PERDIDOS (CAP 17) LA PROPUESTA DE JONATHAN
Casi todos ya cumplen sus fantasías cogiéndose a mamá, pero Jony tiene una muy especial..
CAPITULO 17:
LA PROPUESTA DE JONATHAN:
Casi todos ya cumplen sus fantasías cogiéndose a mamá, pero Jony tiene una muy especial.
Tomás sale del agua, y camina por la playa bajo la tenue luz de la luna.
Al llegar al campamento familiar, entra en la cueva toma un toallón y se seca con él durante un buen rato y después entra en la carpa.
Allí estaba Judith, ya completamente dormida en la cama que compartía con Jonás.
Tomy entró, y la vio profundamente dormida y se acostó junto a ella.
Tomy la abrazó tiernamente, y la despertó besándola suavemente en los labios.
Judith, despertó, y comenzó a corresponder a sus dulces besos, con más besos y caricia. Entonces ella envuelve su mano con su largo cabello, y con él lo acaricia haciéndole suaves cosquillas en la cara.
- ¿Te bañaste mucho? Le murmura mamá entre besos y caricias.
- ¡Si bastante! Le responde Tomás.
- ¿Y el agua estaba tan linda que te olvidaste de mami? mamá se quedó dormida esperando a que alguien viniera a darle, aunque sea un besito de las buenas noches. Lo “regañía” dulcemente mamá, mientras lo hace ponerse bocarriba y le da besos en su pecho, y acariciándolo suavemente con su pelo haciéndole cosquillitas.
- Perdón mami, pero ya estoy acá. Termina de decir esto Tomás, y siento cómo la mano de mamá se apodera tiernamente de su erecto pene.
- ¿Jonás y Jonathan quedaron con Ronaldo? Pregunta Judith, para asegurarse de que estarían un buen rato los dos solos.
- Si mamita hermosa. Responde Tomy perdido en el placer de los besos, caricias y hasta la suave paja que le hacía mamá con su mano libre.
- Tomy mi amor, ¿Vos sabes que hacen mamá y Jonathan o Jonás cuando están solos? Le pregunta Judith.
- ¡Esto mismo que estamos haciendo ahora!… ¿No? Le responde Tomás casi riéndose.
- ¡Mhm!… te voy a contar algo, ellos y en especial Jony, me cogen, porque aprendieron con callejeras cómo tu hermano Jonathan. …. Pero mami a Vos te va a enseñar a hacerle el amor. Dice Judith, pensando en cómo Jonathan la trataba en la cama. Que si bien, en más de una vez ese trato brusco la había excitado, muchas veces se sentía tratada cómo una mugrosa puta callejera por su propio hijo. Y eso no lo quería sentir ni con Tomás ni con el resto de los chicos, pero Jonathan pobrecito ya era incorregible para la pobre Judith, quien lo aceptaba cómo era a su “hijito especial”, y en todo caso disfrutaba de su salvaje modo de ser in la intimidad.
Y las palabras cesaron, y el arrumaco de precalentamiento arrancó definitivamente.
Entonces ella volvió a los besos por todo el pecho de su hijo, intercalando besos y lamidas con su lengua, mientras no dejaba de manosearle la verga, e incluso pajearlo suavemente.
Judith entre besos y lamidas, dejaba caer de su boca cantidades de baba que luego esparcía con su lengua.
Entonces notó de inmediato, cómo el cuerpo de su muchacho se estremeció y la verga se puso más dura aún. Y es que para Tomás era demasiado excitante, sentir la saliva de mami en su pecho, su lengua recorriéndolo suavemente y el aliento caliente que emanaba de su boca siempre abierta, secaba en parte lo mojado de su pecho.
Y a todas esas sensaciones que Tomás estaba experimentando esa noche en aquella carpa por primera vez en su vida, se la sumaba las suaves caricias que el largo pelo de su mamá le hacía al desplazarse por su pecho con cada movimiento que Judith hacía con su cabeza.
Para Tomás esto todo ya era hacer el amor con su hermosa y amorosa mamá, pero para Judith en cambio, todo estaba recién comenzando.
Ella dejó de besar, lamer y babear el pecho de su muchacho, y con dulces caricias con su pelo largo secó lo mojado por sus babas sobre el pecho, y acto seguido. Besa sus labios, hasta conseguir abrirlos con su lengua, y recorre con ella cada rincón de su boca, exhalándole suave y continuamente su aliento cómo haciéndole respirar su mismo aire dándole tiernamente respiración de boca a boca.
