Papi mi primer y único hombre
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mucho gusto mi nombre es Jennifer tengo 18 años y me gustaría contarles cómo comenzó mi relación incestuosa con mi papá. Nací en una familia acomodada, siendo la menor de dos hermanos, Michael mi hermano mayor actualmente tiene 20. Mi padre es un empresario de muy buena posición económica, hijo de americanos, tiene una cadena de tiendas muy exitosa en la región.
Mis padres se casaron a los 19 años él y 18 ella por el embarazo de mi hermano, dos años después nacería yo, mi madre hija de doctores también estaba acostumbrada a los lujos de la alta sociedad, al ir creciendo las diferencias entre ambos eran muy notorias, al igual que las preferencias por los hijos, Michael el consentido de mi mamá y yo la nena de papi.
Ahora que tengo conciencia el trato que mi papá siempre me dio fue muy particular, cumplir todo mis caprichos, consentirme en absolutamente todo, desde pequeña acostumbraba a sentarme en sus piernas, muchas veces sentía algo duro crecer debajo de mí.
Constantes abrazos y caricias, celoso y posesivo, me tenía prohibido las amistades con varones, a los ocho años las diferencias entre mis padres fueron irreconciliables, uno de los motivos de su divorcio, yo, mi madre no soportaba que el mundo de mi padre girara entorno a mí.
Michael se fue a vivir con ella y como era de esperarse yo me quede con mi papá. Para ese entonces las caricias siempre fueron en aumento y empezó a darme piquitos en los labios. "Papi te ama mi nenita linda, eres mi mundo, mi todo, la única mujer a la que amo" me repetía constantemente, eso solo alentaba mi ego.
Los años posteriores crecí siendo la dueña y señora de la casa, mi palabra era ley, mi papá se dedico a consentirme, comprarme ropa provocativa, cuando salíamos siempre me tomaba de la mano o de mi cintura, como recalcando que yo era suya.
Ahora bien, creo que seria bueno describirnos físicamente, mido 1.70, con grandes senos y un culo paradito, blanquita de cabello rubio y ojos color avellana. Mi papa por su parte mide 1.90, de cuerpo conservado a sus 39 se mantiene en forma con el gimnasio, igual que yo rubio de ojos avellana.
Todo los roces tuvieron un cambio radical cuando tenia 14 años casi 15, ya mi cuerpo estaba bastante formado, mis curvas denotaban sensualidad, mis labios carnosos y mi larga cabellera, muchos de mis compañeros querían ser mi novio, pero como siempre obedecía a mi padre en todo, pues siempre me trato como su enamorada y yo estaba muy confundida en sentimientos, pues desde los 12 no veía mi mi padre como lo debe hacer una hija y era consciente de que el me deseaba como mujer.
La tarde del día anterior a mi cumpleaños número 15 mi papá me sorprendió con una cena muy romántica, solos el y yo en la casa, ninguno de los empleados estaba ahí, vi esa mirada de determinación tan propia de él que tanto me encanta y me enamora cada vez más de su ser. La cena estuvo espectacular, en ese momento no era mi padre, no sabia en que terminaría esa noche pero estaba segura de que a partir de allí todo cambiaría. Después de la cena nos sentamos en el sofá grande de la sala, su cuerpo muy pegado al mío y empezamos a tener una conversación que se fue tornando cada vez más caliente.
-Mi nena preciosa, ya eres toda una mujer, ¡Mañana son tus 15 años! Parece ayer que te tenia en mis brazos, o te veía correr hacia mi cuando llegaba del trabajo
-Papi que cosas dices, sabes que te amo, eres la persona que más quiero en este mundo
-Por ahora mi amor, pronto conocerás al hombre que te arrebatara de mi lado.
-No papi eso jamás sucederá, yo solo te quiero a ti!
