Pervirtiendo a nuestras hijitas
Se suele decir, que la cultura entra a presión en la mente por el estudio. A nuestras hijitas, la cultura sexual se la metimos con fuerza por la presión de las pollas en sus estrechos coñitos. No es lo mismo, pero aprendieron pronto y muy bien..
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–Vamos a ver Alexia y Juan ¿de verdad nos entregáis a vuestra hija Rosaura para que siendo todavía totalmente virgen, Fede y yo la hagamos a través de la Organización, tan puta como lo es nuestra hija Ana que ya cobra por follar?
Encarna, Fede y su preciosa niña Ana, de 9 años, casi se estaban partiendo de la risa en presencia de sus otras 3 hijas menores, mientras mi esposo estaba serio, nuestra hija estaba desorientada mirando a unos y a otros mientras escuchaba, y yo estaba al borde del famoso ataque de nervios. Por supuesto, nuestra otra hija de 6 años, estaba en casa de sus abuelos, a salvo de esta depravada reunión… que muy pronto, también le afectaría a ella.
Los cuatro padres nos habíamos conocido en los primeros años de la universidad. Ninguno de los cuatro era sexualmente estrecho, más bien muy abiertos. Incluso Juan y yo habíamos iniciado desde mucho antes de conocerles, nuestras primeras relaciones poliamorosas, pero nunca pudimos llegar a ser tan abiertos como Encarna y Fede. Cierto es que éramos bisexuales, incluso nos prostituimos en la adolescencia como parte del juego y para tener dinero propio, pero el tema de los niños y del incesto, aunque nos llamaba la atención, nos daba pánico ¿cómo educarles realmente en la vida sexual?
Hasta que hace unas semanas y de forma inesperada, nuestra hija “mayor” (de 9 años), nos dijo que quería ser una puta como su amiga Ana. Quería que nos la folláramos y la enseñáramos. Y ni la follamos ni la enseñamos. Los cuatro padres nos follábamos desde la univ. Y hasta es casi seguro, que Nena, la tercera hija de Encarna, fuese hija de mi esposo, pero lo que nuestra hija nos decía de su amiga, era más fuerte de lo que sabíamos. Según nuestra hija, Ana era ya una profesional del sexo, y una Organización (codirigida por su madre) la deseaba porque era muy buena a su edad.
Hablé con Encarna, y esta nos explicó que el incesto se lo tomaban en serio desde el nacimiento de Ana, y que las dos niñas mayores, de 9 y 7 años, ya no eran vírgenes, y que efectivamente, la mayor ya cobraba por follar. Y como las dos madres éramos amigas y amantes, me calentó tanto esa idea y lo que me explicaba de sus placeres infantiles, que nos fuimos a su cama a follar. Un rato más tarde llegaron las niñas de sus coles traídas por su padre, la madre llamó a Ana… ¡y por primera vez en mi vida me follé a una niña! ¡O la niña me folló a mí, porque yo estaba muy nerviosa!
Hablé con mi esposo, hablamos con nuestra hija para ver qué es lo que realmente quería, y claro, quería lo mismo que Ana. Que la dejáramos follar, que la dejáramos fumar, porros incluidos, que le diéramos algo de coca, y que le dejáramos beber todos los licores que le apeteciesen hasta caerse borracha. Y por supuesto, ya que éramos sus padres, todo lo que ella ganase de puta seria solo para ella, porque nosotros no éramos “su madame”, sino solo sus padres ¡como si sus caprichos no fuesen gastos familiares!
Y aquí estábamos ahora los tres. Nosotros para entregar a nuestra hija para que fuese profesionalmente pervertida. Nuestra hija para perder su virginidad y empezar su camino de puta. Pero tampoco era tan sencillo todo. Encarna se me acercó por detrás, me agarró las tetas por encima de la blusa, y se me comió a besos. Lentamente, delante de todo el mundo empezó a despasarme la blusa. Sabíamos lo que iba a venir, y el estar delante de mi hija, a solo un metro de distancia, y delante de las otras cuatro niñas, más que excitada, me había puesto extraordinariamente roja, porque estaba segura que Encarna sacaría para conocimiento de mi hija y las otras niñas, mucha mierda de mi pasada vida. Apenas me despasó la blusa, la dejó caer al suelo y con solo el minisujetador negro que llevaba puesto, preguntó a mi hija:
–Rosaura cielo ¿de verdad quieres ser una puta como Ana? ¿Te ha dicho tu madre que para poder ser una puta tú, ella también tiene que ser puta y hacer porno muy guarro? Es el precio que tiene que pagar ella y el cornudo de tu padre por tus entrenamientos y de tu hermanita.
