Pervirtiendo a una nena inocente 19
El día de la tragedia.
Capítulo 19
Día miércoles
Jo estaba sentada sobre la piernas de Alvarado, se besaban metiéndose la lengua mutuamente, el acariciaba las nalgas por encima de la falda, no estaban cogiendo, no tenían tiempo, Jo lo había ido a visitar a su oficina, lo extrañaba, tenía mucho sin tener intimidad a plenitud, solo lo poco que podían coger a la hora del descanso
- Aaahhh
Jo gimió al sentir la mano de Alvarado apretar su nalga, ella estaba sentada sobre sus piernas, estaba de lado, ni siquiera se había subido su falda, de hecho sus piernas estaban juntas, por alguna razón ellos en ese momento, solo querían besos y caricias.
- Aaahhh
Volvió a gemir la niña ante las malsanas caricias que su profesor, amante y padre sustituto le daba, ella dócilmente solo lo sujetaba del hombro, lo hacía suave, quería verse sumisa ante él, su raja estaba toda mojada, podía sentir la enorme erección de su profesor.
Jo no estaba preocupada por ser penetrada, ella tenía planes para ese día recibiría una visita especial, ese día recibiría al cura que la confesó, él tipo que se excito cuando ella le contó cómo se mojaba, como deseaba ser tocada por adultos, como miraba con deseo a su profesor, a su tío y las personas que visitaban su casa, obvio que sólo le mintió, ella quería animarlo a invitarla a lado de él, cosa que funcionó a la perfección, el pervertido cura la invitó a estar a su lado y lo demás no tardó.
Riiiiiiinnnnnngggggggg
El timbre del final de descanso los sacó de su magreo, se separaron brindándose sonrisa de amor, Jo se levantó y acomodó su falda y Alvarado empezó a respirar más tranquilo para bajar su erección.
- Te extraño papi, ¿por qué ya no quieres venir a la casa?
- He estado ocupado, yo también te extraño, a ti y a Pao, de verdad pronto iré
- Bueno, hoy no tuvimos de coger tiempo, espero que mañana si ¿ok?
Dijo Jo viendo divertida como Alvarado levantaba la ceja, lo hiso a propósito, pues sabía cuánto le molestaba que usara palabras extranjeras.
- Ay Perdón, como se dice… ha si, ¿Está bien?—dijo mordiéndose el meñique
- Si, está bien, pero recibirás un castigo por usar palabras que no debes
- ¿en serio?—lo preguntó Jo más emocionada que asustada
Alvarado sonrió, sabía que esa niña era una diablilla que le encantaba ver como reaccionaban las personas ante sus actos, estaba excitado, pero tampoco estaba preocupado por coger, sabía que llegando, tanto su hija como su esposa, lo esperarían para coger por horas.
- Te veo de rato papi
- Si mi amor
Jo salió de la oficina, como siempre lo hiso con mucha prudencia y discreción, su rajita latía, estaba muy mojada y en la tarde recibiría la visita de su amigo el cura.
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Damián era un adulto joven, tenía 30 años, estaba recién ordenado como sacerdote, era el más joven de su generación, cabe mencionar que además de eso era muy atractivo, sus finas facciones lo hacían un hombre muy deseable para todas… y todos.
Estaba impartiendo un curso prematrimonial, hablaba de la fidelidad y el apego a los dogmas religiosos, como educar a los hijos en el camino de dios y el compromiso de los padrinos en la formación cristiana.
Mientras lo hacía no podía dejar de ver el escote de una chica de 25 años que estaba sentada al lado de su pareja y futuro esposo, la chica lo miraba directo a los ojos y en varias ocasiones lo sorprendió mirando su escote, pero no parecía molestarle, eso Damián lo detectaba, sus miradas cuando se cruzaban llegaban a ser cómplices.
- Bueno ya casi finalizamos la sesión, quisiera saber si tiene alguna duda
Algunos presentes levantaron la mano y él les fue pacientemente contestando sus preguntas; terminó la sesión con una oración mientras todos se tomaban de las manos, su mano derecha sostenía la mano izquierda de Nidia, la chica del escote; a ojos cerrados él decía la oración y sentía como ella lo apretaba diferente, en cierto momento él ya más animado, acarició con su dedo pulgar el dorso de los dedos de ella quien hiso lo mismo con su pulgar, el movimiento de ella fue igual de suave y sutil en total aprobación.
- Amén—dijo Damián finalizando la oración
- Amén—contestaron todos
Se soltaron de las manos, cabe decir que Damián y nidia lo hicieron despacio, como disfrutando el momento, los presentes empezaron a hablar entre ellos, el futuro esposo de Nidia se puso a hablar con una pareja, esto fue aprovechado por Nidia quien se acercó a Damián
- Hola padre
- Hola nidia, ¿te gustó la sesión?
- Si, de hecho me gustó más la oración final— sus pupilas se dilataron mientras dijo esto– usted siempre sabe que decir
- Gracias Nidia, que bueno que mis palabras te reconforten
- Padre hablando de eso, quisiera, si se puede, hablar con usted, necesito un consejo.
- Puedes venir a la iglesia cuando quieras, sabes que siempre estoy aquí
- De hecho me gustaría que no fuera aquí, ¿cree que se podría?
Eso era lo que Damián esperaba, sonrió, sabía que la había flechado, era su oportunidad de oro para liberar al demonio que tenía dentro y satisfacer sus más bajos instintos
- Claro Nidia, ten este es mi teléfono privado, quisiera que por favor no se lo des a nadie más, tú sabes, a veces se necesita privacidad
- ¿Y a mí prometido?—pregunto nidia intentando ver si estaban en el mismo canal
- Preferiría que no, sin embargo es tu decisión lo que le quieras ocultar a él
- Prefiero ocultárselo y que quede entre nosotros y nadie más lo sepa. ¿Cree que esta semana podría usted ir a mi casa? por las mañanas estoy sola y hay pocos vecinos en la calle
- Claro—los ojos de Damián chispearon, si, liberaría el demonio que en pocas ocasiones podía liberar
Nidia tomó la tarjeta y la guardó mirando hacía su prometido que distraído seguía hablando con los demás.
