestirla más rápido.
- Ahhh Ahhhhh Ahhh… espera… ahhh. – Kiara no dejaba de gemir.
Bajé una de mis piernas de la cama y pisé el suelo, me moví y conmigo moví a Kiara, sin sacar mi pene de su vagina, apunté su vagina hacia el suelo de su cuarto. Subí mis manos hasta sus tetas y al cabo de unos segundos ya no aguantaba más, ella se seguía moviendo sobre mí e inevitablemente me vine dentro de ella llenando su agujero con leche.
- Ahhhh… ahora ya… ahhhh… me vengo… – Me dijo Kiara, casi susurrándome al oído.
Kiara se vino y todos sus fluidos se chorearon sobre sus piernas y las mías, pero también cayeron al suelo, así evitamos manchar sus sábanas.
- Ahhh… que rico… pero ahora tendré que limpiar el suelo. – Dijo ella. – Ve a despertar a Fabiana para desayunar, y recoge la ropa que dejamos tirada, si alguien la ve podría sospechar.
- Bien – Respondí. – Oye… ehmm… – Quería contarle acerca de lo de Mateo y David.
- Me encanta hacer esto contigo. – Dije y ella sonrió, pensé que no era un buen momento.
Me levanté y primero fui a recoger la ropa que dejamos tirada la noche anterior, tomé mi ropa y me vestí ahí mismo, y dejé la de Kiara sobre su cama mientras ella desnuda limpiaba el suelo con un trapo.
Caminé hasta el cuarto de Fabiana, abrí la puerta y entré en la habitación. Mi prima menor estaba echada boca abajo en su cama y sus sábanas no cubrían por completo su cuerpo, por lo que su tierno culo estaba a mi vista.
Me había follado a Kiara hace solo unos minutos pero ya estaba cachondo otra vez y todo por el hermoso culo de Fabiana, si bien ella era menor que su hermana, su culo era perfecto al igual que el de Kiara y el de tía Flor.
Fabiana dormía con un polo blanco que parecía muy delgado y unos shorts apretadísimos en los que se marcaban sus nalgas.
Me senté cuidadosamente a su costado, moví un poco las sábanas y posé mis manos, una sobre cada una de sus nalgas, primero gocé un poco de solo tocarlas y luego empecé a apretarlas despacio para evitar que ella se despierte, pero no pude resistir y metí uno de mis dedos entre sus nalgas, ella se movió un poco pero no me detuve.
Acerqué mi rostro a sus nalgas y empecé a besarlas, saqué mi lengua y lamí entre sus nalgas, iba a sacar mi pene, me quería masturbar, pero en eso entró Kiara a la habitación.
- ¿No se despierta aún? – Me preguntó.
- Ehhmm… Aún no.
Kiara se acercó, la movió un poco y Fabiana se despertó, Kiara le dijo que se levante para desayunar y luego salió de la habitación, Fabiana y yo nos miramos unos segundos, luego me levanté y me fui de su cuarto.
Mientras desayunábamos no dejaba de pensar en cómo sería la vagina de Fabiana, seguro sería pequeñita y apretadísima, deseaba cogerme esa vaginita pequeña que tenía Fabiana, quería darle duro en su conchita, que seguramente por su edad estaba mucho más apretada que la de su hermana mayor.
Al terminar de desayunar, Kiara y Fabiana decidieron jugar en el PlayStation, yo la verdad no estaba muy interesado, todo en lo que podía pensar en ese momento era en tener sexo con alguna de mis primas. Prendieron la consola y se sentaron en el sofá. Kiara y yo habíamos quedado en tener sexo cada que el otro quisiera, pero no quise preguntarle en ese momento.
- ¿No te nos unes? – Me preguntó Kiara.
- Quizás en un momento.
Si no podía tener sexo con mis primas, vería si mis primos estaban “divirtiéndose”. Bajé las escaleras hasta el piso de mis primos. Allí me dirigí hasta el baño donde para mi suerte sonaba el agua caer de la ducha. La puerta siempre la dejaban entreabierta. David le estaba chupando el pene a su hermano, Mateo.
- ¿Ya te vas a venir? – Le preguntó David.
- Aún no… Levántate.
- ¿Qué pasa?
- Quiero cogerte por el culo.
- Pero, no quiero.
- Te va a gustar.
Mateo le dio la vuelta a su hermano a la fuerza, pegó su cuerpo contra la pared y abrió sus piernas.
- No te demores Mate… – Mateo puso su mano izquierda en la boca de su hermano menor, no dejándolo terminar de hablar.
Mateo también abrió un poco sus piernas y con la mano derecha que estaba libre empezó a jalársela un poco antes de metérsela en el culo a su hermano. Empezó metiendo la cabeza de su no muy grande pene.
- Ahh… me duele un poco.
- Espera, te acostumbrarás.
- Mmm… bueno.
Por primera vez estaba viendo a mi primo penetrar a su hermano, no sabía si ya lo había hecho antes, pero por lo que escuché de David todo indicaba que sí y que a él no le había gustado tanto.
- Ahhh… no se siente tan mal.
- Te lo dije.
Con la mano izquierda Mateo sujetaba a David del cuello, mientras que con la derecha masturbaba a su hermano.
- Me vengo… – Dijo Mateo jadeando.
- Yo también.
Del pene de David salió disparado un chorrito de leche que chocó contra la pared de la ducha, Mateo gimió y pegó su cuerpo al de su hermano, lo que me dio a entender que se había venido dentro del culo de su hermano.
- Esta vez me gustó más Mateo. – Le dijo David a su hermano.
Luego de eso se siguieron bañando y me retiré.
Al subir encontré a Kiara sola en el sofá, Fabiana no estaba y no sabía a dónde se había ido pero no me importaba.
- Hola ¿Dónde habías estado? – Me preguntó ella.
- Hola, estaba buscando a Mateo y a David pero creo que se están bañando.
- Sí que te demoraste.
- Kiara, quiero cogerte otra vez, no puedo esperar. – Le dije cambiando de tema rápidamente.
- Ahora estoy jugando en el PlayStation ¿Puede ser más tarde?
- Tengo ganas ahora, y pensé que…
- Ahora yo no tengo ganas y,… ahora no.
No le dije nada, nos miramos en silencio, ella parecía muy decidida. Pensé que en la noche ese mal humor se le quitaría y tendría ganas de ser follada.
Cuando ya nos íbamos a dormir, esperé a Kiara en su cuarto, pero cuando ella entró no me dijo nada, simplemente se echó a mi lado y apagó la lámpara. Pensé que quizás sería bueno que yo empiece tocándola y así ir avanzando, empecé tocando su culo y metiendo unos dedos entre sus nalgas.
- Ahora no… ahora no quiero tener sexo…
- Pero Kiara… pensé que…
- Será otro día, para o me voy de aquí.
No dije nada, simplemente me di la vuelta y me quedé dormido.
Me encantaría leer más acción entre vos, David y Mateo!
Excelente relato!!