–Si, lo sé -dijo sonriendo la niña- Me encanta saber que mi madre será puta para siempre… como yo. Y yo compensaré los cuernos de mi padre follando con él.
–Sé que sabes hacer feliz a una mujer, me lo has demostrado estas semanas. Así que quítale el sujetador a tu madre, exhibe sus preciosas tetas, y cómete sus pezones. Y piensa que esos pezones y esas tetas de tu madre, van a ser usados por miles de hombres ¡No tengas miedo y muérdelos a fondo!
Yo no sabía nada de que mi hija hubiese aprendido tantas cosas ya, pero me quitó el sujetador con una sonrisa, me dio un beso en los labios ¡nuestro primer beso lésbico! Y se dedicó a chupar y morderme los pezones ¡y joder qué bien lo hacía! Encarna me empezó a bajar los pantalones mientras acariciaba intensamente mis carnes, y eso, además de excitarme, si me dio vergüenza, ya que Fede me iba a follar delante de todas, sin condón, y sabiendo mi esposo y todos los presentes, que yo estaba ovulando y podría quedarme preñada ¡ser más puta era ya imposible! Esos días los habíamos elegido premeditadamente.
–Mira y admira Rosaura lo puta que es tu madre -siguió diciendo Encarna- Abre bien los ojos y los oídos, porque vas a oir muchas cosas que no sabías hasta ahora de esta puta que te engendró. Ya ves, estamos preparando a tu madre para que se quede preñada del tío Fede, y si no se queda preñada del tío Fede, de quien se la follé detrás de él, porque desde el sábado próximo será ya una puta del club y se la follarán varias veces cada día y casi todos sin condón, y tu madre, como tú misma y todas nosotras, jamás usaremos anticonceptivos. Abortaremos o pariremos. Pero nunca usaremos esas mierdas. Y hazle un favor a tu puta madre, cierra el puño y mételo en el coño de tu madre como te enseñé la pasada semana.
–Entonces ¿el bebé será de tío Fede? ¿Lo has oído papá, tío Fede será el papá del hijo de la mamá? ¡Qué chuli! –dijo mi hija-
–No te extrañes Rosaura, tus padres y nosotros nos follamos desde que nos conocimos, somos como un matrimonio de cuatro, y ya ves, Nena es hija mía y de tu papá, y así estaremos empatados, Nena es de tu papá, y lo que venga ahora, será de tío Fede y tu mamá. Nunca debes preocuparte por quien es el padre de tus hijos, tú simplemente déjate preñar. Tu madre ha sido en total 11 años puta profesional y se quedó preñada tres veces antes de nacer tú. Ahora y sin pastillas, se quedará preñada más veces y cada vez que aborte será un ejemplo para ti y tu hermanita… y de lo que nazca de las folladas de estos días y de su vida de puta.
***Y tú ya verás lo bien que te lo vas a pasar estos meses de verano en la granja-escuela. Serás amaestrada, enseñada a conocer todos los secretos del sexo, follada muchas veces al día por tus amigos y colegas de la granja, conocerás todos los secretos del cine porno porque verás porno todo el día, serás grabada para ver si sirves para ese mundo y poder entrar en él, con actores adultos de grandes pollas. Aprenderás a amar a los perros y a entregarte a ellos para hacerles felices.
***Te enseñaremos a fumar todo lo que sea fumable, tomarás toda clase de drogas, todo el alcohol que desees beber, y no te preocupes si te desmayas o pierdes el conocimiento por tus borracheras o las drogas. Ya verás cómo cada día te despertarás con más ganas de drogas, alcohol y de sexo. Ya nunca dejarás este mundo y a este mundo entregarás siempre a las hijas que vayas teniendo, porque desearás que compartan tus vicios.
***Cuando vuelvas a casa dentro de tres meses serás ya una profesional. Habrás sido follada centenares de veces, y al menos 50 veces habrás sido follada por dinero. Las niñas y los niños es todo lo que tenéis que hacer todos los días, follar, emborracharse y drogarse ¡lástima que aún no puedas volver preñada… porque tu madre si lo estará entonces! Y también jugarás con niñas expertas en el sexo pagado, de 11 a 14 años ¡todas preñadas y barrigonas! Para que veáis todas vosotras, que el quedarse preñadas es lo más natural del mundo cuando se folla.
