Papá, el hombre de mis sueños
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
¡Hola a todos! Gracias por clickear en este, mi primer relato que espero logre regalarles gratos momentos.
Lo que compartiré con ustedes sucedió hace poco más de 3 meses, marcando un antes y después en mi forma de vivir la sexualidad. Mi nombre es Martín,tengo 22 años, soy bastante alto (mido aproximadamente 1.85 cms), tez blanca, cabello castaño oscuro ondulado, ojos cafés y acostumbro llevar un bigote y una barba no muy tupida.
Nunca tuve la costumbre de practicar regularmente ejercicios, pero afortunadamente logré desarrollarme de una forma armónica, con largas y bien definidas piernas, espalda ancha y un abdomen que si bien no es una tabla, tampoco es un malvavisco. Justamente la decisión por trabajar mi estado físico y acondicionarlo, sería lo que gatilló una serie de eventos que dieron un giro en 180 grados a mi vida.
Durante la pubertad y adolescencia fantaseé con algunos de mi compañeros de clase, (como es natural en esta etapa de la vida de un hombre homosexual), pensando en compartir caricias, felaciones, y sexo de una manera fría, quizás motivada por impulsos más que por sentimientos. Pese a tener experiencias con algunos, siempre sentí que en ellos no se encontraba el complemento, aquello que realmente me satisfacía en plenitud al momento de pensar en un hombre y que ese inspiración la conseguía solo al pensar en sujetos mucho mayores que yo. Ejemplo de ello era Sergio, profesor de Lenguaje de 38 años que conseguía ponerme a mil con un hermoso rostro caracterizado por ojos pardo, cabello entrecano, buena estatura y unas nalgas que se delineaban perfectamente en sus pantalones. Verlo por las mañanas con esa apariencia limpia, usando un delicioso y varonil perfume y recibiendo un trato algo duro o distante de su parte, me excitaban al punto de experimentar prolongadas erecciones. Y cómo no, múltiples pajas.
Pero quien siempre logró acaparar toda mi atención, fue mi padre. Un hombre alto, muy masculino, con voz profunda , ojos color miel, cabello negro hasta el cuello, manos grandes, espalda ancha y muy velludo. Escucharlo tener sexo con mi madre siempre consiguió prenderme al punto de mojar rápidamente mis calzoncillos con líquido preseminal, que sin mucho esfuerzo se transformaba en una fuerte descarga de semen. Imaginar que podría ser yo quien lograba arrancarle semejantes gemidos, solo hacía que mis pensamientos condujeran a imágenes que cualquier película pornográfica envidiaría.
Desde muy niño sentía un especial interés por compartir junto a él, sentándome en sus piernas, disfrutando de las cosquillas que solía regalarme inocentemente acompañadas de abrazos y besos en la mejilla (que yo también le regalaba)… una complicidad que mi hermano menor siempre envidió. Lamentablemente con el paso de los años,estos juegos fueron cambiando a un trato un poco más frío, manteniendo un gran cariño de su parte, pero con ciertos límites al momento de demostrar afecto. Advirtiendo esta situación, me las arreglaba para hacerle sentir que seguía queriéndolo tanto como antes, siendo un perfecto confidente de sus problemas, con pequeñas atenciones domésticas que lograran alivianar el estrés que pudiera acarrear de su trabajo en la oficina y afectuosos abrazos y apodos que mutuamente nos escogíamos, provocando bromas que hacían reír a toda la familia .
Por falta de tiempo, papá no podía asistir con frecuencia a un gimnasio para tonificar su cuerpo, pero siempre se las arreglaba para correr durante los fines de semana por la mañana y así luchar con una pequeña panza que comenzaba a asomar (que a mí me parecía exquisita). Siendo muy perezosos, con mi hermano preferíamos dormir hasta pasadas las 12 de la tarde producto de trasnoches /fiestas con amigos, y mamá siempre aprovechaba para salir de compras o realizar trámites, relegando al pobre a rutinas solitarias.
