PERDIDOS (CAP 30) PASANDO LA TORMENTA EN FAMILIA
Una fuerte y casi repentina tormenta sorprende a la mamá y sus 4 hijos, y ya refugiados en la carpa, buscan cómo pasar el tiempo…..
CAPITULO 30:
PASANDO LA TORMENTA EN FAMILIA:
Una fuerte y casi repentina tormenta sorprende a la mamá y sus 4 hijos, y ya refugiados en la carpa, buscan cómo pasar el tiempo….
Esa noche y tras tan largo e “intenso día XXX”, Judith eligió a Jonás para dormir con ella, ya que, si había alguien capaz de “respetarla” aún a estas alturas de la historia, era él o su hermano Tomás. Porque de los otros 2 salvajes mejor ni hablar. Y después de semejante día vivido ella necesitaba descansar, pero por sobre todas las cosas necesitaba que la dejen descansar.
Por primera vez en mucho tiempo y desde que estaban en aquella isla, Judith despertó muy tarde, casi al medio día y ya todos los chicos estaban abocados a sus respectivos que aceres diarios. La comida ya estaba casi lista y ellos debatían si debían o no llamar a comer a mamá, y ya habían decidido guardarle comida para cuando despertara, y fue en ese momento que Judith apareció frente a ellos vistiendo solo un corpiño negro y una bombacha blanca, y menuda fue la sorpresa de la mamá cuando los encontró a todos completamente desnudos.
Ellos les explicaron a mamá que andaban así por el intenso calor que hacía ese día y la invitaron a sacarse el corpiño y la bombacha, pero ella prefirió quedarse así.
Después de comer esperaron a que el sol se ocultara detrás de unas espesas nubes y entonces fueron al mar a nadar.
Era ya el comienzo del atardecer cuando la mamá y los demás salieron del mar y fueron a darse el acostumbrado chapuzón de agua dulce en el manantial después de cada día de playa, y cuando ya estaban llegando de regreso a la carpa, empezó una repentina llovizna que pronto se convirtió en una intensa lluvia con truenos y relámpagos que lo iluminaban todo a su alrededor en aquella oscura tardecita.
Ellos corrieron los últimos metros que les faltaba para llegar al campamento.
Al llegar, se metieron en la carpa y mamá trajo desde la cercana cueva donde guardaban las cosas, toallones secos para todos, y reunidos y calentitos en la carpa se sentaron alrededor de mami a conversar y comer lo que había sobrado del medio día.
Viendo que la tormenta se prolongaría por toda la noche ellos optaron por ir a la cama y si no dormían, por lo menos conversaban.
Pronto la intensidad con la que llovía pasó a ser el tema de conversación y en Jonás y Tomás esta intensa lluvia despertó el romanticismo con mamá y se sentaron bien junto a ella y mientras conversaban la acariciaban tiernamente frente al resto de los chicos, que no pasó mucho tiempo para que empezaran a sentir envida de Tomás y Jonás quienes tenían a mami solo para ellos en sus propias narices. Y sin poder ser menos que sus hermanos, se acercaron a mami para entre los 4 sentados a su alrededor empezar a llenarla de besos caricias manoseos halagos y todo tipo de atenciones.
- ¡Ay chicos, ojalá hubieran sido así de buenitos con mami desde chiquitos! Tan dulces, cariñosos y obedientes con mamá. Comenta ella mientras su cuerpo recibía besos y caricias en la ya casi absoluta oscuridad de la carpa.
- ¿No éramos así con Vos cuando éramos chicos? Pregunta Jonás.
- ¡Jajajaja!… en un día de lluvia cómo ahora, Yo estaría afuera a los gritos para que entren a dentro de la casa y no se ensuciaran con el barro, ni se enfermaran con la lluvia… ¡Cuánto me han hecho renegar! Les recuerda ella cómo un dulce reclamo de mamá.
- ¡Bueno mamá es que Vos tampoco nos sabías incentivar a obedecerte! Le responde Jonathan sin dejar de acariciarle las tetas por encima del vestido que usaba cómo camisón Judith por las noches.
- ¡Jajaja!… ¿Y cómo se supone que tenía que incentivarlos? Pregunta ella entre risas.
- Diciéndonos: ¡Chicos, vamos entren a casa, el primero que entre es el primero en cogerse a mamá! Responde Jonathan.
- ¡Jajajaja! Ríen todos los chicos.
- ¡Jony, cómo se te ocurre! ¡jamás hubiera pensado que esas cosas podrían pasar entre nosotros, de no haber pasado todo esto que pasó de quedarnos varados en esta isla! Responde ella un poco avergonzada por todo aquello.
- Pero si después de todo esto que hemos vivido ahora en esta isla, volviera el tiempo atrás y nos llamaras para entrar a casa con la posibilidad de estar en la camita con Vos ¿crees que no seriamos obedientes? Le retruca Ronaldo.
- ¡Jajajajaja! Ríen todos, incluso la mamá.
- ¡Que cosa con ustedes, ya no se puede tener una conversación de madre e hijos sin que terminemos hablando de “cama” y me estén metiendo mano por todos lados! “Rezonga” ella, sin ninguna intención de cortar aquellas “caricias” que recibía sin parar.
Pronto las palabras empezaron a dejar lugar a la acción y mamá se dispuso a disfrutar de los mimos de sus 4 hijos.
Ronaldo y Jonás se turnaban para besarla en la boca, mejillas, cuello y tetas. Mientras que Ella abría las piernas para que Jonathan y Tomás y levantaran el vestido, se turnaran para acariciarle la concha por encima de la bombacha rosada y las piernas y vientre.
No había rincón del cuerpo de Judith que no estuviera siendo besado o acariciado. Ella poco a poco empezó a sentirse desbordada no solo por las manos y labios que la besaban y acariciaban por cada rincón de su hermoso cuerpo de mujer casi de 50 años, sino por su propia calentura que iba cada vez más en aumento
Entonces ella decidió ponerse de pie y ellos volvieron a rodearla de inmediato, para seguir besando, lamiendo y manoseando el cuerpo tembloroso de la mamá que cerraba sus ojos y disfrutaba cómo nunca jamás se imaginó que alguna vez pudiera disfrutar de sus 4 hijos a la vez.