Mientras Encarna seguía hablando, yo me estaba muriendo de gusto. El brazo de mi hija estaba profundamente clavado en mi coño y ella lo iba subiendo y bajando lentamente. Era una masturbación que posiblemente Encarna le había enseñado. El brazo lo tenía ligeramente ladeado con lo que el hueso y la muñeca frotaban constantemente en mi clítoris y eso me volvía loca. Miraba a mi hijita y la veía sonreír ¡y desee mil veces verla ya preñada!
***¡Que idiotas fuimos mi marido y yo al no desear ser incestuosos, no educar a nuestras hijas y solo tener dos niñas! Ahora, es estos momentos, en estos instantes, me di perfecta cuenta de la verdadera labor social que es el sexo. Hace años, varios miles de hombres y mujeres me habían pagado para follar conmigo, pero ahora, con mi niña follándome a mí, me di perfecta cuenta que tenía que educarlas y pervertirlas para hacer de ellas las más depravadas niñas sexualizadas posibles. Niñas perfectamente entrenadas para servir todos los mayores vicios y placeres que se les pidiese. A eso deberían entregar su vida, a complacer todos los vicios sexuales ¡sin barreras morales!
Y me corrí. Tuve el mayor orgasmo de toda mi vida. Hasta mi niña se asustó. Tuve que sujetarme en la cercana mesa porque un ligero mareo me envolvió. Y en ese momento, noté como los brazos de Fede me abrazaban desde atrás y sus labios se pegaban a mi piel ¡y le deseé como nunca le había deseado! Su polla empezó a penetrarme desde atrás. Separé un poco más mis piernas sobre mis taconazos y deseé darle una hija para que se la pudiese follar en el futuro. Tanto deseé darle esa hija, que en voz alta dije:
–Encarna, déjame unos días más para follar con Fede y poder darle una hija verdaderamente suya ¡te juro que te lo compensaré!
Encarna me miró, miró a su esposo que me follaba y al mío que nos miraba. Aspiró profundamente dos o tres veces del porro que se estaba fumando, y de repente me dice:
–Alex, sé lo profundamente viciosa que puedes ser y que te puedo pedir condiciones especiales para dejarte preñada de mi marido, como yo me quedé del tuyo. Pero sabes que ocupo un alto cargo en la organización y debo dar explicaciones de lo que hago. Te daré dos semanas de follaje con mi marido para que podamos tener garantías que será suyo el bebé, a cambio de dos cosas:
- A) Además de este embarazo, te comprometerás a tener un cuarto embarazo del que no podrás abortar, que lo será de tu vida de puta, de tus múltiples folladas, de cualquiera de tus clientes, sin elección de persona a tu gusto.
- B) Si en estas dos semanas no te quedas preñada de mi esposo, tu próxima ovulación será cubierta por varios negros, y de esa manera, todo el mundo sabrá lo muy puta y cerda que eres, pariendo una mulata y estando casada con un hombre blanco.
Y os juro que me entró la risa. Porque el ser preñada por un negro bien negro, era una de mis necesidades vitales, un sueño desde mi juventud, y una de los temas por lo que deseaba ser nuevamente puta ¡a ver si ahora lo conseguía…! ¡Y ACEPTÉ!
La follada de Fede era lenta. Mi cuerpo lo iba doblando sobre la mesa mientras yo sacaba un poco más mi culo para que me follase mejor, y separaba un poco más las piernas para asentar mi cuerpo sobre mis taconazos. Mi calentura iba en aumento. Era plenamente consciente que me estaban follando para preñarme, delante de mi esposo y de mi hija. Y que yo estaba deseando como loca quedarme preñada. Ser modelo de mis hijas, y demostrarles que esta vida puede ser extraordinariamente impagable.
Mi papel de puta lo asumía con total deseo de serlo y de entregarme a toda clase de placeres y de vicios. Estaba segura que en esta etapa madura, iba a ser el centro de toda clase de vicios y perversiones y arrastraría a mis propias hijitas a toda clase de placeres y vicios. Fui una gran maestra en orgias y gang-bangs, en los que nunca me negaba a nada. De vez en cuando abría mis ojos y veía a mi hijita como se masturbaba mientras me miraba y sonreía. Viéndome a mí, ella estaba aprendiendo a entregarse y sabía que también ella misma sería un día follada para ser preñada. Un embarazo sin amor, solo por placer o por puto vicio. Quizá solo para abortar y demostrar lo puta que eres.
