Perversión: el deseo de David.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hace mucho que aprendí a controlar mis emociones, mis deseos y mis impulsos mas animales.
Supe esconerlos del dia a dia, miro disimuladamente a mis compañeras, me regocijo mirando tambien a algunas desconocidas que encuentro por la calle.
Nadie nota mi profunda perversión, nadie jamás se ha dado cuenta.
Claro, nadie lo sabe hasta justo el momento en el que decido actuar y avalanzarme sobre ellas.
Despues, la mayoría de las veces, se guarda un secreto mutuo, a veces sostenido en la coodependencia, a veces en la promesa de más y muchas veces en la mutua amenaza.
Así es como nunca he sido descubierto.
Y así es como me lanzé sobre ella.
Mi suegra es una mujer simple, algo mayor que yo, poco mas de cuarenta años, y tiene un decepcionante historial sexual.
Una vida llena de hombres aburridos, muchas veces de poca potencia sexual, siempre produce un hambre incansable de explorar el verdadero y profundo placer, sin importar la edad que tengas.
Noté lo mucho que la deseaba despues de soprenderme a mi mismo mirando sus piernas, aprovechando de un descuidado escote y disfrutando de su delicioso e imponente trasero.
Realmente es una mujer atractiva, sumamente voluptuosa.
Jamás me fijaría en ella pues no es de mi gusto, pero la pervertida curiosidad de estar con ella, al tratarse de una máxima traición, no dejó de rondarme la cabeza.
Me he ganado su confianza de muchas manera, hice una amistad con ella mas allá de la relación de suegra, y me he portado divinamente gentil.
Es delicioso cuando me abraza emocionada por algun favor que le hice, pega sus pechos al mio y puedo sentir que aun son firmes.
No son gigantescos, son perfectamente grandes.
En su casa, tienen la costumbre de dejar la ropa sucia despues de bañarse en el baño, dentro de un cesto, y desde que desperté mi curiosidad por ella, tomo su ropa interior que, a mi sorpresa, siempre es diminuta.
Supongo que así es mas comodo para su enorme trasero.
Y entonces me masturbo con ella.
Algunas veces fui afortunado de poder hacerlo recien salió de bañarse y su ropa estaba aun humeda, o incluso mojada.
Pervertidamente en esas ocasiones, me llenaba de sus fluidos, no dejaba un solo centimetro de mi pene sin estar humedo de ella y luego, salía directo a la habitación de mi chica, a hacerla chuparmelo o incluso a cojermela completamente, llenandola de los fluidos de su madre.
Claro, siempre ella ingenua.
Al estar separados sus padres, mi novia salía siempre de vacaciones solo con su padre y su hermana dejando sola a su mamá, quien se aburre e incluso deprime en su casa.
No tiene amigas o mascotas, es insegura y carajo.
está buenísima.
Un platillo fácil para cualquier depredador que sepa sortear los obstaculos y poder acercarse a ella.
Yo lo hice como todo un caballero, ofreciendome con mi novia a visitar de vez en cuando a su madre mientras ella y su hermana no están.
La navidad llegó y no tardé ni un día en visitarla, cumpliendo un encargo que ella me hizo, el cual la emocionó mucho.
Dentro de su departamento saqué el regalo navideño que me pidió comprase en un lugar cerca de mi casa, una costumbre que tenemos y que yo adoro, pues de una manera infantil y ridicula, se emociona, salta un poco y, como ya dije, me abraza, creando un momento gentil e inocente para ella, pero perverso y muy erótico para mi.
No fuí disimulado con ella nunca, siempre dejé claro que sus abrazos me exictaban, no lo escondí pues siempre era dentro de su departamento y a solas, con mi novia en su escuela.
Y algo reqlmente me pareció curioso, ella siempre lo hacía cuando su hija no estaba, ademas tambien me tocaba mas en la ausencia de mi novia.
Y es que uno nota cuando lo tocan constantemente por curiosidad y yo decidí que esas acciones representaban su deseo.
Lo deicdí así para poder manipularla en este abrazo, en el primer dia de las vacaciones de navidad.
Ella saltó hacia mi, yo esta vez la tomé por la cintura, restregó candidamente sus pechos sobre mi, pero esta vez yo no dejé de mirarla.
La cercanía de su rostro con el mío lo dejó claro, esta vez le mostré todo mi deseo con esa mirada, no hubo marcha atras.
Ella se sorprendió un poco y quiso terminar el abrazo.
Yo no lo permití, le pedí que me abrazara mas de una forma tontorrona e hice fuerza en mis brazos, la pegué fuertemente a mi y al mismo tiempo restregué mi paquete ya abultado contra su pelvis, para que sintiera un poco de ese placer complice del que yo siempre disfrute.