Era todo demasiadamente amoroso, erótico, lujurioso y perverso.
Todas estas sensaciones a la vez en la cabeza de Judith, la ponían al límite de sus sensaciones y hasta por momentos creía estar teniendo un orgasmo allí parada frente a ellos, situada al medio de la ronda de machos que se la estaban cenando sin siquiera desvestirla.
Tomás se arrodilló frente a ella, levantó el vestido de mamá, y hundió el rostro en la entrepierna de Judith y por encima de la bombacha rosada que llevaba puesta, comenzó a olfatearle la concha cómo un perro desesperadamente alzado.
Judith, colocó sus dos manos sobre la cabeza de Tomás y lo acarició primero tiernamente y luego ya casi con desesperación.
Al reconocer que era Tomy quien le besaba, lamía y olfateaba la concha por encima de la bombacha, quiso corresponderlo con algo, quizás humedeciendo la bombacha con sus flujos, mojándola con algún orgasmo o incluso meandose parada frente a ellos empapándole nariz y boca a su amado Tomy que tanto disfrutaba de las meadas de mami.
Pero nada de esto salía por ahora de su cuerpo, lo que disgustaba un poco a Judith, quien por otro lado no podía ser indiferente a todo lo que le hacían mientras tanto el resto de los muchachos.
Fue en ese preciso instante que, desde atrás, y levantándole el vestido, Jonathan le afirmó su duro miembro viril entre las nalgas chocándose contra la tela de la bombacha que le impedía a aquel afilado sable colarse entre las nalgas y entrarle por atrás a mamá.
Viendo Judith, que la bombacha a estas alturas se estaba convirtiendo en un obstáculo no solo para uno, sino que para dos de sus hijos. Que en definitiva solo pujaban por darle placer a mamá, ella con un rápido y ágil movimiento de cinturas y piernas la deja caer al piso, liberando su concha peluda para Tomás y su parada cola para Jonathan, mientras Ronaldo mamaba de su teta sacándola por el gran escote del vestido y Jonás le comía la boca apasionadamente.
Tomás ni bien sintió en su rostro el rose con los vellos de la concha de Judith, hundió nuevamente su rostro sobre ella, besándola y lamiéndola.
Mientras que Jonathan con su saliva se dedicó a lubricarle a mamá su puertita trasera, para prepararla para su entrada.
Una vez bien lubricado el ano de mamá, Jonathan se tomó la verga, la dirigió a la puertita trasera de mamá, y empezó a deslizarse suavemente entre las nalgas hasta empezar a entrar por el ano.
Entre Los apasionados besos en la boca de Jonás, las “rabiosas” mamadas de teta de Ronaldo, las desenfrenadas lamidas y besos que Tomás le daba a la concha, y la penetración anal que le propinaba Jonathan, Judith parecía estar al borde del colapso total en un constante transe de pequeños pero cada vez más intensos orgasmos, que la iban debilitando poco a poco y que la mantenían en un constante, involuntario e incontrolable temblequeo.
Es en ese constante temblequeo que la mano derecha de Judith choca con la erecta verga de Ronaldo quien se acababa de desnudar por completo, y entonces comienza a masturbarlo mientras ella ahogaba sus jadeos en la boca de Jonás que no dejaba de besarla, mordisqueándole los labios y chupándole la lengua.
Entonces ellos pronto sintieron que mamá dio un quejido entre jadeos, su cuerpo se tensó y luego se relajó al punto que se vino hacia adelante casi cayéndose sobre Tomás. Por lo que Ronaldo y Jonás se apresuraron a extender sus brazos tomándose de las manos, formando un apoye sobre el que cayó rendida la mamá.
Por su parte, al momento del orgasmo final de Judith, Tomás sintió cómo las piernas de mamá perdieron fuerza, su concha empezó a llenarse de abundante flujo y hasta un poco de meo que soltó involuntariamente ella, haciéndole tragar todo aquello, antes de caer sin fuerzas sobre él hasta que la sostuvieron sus hermanos.
Tomás al darse cuenta de que mamá hasta se había meado con aquel orgasmo, lejos de detenerse, solo tuvo que adoptar una nueva posición sentándose en el piso y pasando sus piernas entre la de la mamá y Jonathan, para seguir comiéndole la concha con ahínco y desesperación, mientras Jonás y Ronaldo la sostenían en aquella postura y Jonathan la seguía penetrando por atrás.
Ella quedó por unos segundos en un profundo estado de inconciencia cómo desvanecida en los fuertes brazos de Jonás y Tomás, mientras Jonathan la embestía una y otra vez por atrás, y Tomás no paraba de besar, lamer y olerle la concha. Ese fue el último recuerdo de Judith antes de “desvanecerse” completamente e brazos de Jonás y Ronaldo sus gentiles machos que la sostenían mientras ella “dormía” en un profundo placer provocado por sus otros dos machos que cómo dos salvajes no paraban de comerle la concha y darle por el culo.
Ella nunca supo cuánto duró su desmayo o profundo adormecimiento. Tal vez segundos, minutos horas o un simple instante.
Pero entonces despertó de repente sintiendo un alivio enrome en su vientre y cuando empezó a darse cuenta de lo que pasaba y a recordar en donde y en la situación el la que estaba. Se vio echándose un gran y aliviador meo en el rostro de Tomás, que incrédulo de la semejante meada que mamá se echaba sobre su boca nariz y cara en general, disfrutaba y saboreaba de ese gran momento que hasta ahora jamás había vivido en su corta vida sexual.
- ¡Aaaaaaaaaaaahhhhh! Se quejaba aliviada Judith al despertar meandose mientras continuaba siendo penetrada por atrás por su hijo Jonathan.