-Mi nena hermosa, los chicos en tu instituto deben andar como jauría cazandote, a ver cual de ellos te conquista
-Papi sabes bien que no tengo novio, además nunca he besado a un chico…
-¿Nunca? (en ese instante pude notar una erección en mi papá y tocaba mi pierna)
-No papi…
-No debes avergonzarte, tus labios solo los merece un hombre que te ame de verdad, (hizo una pausa larga) al igual que tu… virginidad…
-Eso será difícil papi, además solo me gusta un chico pero es inalcanzable para mi…
-(note la cara de desilusión de mi padre) Seguro el no te merece, no debes sufrir por el mi niña…
-Yo se que te gusto… Y que no me ves como a tu hija…
-Lo siento perdóname mi amor, no puedo evitarlo, es que eres tan bonita, tu cuerpo es tan hermoso, tu cara angelical, sueño con hacerte mía y me siento el peor de los hombres pero no quiero que otro te toque desde pequeña me enamoré de ti, de tu sonrisa mi niña. (Papá tenia lágrimas en los ojos)
-Papi (tome su cara y lo vi a los ojos) Yo te amo y solo te quiero a ti, quiero que tu seas el primero, solo tu, el único…
-Si mi amor, solo yo tengo el derecho de tomar tu virginidad eso me pertenece, tu me perteneces.
Mi papá se abalanzo sobre mí y yo quede a su merced, a decir verdad para ese entonces era bastante inocente, lo único que hacia era depilarme por consejo de mis amigas, sus besos, mis primeros besos, apasionados, al principio mi respuestas eran torpes, pero entre beso y beso fui mejorando, duramos largo rato besándonos , sus manos parecían un pulpo apretando todo mi cuerpo, devorando mi ser, me cargo y me llevo a su habitación, sabia que esa noche todo cambiaría, estaba a punto de dar un paso importante para toda mujer y seria nada más y nada menos que mi padre el hombre que tomaría mi virginidad.
Me deposito con dulzura en su cama, me contemplo por un instante, después se quito la camisa, con mucha suavidad tomo mis piernas y las abrió atrayéndome hacia el, pude sentir la dureza de su miembro rozar con mi braga que para ese entonces estaba completamente empapada. Una de sus manos se perdía debajo de mi falda mientras la otra se colaba por debajo de mi camisa apretando mi seno izquierdo.
Proseguimos en la sesión de besos, no había prisa, teníamos toda la noche para amarnos, la tenue luz de la mesa de noche daba un ambiente perfecto, mis manos solo se posaban sobre su pecho y me dejaba hacer, él tenia el completo control de mi cuerpo, a su merced, mi cuerpo virgen disfrutaba cada una de sus caricias, cargadas de amor paternal y deseo lujurioso de hombre.
-Mi amor, esta noche será inolvidable, te lo juro, la mejor para los dos, hoy me darás lo que siempre ha sido mío
-Si papi, te amo, mi corazón te pertenece y ahora mi cuerpo también.
Después de esas palabras por primera vez sus manos tocaron mi rajita sobre mi braga, apretó suavemente sobre ella provocandome un suave gemido, su sonrisa de satisfacción fue el símbolo de triunfo máximo, sabia que a partir de ese instante seria solamente suya, sus varoniles manos me quitaron mi camisa y mi bra, mis senos saltaron, se podía notar lo duro de mis pezones, los cuales estaban duritos, perfilando hacia arriba.
No perdió tiempo en comerse cada uno de ellos, los apretaba con su boca, lamiendo mis pezones, alternando entre uno y otro, cuando no los tenia en la boca sus dedos se encargaban de darme un placer indescriptible, esas primeras sensaciones de placer sexual de la mano de mi padre, como les dije jamás en mi vida ni siquiera me había masturbado.