Pese a sufrir al momento de levantarme en esos días, la visión que tenía al sentarme en la mesa para almorzar era maravillosa: papá recién duchado, vistiendo polera y pantalones cortos invitándome a compartir deliciosos platillos que mamá comenzara a preparar y que él se encargaba de servir, ayudando a veces en el proceso. Sentir su abrazo cálido y alguna broma por mi aspecto cansado, acompañada de un beso para no hacerme enojar, hacían que mi día comenzara de forma perfecta. Su olor a limpio, mezclado con su olor natural a macho, con algunos vellos asomando por el cuello de la polera me volvían loco.
Me pasaba todo el almuerzo maravillado con su sonrisa, contemplando su cabello húmedo, con leves y hermosas ondas a veces peinado, otras cayendo sobre sus ojos dándole una apariencia más desenfadada, deleitándome con su viril voz…de sólo pensar en ello vuelvo a calentarme.
Al percatarme de cuanto disfrutaba de sus ejercicios, pensé que si yo también lo hiciera, podríamos tener aún más puntos de encuentro y mayores posibilidades de compartir.Fue por eso que decidí unirme al jogging matutino y complementarlo con ejercicios de máquinas en un gimnasio que quedaba relativamente cerca de casa. Y vaya, que buenos resultados tuvo.
Ninguna fiesta de viernes por la noche se comparaba a ver a papá sudando, exhalando, y elongando un sábado por la mañana. Gracias a esta nueva costumbre, nuestra relación se afiató muchísimo más, consiguiendo que se relajara al momento de bromear y compartir historias. Las expresiones que nos dábamos de cariño eran cada vez más parecidas a las de mi infancia, complementados con deliciosos forcejeos a modo de juego.
Un buen día, luego de vencerlo en estas jugarretas, noté que papá observaba atentamente como bebía un largo sorbo de una bebida isotónica, recorriendo con sus ojos mis brazos, abdomen, piernas…en fin, mi cuerpo completo .
-¿Jaja, que no puedes creer que haya logrado vencerte alguien 23 años menor que tú?(le pregunté , sintiendo algo diferente en su mirada)
-No, no..jaja, nada de eso. Es solo que miraba como te has desarrollado…estás hecho todo un hombre.
-¿Lo dices por los músculos que he podido endurecer con las máquinas?
-No sólo eso..tu aspecto en general es casi de un adulto.Bueno, un adulto muy guapo que aún no tiene panza, jaja(dijo mirando la suya y tocándola con una palma tras levantarse un poco la polera).
Verlo así me enterneció sobremanera, y dejándome llevar por la emoción tras saber que me consideraba guapo, me acerqué a él.
-Paff, pero que tontería…no es algo desagradable de ver. Creo que es linda-dije posando mi mano sobre ella, sintiendo sus pelos.
El sonrío, mirándome a los ojos. Se produjo un extraño silencio marcado por una tensión muy excitante. Papá no me quitaba sus hermosos ojos, pudiendo ver su cabello algo desordenado, sus hermosa boca sonriendo y algo de sudor en sus mejillas aún no afeitadas. Algo nervioso se incorporó
-Vámonos a casa, de seguro tu madre ya ha regresado a preparar la comida.
Para mi desgracia, partimos de regreso. Fue un camino mas bien silencioso, pero marcado por intermitentes miradas de mi padre hacia mí, sonriéndome y bajando la mirada cuando nuestros ojos se cruzaban.
Durante esa tarde, él se mostró algo distante, leyendo, escuchando los ensayos de guitarra de mi hermano y saliendo con mamá de compras , regresando entrada la noche. Sabía que lo sucedido en la mañana lo había afectado de alguna forma. ..y a mi también. No conseguía bajar la calentura que me producía pensar en las caricias a su abdomen, sintiendo sus vellos…su mirada fija. Sin exagerar me masturbé dos veces seguidas, cayendo exhausto por la agitación.
Sin darme cuenta se hizo de noche y desperté al escuchar a mamá que entraba a mi habitación para preguntarme si quería acompañarla a ella y mi hermano al día siguiente a visitar a una de mis tías. Papá quería quedarse en casa, pues se aburre muchísimo en esas eternas visitas, y al enterarme de ello, contesté que me quedaría también.