Indudablemente lo notó y pude entender perfectamente que fue lo que pasó con ella.
Lo disfrutó, realmente me deseaba, mas de una vez lo había hecho a propósito, pero siempre se sintió culpable por desear al novio de su hija.
Así mismo pasó en ese momento, se relajó y gozó mi pene en su pelvis, pero unos segundos despues (bastantes a decir verdad) se soltó de mi, con una sonrisa nerviosa y se fue a la cocina.
Joder, estaba impresionante ese día.
Llevaba unos leggins sumamente entallados, obviamente comodos y en definitiva para no salir de casa, pues a la mas minima inclinación se transparentarían, adrmas de una blusa floja y sin escote, pero que al agacharse podría contemplar perfectamente sus pechos.
Lo sé por que siempre he adorado esa blusa.
Entré un minuto despues a la cocina, la cuestioné sobre lo que acababa de ocurrir, con una maliciosa pregunta de doble sentido.
-Te gustó?
Ella muy candida solo contestó algo relacionado con el regalo, así mismo lo quería yo.
Entonces fui directo.
-No me refería a eso.
Quise decir ¿te gustó la sensación de mi pene en ti?
Entonces se escandalizó, hizo muecas, gestos y articulaciones innecesariamente marcados de molestia, la pobre estaba negandose a si misma, mas que reclamarme a mi.
Habló y vociferó.
Yo decidida y groseramente la ignoré para terminar la falsa discusión con la verdad.
-Yo te deseo, siempre disfruto nuestros momentos a solas y me gusta mirarte siempre que puedo.
Entiendo perfectamente por que me tocas mas cuando tu hija no está y se que estas fingiendo, bien por culpa o bien por pena.
Pero te lo digo, no tendremos mejor oportunidad para saciarnos.
Quedose atonita, casi temblando, estúpida.
En mi actitud altanera y meticulosamente planeada hice algo para dominarla por completo, para romper su moral y hacerla entender que esas semanas se entregaría integramente al placer.
Me desnudé completamente.
Aprendí con su hija que soy sumamente atractivo, que desnudo y con una erección bien formada, es imposible negarse a mi.
La tenía no había perdido pista de mi cuerpo, era mi presa sus puños se apretaban y los contenía de dirigirse a su vagina, ahora haría lo que yo quisiera.
La tomé de su cabello, la acerqué violentamente a mis labios y la besé.
Que delicia eran sus pechos, mas no sus besos.
Una sola palabra sirve para explicar: manoseo.
Se que suena vulgar y burdo, pero es bestialmente delicioso.
Manoseé sus pechos con morbo y placer, eran perfectamente firmes, grandes y deliciosos.
Lamentablemente tuve que detenerme, pero como lo disfruté.
Tomé un cuchillo y le miré apuntandole.
-no voy a amenazarte, se que deseas esto tanto o mas que yo.
No tengas miedo, nadie va a saber de esto, verdad?
Lo entendió perfectamente.
Si ella hablaba, yo perdía la relación que tanto aprecio con mi novia.
Pero a que costo? Pues ella perdía una hija.
Ademas, por que decirlo si podíamos gozarlo hasta que yo exprimiese mi ultima gota de deseo por ella, antes de que irreversiblemente envejezca.
Entonces con el cuchillo rasgué su blusa, ella quitósela desesperada y entonces rasgué su sostén.
Me sorprendió lo excitada que estaba pues al sentir sus pechos liberarse gimió un poco, para contenerse inmediatamente.
Yo me reí de ella y le pedí que gimiera.
Le dije energicamente
-¡gime!
Al momento que con una mano tomé uno de sus pechos bruscamente y continué el manoseo.
Y ella gimió contenidamente de nuevo.
Me encantó que no gimiese como una vieja, como una vulgar, sí se notaba que era mayor, una mujer adulta, pero aun así su gemido fue acorde con su voz, sexy y madura.
la contraparte de su hija, que gime sexy y dulcemente.
-¡gime!
Y entonces con la otra mano, la del cuchillo, descuidada y violentamente rasgué su la cintura de su mallón.
Sus malditos gemidos sostenidos me tenían frenetico.
Puse mi cara entte sus pechos y los mordí, los lamí, en síntesis, comí sus pechos justo como a su hija le gusta ya ella.
le encantó.
Gimió por fin con gusto, no pudo contenerlo mas.
Y de hecho me dijo
-!más¡
Fue el final absoluto de mi cordura, si es que quedaba algo aún.
Mienttras comía uno de sus pechos y manoseaba el otro, dejé el cuchillo y comencé a masturbarla sobre sus leggins.
Estaba empapada, era obvio que hace mucho no hacía nada.
Y aquí es donde tengo que ser descriptivo.