En cuanto a Tomás, tragó y disfrutó todo lo más que pudo, pero parece que mami llevaba una buena cantidad de líquido en su interior, que terminó derramándole en su cara hasta la última gota.
Entonces, Tomy salió de debajo de mamá que realmente le había lavado la cara con una cálida meada y su hermano Jonathan disfrutó más cómodamente de la posición para penetrar a Judith, siendo sostenida por sus dos hermanos.
- ¡Ay mami, ay, acá nos tenés todos adentro para cogerte bien cogida en una noche de lluvia! Le dice Jonathan.
- ¡AHahahaha! Le respondía con su jadeo ella.
- ¿Te gusta que seamos obedientes y estemos todos adentro de casita? Le pregunta Jonathan.
- ¡Ahahahahahahahahahaha, si, si, si me encanta! Le responde ella con vocecita angelical entre jadeos.
- ¡Aaaaaaaaaaahhh, tomáaaaaaa mamitaaaaaaa! Grita Jonathan abalanzándose sobre ella y penetrándola hasta los huevos para llenar sus intestinos de caliente y espesa leche.
Jonathan se levanta y deja su lugar al próximo. Entonces Tomás ayuda a Jonás a sujetar a mamá en la posición que está, y Ronaldo se dispone a ocupar el lugar de Jonathan.
Ronaldo se ubica de tras de Judith, y al estar de pie descalzo, pisa el charquito de meada que había dejado la mami, y al darse cuenta de que la muy zorra se les había meado de placer, su excitación fue mayúscula.
Con su mano derecha le tocó la concha, y al notarle los pelos mojados, se olió los dedos empapados del meo de Judith y la baba de Tomás, y al sentir el olor a meo de hembra, se chupó los dedos y saboreó aquello. Luego volvió a tocarle la concha a Judith, y le dio una fuerte palmada, provocando un espasmo en el cuerpo de la mujer que se vio sorprendida con el golpe en la concha.
Acto seguido acarició suavemente toda esa concha peluda pasando su mano de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba, metiéndole suavemente dos dedos e iniciando una suave pero profunda penetración.
Ella se relajó lo más que pudo, abrió sus piernas tanto cómo le fue posible, y se dispuso a disfrutar de la paja que le estaba haciendo Ronaldo.
Justo cuando los primeros quejidos de placer de la mamá interrumpieron al silencio de los muchachos y el sonido de la tormenta, Ronaldo se percata de la semejante dilatación del ano de la hembra y no puede evitar meterle un dedo y encontrarse con la leche de Jonathan y la caquita de mami.
Esto lo poso a mil por horas, y rápidamente se tomó la verga y la guisó hacia la entrada de la vagina de Judith y la penetró de un solo golpe hasta los huevos y comenzó a embestirla salvaje y frenéticamente, enloquecido y totalmente fuera de control.
Sus hermanos Jonás y Tomás sujetan con fuerza a Judith, que daba sendos sacudones con las bestiales envestidas de su hijo.
Ellos no estaban seguros de por donde se la estaba metiendo Jonathan, pero sin lugar a dudas con esos enviones con los que la arremetía ya sea por la concha o el culo, lo único claro era que la estaba partiendo al medio a juzgar por los alaridos que había empezado a pegar la pobre mamá.
- ¡AAAAAAUUUUU, AAAAAAUUUU, AAAAAUUUUU! Aullaba casi llorando Judith con cada embestida de Ronaldo.
- ¡Aaaahh, aaaaahhh, aaaaahhh, aaaaah! Gritaba con voz ronca Ronaldo sintiendo que su verga se perdía en lo más profundo de la concha de su madre.
- ¡Sujetala bien boludo, sujetala bien, a ver si se nos cae! Le reclamó Jonás a su hermano que lo ayudaba a sostenerla mientras Ronaldo la taladraba.
- ¡Ahahahahahahahahahahahahahahaha! Jadeaba fuerte la mamá mientras Jonás y Tomás se esforzaban por sostenerla mientras Ronaldo la taladraba sin ningún tipo de miramiento ni respiro.
- ¡Ooooohhh, ooooohhhh, que hija de puta que flor de concha tiene la yegua, ooooohhhh, oooooooooooh, oooooohhh! Gritaba Ronaldo a sus hermanos en medio de la oscuridad reinante en la carpa, solo interrumpida por la fugaz iluminación de algún relámpago. Todo esto mientras él mismo trataba de ayudarlos a sujetarla, tomándola firmemente de la cintura.
- ¡Aaaaaaahh, auuuuuuuhhh, aaaauuuuhhh! Aullaba Judith teniendo su orgasmo escuchando a sus hijos no poder sostenerla en medio de la brutal cogida que le estaba pegando Ronaldo.
Ella deja de gritar y aullar cómo gata en selo y empieza a quejarse de dolor cuando su vagina se reseca sin que Ronaldo baje el ritmo de su penetración.
Viendo Ronaldo que mami ya no lo disfrutaba pero que él tenía unas ganas bárbaras de seguir cogiéndosela, recordó lo lubricado, abierto y lleno de leche y mierda que tenía el culo Judith y entonces optó por cambiar de agujero.
Sacó la verga de la concha de mami, y la dirigió a la entrada trasera de Judith que se encontraba totalmente disponible para recibirlo por atrás.
La verga de Ronaldo entró sin mayor esfuerzo en la colita de mami, que totalmente agotada, solo relajó su cuerpo y se dejó hacer, apoyándose en los fuertes brazos de Jonás y Tomás, que admiraban las ganas y energías de Ronaldo y por otro lado sufrían por la pobre Judith, a quien la notaban rendida totalmente en sus brazos.
- ¡Oooooooohhh, que culo tiene la perra, que culo hermoso y profundo tiene la muy putaaaaa! Vociferaba Ronaldo entrando y saliendo del trasero maternal de la pobre hembra totalmente rendida y exhausta, que solo resistía esperando el final.