De repente, me di cuenta que Ana, la hija mayor de quien me follaba, cogía de la mano a mi esposo y se lo llevaba de allí. También me di cuenta que mi esposo tenía la polla bien dura y fuera de la bragueta, y supuse que mi marido iba a follarse a su primera niña. Nunca lo habíamos hecho con niños y miré a mi hija ¡y la pobre estaba llorosa! Su padre iba a follarse a su amiga ¡y ella aún era virgen! Y todos sabéis que una madre es, por encima de todo ¡madre! Me aparté de Fede, se la saqué de mi coño y le dije:
–Fede, ya follaremos tu y yo más tarde, ahora fóllate a mi hijita.
Apenas mi hijita oyó eso, se desnudó en un amén y vino a por Fede. Al igual que Ana, le cogió de la mano y lo arrastró hasta la habitación de Ana donde mi esposo se estaba follando a la niña. Ver como la gruesa polla de mi marido penetraba dentro de la pequeñísima grieta de la vulva de Ana, era todo un espectáculo ¡menuda diferencia entre su vulva y la potente polla que la estaba penetrando, y menuda la dilatación que le estaba provocando! Jamás pensé en ver algo tan maravilloso, como un cuerpo de niña follar y ser follado, por el de un adulto de potente polla.
No solo era sexo, era algo mucho más poderoso. En el deseo de poseer ese cuerpo o cualquier otro de niña, la atracción no era física, era verdaderamente animal. Las niñas merecían ser entrenadas para ser putas, y los adultos necesitamos esos cuerpos para sentir esa pasión desatada. Esa entrega sin límites. Y la niña no sufría, al revés, sonreía, acariciaba y besaba intensamente a su amante. Se notaba que ya Ana estaba acostumbrada a ser follada por adultos de buenas pollas. Se entregaba y se movía muy acompasadamente. Muy profesionalmente, deseando hacer gozar a su pareja.
Fede tumbó a mi hija junto a su amiga y le puso una crema vaginal. Se subió a la cama, le separó las piernas que se puso sobre los hombros, apoyó su glande, muy parecido al de mi esposo, y poco a poco, ese grueso y redondo glande, fue desapareciendo en el interior del hasta ahora virginal coñito de mi hijita de 9 años. El rostro de mi hija era de mil sensaciones: dolor, alegría, ilusión, nervios, deseos… En estos momentos, todos sus deseos de ser puta “como su amiga”, se estaban cumpliendo, y era el propio padre de su amiga del alma, quien estaba destrozando su himen para siempre.
Y como podéis comprobar, mis queridas amigas y amigos, la vida es muy puta y da muchas vueltas. Federico, Fede, el hombre que se estaba follando a mi hijita y mandando su virginidad a la mierda, es el mismo hombre del que yo iba a quedarme preñada. Y todo a la vista de todos, delante de todos, sabiéndolo todos. Mi hijita follada ante todos y yo, minutos antes y cuando terminase con mi hija, sería follada de nuevo para poder ser preñada ¡puta familia!
No pude contener mis lágrimas. Delante de mí, dos niñas muy amadas por mi estaban siendo folladas por sus propios padres intercambiados. Se las veía contentas, felices. La una, Ana, ya era puta y cobraba por follar. Y la otra, Rosaura, mi hija, estaba dejando de ser virgen, y esta misma noche dormiría en la granja-escuela donde hasta el inicio del próximo curso escolar, durante estos más de dos meses de vacaciones escolares del verano, sería follada, multifollada, emborrachada, drogada, y sometida a toda clase de depravaciones sexuales, incluida la zoo. De allí saldría perfectamente preparada para follar individualmente, en grupos, hacer gang-bangs, orgías, lluvia dorada… y cualquier cosa que le pidiesen previo pago ¡y con solo 9 años!
Pero ahora, yo disfrutaba del más maravilloso espectáculo del mundo. Dos niñas de solo 9 años siendo folladas por sus padres delante de sus familias. Las niñas intentaban aguantar siempre una sonrisa en la boca, pero sus apretados puños y lo blanco de sus nudillos, denotaban el esfuerzo que estaban haciendo para aguantar la intensidad de esas penetraciones, sobre todo mi hija que era la primera penetración que tenía y no solo de una polla de adulto, sino casi de una polla tamaño porno, porque nuestros maridos tenían preciosas y gruesas pollas.