Entonces Judith sintió, cómo la mano de Tomi buscó su cuerpo, la mano del chico se posó sobre sus pechos y empezó a acariciarlos con suavidad y ternura. Entonces su mamá lo detuvo, solo para sacarse el vestido viejo que usaba de camisón y el corpiño, para ponerle a disposición al chico, sus pechos totalmente desnudos.
Tomi, besó y lamió esas tetas todavía firmes de su mamá pese a su edad, eligió la teta derecha, y empezó a mamar, cómo cuando era un niño mientras ella lo acaricia y da tiernos besos en su cabeza.
- ¡Ahhhh, así mi amor, así angelito de mamá tomá la lechita de mamí.
Judith estaba diciéndole estas palabras aún, cuando, una mano de Tomás bajó hasta su vientre y llega hasta el elástico de la bombacha roja con la que estaba Judith esa noche.
- ¿Adónde va esa manito bebé? ¡noooooo, no puede el nene tocarle ahí a mamá! Dice ella abriendo las piernas y permitiéndole palparle la concha por encima de la bombacha roja.
- ¡Dejame mamá, déjame acariciarte por donde tan lindo meás! Le pide casi suplicante él, sin dejar de mamarle la teta.
- ¿Te gusta que mami se mee, te gusta cómo mamá te mea el el mar? Le dice Ella ya bastante excitada.
- ¡Me encanta? Responde él
- ¿Por qué? ¿Qué sentís cuando mami lo hace? Pregunta Judith curiosa, mientras con la mano que tenía libre levanta el elástico de la bombacha, para permitirle meter la mano adentro y tocarle directamente la concha peluda.
- No sé mami, es lindo es algo calentito que sale de adentro de alguien a quien amo tanto, es cómo si sua amor por mí, se hiciera líquido y brotara de ella bañando mi mano, alejando por unos instantes la frialdad del mar, para calentar tiernamente mi mano y darme calorcito por unos instantes. Explica Tomás, mientras su mano juega dulcemente con sus vellos púbicos.
Judith, se llenó de mor, al escuchar los pensamientos de su joven hijo, que la deseaba cómo hombre y la amaba cómo niño. Se imaginaba así mismas sacando de sus adentros lo que ella sentía por ellos y dándoselo en la mano, así fuera en forma de “meadas de amor”, y sus ojitos se pusieron brillosos de emoción, hasta que un dedo de Tomás, empezó a acariciarle el clítoris, y ella poco a poco fue cambiando la emoción y ternura, por la pasión y la excitación que le provocaban las caricias de su hijo allá abajo.
- Mami te va a dar su amor todos los días, Le dice ella casi jadeante con la paja que le había empezado a hacer su hijo.
- ¿Qué mami? Le pregunta Tomy, que no le había entendido su jadeante murmullo.
- ¡Que me voy a mear para Vos todos los días y a cada rato carajoooooo! Dice fuerte Judith casi llegando a su primer orgasmo.
Al oírla tan excitada haciéndole esta promesa, Tomás la besa apasionadamente, mientras ella le hace tragar las bocanadas de aire con cada intenso jadeo, y con su lengua recorre bruscamente cada rincón de la boca de su hijo.
Entonces ella le saca la mano que tenía su hijo en su concha y:
- Olela mi amo olé el aroma de una mujer caliente, ole el olor de mamá…chupate los deditos, saborea y sintí como sabe mami caliente. Le pide Judith, para enseñarle a su hijo mientras ella se saca la bombacha roja que llevaba puesta.
- ¡Me encanta mami! Le dice él.
- Tomá la bombachita de mami, cada vez que meé mientras no estabas lo hice pensando en Vos y esperando este momento en que pudieras oler los meos de mamá impregnados en la bombachita. Le dice dulcemente Judith, dándole en la mano la bombacha roja, humedecida por su concha luego de cada meada que se había echado ese día sin tener nada amono para higienizarse.
- ¡SNIF, SNIF, SNIF! La olía Tomás sujetándola contra su boca y nariz, bajo la atenta mirada de su mamá, que aún en la casi total oscuridad en la que estaban, no quería perder detalle de ese momento tan especial.
- ¿Te gusta mucho bebé? Le pregunta ella ya habiéndose vuelto a excitar con semejantes imágenes de su hijo, probando sus sabores y olores en frente de ella.
- ¡Si, demasiada mami, me re clienta esto… ¿puedo olerte la concha? Le pregunta Tomy.
Entonces, Judith, que estaba justamente deseosa porque el chico se lo pidiera. Sin decir nada, se recostó nuevamente en la cama, y abrió sus piernas, para poner su peluda y hedionda concha a completa disposición de su hijo Tomy.