Damián con ojos de lujuria miró como ella se acercó tiernamente a su prometido y mirándolo antes a él, beso a su novio tiernamente en la mejilla; el pene de Damián se erecto sin poder evitarlo, era la sutil invitación a pecar por parte de ella; sintió que algo vibro en su bolsa y miró su teléfono, tenía un mensaje, su pene brincó más cuando lo leyó
“Hola Damián, ¿crees que mi confesor personal tendrá la tarde libre para jugar?”
Era el mensaje de Jo, lo enviaba junto a una foto de su rajita lampiña, con dos dedos separaba sus labios dejando ver su abierto y muy penetrado introito
“Por supuesto, sólo dame tu dirección y la hora a la que quieres que llegue”
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Eran cerca de las tres de la tarde cuando Damián tocaba la puerta de la casa de las hermanitas, traía una maleta con accesorios, le encantaba usarlos, nunca había estado con una niña, aunque esa era una fantasía de él, nunca lo había hecho, pero tenía una gran colección de pornografía prohibida de todo tipo, desde el amateur casero, hasta el de los filmes de alto costo, miles de veces se masturbo con su colección, pero eso no se equiparaba a lo que habría de sentir al penetrar una rajita infantil, esa sensación ni el sexo anal más bizarro se lo hubiera dado.
- Hola
La puerta se abrió y ante él apareció Jo, iba descalza, con la blusa abierta dejando ver su corpiño transparente, traía sus coletas y la falda escolar, en su mano derecha traía una manzana, la cual mordía; era la viva imagen del pecado, el motivo por el que él sería expulsado del edén.
- Hola Jo, luces muy bonita
- ¿Le parece?— contestó Jo de forma retórica, sus labios estaban húmedos por el jugo de la manzana
- Sí, mucho—contestó él saboreándose a la niña que devoraría
- Pase, no se quede ahí parado, ¿gusta manzana?—ella abrió su boca sensual mientras le ofrecía el fruto prohibido
Damián pasó al mismo tiempo que mordía la manzana de Jo, no titubeo en ser expulsado del paraíso, el trozo de manzana solo recibió 3 masticadas y después fue tragado por él, mientras pasaba por su garganta pensó si se le quedaría atorado como a Adán, pero no, este se deslizo sin problemas hasta su estómago, talvez porque adán se arrepintió a última hora, Damián ni en el lecho de su muerte lo haría
- ¿estás sola?
- Nop, mi hermana está conmigo
- ¿Y ella…?— pregunto dando a entender si sería un problema para ellos dos
- No, ella no se meterá, se queda en el estudio en el ordenador o le pongo una película y nunca sube, estaremos solos y cómodos los dos en mi habitación— Jo lanzó una mirada sexy y coqueta e hiso mucho énfasis en el “solos y cómodos”
Damián casi eyacula de la emoción, miró sentada en la sala a Pao, estaba correctamente vestida, tenía un plato con fruta y comía ensimismada en sus caricaturas, notó la presencia del cura y le sonrió saludándolo
- Pao, él es el cura Damián, ya te había hablado de él, me confesará para mí primera comunión, por favor no nos interrumpas, estaremos en mi habitación y sobre todo recuerda que es una sorpresa para mamá, así que no le digas nada ¿está bien?
- Si Jo
Jo lo tomó de la mano y lo guio a la planta alta, él la siguió un poco atrás de ella, llevaba en la otra mano su maleta de “utensilios”, en las escaleras dejó que Jo se adelantara dos escalones, quería verle el culo, ese culo que dentro de poco profanaría salvajemente.
Entraron de la mano a la habitación de Jo adornada por ponis en las paredes, no hubo más palabras, Jo cerró la puerta y volteo a verlo, se quedó parada con las manos juntas atrás de ella, él la miró y se acercó, la tomó con ambas manos de la cara y la beso, Jo con una sonrisa abrió su boca y sacó su lengua.
Eso fue el principio, después las manos desesperadas de Damián se dirigieron a las nalgas de Jo, ella gimió y cerró los ojos al sentirse libidinosamente manoseada por el cura, este no perdía tiempo, estaba como desesperado, movía rápido sus manos, estrujaba ambas nalgas, subía y bajaba sus manos, Jo se concentraba en excitarse, pues calculaba que no tardaría mucho en ser penetrada
Damián la cargo cuan ligera que era y ella enlazó sus piernas a su cintura, sin dejar de besarla Damián caminó hasta la cama, se dejó caer sobre ella, sus manos desesperadas desabrochaban su pantalón, sacó su verga y solo hiso a un lado la suave pantaleta de Jo.
