Paraiso I
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por pipau.
Paraíso I
Camino a paraíso 1.
El inicio.
Esta historia comienza en 1920 en la catedral de Colonia en Alemania donde se realizan los funerales del Barón-conde Helmut Von Steinhoff.
Ha muerto de un infarto a los 73 años y sus funerales han congregado a los principales líderes del país y hasta el mismo Káiser, exiliado en Holanda, ha enviado un representante.
El barón-conde era uno de los hombres más ricos de Alemania, si no que el más rico.
Su fortuna abarcaba desde fundidoras, fábricas de armas, equipos eléctricos, astilleros, etc.
Era más rico que la familia Krupp pues sus negocios abarcaba no solo Alemania sino que también Inglaterra, USA, Francia, etc.
Al centro del altar en la amplia nave reposa su féretro, cubierto por la bandera imperial, y ante él está su familia en pleno.
Su esposa Ada, de origen sueco y sus hijos Hans de 15, Helga de 13 e Hilda de 11.
Ada es muy joven aun pues a los 14 años fue prácticamente vendida por su padre, un industrial sueco, al barón-conde, por lo que a los 15 años fue madre.
Había tenido una vida oscura y sin ningún aliciente.
El barón-conde le llevaba muchos años y era un hombre despótico al que solo le interesaban sus negocios.
La tuvo abandonada y ella se refugió en sus hijos, aunque a Hans lo separaron de su lado a los diez años para enviarlo a un internado.
A sus treinta años Ada deseaba vivir, experimentar el amor y el sexo.
Todo lo que no tuvo con su marido.
Era una mujer alta, atlética, en contra de los cánones de belleza de la época.
Su hijo Hans a los 15 años era un adolecente alto, delgado y con toda la inocencia de esos tiempos.
Helga a sus 13 años ya dejaba ver la espléndida mujer en que se convertirá y la núbil Hilda era una preciosa chiquilla con cara de ángel.
La ceremonia seguía su curso y a pesar que ellos estaban separados de todos, se oían los cuchicheos de la gente, por lo general se referían a la gran pérdida que había sufrido el país, pero eso no evitó que hasta los oídos de Ada llegaran unos comentarios entre varias mujeres.
-“Pobre Ada, tanto soportar a su marido y ahora en cinco o seis años en que se case Hans ella dejara de disfrutar de la fortuna de los Von Steinhoff”
-“si, y si se casa de nuevo lo más seguro que el nuevo marido no sea ni la cuarta parte de rico de lo que será su hijo”
-“Y a las hijas les espera algo igual, un matrimonio por interés con un marido igual a su padre”
En ese preciso momento Ada decidió que eso no pasaría.
Ya vería la forma de evitarlo.
Después de los funerales se llevaron a cabo algunas ceremonias más, entre ellas la investidura de Hans como nuevo Barón-conde Von Steinhoff a las que asistió la familia en pleno, al terminar todo Hans leyó un comunicado donde dejaba a su madre al frente de todo y avisaba que en unos meses se iría a Inglaterra a continuar sus estudios.
Ada no hizo ningún movimiento y dejó a todos los administradores en sus puestos.
A ella lo que le apuraba era la situación futura con su hijo.
Estuvo dándole vuelta en la cabeza por varios días sin encontrar una respuesta.
La solución le llegó de la manera más inesperada.
Ella tenía una única confidente a la que le contaba todo lo que pasaba en su vida.
Berta, su mucama, que desde hacía cinco años había sido contratada para atenderla solo a ella.
Era una joven de 26 años de origen campesino de la región bávara.
Con ella compartía sus secretos.
-No sé qué voy a hacer Berta, Hans pronto se casara y nos sacara de su vida.
Si pudiera controlarlo de algún modo tal vez podría evitarlo.
-Hay señora, a los hombres solo se les puede controlar de una manera.
-¿Y esa cuál es?
-el sexo señora, el sexo.
-entonces lo controlara la que se acueste con él.
-exacto señora, ya vamos avanzando.
-¿Qué quieres decir?
-lo que usted entienda.
– a ver Berta, explícate.
-mire señora, lo que le voy a decir es muy personal, por lo que espero que me guarde el secreto.
La región de donde yo vengo es muy común el sexo entre hermanos, hijas y padres, madres e hijos.
Se forman lazos indestructibles.
Tengo dos hermanos de 30 y 28 años.
Los dos tienen sexo con mi madre que tiene 46 años.
Ella ya tuvo tres hijos con ellos y mi padre es amante de mi hermana que tiene 27 años y dos hijos de él.