El chico se acuesta entre las piernas de la mami, que abre y flexiona las piernas, Y Tomás acerca lentamente su cara a su objetivo, cuando siente el rose de la espesa mata de vellos que rodeaban la concha a Judith, aspira profundamente varias veces para llenarse de aquel embriagante aroma de hembra que venía de la raja de su propia madre.
Las manos de mami se posaron en la cabeza de Tomy y lentamente lo acercaron a su rica concha.
- Dale un besito a mami, dale un besito a la meona de mami, cada vez que mamá mea y Vos no estás conmigo ella /refiriéndose a su concha) pregunta por tu manito. Le “le cuenta” Judith.
- ¡Jjijiji! Solo ríe él por la ocurrente fantasía de mami.
- ¿Te gustaría ponerle un nombre? Le pregunta ella acariciándolo tiernamente.
- No sé mami, no lo había pensado, ¿cómo le dicen los demás? Le pregunta él lleno de curiosidad.
- ¡Jajajaja! no tiene nombre, y mami quiere que seas Vos el que se lo pongas, decís cosas tan bonitas de el…Dice su mamá.
- ¿Bonitas?… ¿cómo por ejemplo? Pregunta él
- ¡Que te da su amor cundo mea, que te dá calorcito en la mano, que te gusta su olor cuando no está “bañadita” o limpia! Enumera Judith mientras siente sus tiernos besitos ahí mismo.
- Lo voy a pensar. Dice él, y empieza a intercalar besos y lamidas.
- ¡Mmmmmhhh! Gime con su boca cerrada Judith, al notar a su hijo pasar a la acción allá abajo.
Con los pulgares de sus manos, Tomás abre bien los labios de la concha de la mamá, y pasa su lengua suavemente recorriéndola de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba.
- ¡Mmmmm, aaaahh, mmmmhhh, aaaahhh! Gime ella acariciándole la cabeza apasionadamente, abriendo y cerrando sus piernas apretándolo suavemente, moviendo su cabeza de un lado a otro.
El chico entonces empieza a lamerle la concha apasionadamente.
- ¡Aaaaaahhhhh, aaaaaayyy, Tomyyy, te amo mi amor, te amo hijito de mamiiiiihh! Gime casi a gritos ella ya casi revolcándose en aquella colchoneta.
Así continúa su hijo Tomás besándole, lamiéndole y hasta mamándole la concha y el clítoris, hasta hacerla llegar a un pequeño orgasmo.
- ¡Aaaaaaaahuuuuuuuuu! Aulló Judith casi a gritos. Mientras en su pensamiento se lamentaba no poder corresponderle con un meo en su cara y boca a su Tomy que tanto la disfrutaba cuando ella meaba.
Entonces el chico deja de chupársela, y se acuesta sobre ella y comienza a besarla con ahínco, pasión y desesperación, y es que tanto jugueteo con mami, y tanto olor a concha y su nariz, y tanto sabor a concha en su boca, le había puesto la verga cómo un garrote.
Judith, al ver con la desesperación que le comía la boca su hijo, y por su experiencia de mujer justamente con experiencia en la cama. Sabía que, si no lo calmaba un poco a su cachorrito, este se iba a derramar enseguida, ante cualquier movimiento de ella, o cualquier cosa que le ofreciera.
Entonces, lo bajó de encima suyo, lo acostó a su lado y lo acarició suavemente durante unos instantes.
- ¿Ya pensaste en el nombre que le vas a poner a lo que mamá tiene abajo? Le conversa ella para bajarle un poco la tensión a su inexperto cachorrito.
- No sé mami, pero déjame decirte que ¡es hermosa y riquísima! Le dice él totalmente fascinado con la concha de su madre.
- Mmm ¿Tanto así te gusta mi amor? Insiste ella.
- ¡Si, ni hablar! Le responde él fascinado.
- ¿Nunca había visto una mi bebé? Le pregunta la mami.
- ¡La verdad que no! Le confirma él lo que para ella era obvio, pero le resultaba muy excitante el que se lo dijera él mismo.
Ambos siguieron intercambiando besos y caricias. Ella no descuidaba la erección de la verga de su pichón. Judith se demostraba ante su inexperto hijo cómo una madre que sabía tener todo bajo control, cómo una hembra que le enseñaría a ese casi “niño” cómo sacar al macho que llevaba adentro, para que quizás algún día venga su nuera a darle las gracias por el hijo que había “criado”.
Imaginarse a una chica dándole las gracias por enseñarle cómo cogerse a una perra, era algo que puso al límite al fuego de la pasión en la mamá.