Jo se sintió algo decepcionada, pues pensó que le modelaría el conjunto que se había puesto especialmente para él, pero este ni cuenta se dio como eran sus ropitas, solo sacó su verga y la dirigió a la rajita de Jo, no estaba lo suficiente mojada ni excitada
- Despacio Damián tenemos tiempo
Él seguía intentando penetrarla, sus estocadas eran torpes, ya una vez la había penetrado en la iglesia, pero en esa ocasión ella estaba llena de semen y muy dilatada por el pastor, eso facilitó la penetración, ahora ella estaba sin dilatar, no lo suficiente mojada y ya se empezaba asentir incomoda
- Tranquilo Damián, déjame hacerlo a mí
Él se detuvo un poco, su respiración era agitada, estaba todo desesperado, Jo escupió en su mano y la llevó a su rajita, la mojo por fuera y un poco por dentro, tomo el durísimo pene de Damián y lo apuntó a su rajita, metió el glande, Justo cuando lo iba a sacar Damián empujó, metió la mitad lastimándola, ella gritó
- ¡Ay Damián!, que te esperes, te dije que yo lo hacía— dijo Jo algo molesta
- ¡Cállate puta! Serás mía
Sacó su verga solo un poco y la metió de nuevo, esta vez llegó hasta el fondo, lo hizo tres veces seguidas
- Ay me lastimas
- Antes te gusto cuando te hice así, eres muy puta y te terminará gustando
- No, espérate, así no— Jo intentaba zafarse sin éxito
Jo pensó que ya no era tan buena idea hacerlo con él, pero él era más fuerte que ella, la tenía totalmente sometida, sentía como la verga de él entraba y salía, ya no era tan placentero como antes, incluso se desfloración solo le dolió un poco y después fue placer, esto en cambio no era nada cerca al placer
Jo sintió como sus manos fueron atadas al mismo tiempo que era penetrada, hiso un ademán para zafarse, pero solo vio estrellitas al sentir la fuerte bofetada de Damián, le cruzó la cara y ella ahora si cayó en pánico, sus manos quedaron inmovilizadas, Damián la bombeaba ella empezó a gritar
- Ay no… no… así no… ay me lastimas
Damián sacó un trapo de su bolsa y se lo metió en la boca, eso le silencio los gritos, las arremetidas empezaron más intensa
Puta te gusta, lo sé, te gusta que sean agresivos y salvajes contigo, conozco las de tu clase, entre más duro les den a las putas, más les gusta
El sudor de Damián empezó a caer en la cara de Jo, ella ya tenía lágrimas, Damián la tomó de la cintura, la levantó y la giró en el aire dejándola caer en cuatro, Jo como una perra llorosa volteo y vio como él dirigió su pene a su raja, la tomó de las caderas y la penetró una y otra vez sin contemplación ni lastima, se sentía en el paraíso violando a esa pequeña niña
Plaf
Una sonora nalgada retumbó en la habitación donde tantas veces ella había sido cogida de muchas formas, pero esta fue diferente, esta si dolió en lo más profundo
Plaf… plaf… plaf… plaf
Una y otra vez recibió castigo en sus nalgas, las lágrimas ya parecían gotas pesadas de lluvia, grito con intensidad cuando sintió un chicotazo en sus nalgas
- Mmmggghhh
Solo pudo hacer sonido guturales, pues el pañuelo hacía su función como silenciador, Damián ya había sacado su cinto y ahora era su herramienta de tortura, Jo estaba tan asustada que gritaba por mero reflejo, sentía como era penetrada, pero eso ya no le importaba, su miedo era a un daño serio sobre ella, por primera vez en su vida tuvo miedo a morir
- Toma perra, toma puta, eso es lo que te gusta ¿verdad?… te voy a dar lo que tú quieres
Jo ya era un muñeco sin sentido propio, su cerebro se había desconectado y su alma abandonado, solo quedaba el cuerpo vacío. No sintió cuando fue desnudada por completo, su mirada estaba perdida, tampoco sintió como el pervertido y sádico cura le ató las manos junto a los pies, la acostó boca arriba y escupió en su verga mucha saliva
- Te voy a dar por el culo, ¿oíste? Y te va a gustar, eso es lo que las putas quieren, verga en el culo
Jo solo se agitó cuando fue acosta boca arriba, Damián con una mano la sostenía de la cuerda que ataba sus pies y manos juntos, la jalaba hacia arriba, mientras con la otra mano dirigía su verga al culo de Jo, la verga entró, Jo estaba tan perdida que su esfínter se relajó por mero reflejo; la verga entró hasta el fondo y salió solo para regresar, sus huevos chocaron con sus nalgas.
- ¿Te gusta verdad?— Damián, desde hacía un momento, tenía un demonio dentro que lo controlaba
Damián ahora la sostenía, con sus dos manos, de los tobillos y muñecas, sus caderas se movían obscenamente de atrás a adelante, ya no traía pantalón, solo la camisa y el saco, sudaba, eso le daba un aspecto más grotesco; Jo, totalmente ida, se mecía al compás de las arremetidas que su violador le daba.
- ¡Dime que te gusta!… ¡Dímelo!
Jo no contestaba, su mirada perdida y sus lágrimas denotaban lo traumada que estaba, no contestaba, sólo miraba la nada
- ¡dímelo! Te estoy diciendo que me digas cuanto te gusta
No hubo respuesta, Damián loco de sadismo, sostuvo solo con la mano izquierda los tobillos y muñecas, mientras la derecha se elevó y cayó sobre el rostro de Jo
- ¡Dímelo!
Un cachetada más y no hubo respuesta
- ¡Dímelo!
Otra cachetada
- ¡Dímelo!
Esta vez no fue cachetada, su puño derecho se estrelló sobre el pómulo izquierdo de Jo, Damián nunca había experimentado tanto placer, su mente hervía, el maltratar a esta niña lo llevaba a los más oscuro y podrido de su mente, pero eso lo enloquecía de lujuria, ya no razonaba bien.
No era la primera vez que ocurría, en el seminario durante su formación una novicia tuvo la misma suerte, sólo que fue encubierto por el arzobispado, Damián era el hijo ilegitimo del mismo obispo, él sabiendo las consecuencias de los actos de su hijo bastardo, tuvo que encubrirlo, despidieron al novicia y jamás supieron de ella, Damián sólo recibió un regaño y una penitencia de una semana, después de eso sus pecados fueron expiados
- ¡Dímelo!
Otro puñetazo, ya era demasiado para sostener, miró su obra de arte, Jo tenía el pómulo izquierdo morado y la sangre salía por su nariz y boca, esto fue más de lo que pudo aguantar, eyaculó en las entrañas de Jo gritando de placer.