El chico siguió durante unos 3 minutos y medios penetrándola lo más salvajemente que le fue posible. Mientras Jonás y Tomás al ver todo esto comprendían que después de semejante cogida a la que la habían sometido sus hermanos. Mamá no estaría disponible para ellos y que muy probablemente tengan que dejarla descansar un buen rato o incluso quizás hasta mañana.
Y fue entonces que por fin lo oyen a Ronaldo estallar en un increíble orgasmo.
- ¡Aaaaaaaaaahhhhhh, te amo mamáaaaa, te amoooooooo! Grita él llenándole las entrañas con su leche caliente.
Ellos la acuestan bocabajo en la cama donde siempre dormía ella, y mientras Judith los escucha en silencio, adormecida y totalmente inmóvil, Ellos se felicitaban cómo de costumbre por la semejante cogida que le habían pegado a la hembra del grupo.
Por su parte la mamá yacía en la cama sintiendo latir su concha y hasta un ardor en el ano y sin fuerzas ni ganas para nada.
Ellos la oyeron quejarse suavemente estando casi dormida en la cama, y mientras Ronaldo y Jonathan se reían, Tomás y Jonás sintieron pena por la pobre mamá. Y acostándose en la misma cama que Judith, y dejándola a ella al medio, la acariciaron tiernamente hasta que Jonás sintió que todos dormían muy profundamente.
Pero, aunque él también estuviera bastante cansado, sobre todo por el esfuerzo que hizo durante tanto rato sujetando a Judith, mientras los demás se saciaban a gusto con ella cogiéndosela cómo verdaderos animales, o mejor aún, cómo verdaderas bestias salvajes. Los excitantes momentos vividos casi a oscuras en la carpa familiar en esa tormentosa noche de verano, los gritos de sus hermanos, los jocosos y alarde antes comentarios de calientes machos, y los alaridos, gemidos y jadeos de Judith que daba entre inmensos sacudones provocados por las salvajes envestidas de sus hijos a tomar cada uno su turno con la pobre mamá, y recordar que justamente él no había tenido su turno con ella. Hizo que una gran erección se apoderara de su pene.
Viendo que mamá dormía tan profundamente, y sin moverse, quedando bocabajo tal cómo ellos mismos la habían acostado al medio de la cama entre Tomás y él, Jonás pensó en conformarse con acariciarla, talvez hasta manosearla descaradamente y hacerse una buena paja antes de conciliar el sueño y así evitar molestar demasiado a la pobre mami.
Con Judith bocabajo y permaneciendo inmóvil y profundamente dormida, no eran muchas las opciones de Jonás. Asique con su mano bajó hasta el firme y puntudo trasero desnudo de mamá, y empezó a acariciarlo. Y así estuvo un largo rato disfrutando de la suavidad de la piel del culo de aquella bella mujer de casi 50, pero que, según la opinión de sus propios hijos, hacía temblar de envida a más de una de 30, más aún si se trataba de una de esas que no ponía atención a su estética.
- ¡Oooooooohhh, que culo tiene la perra, que culo hermoso y profundo tiene la muy putaaaaa! Resonaba en la cabeza de Jonás la potente voz de Ronaldo, cogiéndose por el culo a Judith, mientras él luchaba por sostenerla en sus brazos con cada empujón que Ronaldo le daba desde atrás sodomizándola salvajemente a su mamá.
- ¡Ooooohhh, ooooohhhh, que hija de puta que flor de concha tiene la yegua, ooooohhhh, oooooooooooh, oooooohhh! Continuaba sonando la voz de Ronaldo en la cabeza de Jonás
- ¡Ahahahahahahahahahahahahaha, aaaaaahhhh, aaaaaaaahhh! Recordaba Jonás el sonido de los jadeos y gemidos femeninos de su mamá quien ahora dormía profunda y tranquilamente a su lado permaneciendo totalmente indiferente a las penetraciones anales a las que la sometía su hijo Jonás mientras ella dormía casi desmayada a su lado.
- ¡Aaaaaaaaaaahhh, tomáaaaaaa mamitaaaaaaa! Recordaba Jonás el grito de Jonathan llenándole el vientre de leche a mamá.
Las voces, los gritos, gemidos quejidos y jadeos, se seguían mezclándose en la cabeza de Jonás, mientras él con su dedo explorador seguía hurgando en las profundidades del ano maternal de Judith, Jonás disfrutaba de revolverle la caca a mami, esa cacona que se mezclaba y hasta parecía flotar en una bolsa o cavidad llena de cálida leche de macho que sus hijos le habían depositado entre alaridos de placer y júbilo por cogerse de semejante manera a la hembra de la isla.
- ¡Sujetala, sujetala bien, a ver si se nos cae! Recordaba Jonás los reclamos que él mismo le hacía a su hermano que le ayudaban a sostener a mamá, cada vez que ella recibía embravecidas envestidas desde atrás por parte del sodomizado de turno o por quien le daba por la concha desde atrás.
Y todas estas situaciones que pasaban por la cabeza de Jonás cómo el más eróticos de los sueños, y al pensar de que se trataban de fragmentos de una realidad recientemente vivida, y nada más ni nada menos que con mamá, y sumado a lo excitante que le resultaba revolverle la mierda que flotaba en semen dentro de su ano mientras ella dormía. Todo esto hizo que el chico ya no pudiera más con su calentura, y ya no pensara en hacerse una paja, sino en desahogarse con ella misma, con la que todavía no había tomado su correspondiente turno.
Decidido a ir por más y envalentonado por su propia calentura emanada de las recientes escenas vividas que no dejaban en paz a su cabeza, Jonás hundió todo su dedo en el ano de Judith, cosa que logró con total facilidad por el grado de lubricación que tenía ya el orificio anal de la mamá, y que por el grado de relajación que tenía, hizo que la bella durmiente le correspondiera con un sonoro pedo, expulsando con él gran cantidad de semen y algo de caca sobre su mano.
