PERDIDOS II (CAP 2) JAKY LA AMIGA DE MAMI:
Jaky la amiga de Judith, va de visita a la finca de los Herzoch, para hacerle una propuesta a la familia, y sin querer la periodista se empieza a enterar de algunos escabrosos secretos de los Herzoch.
CAPITULO 2:
JAKY LA AMIGA DE MAMI:
Jaky la amiga de Judith, va de visita a la finca de los Herzoch, para hacerle una propuesta a la familia, y sin querer la periodista se empieza a enterar de algunos escabrosos secretos de los Herzoch…
Los días siguieron pasando y Judith y Tomi seguían jugando un “peligroso” juego que cada vez los acercaba más y más a la posibilidad de caer en tentación cómo ya le había pasado a mamá con su hijo mayor Jonás en la isla, donde llegaron incluso hasta mantener una relación a escondidas de el resto de los hijos de Judith, y posteriormente desencadenó en algo totalmente imparable con todos ellos.
Un sábado por la mañana Llegó a la finca de los Herzoch, Jakeline, una de las mejores amigas de Judith.
A la que la familia invitó a quedarse a amozar, a pasar el día o todo el fin de semana con ellos, según lo que decidiera ella misma. Y Jaky aceptó encantada pasar el fin de semana, pues quería hablar muy bien con su amiga Judith sobre una propuesta que tenía para hacerle.
Pues resulta que Jaky era periodista y quería plasmar en un libro la historia de los herzoch en aquella isla.
Entonces llegó el momento en que los chicos se fueron y dejaron a las amigas a solas, y Jakeline poco a poco empezó a sacarle el tema a Judith, pues estaba segura de que no sería fácil convencerla, ya que Judith era una mujer de muy bajo perfil social.
- ¿Sabés que Yo sigo escuchando y viendo las entrevistas que les han hecho a ustedes, y no me canso de pensar por todo lo que han tenido que pasar? Le dice Jaky.
- Si amiga, la verdad es que fue algo increíblemente horrible. Responde Judith
- ¿Pero, realmente la isla estaba deshabitada?… ¿No encontraron a ninguna tribu salvaje? Pregunta Jakeline.
Judith, vuelve a contar una vez más la historia, casi cómo una catarsis. Su amiga la escuchaba atentamente.
Judith le contaba a su amiga lo que ya había relatado innumerables veces no solo a la prensa, sino al resto de la familia, amigos del club en el que participaba, empleados, clientes y proveedores de la empresa etc., etc.
Jaky la abrumaba con preguntas y más preguntas de todo tipo y Judith solo se limitaba a contestar.
Entonces, mientras conversan sentadas en la mesa entre mate y mate, la tarde sigue avanzando.
Eran ya casi las 8 de la noche cuando Jakeline por fin se decide a proponerle escribir un libro con el testimonio de cada uno de ellos.
Judith lo piensa y lo piensa, y le termina diciendo que Sí. Pero con la condición de que lo recaudado se destine a actos de beneficencia e instituciones sociales. Que ellos no necesitaban escribir un libro para tener dinero y ambas quedan de acuerdo para ir teniendo un momento a la semana para que Jaky pueda hacerle las entrevistas tanto a Judith cómo a los demás.
Enseguida y mientras siguen charlando, Judith se advierte a sí misma, que va a tener que hablar muy seriamente con los chicos, especialmente con Jonathan, para que frente a Jaky no trascienda ni el más mínimo detalle de la vida promiscua que llevaron en ese tiempo.
Llegó la noche y ellos cenaron con la amiga de mamá, y Jaky sacó el tema del libro.
Todos estaban muy entusiasmados, pero la mamá quería tener una charla muy sería con todos ellos antes de que todo esto comience a concretarse.
Los muchachos después de la cena se preparan para salir a dar un paseo, tomar algo y tal vez y un rato a la disco.
Y las amigas quedan solas en la finca.
Ellas se preparan un café y siguen conversando sobre el asunto del futuro libro y sobre las anécdotas de Judith en la isla, entonces Jaky va a un punto comprometedor en la conversación.