*****
Pao miraba la tele, sólo la miraba, pues su mente estaba en la planta alta, se preguntaba como estaría siendo cogida su hermana mayor, Jo era tan audaz, hacía cosas que ella nunca haría, la curiosidad le picó demás, sabía que no debía intervenir, Jo lo quería para ella sola, talvez después la invitaría, pero esta era solo de Jo; pero a Pao le pico la curiosidad, iría sólo a ver como antes lo había hecho, talvez se masturbaría viendo y regresaría a ver la tele
Iba subiendo las escaleras, escucho los gemidos del cura, sí que estaba gozando y como no, si su hermana era una verdadera maestra de las artes amatorias, el cura era afortunado de tener a Jo.
Escuchó golpes, eso la asustó, la última vez Jo salió toda roja de la cara y las nalgas, el cura le había pegado, a Jo le encantó, ese pensamiento la tranquilizó, se acercó a la puerta y notó que no tenía seguro, sonrió, sabía que Jo la había dejado así por ella quería subir a ver, amaba a su hermana era tan considerada con ella.
Lentamente abrió la puerta y casi grita cuando vio a su hermana, ella tenía sangre en la boca y nariz, el cura la sostenía de forma rara, de los tobillos y muñecas al mismo tiempo, eso era demasiado, más cuando vio la mirada perdida de Jo, eso no era normal, salió corriendo a la planta baja, sus manos temblaban, ¿qué debía hacer?
Recordó lo que una vez ella le dijo, “si algo sale mal le hablas a papá Joaquín”, corrió al teléfono y busco en los contacto, marcó
- Aló
- ¡Papi! ¡Ven por favor! ¡Corre!—era la voz angustiada, no más bien asustada y en pánico de Pao—el padre le está pegando a Jo, grita mucho y no la suelta
- ¡¿Qué?! ¿Cuál padre? ¿De qué me hablas?— Joaquín estaba asustado y desconcertado, escuchaba la asustada voz de Pao que le gritaba y no entendía nada.
- ¡Ven por favor! ¡Corre! ¡Ayúdanos!
Supuso que algo andaba mal, tomó sus llaves y salió casi corriendo, arrancó el vehículo y rechinando llantas partió rumbo a la casa de las hermanitas, llegó estacionándose y vio como salió un hombre alto y joven, iba vestido con ropas de sacerdote, caminó rápido pero tranquilo, abrió su lujoso auto y antes de subir movió su cabeza a los lados como estirando su cuello, Joaquín bajo al mismo tiempo que él arrancaba, entró a la casa de las niñas, la sala estaba sola, subió corriendo a la recámara de Jo y escuchó llanto, abrió la puerta y se puso pálido con lo que vio.
*****
Joaquín entro a la recámara y casi se desmaya al ver a Jo atada de mano y tobillos estaba desmayada, tenía sangre en su rostro, Pao llorando lo miraba sin saber que hacer
- ¿Qué demonios pasó?
- Él le pego, lo invitó y subieron, después subí a ver y él le pegaba, te marque y cuando ibas a llegar él bajó, tuve miedo y me escondí en la cocina, pensé que también a mí me iba a pegar
- Demonios—gritó desesperado
Se acercó a Jo y la desató, la levantó, las manos de Joaquín temblaban, estaba asustado, Jo abrió los ojos y vio a Joaquín, el alma regreso a ella
- ¡Papá!
Gritó y se abrazó a él, la camisa de Joaquín se manchó de sangre de Jo, pero eso a él no le importó, le preocupaba que había pasado
*****
Alvarado estaba en la sala, pasaba un momento agradable con su hija, Diana Perla estaba sentada a horcajadas sobre él, lo besaba metiéndole la lengua, su falda tapaba su entrepierna, traía puesta su pantaleta, no había penetración pero sus caderas se movían con mucho ánimo rozando su rajita sobre el bulto duro de su padre, los dos gemían con mucha pasión.
Su esposa estaba en la cocina, lavaba platos antes de preparar la cena, su hijo la acompañaba y desde hacía unos minutos se dejaron de escuchar ruidos de lavada de platos, posiblemente estaban teniendo un momento íntimo madre-hijo.
Así era felices ahora compartiendo el sexo entre los cuatro, sus tardes eran sumamente placenteras y las variantes ahora eran mucha; Alvarado metió la mano bajo la falda escolar de su pequeña hija, ella gimió al instante de ser tocada obscenamente por su padre, se separó de él para poder gemir sin que la lengua paterna le estorbara, los dedos de Alvarado masturbaban la húmeda raja infantil, ella empezó a moverse y de repente el teléfono de él sonó, escuchó el timbre y supo quién era, pues lo tenía personalizado para Joaquín, se separó un poco de su hija y tomó su teléfono
- Hola Joaquín
- ¡Ven por favor a la de ya a la casa de las niñas, pasó algo muy cabrón, creo que estamos en problemas!
- ¿Qué pasó?
- Es larga la historia y grande el problema, ¡ven a la de ya!
Alvarado sintió que su corazón se aceleró, su boca se secó y pene perdió erección, su niña lo notó, vio la cara de preocupado de él
- ¿Pasó algo papi?
- Sí, tengo que irme
- ¿No me cogerás?—preguntó ella dulcemente
- Luego mi amor, esto tengo que resolverlo ya
Se levantó y se arregló su ropa, fue a la cocina para avisarle a su esposa que se iría por unas horas, que tenía un problema en la escuela y debía atenderlo, al entrar vio a su esposa apoyada en el fregadero y a su hijo penetrándola desde atrás, lo hacía con mucho vigor, ella tenía los ojos cerrados y la boca abierta por el placer que sentía.