Ese hecho, sumado al leve quejido de alivio que Judith emitió totalmente dormida al momento de expulsar algo de todo lo que acumulaba en su ya saturado vientre, fue suficiente para terminar de disparar la calentura de Jonás, quien estaba dispuesto a cogérsela dormida o despierta, por las buenas o por las malas. Aunque esperaba de corazón que si mamá se despertaba, supiera comprenderlo y entender que ya no podía más con su calentura y en consecuencia lo dejara hacer, y que quizás ella también lo disfrutara tanto cómo él.
Retiró la mano de la cola de mamá, y se la limpió con la bombacha rosada de Judith, que encontró cuando en la total oscuridad de la carpa buscaba algo con que limpiarse el semen y caca con los que ella enchastró su mano cuando él le hurgaba el ano.
Finalizada la limpieza de su mano, le separó las piernas lo más que pudo a mami, y metiéndole la mano por debajo, llegó a su peluda concha, la que acarició durante un buen rato mientras ella permanecía totalmente dormida y a su disposición.
Fue entonces que, en un momento dado, la misma mamá abrió un poco más las piernas, quizás disfrutando aun dormida de lo que le hacía su hijo. Y le dejó aún más espacio para que la inquieta mano de Jonás le hurgara la concha e incluso la masturbara suavemente, logrando que mami disfrutara aún dormida, y su concha se fuera mojando y dilatando poco a poco cómo por causa de algún “sueño húmedo”.
Tras varios minutos de suave masturbación la mamá se despierta muy excitada.
- ¡Mmmmmm, ah, ah! Suspira y se queja ella a media voz, al despertar y entender que aquello no era un sueño, sino un “dulce despertar” a media noche. Ahora solo le faltaba descubrir quien la había despertado propinándole semejante paja.
Ella tanteó el lado de la cama donde tendría que estar Jonás, ya que a Tomy lo sentía dormir profundamente a su otro lado.
Al darse cuenta que el que la había despertado era Jonás, y recordar que él no había tenido su turno con ella, Judith optó por ser comprensiva con su amante favorito, y en la manera de lo que le fuera posible trató de fingir que seguía dormida, quizás esto lo excitaría aún más a su Jonasito amado y lo volvería loco el pensar que se estaba empalando a mami completamente dormida, y por otro lado ella disfrutaría dejándolo ser y hacer con ella lo que quisiera y cómo lo quisiera. Incluso llegó a imaginarse que esto la llevaría quizás a conocer alguna perversa faceta de su amante farito, que aún no conocía en él.
Al pensar esto Judith se abrazó a la almohada, sonrió tiernamente y relajó su cuerpo entregándoselo por completo a su hijo, y disponiéndose a gozar ella también.
Entonces fue que Jonás quiso verificar si mami todavía estaba dormida.
- ¡Mami, mami, mami! Murmuró suavemente Jonás al oído de su mamá.
Entonces y por varios instantes ella dudó en que debía hacer, si confirmarle que estaba despierta o simular que dormía y regalarle una nueva experiencia a su hijo, la experiencia de “empalar” a mamá estando dormida.
Finalmente, Judith optó por seguir “durmiendo”, y su hijo efectivamente al no tener respuesta alguna, asumió que mamá dormía profundamente e indiferente a la calentura de su Jonás.
El chico entonces toma coraje y se monta sobre su mamá, y a la hora de elegir por qué agujero la penetraría primero, opta por el de la vagina, que por la posición en la que se encontraba acostada boca abajo Judith, resultaba algo incómodo para Jonás si su mamá no cooperaba un poco.
Ni bien ella se dio cuenta de la opción que había hecho su hijo, pensó rápidamente en cómo ayudarlo sin que él percibiera que se había despertado.
Entonces tras unos rebuscados e incomodos movimientos, y con la ayuda de su mano, Jonás logra dirigir y calzar la cabeza de la verga en la entrada de la peluda concha de su madre. A lo que ella cuando lo siente calzarle la punta de la pija en la concha y con un suave empujón ir entrando centímetro a centímetro en la concha, Judith no puede evitar morbosos pensamientos en su cabeza, tales cómo: Al mocoso hijo de mil puta no le importó un rábano que mami esté cansada y necesite dormir, y dominado por la calentura se la estaba enrabando allí mismo, frente a sus hermanos, y estando ella “dormida”. Pensó y volvió a recordar a sus amigas del grupo. Si supieran que a una de las puritanas del grupo ahora se la cogían sus 4 hijos, a veces uno por uno, a veces en tríos y otras veces en orgías. Si supieran que gracias a sus propios hijos y casi a sus 50 años ella había descubierto el placer del sexo. Ese del que algunas de ellas le contaban a ella que tenían con sus amantes a escondidas de sus correctos y puritanos maridos y caballeros de negocios a los que ellas en público juraban serles fieles. Y que se reían de Judith y del resto de las “puritanas” del grupo cuando veían sus rostros horrorizados, y hasta a veces las hacían callar cuando ellas contaban sus andanzas de “mujer pirata”.
¡Cuántas cosas podría ahora Judith compartir con “las indecentes” del grupo!, ¡cuántas cosas podría confirmarles ahora Judith! ¡cuántas sensaciones había experimentado Judith en este tiempo, sensaciones narradas y descriptas tantas veces por “las marginales” del grupo, quienes contaban y narraban al detalle, de las infidelidades a sus maridos. Tantas veces escuchó Judith a sus amigas hablar de cómo se comían a algún cliente o proveedor de la empresa o negocio de su impoluto marido. Cuantas veces escuchó Judith a una de ellas contando cómo volvía loco y desesperaba a chicos mucho menores que ella.
Y pensar que, si alguna vez las volviera a tener enfrente, ahora sería la propia Judith quien las tendría a todas a su alrededor escuchándola muy atentamente (quizás en una ronda de Mates entre amigas o en una noche de tragos) contando cómo fue que su hijo mayor empezó un romance con ella a escondidas del resto, y cómo con el tiempo uno a uno se le fueron sumando todos los demás.