Entonces, lo acomodó en el centro de la cama, y lo monta. Ella sabía que, si a esa verga la hacía entrar en la concha, probablemente Tomás no aguante la magnitud de tal sensación y acabe pronto y peor aún acabe adentro.
Entonces, la tomó con su mano, la guió a su concha, y cómo ella había hecho al principio con Jonás y Jonathan, comenzó el juego de rosarla en la entrada de su peluda y empapadisima concha.
- ¡Aaaahhh! Gimieron madre e hijo cuando el jueguito de la raspa raspa comenzó.
- ¡Aaaaahh, aaaaah, aaaaaaaah! Gemía la mamá dando saltitos sobre la verga en una suave cabalgata sobre aquella primeriza verga de su cachorrito.
- ¡Ahahahahahahahaha! Le “respondía” él con jadeos desesperados, y agarrándola de los pechos
- ¡Tranquilo mi amor, con calma mi cielo, vamos despacito si este ritmo te desespera! Le dice su mamá bajando drásticamente el ritmo de la cabalgata.
- ¡Ahhhhh, mamá, es hermoso todo lo que sabés hacer con la concha, no pares mami, no pares, te amoooo! Le dice Tomás.
Ella cuando lo nota más calmado, vuelve a aumentar el ritmo de la cabalgata, y Tomás ante semejante sensación de placer, lucha con todas sus fuerzas para no terminar.
Judith no resiste la tentación de sentirlo adentro, y guiando la verga su entrada delantera, se la clava hasta los huevos de un sentón.
- ¡Aaaahhh, aaaahhhh, aaaahhhh! Gemían los dos al unísono, cuando la verga de Tomás fue absorbida por la peluda y maternal concha de Judith.
- ¡AAAAAAAAAAHHHH, MAMÁH, Sos la mejor, Sos la mejoooooor! Gemía y le decía su hijo, mientras Judith lo cabalgaba escuchándolo en silencio hecha una loca desaforada. Ella clavó sus uñas en el pecho de su hijo. Y lo cabalgó con todas sus fuerzas sin pensar en nada, solo disfrutaba de tenerlo bien adentro y lo disfrutó sin compostura alguna.
Era tanto el placer que sentía, y tanto el esfuerzo para no tener su orgasmo, que abría su boca, pero no salía nada de ella. Solo cuando de tanto tenerla abierta, un espeso hilo de baba empezó a colgar y pendular de ella, hasta tocar el pecho y cara de Tomás que por primera vez sintió la saliva tan espesa en mamá.
- ¡Aaaaahhhh! Gritó fuerte Tomás con su orgasmo.
Su mamá, alcanzó a sacársela de adentró cuando sintió que su cachorrito no aguantaba más
Su vientre recibió los potentes chorros de leche de la verga de Tomás. Quien quedó fulminado con la terrible cabalgata que le había pegado aquella terrible hembra que resultaba ser su mamá en la cama.
Judith, fue a enjuagarse, y cuando volvió a la carpa su cachorrito dormía profundamente en la cama que ella compartía con Jonás.
Mamá abrazó a su cachorro, y la insatisfacción y el mal humor empezaron a apoderarse de Judith, que veía cómo Tomás dormía cómo angelito, mientras ella seguía agitada por la calentura que tenía.
Pero, con el correr de los minutos, ella se fue tranquilizando y lo fue comprendiendo a su cachorrito inexperto, él había puesto su mayor esfuerzo, pero no la había podido acompañar en el ritmo a la casi veterana mamá. Por lo que después de refunfuñara en sus pensamientos, lo comprendió, lo perdonó y se durmió abrazada a él.
Unas tres horas más tarde, la claridad de un nuevo amanecer, despertó a Judith, quien, sobre saltada, lo despertó a Tomás y le pidió que se fuera a su cama. El chico entre dormido obedeció, y se fue a la cama de al lado.
Tomás, durmió una hora más, y después se despertó, se puso la maya y volvió al mar con sus hermanos.
Jonathan, al verlo volver al mar, salió del agua, y comprendiendo de que el encuentro DE mamá y Tomy había finalizado, se dispuso a volver a la carpa para tomar sus cosas e ir a bañarse al manantial a higienizarse para luego irse a dormir un rato.
Al entrar en la carpa, Judith dormía plácidamente. Jonathan la mira, tapada con las sabanas y a un costado del colchón ve la bombacha roja tirada.
- ¡Mamá, mamá, mamá! La llama fuerte él.
- ¡Mhhhh!… ¿Qué? Le responde ella despertándose y sentándose en la cama.