- Mi amor tengo problemas en la escuela, tengo que irme, no sé cuánto tarde, te hablo cuando venga de regreso
- Si mi amor—dijo entre jadeos su esposa abriendo los ojos y volteándolo a ver—no tardes aaahhh
Salió Alvarado imaginándose mil y un cosas que pudieron haber pasado
*******
Alvarado llegó a la casa de las “inocentes” hermanitas, tocó y Joaquín de inmediato abrió, vio su camisa con sangre, eso lo asustó
- Entra ya— le dijo Joaquín a Alvarado, esté pálido entró, miró a su alrededor y vio la cara de asustada de Pao y casi sufre un infarto cuando vio a Jo, ya se había bañado, ya no tenía sangre, pero su pómulo esta hinchado y morado, tenía hielo para desinflamarlo
- ¿Qué pasó? ¿Qué le hiciste?— dijo Alvarado recriminándole a Joaquín
- Yo nada, esta pendeja invitó a un cura a coger y este le empezó a pegar mientras se la cogía por el culo y así la dejó, Pao me habló porque se asustó
- ¿Qué? ¿Estabas cogiendo con él?— le gritó Alvarado a la llorosa Jo
- Esta gran puta, lo hacía a nuestras espaldas quien sabe desde cuándo— dijo Joaquín con los ojos rojos de cólera
- Por favor perdónenme, se me hiso fácil snif snif
- Vas a tener que contarnos todo y desde ahorita te digo que recibirás un castigo
Alvarado habló lleno de coraje, ahora sus manos temblaban, pero de ira, Joaquín no se quedaba a atrás, los dos crispados miraban Jo que llorando les explicó cómo fue todo, solo contó la versión del cura, no mencionó al puma ni al pastor; hiso mucho hincapié en que se le hiso fácil, que pensó que sería una travesura y ya, cada que terminaba una frase pedía perdón, incontables perdones salieron de hinchada boca, Alvarado serio la miraba, mientras ella hablaba él pensaba en una solución para el problema.
- Y eso fue todo, por favor perdónenme, no lo volveré a hacer
- ¿Qué opinas?— preguntó Joaquín a Alvarado
- Tengo una idea, pero necesitamos movernos rápido…
Alvarado habló y contó su plan, era descabellado y tal vez no funcionaría, pero era lo único viable, todos asentían escuchándolo
********
Carla, mamá de Jo y Pao, estaba sentada en la estación de enfermería del cuarto piso, revisaba una hoja con indicaciones médicas, mientras lo hacía el médico de guardia la miraba con deseo, ella lo notaba y le molestaba, no le gustaba que la miraran así, ella sabía que de un momento a otro la abordaría y la invitaría a salir y ella tendría que rechazarlo de la forma más educada y amable posible, porque si no tendría una enemigo despechado intentando vengarse o hablaría mal de ella diciendo lo puta que era, pero que lo ocultaba con una fachada de mojigata.
- Hola señorita Carla, la veo muy atareada ¿verdad?
- Si algo— contestó ella sin voltear a verlo
- Siempre me he preguntado qué es lo que hace en su tiempo libre
- Pues cuido a mis hijas
- Mmm ya veo y con todo respeto, ¿No le gustaría….?
¡Ringggg!!!!!!
El timbre del teléfono de la estación de enfermería la salvó, era un “salvado por la campana”, ella volteo y le brindo una sonrisa amable de “tengo que contestar”, levantó el auricular
- Medicina Interna, buenas tardes
- Buenas tardes, me gustaría hablar con la Srta. Carla
- Si soy yo, ¿quién me busca?
- Soy el profesor Alvarado, por principio no quiero que se alarme, le hablo para notificarle que su hija la alumna Johana tuvo una riña con otra alumna
- ¿Qué?
- Repito, no quiero alarmarla, pero por reglamento, el trabajador social y una servidor la llevaremos a su casa, ella nos dio este teléfono de localización y le pido por favor, se dirija a su casa para vernos ahí y hablar del evento
- ¿Mi hija está bien?— dijo Carla con cara de alarmada mientras era observada por el médico de guardia
- Si está bien, pero tenemos que hablar en su casa
- Ahí estaré en media hora
- Si, también llegaremos a esa hora
Carla miró al médico al colgar, este le iba a preguntar falsamente si necesitaba ayuda, la verdad no le interesaba nada más que llevarse a la cama a esa suculenta enfermera, pero ella se levantó y sin decir nada salió del área rumbo a la oficina de su jefa inmediata; ahí le explicó a su jefa que tenía una urgencia familiar y que debía salir a su casa, el permiso fue concebido.
Llegó lo más rápido que pudo a su casa y vio parados a dos hombres en su porche, los dos lucían sacos nuevos y elegantes, su corazón se aceleró de angustia.
- Buenas tardes señora Carla, soy el profesor Alvarado y él es el Lic. Joaquín, es trabajador social
- Buenas tardes señora Carla
- Buenas tardes ¿qué fue lo que pasó?
- Antes que todo quiero que sepa que las cosas ya están bajo control, en estos casos nos hacemos acompañar de un trabajador social para resolver estos asuntos; la esperamos en el pórtico de su casa porque no es correcto que entremos, sus hijas sin embargo ya están dentro esperándola, quisiera si nos permite pasar con usted y hablar con más tranquilidad
- Si, por favor pasen
Carla casi grita cuando vio el pómulo morado de Jo, además de un poco hinchado su labio superior, Jo la miraba con miedo
- ¿Pero qué te pasó?
- Señora Carla quiero que se tranquilice, la alumna Johana tuvo una pelea con otra niña
- ¿Pero cómo es posible que la haya dejado así?
- Estamos aquí porque la señorita Johana inició la pelea y la otra niña sufrió lesiones más fuertes
- ¿Qué?
- Si, la señorita Johana la golpeo con un libro en la cara, fue una pelea muy seria, en este momento otro maestro con un trabajador social están en la casa de la otra alumna explicando lo sucedido y tratando de que esto quede sin demandas penales
- ¿Demanda penal?