- Y ¿Cómo te las arreglabas con lo sexual? Ósea, no había nadie en esa isla y los chicos eran los únicos machos en la puta isla ¿me explico? Pregunta Jakeline, y la pregunta por casual que parezca, tenía sus motivos, y es que ella muy ducha en cuestión de hombres, había percibido algo extraño en el comportamiento de los chicos con mamá y hasta en la manera de mirarla.
- Y mirá, Vos sabés que Yo sexualmente soy una persona más bien tranquila, así que no me fue muy difícil adaptarme a la soledad, además que ya llevaba tiempo sola desde que me divorcié. Explicó Judith.
- ¿Y los chicos? Insiste su amiga.
- ¡Jejejeje, no sé amiga, Yo me apoyé mucho en Jonás, realmente maduró mucho mi relación con él, bueno con todos en general, pero con Jonasito, él fue mi gran compañero, tal vez porque es el mayor y demás. Cuenta Judith.
- Y ¿Con Jonathan y su problemita psíquico?
- Y con la falta de sus medicinas, cómo que eso se fue complicando un poco más a medida que pasaba el tiempo, pero lo supe manejar por suerte. Cuenta Judith
Jakeline empezó a presentir que su amiga se cuidaba en las respuestas, había algo que Judith no soltaba, no contaba, no revelaba. Y por ahora dejó el tema ahí, no quería que su querida amiga se sintiera presionada a contar algo que no quería contar, no quería presionarla, porque por ahora le interesaba más escribir ese libro. Para lo otro había tiempo de sobra y ya hallaría el modo de enterarse si Judith le ocultaba algo o no.
La noche fue avanzando y las amigas se prepararon unos tragos y empezaron a beber y beber. Jakeline empezó a contarle a Judith cómo había sido su vida durante este largo tiempo sin verse entre ellas.
Y obviamente el tema hombres volvió a la conversación de las maduritas amigas.
Sería quizás por la bebida ingerida, pero para Jaky era admirable cómo su amiga la escuchaba atentamente y toleraba oír de cómo ella le ponía los cuernos a su marido con uno y con otro y como les sacaba dinero a sus amantes.
Cerca de las 6 de la mañana, en una de sus tantas idas al baño a mear, Judith se sacó la bombacha blanca que llevaba puesta esa madrugada y se la dejó debajo de la almohada a su hijo Tomás cumpliendo firmemente con lo pactado hacía tiempo ya.
Ella volvió con su amiga y siguieron charlando.
Una hora después, pasadas la 6 de la mañana los chicos vuelven a casa y las amigas conversaban y se reían animadamente.
Los chicos llegaron visiblemente tomados también y muy alborotados.
En un momento Jonathan la llama a su mamá para comentarle algo en la cocina, cuando la breve charla termina, Jonathan al irse a dormir se despide de mamá con unas palmaditas en su trasero y hasta una cariñosa caricia en el mismo lugar.
- ¡Eeeeyyy, está Jaky, estúpido! Protesto Judith.
- ¡Jajajaja! Rio Jonathan socarronamente, mientras Jaky vio toda la escena sentada en la mesa media adormecida por la bebida y el cansancio por la prolongada velada.
- ¡Amiga, que manotazo te pusieron! Murmuró sorprendida Jaky, que empezaba a comprender que en sus sospechas había alguna certeza.
Transcurridos unos minutos más, ellas también se fueron a dormir juntas a la habitación de Judith, tras subir con dificultad y muertas de risa las escaleras.
Llegan a la habitación y mientras Jakeline va al baño, Judith aprovecha a desvestirse y ponerse el camisón y una bombacha antes de acostarse, y para cuando su amiga vuelve a la habitación ella ya dormía plácidamente.
En cuanto Tomi llegó a su habitación se sentó en la cama se desvistió y al abrir la cama debajo de la almohada encontró la bombacha blanca de Judith, que cómo todas las noches se la había dejado después de un largo día de uso y con los aromas correspondientes.
Él se acostó tomó la bombacha entre sus manos, comenzó a olerla, y lamerla por la parte delantera, hasta que, con los minutos, el sentir aquella fragancia de hembra en aquella ropa interior, hizo reaccionar a su pene como todas las noches.
Una vez totalmente endurecida su verga, toma su celular, saca la verga del calzoncillo, le saca una foto y se la manda a su mamá con el mensaje “Gracias mami por ponerme así todas las noches”.