- ¿Estuvo buena la jodita a noche con Tomás? ¡Ponetela para dormir por lo menos, zorra! Le dice arrojándole la bombacha en la cara.
- ¡Mira Jonathan, rajá de acá, rajá de acá! ….. ¿Así le tenés que hablar a tu? madre? … ¡Guarango ordinario! Le dice furiosa Judith, sacándose la bombacha de la cara.
Jonathan se va, y cuando el chico se va, la mamá mira la bombacha en su mano, y no puede evitar reírse a carcajadas, por el descuido de ella cómo dama, y la ocurrencia de Jonathan.
Los muchachos se van a higienizarse al manantial, y mamá deja la comida lista para el medio día, y luego realiza sus ejercicios de Yoga frente al mar como de costumbre.
Ni bien Tomy supo dónde estaba mamá, haya fue tras ella, aprovechando que los otros se bañarían en el manantial, comerían algo de lo que preparó mami, y se irían a dormir una buena siesta después de bañarse toda la noche en el mar.
Pero mientras Tomy y Judith, se bañan en el mar, el resto de los chicos lo hacen en el manantial, y allí Jonathan y Jonás tienen una charla sobre su fantasía con mami.
- ¡Che boludo, te tengo que contar! Le dice Jonathan a Jonás.
- ¿Que pasó?, Le responde Jonás.
- Resulta que esta mañana, llego a la carpa cuando Tomy había salido. Yo dije bueno, ya se la cogió, ya se vino él para acá, ya puedo buscar mis cosas para venir a bañarme…. Che, cuando entro a la carpa, ella estaba muy dormidita, y miro a un costado de la cama y veo la bombacha tirada en el piso, y ¡te juro que me salió del alma!, le digo: ¿Estovo buena la cogida de anoche con Tomy?¡Por lo menos ponetela para dormir, zorra!, y le tiro la bombacha en la cara…. ¡No sabés cómo se me enojó! Le cuenta Jonathan entre risas.
- ¡Jajajajajajajajaja! Estallan en carcajada los dos.
- ¿No ves que Sos un boludo de mierda? ….. ¿Haciéndola sentir una puta le queres proponer un trio? ¡Sos un boludo de mierda!… ¿Ves la facilidad nata que tenés para cagarlo todo? Le reprocha Jonás.
- ¡Ahhhhh, disculpe usted capitán Papanatas! Se burla Jonathan.
- ¿Capitán Papanatas? ¡Gracias al capitán Papanatas, te l estás cogiendo boludo!, ¡cada vez que veas al “capitán Papanatas”, bésale el culo, boludo!, porque, aunque sea ella nuestra madre, ¡en tu puta vida te hubieras cogido a una mina así! Le refriega en la cara Jonás.
- ¡Bueno boludo, se me escapó le vi la bombacha tirada y sabía que se lo había comido al Tomy, y me pareció tan de puta dormir sin bombacha…! ¡, bueno y si se enojó ¿ahora que hago? Reflexiona Jonathan.
- A ver Jony, vamos a reflexionar juntos, a ver si nos entendemos de una vez: Mami, no es, no lo fue nunca, ni lo será una puta. Ella, si hizo la idea de que de esta isla no nos va a sacar nadie, y si no nos “rascamos la espalda” entre todos, no nos van a venir a “rascar la espalda” … Vos, Ella y Yo, teníamos alguien que nos rascara, pero acá nos quedamos solitos, el caso de Tomy y Rony ¡Peor todavía!, se van a morir sin saber lo que es una concha. Ella, ¡Nos está haciendo un favor a los tres, y pronto seguramente a los cuatro! ¿nos vamos entendiendo hasta ahí mi estimado hermanito? Le resume Jonás.
- ¿Ella un favor a nosotros? … ¿y los orgasmos de ella no cuentan? Porque no sé si con Vos pasará algo, pero conmigo pega unos alaridos que ni te cuento. Dice Jonathan sacando pecho.
- ¡Querido, conmigo no solo gime, jadea y aúlla, a mí se me llegó a mear! Le retruca Jonás.
- ¿A mear? … bueno, por eso Yo quiero un trio, ¡para ponerla “a fondo” a ver hasta donde dá! Dice Jonathan emocionado.
- Bueno, si tanto querés ver quién es el que más a fondo la pone, dejá de tratarla cómo una puta, y tratala con cariño. Vos y Yo sabemos que, a mami por las buenas, le sacamos hasta lo que no tiene. Le dice Jonás.
- ¡Uhh, bueno, después le pido disculpas. Comenta arrepentido Jonathan.