- Sí, quiero que mire esta foto
Alvarado le mostro una foto de las que tenían en los archivos, se veía una alumna con la boca más lastimadas y el ojo cerrado, además múltiples golpes en el resto del rostro, la alumna había sufrido una caída severa de 2 metros y los maestros tomaron fotos para el archivo, era un “As” bajo la manga, tanto Alvarado como Joaquín esperaban que eso fuera suficiente
- ¿Quién es ella?
- Es la señorita Jazmín, ambas pelearon se golpearon, pero como puede ver Jazmín se llevó la peor parte, no queremos conflictos entre padres ni problemas legales
- ¿Pero qué hiciste Jo?
- Perdón mami, ella me ofendió y le di una cachetada y después ella me la regresó, todas rieron y volví a golpearla, no recuerdo mucho, solo recuerdo termina sobre ella golpeándole el rostro con mi libro de historia
- ¿Pero qué te dijo?
- Me dijo que era una huérfana de padre, que era una bastarda de alguien, no es la primera vez que me molesta, esta vez exploté, perdóname mamá
Carla se quedó callada, no sabía cómo reaccionar, seguramente era bulling escolar, su hija sufría bulling y ella no lo sabía, estaba molesta quería demandar a los padres de jazmín por bulling, pero como quedó peor que su hija no sería una demanda ganable y posiblemente acabaría peor.
- ¿Qué debo hacer?—preguntó Carla entre resignada y molesta; esa era la pregunta que Alvarado esperaba.
- Bueno por principio quiero que firme este acuerdo, es para ambas partes, en él se menciona que no será resuelto mediante vía legal, se hará a través de los trabajadores sociales, quienes harán sesiones además de estudios de familia para buscar prevenir futuros eventos
Alvarado tenía pleno conocimiento de manejo de estos eventos, así que no tuvo problema de hacerlo, Carla respiraba ya más tranquila al escuchar la palabra trabajador social en lugar de ministerio público; Joaquín aprovechó el momento y habló
- Bueno señora Carla, yo tendré que venir varias veces a la semana para hacer el estudio socioeconómico y detectar focos de agresión como quién cuida a las niñas, como se alimentan y otras cosas.
- Buena ellas son cuidadas por mi madre
- Mmm no, eso no siempre es bueno, tendré que ver si ella es apta para hacerse cargo de sus hijas
Carla palideció, ella sabía que su madre era de la escuela antigua, de esas abuelas que aconsejaban que debes soltar el primer golpe, que si alguien te insulta debe recibir el puño en su boca, tenía tan arraigada esa convicción que nunca la ocultaba, Carla estaba segura que su madre tomaría venganza y fastidiaría el acuerdo de negociación pacífica.
- Aunque mis hijas han demostrado un gran nivel de madurez y se cuidan solas
- Bueno eso ya lo veremos, vendré mañana, usted debe decirme a qué horas es posible me reciba
- Temprano, no me quedaré a trabajar, sólo cubriré mi turno, cuantas sesiones serán
- No puedo decir un número, pero deben ser entre 10 y 15
- Está bien
Dijo Carla resignada pensando en el impacto económico que tendría en esas semanas; por lo pronto tendría que buscar la manera de evitar que su madre fuera esos días a su casa, ella podría arruinar todo
- Bueno, señora Carla, créame que nos da mucha pena por el suceso, pero nos da gusto su cooperación para prevenir estos sucesos; esta es mi tarjeta para cualquier duda, es la extensión de mi oficina en la escuela y mi teléfono personal está al reverso, me permití apuntar la del licenciado Joaquín ya que él olvidó sus tarjetas de presentación
- Si, una disculpa en la siguiente visita le traeré mi tarjeta personal
- Gracias, me da mucha pena todo esto, cooperaré con todo lo que me digan
Salieron los dos más aliviados, habían logrado tranquilizar a la madre de las niñas, habían ensayado lo que iba a decir cada uno, la ventaja que tenían es que Jo era una excelente actriz, se pararon los dos antes de subirse a sus respectivos autos, Alvarado habló sin mirarlo
- A las diez pm pararé por ti
Joaquín serio como en un funeral contestó
- Te espero
**********
Eran casi las 10 pm cuando Joaquín estacionó su auto frente a la casa de Joaquín, este salió y llevaba ropa negra, traía un gorro que se convertía en pasamontañas, miró hacia Alvarado que vestía igual, subió al auto.
- Andando— dijo Joaquín mirando al frente
Alvarado arrancó y 15 minutos después se estacionó frente en una plaza cercana a la iglesia donde se encontraba el padre Damián, caminaron hasta llegar la puerta principal que aún estaba abierta, acababa de terminar la misa nocturna.
La iglesia tenía columnas que facilitaban el esconderse, entre ellas caminaron escuchando como los monaguillos se despedían del sacerdote y salían, no notaron la presencia de los hombres que tras las columnas los vieron salir.
Ese fue el momento, Joaquín fue a cerrar la puerta y puso seguro, Alvarado bajo su gorro y el pasamontañas lo cubrió, volteo a ver a Joaquín que había hecho lo mismo, caminaron con sigilo hacía el vestíbulo donde Damián contaba las ganancias del día, los vio entrar y levantó las manos
- Hijos por favor no me roben, es una iglesia pobre
- No venimos por el dinero, venimos a cobrar otro tipo de deuda—dijo Joaquín mientras se acercaba por un lado y Alvarado lo hacía por el otro
- ¿Deuda? ¿De qué hablan?