Después toma la bombacha blanca de Judith, se la pone en la cara cubriéndose nariz y boca, se saca una foto, se la manda a mamá y le escriba: “¡Que bien que las perfumas a las bombachas con esa hermosa concha peluda que tanto extraño hasta de ver! ¿es nueva la bombacha esta? ¿te estás comprando ropa interior? ¡quiero ve todas las bombachas nuevas que tengas! Te amo”.
Y acto seguido empieza a masturbarse como un desaforado salvaje cómo cada noche oliendo las bombachas de mamá, hasta reventar de placer salpicando todas las sabanas, y limpiándose la mano con la bombacha antes de dormir.
Era ya pasado el mediodía del Domingo para cuando todos se levantan.
Cuando Judith se despierta, enciende el celular que se estaba cargando en la mesita de luz, y entonces le llegan los mensajes de Tomás, y no puede evitar estallar en una carcajada reprimida al ver la foto de la verga de Tomás.
- ¿Que pasa amiga, de que te reís? Le pregunta Jaky vistiéndose.
- ¡Nada, nada, de las estupideces que se comentan los chicos en el grupo familiar, parece que anoche tomaron bastante jajajajajaja! Le miente Judith.
- ¡Si se los veía bastante animaditos y efusivos! Comenta con algo de ironía su amiga.
“¡Gracias mi amor, si mami se compró ropita nueva, ya las vas a ir conociendo!, ¡gracias por la foto de tu hermosa verga, ¡Yo también la extraño, mandale saludos de parte de la cuevita de mami jejejeje!”. Le escribió su mamá.
Judith dejó el celular en la mesita de luz, y fue al baño.
Jaky sintió curiosidad por el celular de su amiga, y fue directamente al WhatsApp y vio que el ultimo que le había escrito era Tomás. Abre el chateo de madre e hijo y lo empieza a mirar.
- ¡Amiga…! amiga…. Ay amiguita, conque esas teníamos, Murmuraba Jakeline mientras veía las fotos de la verga de Tomás y la foto donde estaba oliendo la bombacha de mamá, pero no conforme con eso fue más arriba y leía los mensajitos que intercambiaban por las noches madre e hijo.
Cómo Judith podía aparecer en cualquier momento, Jaki, se compartió todo el chateo entre madre e hijo, para leerlo más tranquila en su casa y dejó el teléfono de Judith donde estaba. Jaki estaba empezando a confirmar sus sospechas, pero no imaginaba hasta donde llegaba todo esto.
Ellos almorzaron juntos, y luego Jonás ensilló 6 caballos, y todos (incluyendo a Jaky, dieron un largo paseo a caballo, hasta el atardecer, hora en la que Jakeline se retiró de la finca, rombo a su casa.
En el trayecto que separaba la finca de los Herzoch de Crisao, mientras conducía su coche por la ruta, Jaky trataba de poner un orden en su mente de todo lo que había visto, y es que ahora, por momentos le interesaba más saber lo que ocurría entre Judith y Tomás, hasta donde llegaba todo esto, y si involucraba a alguien más o a cuantos más. Porque tampoco se podía sacar de la cabeza las groseras palmadas de Jonathan en la cola de su amiga, y la reacción de ella misma, al regañarlo no por el gesto en sí, sino porque lo había hecho prácticamente enfrente de Jaky.
Al Llegar finalmente a su casa, ella se sentó tranquilamente en la mesa a tomarse unos Mates, y ahí sacó el celular de su cartera, y entonces se puso a leer con detenimiento aquel chateo entre su amiga y el hijo de esta, y volvió a ver las fotos de la verga de Tomás, y la cara del chico con la bombacha blanca de Judith sobre su cara.
Ella se preguntaba cómo podría hacer hablar a su amiga sobre el asunto en particular, o si es que acaso, debería recurrir a Tomás o Jonathan directamente.
Jakeline se había separado de su marido hace más de 7 meses, y desde entonces, aunque parezca mentira con todo lo sexualmente activa que era, había pasado todo este tiempo sola y sin tener contacto con ninguno de sus amantes, y el solo imaginarse que durante todo el largo tiempo en el que la familia Herzoch estuvo varada en aquella isla, su amiga “no la pasó tan mal” con hasta 4 machitos en plena edad hormonal, le hizo sentir escalofríos y hasta envidia de su “mojigata” amiga.