Mientras se dedicaba a comerse mis senos notaba la dureza de su miembro constantemente rozar con mi intimidad, leves gemidos escapaban de mi por la gran habilidad de mi padre, se detuvo y volvió a mirarme a los ojos, un suave beso se poso sobre mis labios y sus manos tomaban mi cintura, acaricio mi rostro despejandolo de los cabellos que lo cubrían, se separo un poco de mi y levantándose tomo mi falda bajándola con mucha delicadeza, hasta ternura se podría decir.
Cada vez el momento estaba más cerca, mi rajita completamente húmeda se marcaba a través de la tela blanca de mi braga, las manos de mi padre temblaban un poco, una mirada de deseo que nunca había visto enmarcaba su rostro, me quito la braga lentamente, completamente depilada del día anterior, suave y sumamente empapada, así se encontraba mi intimidad. Por primera vez me encontraba desnuda ante un hombre, mi padre.
-¿Te depilas? (pregunto se notaba la excitación en su voz)
-Si papi mis amigas dicen que es mejor así
-Tienen razón así es mucho mejor, estas muy mojada eso tenemos que solucionarlo
Sus dedos tocaron mi rajita sin nada que los separase, piel con piel, un escalofrío recorrió mi cuerpo al sentir sus dedos apretar mi clítoris, posicionandome en la punta de la cama se agacho y su lengua se perdió dentro de mí, se dedico a lamerla de arriba a abajo, sin cesar, dándole lamidas circulares a mi clítoris, su lengua no se detenía y yo no podía controlar lo que mi cuerpo estaba sintiendo, mis gemidos inundaban la habitación, con uno de sus dedos se penetro lentamente sintiendo como se abría paso en mi estrecha y apretada intimida, sentí un poco de presión, pero el placer de su lengua me distraía por completo, se levanto y sus labios fueron a los míos, el sabor de mis jugos en su boca se traspasaron a la mía.
-Mi amor que apretadita estas, ya vas a ver como vamos a gozar mi niña linda (decía entre besos e iba introduciendo un segundo dedo en mi interior)
-Ahh papii… Sientooo.. Que quiero orinar…
-No te reprimas mi amor, te quieres correr, eso pasa cuando estas muy excitada mi vida.
Volvió a bajar y su lengua devoraba mi rajita con el ir y venir de sus dedos, una electricidad recorrió mi cuerpo, mis piernas temblaban y sentí como las paredes de mi rajita se contraían de manera violenta y solté mis jugos siendo recibidos por la boca de mi padre, mis gemidos fueron perdiendo intensidad y quede en la cama agotada, mi primer orgasmo causado por la lengua del hombre que más amaba.
-Mi amor como te corriste, ya no puedo aguantar más tengo que hacerte mi mujer, mía y de nadie más, solo yo podré tocarte, solo yo podré gozarte, tu cuerpo y tu corazón me pertenecer y los míos a ti mi cielo
-Si papi solo tuya, tuya y de nadie más, te amo
-Júrame que no permitirás que otro te toque, solo yo, si otro te llegará a tocar me moriría del dolor
-Te lo juro papi, solamente tú serás mi novio.
-Si mi niña, tu hombre, el único que te quede claro a partir del momento en que mi verga entre en tu linda rajita me pertenecerá, tomaré tu virginidad mi amor.
Vi como desabrochaba su pantalón, dejándolo caer en el suelo, un gran paquete marcando sobre su boxer, el liquido preseminal, y vi su verga por primera vez cuando se deshizo de su prenda interior, salio como un resorte, 20 gruesos centímetros (después la mediría) obviamente se rasuraba porque no tenia ni un solo pelo en su masculino ser, cabezona y rosada. Tomo mi mano y la llevo a su verga palpitante, tímidamente la toque, el con su mano sobre la mía comenzó un movimiento de arriba a abajo, sin darme cuenta al poco ya lo estaba pajeando sola, me indico que también acariciara sus guevos y al poco sus fuertes gemidos de hombre se propagaban por la habitación.