Mientras tanto, a varios miles de metros del manantial, y en otro sector de la isla, a unos pocos metros enfrente do campamento familiar, en el mar, tomaban su baño Tomy y su mamá.
Nadaban cada uno por su lado, pero no se perdían de vista. Entonces en un momento la mami lo llama a Tomy.
- ¡Tomy, mi amor, vení con mamiiiii! Lo llama a la distancia Judith, mirándolo con ternura y una sonrisa cómplice.
- ¡Ahí voyyyy mami! Le contesta Tomy, con la firme sospecha en su cabeza de cual era el motivo del llamado de su mamá, por lo que se sambulle y nada raudamente hacia donde lo está esperando ella. Y pensando en lo que le esperaba una vez que llegara a donde estaba Judith, tiene una fuerte erección. Por lo que, al llegar a su lado, se para frente a ella, y posa su mano en la vagina de la mamá por encima de la bombacha.
- ¡Uyyy, pero que rápido acudió al llamado de mamá mi peque! ¡Mirá si hubiera sido así cuando eras chiquito y mami te llamaba a que vengas a comer o a hacer la tarea de la escuela! ¡jijijiji! Comenta Judith, abriendo sus piernas y permitiéndole acomodar su mano allí abajo.
- ¡Ayyy, mamá ya tengo casi 21 años! ¿todavía te seguís acordando de cuando iba a la escuela? Le recrimina él.
- ¡Jajajaja! ¿Puedo ver algo? Dice ella buscándole el pene con la mano abajo del agua.
- ¡Jejeje, se me puso así mientras venía y pensaba en a lo que venía! Le confiesa algo avergonzado él.
- ¿Venías pensando en esto? Le pregunta ella tiernamente mientras se empieza a mear sobre la mano de su hijo, mientras le empieza hacer una suave paja con la mano que le había agarrado la verga.
- ¡Aaaaaaah, mamáaa te amoooo! Dice gimiendo de placer Tomy, cuando su mano izquierda recibía el cálido y amoroso meo maternal, y su verga recibía una paja espectacular.
- ¿Te gusta mucho lo que te hace mami? Le pregunta ella mientras sigue complaciéndolo doblemente.
- ¡Siiiii, no pareeeeees! Le suplica el chico mirándola a los ojos.
- ¡Jijiji! ¿de pajearte o de mearme? Le pregunta ella picara y tiernamente.
- ¡Mi amor, puedo pajearte hasta mañana si queres, pero mami no es una camilla cómo para mearse tanto! Dice esto, justamente ya esforzándose por complacerlo sacando hasta la última gota de su vejiga.
Cuando la “canillita” de mamá se cerró y no salió más nada de allá abajo, el chico la besa apasionadamente.
- Mami, ¿vamos a la carpa ahora que los demás no están? Le propone Tomás sin poder aguantarse más las ganas de volver a tenerla en la cama a su mamá.
- ¿A que querés ir a la carpa? ¿te olvidaste de algo allá? ¡JAJAJ, vení seguime mami conoce un lugar mejor para ir a lo que Vos queres hacer con mamá! Le mejora la propuesta ella. Y acto seguido empiezan a nadar rodeando la isla, hasta llegar a la playa frente a la cueva de los encuentros amorosos.
- – ¿Y ya pensaste en el nombre que le vamos a poner a ella? Le pregunta Judith con una sonrisa pícara señalándose la concha.
- Mmmm ¡La cuevita de mami”! Propone Tomás.
- ¡Aaahhhhh, me encanta! Le responde ella.
- ¡me alegro! Bueno y ¿A dónde vamos? Le pregunta él
- Vení, pasá, entrá. Le dice Judith cuando llegan a la cueva.
- ¿Acá venías con Jonás y ahora con Jony? Le pregunta Tomy con un poco de vergüenza.
- Si, ¿por que la pregunta? Responde Ella curiosa.
- Porque un día Jonathan muy enojado me contó que por fin había descubierto a donde te traía Jonás para enterrarte la batata. Le cuenta Tomy avergonzado.
- ¿Así te dijo ese desgraciado? ay Yo lo mato! enterrarme la batata, ¡que hijo de puta! Responde la mamá ante semejante confesión de Tomy.
- ¡Pero no le digas que Yo te dije! Le dice Tomás.
- ¡Noo mi amor, tranquilo, ya está! … Bueno te gusta donde te trajo mami? Le dice ella sentándose en la roca que usaban de cama en los “encuentros”.
- ¡Siiii, está buenísimo este lugar! Responde él.