Jakeline, era amiga de Judith, hace muchos años ya, y aunque unos añitos más grandes, siempre sintió envidia de su amiga, porque le parecía una mujer extremadamente competitiva en el ámbito laboral, que era capaz de lograr todo lo que se proponía, y hasta en tiempos records, y muy querida y respetada por quienes la rodeaban, eso dejando de lado el hecho de que además era nacida en cuna de oro, de una de las familias de la reducida aristocracia de Crisao.
Sintió entonces deseos de por primera vez en la vida podría tener algún motivo para tenerla arrodillada comiendo de su mano y pidiéndole piedad.
Jakeline pensó entonces en cómo juntar más material comprometedor, para poder tener bien “agarrada” a Judith, el día que ella decidiera “vengarse” de su amiga.
Pensó que por cómo era Judith, de su propia boca no se lo iba a confesar nunca si había tenido o no algo con alguno o todos sus hijos allá en la isla, e ir con alguno de los chicos para recabar más información era muy arriesgado.
Entonces recordó que tenía un amigo que era un experto en computadoras y celulares.
Leandro alguna vez la advirtió de virus, programas y aplicaciones que servían para espiar a los periodistas.
Jakeline no lo pensó 2 veces y llamó a Leandro. Tomó nota de una aplicación que le pasó, la descargó en su teléfono.
ahora todo era cuestión de ajustarlo para sincronizarlo con el teléfono de su amiga, y a partir de ahí ella recibiría una copia de cada mensaje que entre o salga del teléfono de Judith.
Pero Jaky también le preguntó a Leandro, si se podía espiar filtrándose en el circuito cerrado de cámaras de la alarma (para poder espiar la finca de Judith), esto era un poco más complicado, necesitaba realizar unas configuraciones en la propia computadora de la finca, donde vivía su amiga.
Esa noche de Domingo, Jaky se acostó muy feliz, pensando en cuando su amiga, la humillaba haciéndola sentir una puta y queriéndole dar concejos de “buena moral” y desaprobando su vida sexualmente liberal.
Jaki llegó a recordar incluso alguna fantasía lésbica que tenía, con el teléfono en la mano y en su WhatsApp miró la foto de su hermosa amiga, y hasta llegó a sentir incontenibles deseos por ella.
Entonces se puso a pensar, en que Judith era demasiado conservadora cómo para aceptarle semejante propuesta, pero quizás su Jaki pudiera conseguir las suficientes pruebas de lo que sospechaba sobre su amiga, atravez de un chantaje a su amiga, conseguiría no solo su segunda experiencia lésbica, sino quizás y muy seguramente la primera de Judith, su hermosa, más joven e impoluta amiga.
Y fue que, pensando en su amiga, y hasta en los hijos de ella, Jaki ya en su cama, comenzó a acariciarse con los ojos cerrados, se acariciaba sus pechos, su vientre, hasta bajar y llegar al elástico de la bombacha roja que tenía puesta, y entonces comenzó a tocarse la concha por encima de la bombacha.
- Ooooohh, amiga, amiguita, si tócame así mi amor, tranquila bebé nadie se va a enterar de esto mi amor, ooooohhhh, ¡Vos dame placer, y nadie se va a enterar de que la “impoluta Judith Herzoch” no es más que una puta reprimida, una zorrita ricachona, si te portás bien con tu amiga y me dejás comerte y comerme a tus chicos, nadie se va a enterar de esto, ni de nada! Murmuraba Jakeline en su cuarto acariciándose la concha por encima de la bombacha, imaginándose chantajear a su amiga.
- ¡Vamos amiguita pajeame, Aaaaaah, así zorrita, así mamita, así amiguita, aaaaaah, ahahahahahahahahahahahahahaha, así Judith, lameme la concha hija de puta, aaaaaaaaaaaahhhhaaaaaahhh, vamos! Murmuró, gimió y hasta gritó en su cuartoJakeline imaginándose en un lésbico con su amiga.
- ¡Mmmmmhhhh, mmmmmmhhh, aaaahhh, aaaahhh, ¡Ju dith, aaaaaaahhh ami gui taaaaaaa! Gritó ella con su orgasmo.
Y tras tranquilizarse, tomó su teléfono celular y besó la foto de Judith y se durmió.
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