¿Que diría Jakeline, cuando la “mojigata” de Judith le contara que se meó en la cara de su hijo Tomás al no poder contenerse durante un orgasmo que él le hizo tener besándole y lamiéndole la concha, mientras otro de sus hijos se la cogía por el culo?
¿Qué diría Jaky (Jakeline) cuando Judith le contara cómo le meaba la mano a su Tomy, cuando le mamaba la verga hasta atragantarse y vomitar en la verga de Jonathan o Ronaldo, y tantas otras cosas relatadas en los capítulos anteriores?
Ella estaba con estos pensamientos en su cabeza, cuando entonces empezó a sentir cada vez más mojada su concha concha, detalle que no dejaba de sorprender a Jonás.
¿Cómo mami podía mojarse tanto dormida?
Ya muy excitada mamá, decide ayudar un poco más a Jonás, y aprovechando un leve distanciamiento de su hijo tratando de lograr una mayor comodidad en su postura, ella levanta un poco la cola y entonces siente cómo la verga adquiere un mejor calce en su concha y entonces Jonás poseído por su calentura, y sin percibir que mami lo ayudaba, ni mucho menos darse cuenta que estaba despierta la muy cabrona. Empieza a envestirla con mayor fuerza e intensidad, incluso olvidando que al lado de mami dormía muy plácidamente Tomás, a quien podía despertar con tanto traqueteo a su lado. Pero lo más cierto es que a estas alturas y con tal grado de calentura encima, ni Jonás ni mamá pensaban en el tierno descanso del pobre angelito de Tomás.
Judith a estas alturas ya estaba desesperada por gemir, jadear, gritar o hasta aullar o llorar de placer. Quería cambiar de posición, ir arriba, cabalgar o ponerse bocarriba para poder besarlo mientras se la cogía y dejar que le mame las tetas. Pero justo antes de interrumpirlo para proponérselo, se acordó que estaba “dormida”. Y firme a la idea de regalarle esa fantasía a su hijo mayor, solo mordió la almohada y la abrazó clavándole las uñas ahogando sus gritos gemidos jadeos y hasta el llanto de placer, que le producía estar siendo poseída por Jonás creyéndola dormida, y con tantos pensamientos morbosos en su cabeza y tantas cosas para contarles a sus amigas, en especial a “las marginales”.
Jonás aumentó el ritmo de sus arremetidas, y ella mordía la almohada con desesperación mientras la abraza y le clava las uñas, al tiempo que lo oye jadear suavemente a Jonás.
Repentinamente él se detiene, para no tener su orgasmo tan rápido, y tras unos instantes volvió a la penetración con un ritmo suave dejando al borde de la locura a du mamá que se moría por revelarle que estaba despierta desde hace rato y cambiar de posición y cabalgarlo salvajemente hasta hacerle vaciar los huevos.
Jonás mete sus manos por debajo del torso de la mamá y con ambas manos acaricia y luego estruja suavemente las tetas de la mamá.
- ¡Mmmmhhh! No puede evitar gemir en voz baja Judith, quien aprovechó el fuerte bramido de un trueno allá afuera, para hacer más silenciosa su queja de placer ahogada en la almohada.
- ¡Oooooh mami te amooooo! Le murmuró él al oído cuando sintió que su orgasmo se aproximaba.
- ¡Mmmmmmmmhhhhh! Gimió ella casi llorando de placer y ternura al escuchar esa confesión de su hijo al creerla dormida. Y todo esto en el mismo instante que allá afuera bramaba otro trueno acallando los quejidos de la mamá.
- ¡ Ah, ah ah, ah, ah, ah! Emitía pequeños e inevitables quejidos él, mientras aumentaba sus arremetidas.
- ¡Mh, mh, mh!. Se quejaba ella en cuanto escucho el sonido de otro potente trueno, que le permitió liberar su placer nuevamente.
- ¡Sos la mejoooooooooor carajoooooo! LE MURMURA Jonás al oído penetrándola hasta lo más profundo que le es posible dentro de esa concha peluda.
- ¡Vos también mi amoooor vos también mmmmmmhhh, me estás matandooo, estás matando a mami con tanto placer! Gritaba ella mordiendo la almohada con todas sus fuerzas y daba rienda suelta a su llanto de placer ahogado en la almohada.
Entonces Jonás saca la verga de la concha de mamá y la clava de un empujón en el ano llegándole hasta lo más profundo de sus entrañas.
Judith, no lo podía creer, con solo unas embestidas más que le hubiera dado a su concha, ella hubiera tenido un orgasmo tan pero tan intenso, que no solo Jonás se hubiera dado cuenta de que ella estaba muy despierta, sino que probablemente mami hubiera despertado a todos con un semejante grito de placer.
Pero ahora el muy cabrón le estaba reventando el culo a mamá, que sentía que se cagaba encima con cada entrada y salida de la verga de Jonás de su ya lleno de leche y mierda ano.
Entonces lo sintió explotar en un gran e interminable orgasmo, que la hacía sentir que el muy hijo de puta se estaba echando la meada más grande de su vida justo dentro de su ya colmado vientre.
Ella trató de resistir con todas sus fuerzas la entrada de semejante “meo” de leche en su interior.
Pero el muy hijo de perra la “meaba” y la “meaba” cómo un camello desesperado por vaciar sus enormes jorobas, o por lo menos así le parecía a la mamá que sentía que ya no le entraba una puta gota más.
Cuando por fin él terminó, se acostó al lado de mami, quien sentía cómo la concha le latía por la semejante cogida que le había pegado su hijo mayor, y el culo le rebalsaba de leche y mierda, urgiéndole ir a desagotarlo.
Pero ella se quedó quietecita varios minutos hasta sentir que Jonás y todos los demás dormían profundamente a su alrededor.