- Yo pensé en que acá podemos venir para estar tranquilos. Dice ella abrazándolo y besándolo.
Ellos comienzan a besarse y a acariciarse mutuamente, y el chico al recordar la meada que se echó su mamá en el mar, mientras lo masturbaba, volvió a recuperar su firme y gran erección.
Entonces, Al notar esto la mamá se agacha frente a su hijo, y le baja la maya verde que llevaba puesta Tomás, se la saca, y libera el mástil de su hijo que queda apuntándole justo a la cara.
Ella lo toma con su mano, y empieza a lamerle esa vara de carne. La mamá intercalaba besos y lamidas, después, se metió las bolas en su boca y jugó con ellas y su lengua.
Todo esto mientras Tomás la acariciaba en silencio.
Después de unos minutos así, Ella se pone de pie para sacarse la bombacha negra de su bikini y Tomás sin darle tiempo a nada, cae de rodillas frente a ella, solo para admirar bien de cerca a la “cuevita” de mamá.
Tomás acerca su rostro a la cuevita de mamá, y ella separa sus piernas. Entonces el chico besa tiernamente esa concha peluda, y sacando su lengua separa loes labios y comienza a lamerla suave y tiernamente.
Judith cierra sus ojos, mira hacia arriba, y mueve su cabeza relamiéndose y mordiéndose los labios en silencio.
- ¿Te gusta así mamita? Le pregunta Tomás.
- Mucho, mi amor, mucho. Le murmura ella sin abrir sus ojos ni dejar de acariciarlo, mientras él vuelve a la acción
Pero esta vez, combina sus besos y lamidas, con una suave y rítmica paja que le hace con un dedo.
- ¡Ah, uuuuuffff, aaaah, mi cielo comele la cuevita a mami, comele la cuevita a mamitaaaaa! Le suplica ella entre quejiditos y gemidos
El chico aumenta el ritmo de la paja y las lamidas, y Judith empieza a desesperarse de placer.
- ¡AAAhhh, ahahahahahaha, te amo Tomacito de mi amooooooor, que lindo pajeas a mamáaaaa, te amooo! Retumba el eco del sonoro placer de mamá en aquella cueva y ese sonido del eco de sus gemidos y palabras, estaban enloquesiendo a Tomás.
Entonces, Tomás totalmente fuera de sí. Se pone de pie, acuesta a su mamá en aquella cama de piedra, le abre las piernas, y de un solo empujón, le mete toda su verga en la cuevita de mamá.
Pero en vez de empezar el característico bombeo de la penetración, Tomás toma su verga con la mano y comienza a movérsela adentro de la concha.
Ella se toma las tetas y empieza a amasijarselas con pación.
El chico movía su verga en forma de palanca, hacia arriba hacia abajo, a veces sacándola y rosando el clítoris, para después meterla de un solo empujón y otra vez volver al palanqueo allí adentro.
- ¡OUH, OUH, AAAAAH, AAAAAH! Se la escuchaba quejarse y gemir de placer a la mamá.
- ¿Te gusta mucho mami? Pregunta él palanqueándola adentro.
- ¡Ouh, ouh, aaaaah, aaaahhh, ouh, ouh, aaaahhhh, aaaahhh, haaaaaah! Era su única respuesta mientras movía su cuerpo al compás del rítmico palanqueo de su hijo.
- ¿Te gusta mucho mmi? Le vuelve a preguntar.
- ¡No le hagas preguntas tontas a tu madre y seguiiiiiiii, carajo seguiiiiii! Dice ella casi llegando a su orgasmo.
Ante semejante respuesta de mami, el chico se la sacó de inmediato, y cuando ella lo miró fijamente a modo de protesta, antes de que pidier decirle algo, Tomás se abalanza sobre ella, y se la clava toda de un solo golpe.
- ¡Aaaaaaaahh! Retumba el alarido de Judith en la cueva, por el placer de la bestial embestida de su hijo.
- ¡Te amoooo mamáaaaaaaa! Le grita enloquesido Tomás sin poder de dejar de envestirla salvajemente.
Ella lo miraba fijamente a los ojos, abriendo la boca tan grande como le era posible, y de repente:
- ¡Aaaaaaaaaaahh! Liberó un fuerte grito con su orgasmo, mientras Tomás seguía bombeándola salvajemente.
- ¡Ah, ah, ah, ah mamiiiiiii! Dijo Tomás bombeándola hasta su orgasmo, momento en el que la saca de adentro, y bania de leche toda su concha peluda, regándole el yuyal a la mamá, que lo miraba muy complacida.