Pollas que intentaban penetrar y salir, entrar y sacar, una y otra vez hasta el fondo de sus coñitos. Pero esas vulvas y aunque Ana ya fuese puta, eran muy estrechas, de músculos poco desarrollados todavía y poco flexibles. Había que coger a las niñas de las cinturas, de sus caderas, mover sus cuerpos… y hacer lo imposible para hacer desaparecer esas pollas en lo más profundo de esas estrechas vaginas que se abrían al mundo. El espectáculo que nos daban esas dos preciosas niñas era impagable, indescriptible.
Me abracé a Encarna y ella, como puta y madre, comprendió mis lágrimas. Lentamente, nuestras manos empezaron a acariciar las perfectamente rasuradas vulvas de la amiga y un inmenso placer nos invadió. De repente, Encarna me dice:
–¿Comprendes ahora mi amor el por qué nunca he dejado de ser puta y por qué he deseado hacer putas a mis cuatro hijas? No encontrarás mayores placeres en este mundo. Mira a nuestras hijas como gozan con sus padres… y te aseguro que cada vez que se entregan a un cliente, aún lo disfrutan más porque saben lo muy bien apreciados que son sus servicios, y como asombran a sus clientes con sus vicios.
–¿Cuál es el límite de las putas que, como nosotras, se entregan a toda clase de vicios y depravaciones? Porque el miedo a cruzar ese límite es lo que me hizo abandonar mi lucrativa profesión de puta. Y lo que me impidió amaestrar a mis hijas como vosotros habéis hecho con las vuestras. Y lo creas o no, deseo volver a ser puta pero ahora sin límites, y viendo cómo están gozando ahora nuestras hijitas, deseo hacer lo mismo con ellas ¡romper sus límites! Ser folladas constantemente, verlas borrachas sin problemas, fumar lo que quieran, estar permanentemente drogadas o preñadas en cuanto les venga la regla…
–Lo ves Alexia, con lo que dices ya has cruzado el límite y sé que con tus hijas lo harás también. Conoces los placeres y los profundos vicios de la prostitución de lujo y todas sus perversiones. Ya verás cómo te entregas para siempre a sus placeres, y tu mayor placer será entregar a tus propias hijas para proporcionar placeres sin fin. Y hoy me estoy poniendo tan caliente, que estoy pensando tener una quinta hija, ya llevo meses sin quedarme preñada y lo deseo, aunque luego cambie de idea y lo aborte.
–Algo parecido me está pasando a mí. No solo me quedaré preñada de Fede, sino que buscaré antes de dos años un negro y tendré una niña mulata… y quién sabe si después volveré a parir. Dedicaré horas al gimnasio para tener una buena figura. Y te juro que nunca usaremos anticonceptivos ni mis hijas ni yo. No sé cuántas veces quedaremos preñadas, pero te juro que vamos a escandalizar muchos años.
–Lo sé mi amor. Pero así como mi hija de 7 años ya no es virgen y va a empezar su entrenamiento para prostituirse ¿qué hacemos con tu hija de 6 años? Está muy desarrollada, es muy guapa ¿de verdad es virgen? O se la has dado a los abuelos para que la desvirguen ellos esta noche?
–¡Te juro que dejará de ser virgen este verano! Ya verás lo putas que vamos a ser. Incluso es posible que vuelva a trabajar para vosotros, para tu Organización.
Y las dos nos reímos mientras nuestros cuerpos se estremecían por el precioso orgasmo que acabábamos de tener al masturbarnos mutuamente. Pero también en ese instante, Rosaura lanzó un grito:
–¡Papá, mamá, Fede se está corriendo dentro de mí!
Y efectivamente así era. Mi virginal niña, no solo acababa de ser desvirgada por quien iba a ser el padre de mi nueva hija, sino que su recién estrenado coñito acogía el primer semen de su vida… que desde su interior salía a borbotones dando fe de su follada.
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Puede tener una segunda parte enfocada en la escuela granja? Este relato me gustó muchísimo
Muy prometedor, mucho mas espero de esto, muy bueno👍
Me encantaría tener hijas y hacerlas.putas
Buen relato, espero mas
Muy bueno Olorarosas. Lo mejor de todo, es que creo que sabes muy bien lo que relatas, lo has vivido, lo expresas con toda naturalidad. Enseñar a nuestras hijas a disfrutar el sexo y prepararlas para los placeres sexuales, es una maravilla.
Espero termines esta serie de relatos que prometen morbo y un estilo de vida precioso.