Entonces con movimientos bastantes torpes en la profunda oscuridad de la carpa, ella se levantó de la cama, y haciendo más ruido del que hubiera querido, y sin que la tormenta pudiera callarlo. Judith terminó despertándolos a todos, quien menos Jonás, que se dio cuenta de la desesperación de mami por ir al baño a desagotar toda la leche que tenía adentro. Decidió hacerse el dormido y quedarse en la carpa para no tener que darle explicaciones por haberla agarrado dormida.
Los demás ayudaron a mamá a salir de la carpa, y cómo llovía tanto la acompañaron hasta la cueva que estaba justo detrás de la carpa, y Jonathan y Tomás se pusieron uno a cada lado de ella. Pasaron los brazos de la mamá rodeando sus cuellos y Tomás le levantó las piernas y ella quedó cómo sentada en el aire y en esa posición se relajó y empezó a cagarse mientras ellos la sostenían gentilmente entre todos los presentes.
Ella les agradecía mientras les pedía disculpas por el desagradable olor y el haberlos despertado a todos por sentirse mal y no poder salir de la carpa en silencio.
Ellos la tranquilizaban y le decían que para eso estaban, después de todo lo que ella hacía cómo madre y cómo mujer por ellos.
A los chicos les llamaba la atención que Jonás (el favorito de mamá) no estuviera ahí para ayudarlos con ella.
Pero a Judith parecía no importarle el que uno de los que esa noche dormía junto a ella no estuviera ahí con mami en este momento, y los tranquilizaba diciéndoles que ellos la estaban ayudando muy bien.
Una vez que ella terminó de desagotar su barriga y ellos la higienizaron, todos volvieron a la carpa.
Ellos volvieron a dormirse, y cuando ella se estaba quedando dormida, siente que desde atrás la abraza Jonás.
- ¡Casi me cago acá adentro de la carpa por culpa tuya, tus hermanos me tuvieron que ayudar, y Vos te hiciste olímpicamente el desentendido! Protestaba en voz muy bajita ella, pero nadie la oyó.
A la mañana siguiente uno a uno fueron despertando, y cómo el día estaba hermoso después de tanta lluvia caída. Ellos se pusieron a realizar sus actividades diarias.
En la cabeza de Jonás todavía estaban los recuerdos de cómo se había cogido a mami dormida, y eso lo hacía desear repetir la proeza, aunque por momentos también se sentía mal por no haberle respetado el sueño a mami.
Jonás y la mamá se cruzaron varias veces durante esa mañana, donde todos ellos trataban de hacer todo el trabajo al aire libre, cómo cazar o pescar, lavar la ropa juntar leña para cocinar y realizar la fogata a la noche, buscar agua bebestible al manantial, y otras eventualidades que siempre cada día ocurrían y que había que solucionar cómo se pueda y a cómo de lugar, porque de eso se trata la supervivencia. De adaptarse al medio y las circunstancias en las que se está con los medios y recursos que se tienen más a mano. Algo a lo que a ellos les encantaba hacer en sus vacaciones, pero desde que quedaron atrapados en esta perra isla, lo que parecían unas vacaciones de aventuras, ahora se parece más a cómo van a tener que vivir el resto de sus vidas.
En fin, cada vez que Judith y Jonás se cruzaban, él parecía mirarla con más morbo que nunca, y ella no solo se daba cuenta, sino que le correspondía con picaras sonrisas y tiernas miradas.
Entonces en un momento libre de los dos (Jonás y Judith) ella pensó en sacar el tema de lo ocurrido anoche.
No estaba segura sobre si confesarle que ella había estado despierta durante la cogida que le había pegado él esa noche, pero de alguna manera quería tocar el tema para ver si él le “confesaba” lo que le había hecho mientras ella estaba “profundamente dormida”.
- ¿Todo bien amor? Le preguntó ella en un nuevo cruce entre ambos y el nuevo intercambio de sonrisitas y picaras miraditas.
- ¡Si mami, todo bien ¿Y Vos? Le responde Jonás
- Si todo bien, che mi amor…. Te tengo que contar algo. Responde Judith queriendo ir entrando en “el tema”.
- Decíme mami, te escucho. Le responde él.
- Resulta que anoche tu……. Bah, no sé Vos ¿dormiste toda la noche? Pregunta la mamá.
- ¡Si, más o menos! Me parece que por momentos me despertaba. Responde su hijo.
- Ah, y ¿Yo dormía bien? Le insiste ella.
- ¡Creo que sí! Pero … ¿por qué? Responde un poco desorientado e impaciente Jonás.
- ¡Jajaja, bueno te cuento algo, resulta que anoche creo que tuve el sueño más real de mi vida! Empieza a contar ella, mientras nerviosa miraba para todos lados asegurándose de que nadie del resto de los chicos escuchara aquella conversación.
- ¿Soñaste que estábamos en casa, o con tus amigas o algo de eso? Indaga Jonás.
- Mmmmmmhhhh, bueno algo de eso también, pero más bien fue un sueño erótico con Vos. Detalla Judith algo nerviosa, pues no quería evidenciar que había estado muy despierta durante la semejante cogida que recibió de su hijo durante la noche.
- Bueno, que sé Yo, no sé si lo extraño es que hallas tenido un sueño erótico, o que ese sueño haya sido conmigo. ¿Eras de tener sueños eróticos antes? Le responde él
- ¡Antes de que nos pasara lo que nos pasó esto en la isla?, mmhhh, no, o no muy seguido y sobre todo no cómo el de anoche. Reflexiona la mamá.
- Entonces ¿Qué fue lo extraordinario? ¿El realismo del sueño, el sueño erótico en sí, o más bien que Yo estuviera en él? Porque convengamos que, si antes no eran frecuentes este tipo de sueños en tus noches, quizás se debía a la gran inactividad sexual de tu vida después del divorcio con papá, ahora que también me halaga muchísimo haber estado en ese sueño ¿Fui uno de los protagonistas? Dice Jonás, y cuando le hace la pregunta sobre que, si fue uno de los protagonistas, le guiña el ojo y no puede evitar sonrojarse.
