Paraíso IV
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por pipau.
Paraíso IV
El incesto se vuelve ley.
Han pasado cuatro años y los nazis están en el poder desde enero de 1933, ahora, en 1934 la noticia bomba entre la alta sociedad era la boda de el Barón-Conde Von Steinhoff con la hija del marido de su hermana el Conde de Lehiters.
La señorita Beatriz de Lehiters era una preciosa chiquilla de 13 años que traía locos a muchos aristócratas de Europa, pero el Barón-Conde a sus 29 años era el mejor partido que podía tener.
Había muchos comentarios.
-si, como se crio en casa de él, poco a poco le tendió las redes.
-a la mejor ya van adelantados.
Y no les faltaba razón.
El día de la boda Beatriz tenía dos meses de embarazo.
En realidad tenían cinco años teniendo sexo y aunque ella era prácticamente una niña, su embarazo aceleró la boda.
Todos los jerarcas del gobierno asistieron y al final de la fiesta el mismo Hitler se presentó a felicitar a los novios y los puso de ejemplo de la raza aria.
Al salir de la fiesta le dijo a Hans.
-después de la luna de miel lo espero en la cancillería del Reich.
Hans se quedó pensando que le pediría el Führer, pues lo más seguro era eso.
Los nazis le habían dado muchos contratos para su industria pesada.
Sus empresas construían aviones, submarinos, cañones, tanques, etc.
Lo más seguro- pensó- es que quieran algún pago.
La luna de miel duró poco pues Beatriz tenía que cuidar el embarazo, así que cuando regresó lo primero que hizo fue ir a ver al Führer, pues sabia como se las gastaban los nazis.
Al llegar a la cancillería lo recibió un edecán que lo condujo por diversos pasillos hasta un despacho amplio, donde había un escritorio y una gran mesa con bastantes sillas, además de cómodos sillones, esperó unos cinco minutos cuando de pronto se abrió la puerta y apareció el Führer acompañado del Reichsleiter Alfred Rosenberg y el Reichsführer-SS Heinrich Himmler.
Lo saludaron brazo en alto y después se pusieron a platicar con el de cosas intranscendentes, Hans no entendía para que lo hubieran llamado, pero de pronto Hitler cortó la conversación y dijo.
-Bueno, al grano.
Lo hemos llamado Herr Barón-Conde, porque queremos que usted se encargue de unos de los programas más importantes para la sobrevivencia del pueblo alemán.
De este programa dependerá en el futuro la pureza de la sangre aria.
Nuestros científicos, arqueólogos y sociólogos han llegado a la conclusión de que la mejor manera de conservar pura la sangre de los alemanes es por medio del incesto y creemos que usted es la persona indicada para llevar a cabo nuestros planes.
Hans se calló unos instantes y después dijo.
-¿Y porque yo?
Himmler abrió un portafolio que llevaba y saco varios folios, abrió uno y empezó a leer.
<<Según sabemos usted practica el incesto con su madre y hermanas desde hace 14 años, los hijos de su madre y hermanas nacidos en Inglaterra todos son hijos suyos.
Su esposa se sospecha que también es hija suya con su hermana menor, que tuvo un parto antes de los 13 años según registro de un hospital de un pueblo ingles…….
¿Le sigo?>>
Hans se dio cuenta que sabían toda su vida y se temió lo peor, pero Hitler lo tranquilizo.
– Herr Barón-Conde, no se trata de acusarlo de nada, al contrario, lo consideramos un precursor de nuestras idea y para nosotros es un ejemplo a seguir, yo mismo practique el incesto con una sobrina mía y hasta el fin de mis días será la mejor experiencia que tuve, usted es la persona indicada para dirigir este programa.
Ya hemos captado alrededor de 200 parejas incestuosas desde los 50 hasta los 13-15 años de edad.
Con los hijos incluidos hacen un total de 450 personas de todas las edades.
Pensamos captar entre 200 y 300 parejas más.
Ya tenemos construido un pueblo bardeado para 4000 personas.
Queremos que usted instale un pequeño astillero como fuente de trabajo.
Para salir del pueblo tendrán que presentar un pase especial y no entrará nadie que no sea parte del pueblo.
La idea es que los hombres embaracen a sus madres, hermanas, hijas y nietas.
Pensamos captar más parejas cuando Alemania se apodere de los territorios habitados por alemanes en otras naciones.
El resultado de este programa será la reserva moral, espiritual y genética de la gran Alemania que construiremos en el futuro.
Hans se quedó callado unos minutos, aunque sabía que no podía negarse, lo que le preocupaba era que se hiciera público internacionalmente sus relaciones incestuosas, así que solo pidió una condición.