- Sabes, hoy estuviste con una niña, la maltrataste
- Damián palideció cuando entendió de qué se trataba
- Pudiste solo habértela cogido e ido; pero no, fuiste más allá y la golpeaste salvajemente
Joaquín hablaba pausadamente, haciendo que sus palabras penetraran en la mente del cura haciéndolo temblar de miedo, ese era su don
- Por favor, tengo dinero, se los daré, no me hagan daño, soy hijo del obispo, esto tendrá repercusiones
- ¿Hijo del obispo? ¿No tienes idea quienes somos verdad?—dijo Joaquín con un tono tan amenazante que hasta Alvarado sorprendió— Somos más poderosos que él, por si no lo sabías la lava nuestro dinero, así que somos dueños de esto, te metiste con la niña equivocada
Damián tembló, sabía que su papá, el obispo, lavaba dinero para la mafia, sabía de lo que eran capaces, se sintió perdido, bajo su vista y esto fue aprovechado por Alvarado que le puso un puñetazo en peno rostro.
Damián vio estrellitas por el golpe, pero recobró la vista al sentir como Joaquín le golpeaba el estómago, el aire salió de sus pulmones, fue todo lo que reconoció.
Unos minutos después Damián yacía en el piso, apenas si podía abrir los ojos por lo hinchado que los tenía, su rostro estaba todo desfigurado por los golpes recibidos, lo último que escuchó fue la voz de Joaquín
- Este será tu castigo, pero si quieres tomar represalias tendrás algo más fuerte que una simple paliza, la versión oficial de esto es que te robaron y pusiste resistencia, si dices que fuimos nosotros, incluso a tu padre, desataremos una guerra
Damián seguía temblando, pensaba que lo matarían a golpes, sin embargo solo iban a golpearlo, sintió alivió y asintió a lo que Joaquín le decía.
Ah y otra cosa, tendrás que rezar tres padres nuestros y tres aves marías como penitencia—Joaquín no tenía reparo en humillar al sacerdote que se había atrevido a tocar su pequeña
¿Qué?—preguntó Damián intentando abrir los ojos
¡Qué empieces a rezar idiota! ¿No oíste? tres padres nuestros y tres aves marías como penitencia, a menos que quieras otra paliza
¡No por favor!
Damián todo tembloroso se hinco y junto sus manos, empezó a rezar ante los dos tipos que lo habían golpeado, sus palabras salían apenas, pues estaba al borde de las lágrimas, nunca en su vida había tenido tanto miedo, termino de rezar y trató de abrir los ojos para ver a sus verdugos si ya lo dejarían en paz.
Muy bien cabroncito, has sido un buen penitente, ahora solo besa la bota de amsolución
Joaquín con ojos chispeantes miraba con odio al hombre y cuando este temblando se acercó a besarla, Joaquín le dio una patada directo a la boca, el hombre gritó de dolor y cayó d elado arrojando sangre por la boca, ese fue el broche de oro que él quería, Alvarado sonrió satisfecho
Salieron los dos de la iglesia, la calle estaba desierta, volvieron a cerrar la puerta y caminaron al auto, mientras lo hacían se quitaron sus pasamontañas que regresaron a ser gorros, subieron al auto y arrancaron
- ¿Crees que diga algo o tengamos más problemas con él?—preguntó Alvarado a Joaquín
- No creo, no viste como se cagó de miedo cuando le dije que éramos de la mafia, no hará nada, es un pollito asustado
Llegó Alvarado hasta la casa de Joaquín, este bajo y se despidió sólo con un saludo militar, Alvarado le respondió igual y arrancó, se sintió orgulloso de su amigo, de como hicieron un gran equipo y actuaron como si estuvieran entrenados para ello; acababan de vengar a Jo, pero esa niña no se libraría de su castigo.
Alvarado llegó a su casa, su hijo y esposa veían la televisión, él la tenía abrazada y ella estaba recargada en su hombro, las luces ya estaban apagadas.
- Hola
- Hola mi amor ¿Cómo te fue? ¿Hiciste mucho ejercicio?— preguntó su esposa sin voltear a verlo
- Si algo ¿y dianita?
- Está arriba esperándote— su esposa ahora si volteo a verlo y le sonrió coqueta y le dio un guiño de complicidad
- Subiré con ella
- Si mi amor, al rato te alcanzo en la recámara ¿o dormirás con perlita?—la pregunta fue tan tranquila como si le preguntara si tomaría agua o no
- No, dormiré en nuestra recámara, solo estaré un rato con ella.
Subió las escaleras y al entrar a la recámara de su hija su pene brincó, ella llevaba un baby doll color rosa, muy transparente, su madre se lo había regalado comprándolo en una tienda especial para gente de baja estatura.
Dianita estaba boca abajo y leía un libro erótico, últimamente se le permitía leer lo que ella quisiera así que ahora antes de dormir leía historias eróticas, más las de incesto entre padre e hija, se mojaba tanto que se tenía que masturbar metiendo deditos en su rajita
Alvarado con mirada de lobo se subió en ella rosando su erección en desarrollo entre las nalguitas de ella
- ¿Qué lees mi amor?— Dianita dio un brinco de susto y volteo a verlo
- ¡Ay! Hola papi, me asustaste— le dio un piquito en la boca y continuó hablando— estoy leyendo una novela francesa que se llama “George le curieux”
- ¿Ah sí? ¿Y de qué trata?
- De un hombre que empieza a desear a su hija y la espía cuando se baña, cuando se cambia, cuando pasa con poca ropa por su casa, etc.
- ¿Y está buena la novela?
- Súper cachonda, estoy muy mojada
Alvarado apoyó ambas manos en la cama quedando sobre su hija, y se sentó en los muslos de ella, Diana perlita continuó boca abajo, pero subió su suave y trasparente baby doll y bajo su sexy pantaletita, Alvarado desde arriba veía todo desarrollando una erección con el espectáculo de su hija.