- ¡Jajajajajaja! No pudo evitar la carcajada ella cuando su hijo le preguntó sobre los protagonistas.
- ¡JAJAJAJA! Bueno ¿Me vas a contar el sueño? Le responde él
- Y, Básicamente creo que me agarrabas en la cama mientras dormía. Le responde ella, y queda expectante a la respuesta de su hijo mayor.
- ¡A la mierda, que sueño mami! Y ¿Era muy pasional el asunto? Pregunta él asombrado.
- ¡Imaginate! Yo llegué a sentir que pensaba en las cosas que me contaban las más guarras de mis amigas, llegué a sentir cómo varios orgasmos, y me desperté re caliente y pensando en que si alguna vez la volviera a ver a Jaky le confirmaría tantas cosas de las que ella me contaba y Yo no le creía o más bien me resultaba imposible de escuchar o aceptar. Dice ella.
- ¿Hablaban de sexo con Jaky? Pregunta intrigada él, recordando en su mente a la hermosa pelirroja tan amiga de mamá.
- ¡Si, obvio, con ella y con el resto de mis amigas! Le responde su mamá.
- ¿Muy guarra es la Jaky? Le pregunta él.
- ¡Si, guarra puta, las tiene todas las pobres, pero era muy buena amiga! Dice ella algo triste al recordarla.
- ¿Puta también? Le responde atónito él, recordando lo seria que parecía la amiga de mami.
- ¡Ay si Yo te contara lo cornudo que es el pobre Román! …… ¡Mi pobre amiga no tiene límites! ¡Ella cree que su culo, tetas y concha son los únicos medios que tiene para alcanzar los objetivos en la vida!, solía decir que cuando un hombre veía un culo cómo el de ella o el mío, se estupidizaba, y ahí es cuando una mujer inteligente sabe aprovechar el momento para sacarle hasta lo que no tenía. Yo cuando la escuchaba hablar así no la soportaba ¡si habremos discutido por esos comentarios de su parte!……. me contaba de un tal Carlos, ¡Estaba loco por ella el pobre hombre, ni te imaginás los regalos que le hacía a Jaky, y se veían cuando Román estaba de viaje de negocios! El pobre tipo quería que Jaky se separe de Román y se junte con él, y ella diciéndole que si, que si, que le diera tiempo, que ella le iba a pegar una patada en el culo a Román, y se iba a ir con él. Contaba Judith.
- ¿ Y?. Preguntó Jonás.
- ¡Bah, que le va a dar una patada en el culo a Román por un amante que hasta pedía préstamos para hacerle regalos a ella, Jaky es puta no estúpida, así me decía ella misma! Yo le decía que algún día Román se iba a enterar de todas las que ella le hacía a sus espaldas, y que después Yo no la quería en mi casa llorando. Contaba Judith.
- ¿Y ese era su único amante? Preguntó Jonás
- ¡Noooo, que va! Tenía de todas las edades y clases sociales, lo que pasa es que ella es muy astuta. Cuenta Ella.
- ¡Si, es una mujer muy inteligente, eso lo vi siempre! Le respondió Jonás.
- ¡Aaaay Jonasito mi amor, no sabés cuantas veces salí a caminar sola por las playas de esta isla, y la veía a Jakeline riéndose de mí, por acostarme con Vos y tus hermanos! ¡Ahora soy más puta que ella, Yo que tanto me horrorizaba de sus anécdotas de cotín! Le confesó su mama cubriéndose el rostro con ambas manos.
- ¡Bueno, pero estamos acá solos, ni Jaky ni nadie ve la vida que llevamos! Además, si no fuera así cómo es, estaríamos condenados todos a vivir sin…. Reflexiona él consolándola.
- Gracias mi amor, Vos siempre me entendiste y Sos mi compañerito fiel y hermoso, ¡Me hacen tan bien estas charlas…… Le dice su mamá abrazándolo tiernamente.
La charla queda ahí, y Al final Judith terminó desahogándose y sin la respuesta que ella buscaba. Pero por otro lado sintió que era mejor dejarlo todo así, y que Jonás siga creyendo en cierto modo que se la había cogido dormida, haciéndola sentir que había tenido un sueño erótico.
Por su parte a Jonás esta conversación con mami le había volado la cabeza, no solo por lo que le había sentido experimentar a mami, que ahora creía que lo de anoche había sido un sueño suyo, sino por las cosas que había escuchado de Jaky, la amiga más bonita de mami, a la que él y sus hermanos cariñosamente llamaban “tía”.
Jonás incluso recordó haberse pajeado alguna vez en su tierna adolescencia pensando en la inteligente y siempre fachera amiga de mamá, quien era un poco mayor que Judith y ahora debería andar por los 49 ó 50 años. E incluso no dudó en pensar, que de regresar algún día a Crisao (su ciudad) y si Judith insistía en recuperar solo su rol de madre, Jakelin podría convertirse en un digno objetivo si incluso Jessica (su novia) ya no estuviera más presente en la vida de Jonás.
Llegó la hora d hijo le guiña el ojo y se sonroja.
e comer en familia, y todos se reunieron en la cueva detrás de la carpa, y que acostumbraban a usar de comedor.
Cómo el calor era sofocante, y cómo es de esperar el sol estaba fuertísimo, después de comer y limpiar todo el lugar ellos se refugiaron en la carpa a conversar durante un buen rato mientras hacían la digestión y después se dispusieron a dormir una siesta, esperando a que baje un poco el sol para después ir un rato a la playa.
Esta vez Judith estaba en la cama grande acostada al medio y flanqueada a la derecha por Jonathan y a la izquierda por Ronaldo.
Jonás y Tomás cansados por las actividades mañaneras y sofocados por el intenso calor de esa tarde, se quedaron dormidos casi de inmediato.
En cambio, Jonathan y Ronaldo si bien estaban cansados, el tener a mamá en medio de ellos ya era una muy buena excusa para saltear la siesta.
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