-Así aprovecho cocinar algo decente para poder almorzar-le dije a mamá, quien sonrío y se despidió, dejando junta la puerta a su salida.
Desde mi cama pude ver a papá pasar por el pasillo vistiendo solo los shorts de un pijama (hacía muchísimo calor), luciendo muy sexy. Mi pene reaccionó de inmediato, y comencé a masajearlo suavemente pensando en él y su peludo cuerpo. A su regreso , papá entró a mi habitación con un vaso de agua en la mano.
-Asi que también te quedas, ¿no Martín?
-Si…no tengo ganas de ir donde tía Sonia (dije algo incómodo, temiendo que notara mi erección)
-Nah, de seguro aquí lo pasaremos mucho mejor. Que descanses hijo (y me besó en la cabeza)
Sentir su calor nuevamente y su olor volvió a ponerme muy cachondo, ¿y qué creen? Volví a masturbarme.
A la mañana siguiente, desperté con la música que sonaba desde la pieza de mis padres. Era una compilación de acid jazz que a papá le gustaba muchísimo, y prácticamente todos en casa conocíamos el tracklist de memoria. Fui hasta allá para bajar el volumen y noté que la cama estaba deshecha, vacía. En eso, siento el agua de la ducha cayendo desde el baño contiguo. Caminé hasta allá para ver quién estaba ahí…cual fue mi sorpresa a ver a papá bajo el chorro de agua, tarareando en un cómico scat la canción. Mis ojos no podían creer lo que veían…los vellos del pecho completamente mojados, al igual que su cabello que en ese momento enjuagaba lentamente. Su verga pendía flácida, pero con el prepucio en la mitad del glande y sus nalgas no podían verse más apetitosas. Fue tal la excitación que sentí que preferí correr a darme una ducha fría para tratar de calmarme y quitar esos pensamientos con…mi propio padre! Entré al baño del primer piso y me bañé rápidamente, tratando de desviar mis ideas a otros asuntos.
Cuando ya me había vestido noté que el desodorante se había acabado, por lo que no tenía más remedio que pedirle a papá el suyo. Volví a su habitación y entré decidido a tomarlo del baño y salir rápidamente…pero lo que ví no me lo permitió: ahí estaba mi padre, el hombre que por tanto tiempo me robaba el sueño , en la imagen más hermosa que había visto en mi vida…Solo con una toalla amarrada a la cintura, sus pectorales y abdomen muy velludos, recién afeitado, peinando su cabello hacia atrás prolijamente, dejando caer algunas gotas de agua. No pude controlarme y comencé a jalar mi prepucio sin importarme nada…era el hombre a quien más deseaba, de eso estaba seguro.
Al estar inmerso en mi tarea, con los ojos cerrados imaginando como sería explorar ese cuerpo tan apetecible, no me percaté de que papá me había visto.Solo reaccioné al sentir su mano acariciando mi cabello, lo que me hizo abrir los ojos de inmediato.
-No es necesario que lo hagas con tanta violencia…solo.
-Papá, yo…
Me miró a los ojos y me sonrío.
-También te deseo hijo…desde hace mucho tiempo no logro dejar de pensar en tí…(sujetándome suavemente la nuca con una mano, besando mi mejilla)…en lo guapo que estás….(rozó sus labios sobre mi pera y restregó sus dedos en mi cabello)… y en que quiero darte todo eso que siempre has querido…
-Pero cómo…ya sabías que yo (dije con dificultad por lo tremendamente caliente que estaba)…
-Siempre he sabido que me miras de una manera diferente…pero créeme que no me molesta en absoluto (acariciando mis mejillas).
En ese momento sucumbí, no podía moverme ni hacer nada y sentí como me jalaba el pelo suavemente para acercarme a su cara. Juntó sus labios con los míos, en un beso que fue aumentando de intensidad gradualmente. Separó su boca y me miró con una cara que me derritió, volvió a jalarme el pelo , esta vez más fuerte e introdujo su lengua casi completa en mi boca, en un beso apasionado, frenético, dándome de beber de su saliva al tiempo que mis manos se perdían en sus pectorales, cintura, cuello…ambos estábamos extasiados, sin poder separarnos. Comenzó a deslizar su lengua por mis mejillas dejando una estela de saliva que me estaba calentando demasiado. Hice lo mismo, lamiendo sus labios, su pera. su nuez …gemíamos de maneras que nunca había escuchado.Lamía mi nariz, mis párpados, mi frente, yo su cara de lado a lado.