Dianita quedó desnuda de la cintura hacia abajo, ella regreso a su libro dejando sus nalgas a merced de su padre, antes de leer su libro miró los nudillos de las manos de él, los vio muy rojos y en algunos había descamación de la piel, datos inequívocos de una pelea
- ¿Papi, qué te pasó? ¿Peleaste?… aaahhh
No pudo hablar más, los dedos de Alvarado se introdujeron en su rajita, si estaba muy mojada, tanto que Alvarado sintió que enterraba sus dedos en yogurt tibio, los metió y los sacó y conforme lo hacía avanzaba la velocidad, Dianita cerró los ojos de forma involuntaria y abrió su boca sus cabellos se mecían al ritmo de la dedeada de su padre
- Léeme algo de tu libro
Alvarado le pidió a su hija que le leyera, quería ver si ella era capaza de leer mientras tenía un orgasmo.
“George el curioso miraba a su hija dormida, ella boca abajo estaba en lo más profundo de su sueño, su piel era iluminada por la luz de la luna, parecía una poesía, era como si la luna hubiera sido creada solo para iluminarla a ella; George pensaba que era tan hermosa que si la tocaba desaparecía, su pene como siempre estaba en el punto más alto de excitación, su mente nublada no le permitía pensar o ser prudente…”
- Aaahhh
Dianita gimió sin poder evitarlo, Alvarado torció sus dedos y estimuló su punto G, Dianita sintió un fuerte chispazo que inundó su cerebro ya excitado.
- No pares continua
- Si papi… aaahhh
“Bajo su cremallera, lo hiso lento, no la quería despertar, su pene brincó fuera de su pantalón, él lo tomó con mano derecha e inició la tan ya conocida masturbación…”
- Aaahhh papi aaahhh
Dianita no pudo seguir leyendo el pene de Alvarado se introdujo en la sobre encharcada rajita infantil de su hija, el peso de él la oprimió sobre la cama, Dianita quedó con su carita pegada al libro, el movimiento no le permitía seguir leyendo, cerró un ojo y con el otro leyó la frase en su libro erótico
“eyaculo sobre su piel”
Eso la hiso tener un orgasmo de locos, sus gritos empezaron a inundar la habitación, lo gemidos de ella serían escuchados por su madre y hermano que veían la tele en la sala, Alvarado metió su mano en la entrepierna de ella y llegó a su clítoris, lo estimuló con un dedo haciendo que Dianita se moviera sin control y presentara orgasmos múltiples
Aaahhh… aaahhh… aaahhh
Ella estaba en la locura, no sabía por qué, pero su padre había llegado demasiado excitado, se le veía el placer que sentía al penetrarla y hacerla orgasmarce una y otra vez, ella estaba feliz, no podía controlar sus orgasmos, sus caderas se movían por sí mismas, sentía que orinaría de un momento a otro, no sería la primera vez
- ¡Papi! Aaahhh
Un chorrito de orina mojó la mano de Alvarado, él como respuesta arremetió con su durísima verga en la rajita de su hija, sacó los dedos de la entrepierna y se los dio a probar a su hija, ella sacó la lengua y de una forma obscena lamió el orín de los dedos de su padre, parecía una producción cara de hard sex.
- Mi amor voy a eyacular
- Si papi hazlo… hazlo… así… aaahhh… aaahhh
Dianita apretó las sábanas con sus manos al mismo tiempo que sus ojitos se cerraban fuerte, su boca abierta emitía gemido tras gemido, Alvarado no se quedaba atrás y se movía como poseso eyaculando todo el semen dentro de su hija.
Una vez más el acto incestuoso se había consumado, Alvarado cayó fulminado al lado de su hija ella con las piernas temblorosas se levantó y mamó la verga paterna, lo hacía con tanto entusiasmo que Alvarado sintió el inició de una nueva erección, pero no quería coger de nuevo, tenía que guardar energías para su suculenta mujer.
- Ya mi amor, debemos descansar
- Otra vez papi, anda
- No bebé, debemos dormir, te extrañe hoy, pero ya hay que dormir
- Bueno, pero mañana si verdad
- Si mi amor, mañana si
Se levantó Alvarado justo cuando su esposa iba caminando por el pasillo hacia su habitación
- ¿Ya nos vamos a dormir?
Pregunto su esposa mientras veía hacía el interior de la recámara de Dianita, la vio boca abajo con su rajita toda roja y escurriendo semen, sonrió mirando a su esposo
- Si mi vida ya vamos—contestó Alvarado caminando tras ella
Su esposa miró sus nudillos todos rojo, lo miró a los ojos, Alvarado se vio sorprendido por ella, agachó la mirada tratando de no darle importancia al asunto, su mujer lo entendió
- ¿Debo preguntar qué pasó?—dijo ella arqueando la ceja
- No, mejor no, igual ya quedó todo arreglado
- ¿Ganaste?
- Sabes que siempre gano—dijo Alvarado mientras se desnudaba
Se acostó en la cama, no se bañó, estaba tan cansado, había sido un día muy estresante para él, esas hermanitas se habían pasado con la travesura, Jo tendría que ser reprendida, pero ¿cómo castigas a una niña que no vive contigo? Tendría que pensar en el castigo y este tendría que ser ejemplar
Sintió como su esposa desnuda se acostó a su lado, le dio la espalda, Alvarado sintió sus firmes nalgas, su erección regreso, se volteo hacia ella y puso su verga en el culo de ella y esta entró hasta la mitad, seguramente su hijo se la había estado cogiendo por el culo, que importaba, ahora la vida era así, se movió un rato hasta sentir que sus huevos explotaban, eyaculo en el recto de su esposa, mientras ella mordía una almohada y gemía quedito, le sacó la verga y la abrazó
- Descansa amor
Fue lo que escuchó de su esposa antes de que sus ojos se cerrar y cayera en un profundo sueño.
Continuará
He leído toda la saga, muy excitante todas,espero escribas pronto una mas.