-Ahh si mi amoor que bien lo haces, ah mamasela a tu papiii, vamos se mi niña obediente ahh complace a tu hombre
Me encantaba que mi padre me dijera que era mío, como me lo indico comencé a lamer su verga como una paleta, con cuidado de no lastimarlo con mis dientes me introduje hasta la mitad y al poco mi papi me tomaba del cabello y me estaba follando mi boca, me dejaba hacer pues quería complacerlo en todo, le comí sus guevos y jugué con su cabeza dándole lamidas circulares.
El momento había llegando se metió en la cama conmigo y coloco mis piernas bien abiertas tomándome de la cintura, su verga recorrió mi intimidad y se posiciono en la entrada, mi corazón latía a mil por hora, sentí una gran presión y un gran dolor al sentir su cabeza abriendo mi rajita virgen, las lágrimas brotaban de mis ojos, y trataba de zafarme, mi padre al ser un hombre alto y fuerte no lo permitió, se detuvo cuando toco la tela de mi virginidad y dio un impulso enterrándome toda su verga de un solo golpe.
Sentí que me partía en dos, el dolor era mucho, luchaba por quitarmelo de encima, pero tomo mis manos inmovilizándolas y el peso de su cuerpo cayó sobre mí y me daba besos por toda la cara y en mis labios, tratando de acabar con mi dolor.
-Perdóname mi niña, ya el dolor pronto pasará, ya eres mi mujer, te prometo que mientras viva ningún otro te tocará, se que duele, pero ya verás cuando aprendas a menearte lo rico que la vamos a pasar
Yo soltaba alaridos de dolor, que poco a poco se fueron calmando, ya me estaba acostumbrando a su tamaño, cuando me vio más calmada empezó un suave y lento mete saca, mis leves gemidos denotaban una mezcla de dolor y placer, sus besos en mi boca, quien mejor que el hombre que me dio la vida para enseñarme los placeres del sexo.
Mis gemidos al igual que sus embestidas iban en aumento, ya no sentía dolor, solo el placer que me causaba su gran verga apretando en mi interior, entre gemidos, arremetidas y besos pasamos un buen rato, hasta que cambiamos de posición tomo una de mis piernas llevándola a su pecho y me la siguió clavando sin detenerse, el sudor empapando nuestros cuerpos, descubriendo ese nuevo mundo del sexo prohibido, del incesto, el fuerte olor a sexo.
Nos movíamos acomplando nuestros cuerpos, me levanto y me pego a la pared, con su fuerza corporal no le era difícil moverme como quisiera, enrosque mis piernas a su alrededor y me siguió penetrando intensamente, me volvió a acomodar en la cama cayendo sobre mí en ningún momento sacó su verga de mi interior, volvimos a la posición inicial, besándonos, apretaba mis senos, pellizcando mis pezones, haciéndome gozar, me corrí nuevamente, quede sorprendido por su aguante, al contraer mi rajita por mi nuevo orgasmo soltó un gemido grave, como un rugido.
-A partir de ahora me perteneces, eres mía, solo mía, mi amor, mi hija, mi mujer.
-Si papii (logre decir entre suaves gemidos)
No duro mucho más acelero sus embestidas y se detuvo, sentí algo tibio cayendo en mi rajita, se leche inundaba mi ser, era mucha, sus guevos bien cargados depositaron varios chorros en mi interior, sellando con un beso nuestro amor, vi salir su verga de mi ya perdiendo vitalidad, con restos de leche y sangre, los mismos que corrían por mis piernas, con mucha ternura y amor me cargo al baño donde me limpio y se limpio el también.
Me llevo a cama, la misma donde hace algunos instantes me había convertido en mujer, si mujer, a partir de esa noche he ocupado ese lugar en su cama, como se lo prometí él ha sido mi único hombre, desde ese primer encuentro hemos experimentado muchas cosas en el sexo siempre juntos, como padre e hija, como hombre y mujer. Espero que les haya gustado si es así continuaré contándoles nuestra historia
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