Su toalla se desprendió, me quitó la polera y calzoncillos que llevaba puestos y me arrastró hacia la cama. Me volteó y me apegó a su cuerpo, aprisionando su pene en mis nalgas, chupándome los lóbulos. En completo frenesí me dí vuelta y metí mi lengua en su boca, le dí de beber de mi saliva…su excitación aumentaba con cada movimiento. Lamí nuevamente sus mejillas recién afeitadas, sintiendo una exquisita suavidad que me condujo hasta su cabello, que también recorrí con mi lengua , haciéndolo gemir de placer.Bajé hasta quedar de rodillas y me llevé su falo a la boca, tragándomelo entero durante un rato gracias a la experiencia que pude tener con otros chicos.
Me empujó hacía la cama y me abrió de piernas. Comenzó a masturbarme suavemente con una mano, al tiempo que jugaba con mi ano. Yo no podía creer lo que estaba sucediendo, pero me entregué por completo a la lubricación que papá estaba haciendo con su lengua en mi esfínter. Realmente estaba en las nubes, lo único que quería era que no se detuviera.Nuestros penes estaban a punto de estallar, duros como troncos. Papá intercaló la lubricación con lamidas por mis piernas, desde los dedos de los pies hasta mi abdomen, mientras se masturbaba.
-Lo siento hijo, pero no aguanto más
Acercó su pene a mi ano y comenzó a acomodarlo en la entrada.
-Tranquilo, tendré cuidado de no hacerte daño.
-No te preocupes papá…no sabes como he soñado con esto…
-Eres delicioso, realmente ya eres todo un hombre
Introdujo el glande de ese delicioso pene largo y grueso, perfecto. Cerré los ojos de placer, algo que parece haberlo estimulado aún más, pues me miró extasiado mientras deslizaba su verga hacia el interior. El bombeo se hizo cada vez más rápido, arrancándonos verdaderos gritos de placer. Dejándome llevar me incorporé, cuidando que su pene no se saliera, y me senté sobre sus muslos, comenzando una cabalgata alucinante.
-Ahh…papá…ahh..sigue, sigue más rápido
-Arrggh,,,arrg…pensaba en lo rico que sería estar contigo…pero
Mis movimientos pélvicos, aprisionando su glande en mi recto lo hacían estremecerse, y a mi también.
-Papa..ahh..creo que estoy enamorado de tí
Al oír eso, papá me acomodó de lado y aceleró el ritmo de penetración. Me besaba y gemía, yo sentía cada vez más y más calor en todo el cuerpo, en mis mejillas.
-Eres precioso…nunca había sentido algo tan…ahh, Martíncito, creo que voy a acabar…
Me quité su verga del ano y me la llevé a la boca. Papá continuó masturbándose cada vez más rápido, mientras yo rozaba el glande con labios y lengua.
-Eso, si, si..sigue…ahhh…ahhhhhh
Y descargó 4 chorros muy fuertes de semen sobre mi lengua, gritando de una manera que nunca le escuché siquiera con mamá.Al verlo experimentar semejante placer, me calenté muchísimo más y eyaculé de tal forma que mi pecho y sus muslos quedaron repletos de leche. Limpiándola con su lengua, papá se acercó a mi y me besó apasionada y tiernamente, juntando nuestro semen.
Nos abrazamos recostados, no parábamos de acariciarnos. Y en un momento, escuché algo que siempre soñé oír:
-Creo que también estoy enamorado de tí, mi amor.Me has regalado la mejor follada de mi vida.
Le sonreí pícaramente, con un dejo de inocencia.Nos besamos y nos dormimos. Desde ese día nuestra relación se hizo mucho más estrecha y cercana, como podrán imaginar.
Si quieren saber cómo siguió nuestra historia, encantando puedo narrarles otras de nuestras aventurillas con papá. !Saludos!
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