Ellos tienen su mundo y no dejan entrar a nadie.
Por eso me vine a trabajar con usted.
-Berta, pero eso es incesto.
-sí……….
es su nombre, pero quien lo prueba nunca lo deja.
La conversación siguió por los mismos derroteros y durante varios días fue el tema entre ellas, hasta que Ada tomó su decisión.
Lo haría todo por evitar lo que les esperaba.
Pero se trazó un plan más amplio.
También incluiría a sus hijas en él.
Lo primero que hizo fue llamarlas una tarde a una sala que era para su uso personal.
Ellas fueron pensando que las regañaría por algo, pero su sorpresa fue enorme.
Su madre las esperaba con una actitud dubitativa y lo primero que hizo fue una pregunta.
-¿Qué piensan de su hermano Hans como hombre?
-¿Cómo hombre, no te entiendo? Contesto Helga.
-¿les parece guapo, podrían amarlo como amante?
Helga se quedó callada e Hilda puso cara de susto.
-Contéstenme, digan algo.
-A mí me parece muy guapo-dijo Helga- pero nunca he pensado en el cómo amante.
Entonces Ada les dio un discurso donde les decía lo que pasaría con ellas al momento en que su hermano se casara, la vida que llevarían, su descenso en la escala social, en fin, les pinto un negro panorama.
Ellas, en base a la educación que habían recibido, que combinaba la soberbia de clase con la obediencia total a sus mayores, terminaron aceptando los deseos de su madre.
Harían lo que ella les pidiera en el momento que lo mandara.
Al sentirlas controladas Ada siguió con su plan dejando pasar varios días que aprovechó para aleccionar a sus hijas, al grado que las jovencitas desearon actuar pronto.
Ada decidió cambiarse de recamara y se instaló en una al lado de la de su hijo, con la que se comunicaba con un discreto pasillo.
Varios días después le dijo a Hans.
-cuando te prepares para dormir ve a verme a mi recamara.
Hans, como todas las noches se puso su pijama y su batín antes de sentarse a leer un poco, así dejó pasar unos minutos y decidió ir a ver a su madre.
Paso por el pasillo y tocó la puerta abriéndole Berta, la cual salió al momento que el entró.
Su madre estaba sentada ante un secreter de espaldas a él y lo vio por un espejo.
Hans a sus 15 años media un poco más de 1.
84 mts, delgado, rubio, cuerpo correoso de anchas espaldas y caderas estrechas.
Ojos azules de un tono acerado, y una sonrisa franca.
Era un niño de su época con todos los valores y defectos.
Tímido en cuestiones sexuales, aún no había tenido relaciones con nadie.
Quería y respetaba mucho a su madre.
Ada lo vio y pensó que tenía que enseñarle mucho, aunque ella no era una experta, lo bueno que tenía a Berta.
Se levantó de la silla y se volteó de frente a su hijo dejando ver que debajo de la bata que vestía no traía nada.
Hans sintió como una descarga eléctrica pero no dijo nada, lo que no evitó que Ada se diera cuenta del efecto que había causado.
-hijo, tenemos que hablar de cosas muy serias.
-si mamá, tú dirás.
– se trata de tu vida futura, de los planes para ti.
-bueno, creo que están claros.
Me voy a Inglaterra a estudiar y cuando vuelva me hago cargo de los negocios.
– mi vida, en esta familia las cosas no son así, no es nada más estudio y trabajo.
Existen cosas que son primordiales para la familia, por ejemplo: la raza.
Debemos preservar nuestra sangre y nuestras costumbres.
-hablas como esos exaltados de las cervecerías de Múnich que quieren hacer un súper hombre ario.
-pues tienen razón, debemos conservar nuestros genes.
-¿y yo que debo hacer?
Ada se retrajo unos instantes y después dijo.
-debes de conservar la pureza de tu sangre tomándonos por amantes a tus hermanas y a mí.
Hans se sorprendió por la respuesta.
-¡Queeee, eso es incesto!
– nosotros estamos sobre esas cosas, pertenecemos a una clase donde se toman medidas extremas.
-pero eso no es posible, no se dé nadie en la familia que lo haya hecho.
Entonces a Ada se le ocurrió decir una mentira.
-Tu padre lo intentó con su madre y su hermana pero no pudo embarazarlas, por eso me escogió a mí por esposa, porque soy aria pura.
Tú deberás embarazarnos a las tres y así conservaremos nuestra sangre.
Ya buscaremos una esposa complaciente que entienda como son las cosas, como yo en su momento lo entendí.