Su vagina era impresionante, debajo de su mojado mallón, se delineaban labios carnosos y jugosos que, a pesar de tener dos deliciosas hijas, estaban perfectamente contorneados.
Empujé uno de mis dedos dentro de ella, con todo y su ropa.
Ella gimió mucho.
Me asusté pues de seguir en la cocina los vecinos nos escucharían.
Me incorporé y la besé.
Subí drdproporcionadamente sus leggins, apretando de forma grosera y vulgar su trasero y su empapada vulva.
-vas a gatear hasta tu cuarto así, quiero que se trabsparenten lo mas posible
Y así hizo.
La seguí desde atras, viendo ese trasero, apretado en las mallas, apretado en su ropa interior.
Vi su vulva apretada y sin cubrirse por completo con la ropa intetior, vi su ano detras de esa diminuta tanga, vi sus pechos colgar mientras gateaba.
Pasamos frente al cuarto de su hija menor, 17 años, delgada y de piernas que te enloquecen, con su vagina apretada, muy muy apretada, que en mas de 3 años de relación qun mantenía firme y exquisita.
Luego el cuarto de la hermana de mi novia, apenas un año menor que yo.
Voluptuosa como su madre,pero mamona como solo ella.
Pero tan pervertida como yo, masturba a su hermanita desde que mi novia tenía 13.
Luego el cuarto de baño.
Luego las escaleras.
Luego su cuarto.
Solos, excitados, bestias lujuriosas que no se detendrían ya por ningun motivo.
Apenas se subió a su cama la giré y arranqué el resto de su ropa.
La muy puta estaba perfectamente depilada de las piernas y su pubis recortado perfectamente.
Ella lo esperaba.
Su hija mayor le ha cuestionado a su hermana sobre como aguanta mi pene, ella es muy prqueña y en la familia son de vaginas sumamente apretadas y tal parece que eso se extiende a su madre.
Si bien no estaba tan apretada como su hija menor, para su edad era algo exquisito.
Ella lo disfrutaba como una loca, gritaba mi nombre y yo gritaba el de su hija, ella respondía en hna fantasía prohibida.
No tardé en descubrir su punto g.
Justo como mi novia.
Ella no tardó en venirse.
Tal parece que el squirt viene de mamá.
La embestía brutalmente sus pechos rebitaban constantemente.
Adivinen, ella pareció disfrutarlo aún mas en cuatro.
Cosas de madre e hija.
El aroma de el flujo delicioso con el que lubricaba, era muy fistinto al del celo adolescente de mi chica, era mas sutil y menos dulce.
Nos detuvimos a descansar varias ocasiones, pero apenas me reponía no le daba tregua.
Al fin, con las piernas bien abiertas me dijo algo
-no puedo mas, termina ya.
Entonces subí la velocidad, me sumí en sus pechos y lo hice.
Me vine dentro de ella.
Nunca habia eyaculado tanto.
Ella gemía mas de dolor que de placer, se vino varias veces y su cama estaba empapada de ella.
Ahoraestaba llena de mi semen, que le escurría diluido con sus flujos.
Ya no podía mas.
Pero yo si.
Recuperé mi erección al cabo de unos minutos en los que ella se vistió, se puso su ropa interior y una bata.
Sin decir una sola palabra iba a meterse a bañar, pero yo quería mas.
Ella me rogó que no, que no lo hiciera.
Gentilmente decliné y la cogí mas.
De a ratos a6n sentía placer, pero en general le dolía.
Vuelto loco por el abuso, le cuestioné el por que se dejaba.
-solo quiero satisfacerte en todo lo que quieras.
Así que le pedí que pensara en su hija
Me vine una y otra vez, siempre dentro de ella.
Insaciable como un animal la desperté de noche tambien para cojerla.
Tuve que usar el lubricante que mi novia y yo tenemos.
Me fui al día siguiente.
Ella se despidió medio dormida, despues de que me vine por ultima vez en ella.
Me pidió que volviera cuando quisiera, y que si se podía, lo haríamos tanto como yo quisiera.
Volví antes de que sus hijas regresaran.
Y ella con un extraño fetiche, me esperó vestida con ropa de sus hijas.
Una falda corta, su ropa interior, una blusa escotada y un soten de encaje.
Cojimos en la puerta de su departamento, bajo el arbol navideño, en la cocina y finalmente en cuarto de mi noviaa.
Sus hijas le llamaron por telefono mientras la penetraba desde atrás avisaban que llegarían antes, de hecho en la madrugada.
Terminamos y con un beso nos despedimos.
Y ahora es comun que su hija esté en su cuarto haciendo tarea, mientras yo cojo con su madre en la cocina, para luego ir a cojermela a ella.
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