Terminada la cogida, el chico se desploma sin energías sobre ella, quien lo recibe con un cálido abrazo, y se lo come a besos, en la boca y las mejillas, agradeciéndole la espectacular cogida que le había pegado.
Luego de descansar un rato acostados los dos tiernamente abrazados, y tras una pequeña siestita.
La mamá le pide que vuelvan al campamento, porque ella tenía que seguir haciendo cosas, además de ir al manantial a higienizarse.
Al llegar al campamento, los chicos acababan de regresar de su baño de agua dulce, y cómo Tomy se puso a conversar con Ronaldo, Judith aprovechó el momento para tomar una muda de ropa, y emprender el camino al manantial.
Entonces, cuando Jonathan la vio alejarse camino al manantial, miró y controló que nadie lo estuviera viendo en ese momento, y acto seguido fue tras los pasos de mamá.
- ¡Mama, mamá, mamá! La llama Jonathan, alcanzándola al trote, hasta caminar a la par de ella.
- ¡Ayyyyyy, Jony!, … ¡No me digas que vas a querer tu “turno” ahora, mami está un poquito cansada mi amor! Le dice ella asustada, sabiendo cómo era Jony y temiendo de que no le acepte un “no” cómo respuesta.
- ¡Jajaja! ¿te dejó de cama Tomy?… ¡aprende rápido el muchachito de mierda ese! Comenta Jonathan.
- ¡Jooooonyyyyy, a mami no le gustan esos comentarios grotescos! Lo regañía mamá.
- Bueno, bueno, pero te lo hizo bien ¿no? Insiste Jonathan.
- ¡Jijijiji! Responde ella con una risita nerviosa.
- Bueno, me hubiera encantado, es difícil no querer con una mujer tan bella cómo Vos. Pero me conformo por hoy conque hablemos de algo. Le responde su hijito especial.
- Mmmmmhh, que amable estás hoy hijito. Si estuviéramos en casa y Vos te ponés así con mamá, es porque necesitas plata, bueno, a ver, de que quiere hablar mi chico especial con la mamá. Reflexiona ella en voz alta.
- ¡Jajaja! ¿tan predecible soy? Le pregunta él sorprendido, mientras siguen caminando.
- ¡Mami conoce muy bien a sus pollitos, y sabe lo que quieren antes de que digan su primer pio de cada día! Responde ella.
- A ver, ¿Qué te voy a pedir? La desafía él.
- Bueno, estás muy gentil hoy, así que mmmmh, es algo que para cuando me lo sueltes, mami necesita estar muy tranquila, asique al mal trago démosle paso rapido, ¿ Que queres?. Dice ella.
- ¿Cuáles son tus fantasías en la cama? … ¿ya las cumpliste a todas? Le pregunta él.
- No sé si alguna vez me puse a pensar en eso, soy o más bien era muy tradicionalista y conservadora en la cama. Pero desde que estoy o estamos acá en esta situación de aislamiento, y empezó a pasar todo esto, primero con Jonás y ahora ya prácticamente con todos. No sé si puedo seguir considerando tradicional y conservadora, y cómo que no tengo tiempo para pensar en fantasías, más bien creo que el último tiempo, me la paso cumpliendo fantasías ajenas, Comenta Ella.
- Ahh, mirá Vos. Yo, Yo si tengo una fantasía que me gustaría cumplir con Vos. Le dice Jonathan.
- ¿Ves a lo que me refería con las fantasías ajenas? …. Bueno, a ver ¿Qué quiere el chiquito especial de la mamá? Dice Judith, preparándose de ante mano.
- Un trio mamá. Le responde Jonathan.
- ¿Un qué? Responde sorprendida ella.
- ¡Un trio mami! ¡Yo, Vos y Jonás! Le propone él.
- ¿Yo estoy entendiendo bien lo que me estás proponiendo? no conforme con que me acuesto con ustedes ¿ahora me salís con que queres que me revuelque con dos a la vez? Dice ella incrédula y furiosa.
- ¡Podría estar muy bueno, te podría gustar mucho sentir dos vergas a la vez! Insiste él
- Mirá Jony, dajá a mami sola, estoy muy cansada ahora y no quiero contestarte ahora ¿podés irte por favor? Le dice ella.
- Bueno mami, está bien, pero ¿Lo vas a pensar? Le suplica él.
- Está bien lo voy a pensar. Le dice ella en voz baja.
- Si no queres con Jonás puede ser con Tomy también, pero Yo quiero estar. Le agrega Jonathan.
- ¡Andateeeeeee! Ahora si le grita la mamá.
Y el chico se va dejándola sola, para que lo pensara tranquila.
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