Obsesionado con mi hermana 3
Mi hermana menor se había convertido en mi primer novia, ella sabía que tenía que ser ser un un secreto, cuando estábamos en familia éramos hermanos normales pero a solas nos convertimos en amantes lujuriosos.
Mi momento favorito del día era cuando me quedaba a solas con mi pequeña novia ( mi hermana) después de la escuela, no perdíamos el tiempo, lo primero que hacíamos al llegar de la escuela era quitarnos toda la ropa y meternos juntos a la bañera. Recuerdo bien como se acostaba entre mis piernas y se recargaba en mi pecho, como tallaba todo su cuerpo tardándome más en mis partes favoritas y que siempre terminábamos el baño con ella dándome una rica mamada, se estaba convirtiendo en una mamadora experta. Después del baño íbamos al cuarto, nos recostávamos aún desnudos y nos besábamos febrilmente unos minutos.
Cierto día en la escuela alguien contó un chiste sobre alguien que había ido al dentista después de hacer el 69, yo no entendí el chiste pero cuando me lo explicaron no podía esperar a llegar a mi casa para probar el recién aprendido 69 con mi hermana, y así lo hice, después del baño le dije que probaríamos algo nuevo, la coloque en posición y ella se llevó mi pene ya bien erecto a su boca, frente a mí podía ver su conchita y su ano, debido a la diferencia de estaturas tuve que poner una almohada bajo mi cabeza para que mi lengua pudiera llegar a su sexo, eso de el 69 me encantó, sentir su boca succionando mi miembro mientras yo me comía su húmeda vagina no tenía comparación con lo que habíamos hecho antes. Estuvimos así algunos minutos, podía sentir que su saliva escurría por todo mi pene y llegaba a mis testículos cuando se lo sacaba de la boca para soltar un gemido y podía sentir tambien sus fluidos llenar mi lengua, sentí un espasmo y comencé a llenar la boca de mi hermana con mi semen mientras ella abrazaba mis piernas con fuerza.
Después de tener un orgasmo juntos nos recostamos abrazados y nos besamos, así estuvimos hasta que vi la hora y faltaba media hora para que llegara mi madre del trabajo así que nos vestimos. Mi madre llegó, la saludamos normalmente y hablamos sobre nuestro día en la escuela, después se puso a hacer la comida y nos mandó a mi hermana y a mi a limpiar la popo del perro, cuando terminamos mi hermana me bajo el short y me la empezó a chupar en la puerta del patio, la casa no era muy grande entre la cocina y el patio solo había un pasillo donde estaban las puertas de los cuartos y el baño porque lo que si mi madre se hubiera separado de la barra de la cocina a ver lo que hacíamos hubiera visto a mi hermana de rodillas con mi pene en la boca y su mano acariciando mis testículos. Mi hermana se había vuelto adicta al sexo, no le importaba que mi madre estuviera en casa ella siempre me pedía que jugáramos a » eso». Cuando mi abuela paterna nos regaló un par de camas las pusimos en el otro cuarto, que está justo a un lado del cuarto de mi madre, cabe mencionar que los cuartos no tenían puertas, creo que ni siquiera cortinas, pero eso no nos importaba cuando aprovechabamos la siesta de mi madre después de la comida para hacer el amor en nuestras nuevas camas, a esa hora lo que más hacíamos era frotar mi pene en su vagina simulando que la penetraba totalmente desnudos por lo que no nos hubiera dado nada de tiempo para vestirnos si mi madre despertaba, pero eso no era lo más riesgoso que hacíamos. Siempre veíamos la telenovela de las 9 antes de dormir ( era el único canal que se veía), la tele estaba en el cuarto de mi madre por lo que la veíamos acostados en la cama de mi madre, muchas veces tapados los 3 con la misma cobija, recargados en la barda, estando así muchas veces mi hermana sin que yo le dijera nada me da sacaba el pene y me empezaba a masturbar y después de un rato me decía al oído «te toca» y yo empezaba acariciar su pequeña vagina, para entonces mi madre ya se había quedado dormida a un lado de nosotros.
Sucedieron muchos días así y lo más cerca que estuvieron de descubrirnos fue cuando mi madre, al preparar a mi hermana para bañarse, le preguntó si se tocaba mucho la vagina porque la tenía roja, obviamente la tenía roja porque le acababa de dar su frotada de pene como todos los días pero mi madre no sospechaba de mi porque la seguía desnudando sin sacarme del cuarto ni decirme que me volteara.
Cuando mi hermana cumplió 9 o 10 me dijo que ya no quería seguir haciendo eso y yo no la quise obligar pero tenía muchas ganas de seguir sintiendo su cuerpo así que tuve que recurrir al plan B.
comosigue
Cual fue ese plan b, sigue compartiendo tus historias con tu lina hermanita