-lo único que le pido mein Führer, es que mi nombre no aparezca para nada.
-estamos de acuerdo Herr Barón-Conde.
Usted manejara el programa y solo lo sabremos yo, el Reichsführer-SS Heinrich Himmler y el Reichsleiter Alfred Rosenberg.
Tendrá usted un presupuesto ilimitado.
Hans se retiró de la cancillería y llegó a su palacio un poco confundido, pero su madre al saber lo que le propusieron se puso feliz.
De inmediato le propuso encargarse de las reglas que regirían el pueblo, además de seleccionar a las mejores parejas para tenerlas como empleados de las industrias de la familia.
Hans visitó el lugar donde estaba el pueblo que llamó Edén y en tiempo record construyó un pequeño astillero para construir partes de submarinos y lanchas rápidas de combate.
Poco a poco llegaron los habitantes y empezó la vida activa del lugar.
Las reglas, dictadas por Ada eran claras.
Era obligación de todas las mujeres tener solo hijos de sus padres o hermanos, al crecer estos hijos podrían embarazar a sus madres.
Las niñas desde los cinco años serian inducidas al sexo familiar empezando a practicar con tocamientos, caricias, besos hasta llegar a practicar felaciones a sus padres y recibirlas de parte de ellos.
No serian penetradas hasta cumplir 7 años tratando no provocarle dolor, y analmente hasta los ocho.
No estaría permitido tener relaciones con miembros de otra familia, a no ser que en esa familia faltara el padre y los hijos aun no tuvieran edad de embarazar a las mujeres.
En las escuelas tanto a los niños como a las niñas se les enseñaría la importancia de conservar la pureza de la sangre familiar.
Etc, etc, etc.
Hans pensó que su madre enloquecía poco a poco, a él no le gustaban los nazis y aunque nunca había tenido una relación sexual que no fuera incestuosa, el tener un programa a nivel nacional le parecía una locura.
Pero no podía negarse y lo llevaría a cabo.
Así se preparó para el futuro.
Su última pasión era Dana, de 8 añitos, hija de él y Helga, la niña se desarrollaba cada vez más y a pesar de vestir las modas infantiles de la época no dejaba de excitarse viéndola con sus vestiditos de niña, con sus cuellos grandes, sus faldas largas y sus medias blancas.
Un día que estaban solos en la recámara de él dejó que su batín se abriera y apareció su berga inhiesta, Dana al verla se sonrojó y él le preguntó.
-¿nunca has visto una?
-No papito, nunca.
-¿no quieres tocarla?
-¿Me dejarías?
-Sí, ya estás en edad.
La niña se acercó a él y con su mano agarró el cuerpo de la Berga, por puro instinto empezó a puñetearla y al ver a los ojos a su padre vio como este disfrutaba la caricia.
-¿Te gusta papito?
– si mi amor, pero si te la metes en la boca y me la chupas me vas a dar mucho placer.
La niña dudó un poco pero al final acercó su boca y empezó a lamerla, Hans presionó la cabeza de la niña y ella se metió el pene en la boca, poco a poco aprendió a mamarla y cuando Hans estaba a punto de estallar la detuvo, la desvistió y la acostó sobre la cama abriéndole las piernitas, al ver su rajita no se contuvo y la empezó a mamar.
Dana se retorcía de placer, no sabía qué hacer, si gritar o negarse, pero sabía que en su familia era muy normal lo que estaba pasando así que decidió disfrutarlo y tuvo el primer orgasmo de su vida.
Quedo relajada y amorronada, pero de pronto sintió que su padre la volteaba sobre la cama y algo le untaba en el culito.
Ante su sorpresa vio como su padre apuntaba su berga grande y poderosa a la entra anal y tuvo miedo.
-¿me va a doler?
-Un poco mi amor, pero después lo vas a disfrutar mucho como todas tus hermanas.
No te preocupes, si te duele mucho me dices y me detengo.
-mi hermana Jena (hija de Hilda) me dijo que le dolía mucho al principio.
-tranquila mi amor, papito nunca te va a lastimar.
Hans empujó suavemente y las entrañas de la niña se abrieron, entraron como 10 centímetros de berga y la niña se quejó pero para Hans era suficiente.
Era delicioso el placer que sentía pues estaba muy apretadita y aunque la crema que le había untado deslizaba mejor la berga fue hasta que se vino y baño el pequeño recto con su semen que la niña disfrutó la enculada.
Después de esto la llevó al baño y le lavó las nalguitas y quedaron para repetirlo todos los días y así fue por un mes en que Hans decidió dormir con ella para desvirgarle el coñito.
………………………………………………………………continuará.
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