Entonces Ada dejo caer la bata apareciendo en toda su desnudes ante los ojos de su hijo.
Hans nunca había pensado en su madre como mujer, es más, nunca había pensado en una mujer en sí.
Cuando vio las formas de su madre, que eran hermosas, no pudo evitar sentirse excitado.
Ella se acercó y lo besó en la boca provocándole nuevas sensaciones que el chico nunca había sentido.
No sabía qué hacer, si salir corriendo o quedarse pero algo muy fuerte lo obligó a no hacer nada y ese algo era el deseo que se había despertado en él.
Ada lo despojo de su batín y le fue quitando la pijama mientras pegaba su ardiente cuerpo contra él, a pesar de sus años de casada o más bien gracias a ello Ada no era una mujer experta en el sexo, pero los deseos de serlo la hacían actuar.
Acaricio el pene de su hijo mientras lo besaba y tomó su mano dirigiéndola a su vagina, Hans estaba a punto del orgasmo pero ella lo calmo besándolo largamente, introduciendo su lengua en su boca y presentándole los pechos que el chupo con ahínco.
Cuando lo sintió más calmado se colocó en la cama y lo atrajo hacia ella guiándolo hacia su sexo.
La penetración fue torpe pero excitante para los dos, que iniciaron la danza de sexo con fuerza.
El orgasmo no tardó mucho y Hans descargó un rio de semen dentro de su madre.
Para él era la primera vez de su vida sexual, para ella era el verdadero inicio de la suya.
Durante la noche lo repitieron dos veces más, pero Ada se dio cuenta que necesitaba hacer algo más que una penetración vaginal y algunos besos y caricias.
Al otro día decido hablar con Berta.
Primero la puso al tanto de sus avances y luego le pidió consejo.
Berta le dio una completa explicación de cómo se hacía una felación y luego le dijo.
-bueno, lo que verdadera mente vuelve locos a los hombres es el sexo anal.
-¡Queee! Pero eso es asqueroso y muy doloroso -contestó Ada.
-no lo crea señora, mi madre y mis hermanas lo practican a diario y dicen que los disfrutan tanto o más que una penetración vaginal.
Ada se quedó meditándolo y rompiendo sus últimas barreras morales.
Esa misma noche inicio una serie de caricias nuevas y poco a poco se deslizo sobre el estómago de su hijo hasta llegar a su pene.
Y entonces, venciendo su asco se lo metió en la boca y dio la primera mamada de su vida.
Hans no sabía qué hacer pues tenía miedo pero el deseo lo vencía y se dejó llevar.
Ada desarrollo de inmediato su instinto sexual y se vio dando gran placer a su hijo y de pronto estallo la bomba en su boca.
Quiso zafarse pero no evitó tragarse una buena cantidad de semen.
Descubrió que era más el placer de saber lo que había hecho con su hijo, que el asco.
Descansaron por un buen rato y Ada le pidió a Berta unas copas de vino que ella trajo de inmediato.
Cuando lo vio que había recuperado sus fuerzas entonces se colocó boca abajo en la cama y le dijo.
-ahora vamos a probar otra manera de hacer el sexo.
Tomó un tarro de crema de su buró y se la aplico en el culo y la verga de su hijo.
Levantó un poco las nalgas y le dijo.
-métemela por el ano.
Hans no sabía qué hacer.
En su ignorancia ni siquiera sabía que existía esa práctica sexual, pero el deseo lo guio y apoyo la punta de su pene en el orificio anal de su madre empujando poco a poco.
Ada sintió el envite y le pidió que fuera más despacio, pero cuando estuvo toda adentro de pronto le llegaron sensaciones que jamás había sentido.
Poco a poco se fue llevando por el placer que jamás había pensado que sentiría.
Un placer que nacía a la entrada de su culo y le llegaba hasta el cerebro.
De pronto Hans que hasta ahora había estado callado en todas las prácticas sexuales que habían tenido, empezó a hablar.
-¡que rico siento madre! ¡Esto es delicioso! ¡Te amo! Júrame que siempre lo haremos.
-si mi amor, mi culo será solo tuyo cuando tú lo quieras.
Ada se dio cuenta que ya lo tenía donde quería y que ahora con la ayuda de sus hijas lo harían su esclavo sexual.
En realidad no se daba cuenta que ellas serían sus esclavas de él.
La noche terminó con un tercer coito donde practicaron las tres penetraciones quedando los dos rendidos y dormidos abrazados entre si hasta que Berta los despertó en la mañana.
Continuará……………………………………….
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