Petit Club (Final)
Después de haber intercambiado a nuestra hijas, tuvimos el primer encuentro en el Petit Club.
(II segunda parte)
La vacaciones transcurrieron casi normalmente, la esposas estaba en lo suyo y de nada se dieron cuenta, Frida y Fernanda andaban más ganosas que nunca; sobretodo Fernanda, que andaba de encimoza conmigo, decía que estaba enamorada de mí, que yo era su novio; creo que al desvirgarla con cuidado y provocarle tres orgasmos en su primera vez se había emocionado de más, a mi esposa ya su mamá le parecía gracioso, a mí me preocupaba tal cosa, ella a veces era indiscreta y aprovecha cualquier momento para echarme mano o besarme, Frida de forma descarada y sin recato le pedía a Borja que la cogiera, creo que él lo hizo un par de veces, ya no fui testigo, a Fer me la cogí dos veces más.
En una ocasión estábamos en la alberca del hotel cuando vimos a Fabián que observaba nuestros juegos, se acercó a mí y me dijo. –Hola amigo, ¿Ha considerado unirse a nuestro club?. Yo la verdad ya había olvidado el asunto, pero le dije que no estaba seguro de que las niñas quisieran estar con extraños y que era difícil escapar de nuestras esposas. -¿Entonces ya se las han cogido?, yo agaché la vista, por lo que el rio maliciosos –Tengo buen ojo para escoger a nuestro posibles miembros… escuche, tengo uno de nuestro socios, y podríamos hacer algo sencillo. –No he hablado con mi amigo, además no creo que las niñas aun estén preparadas para más cosas. Fabián dijo, podemos pactar una reunión con mis nietas, y un amigo con su hija, no sobre pasaremos ningún límite. Me quedé pensando un poco. -¿Podemos confirmarle hoy en la tarde?, y aun tengo el problema de nuestra esposas, es difícil que nos quedemos solos con las niñas. –Déjenme eso a mí, haré que el hotel les dé un día en el Spa y será exclusivo para mujeres; este es mi número, espero su llamada. Se alejó el tipo, justo cuando llegó Borja y le expliqué la propuesta y nos propusimos cada uno convencer a la hija del otro, yo, como Fernanda estaba dispuesta a todo lo que yo le dijera no me costó convencerla. Al día siguiente ya estábamos de camino al lugar que nos dijeron y nuestras esposas recibiendo un tratamiento especial en el Spa del hotel.
Llegamos a un lujosa casa, Fabián nos recibió, con él iban dos nietas una niña de 9 años llamada Isabel, algo delgada, con trenzas y brackets, Martha de unos 7 años, la más chiquita, que llamó la atención por lo pequeña; Nos presentó a su amigo Carlos, un tipo de gran estatura y fornido, que llevaba a su hija Nora, de 8 años una niña regordeta, casi obesa, la verdad ninguna de las tres era muy agraciada; llegamos y Fabián nos invitó a pasar a la sala, donde había comida y bebida dispuesta, las niñas se fueron a jugar a parte y luego fueron a la parte de arriba a jugar. Los cuatro adultos no quedamos a charlar sobre el Petit Club, Fabián nos platicó cómo se habían involucrado con sus hijas y nietas, bromas bastante guarras, sobre las niñas. Fabián se moría por Fernanda, era como que muy evidente. Fabián recibió un mensaje en su celular y sonrió, nos enseñó la foto que le llegó donde se veían las cinco niñas ya desnudas. Dijo Fabián. –Bien caballeros, es hora de la diversión. Nos encaminamos hacia la parte de arriba, Borja y yo decíamos en voz baja, sobre lo que pasaría, no sabíamos cómo se manejaría esto. Llegamos a un pasillo y comenzamos a desnudarnos. Fue cuando me di cuenta de la enorme verga de Carlos, que ya se veía amenazante cuando aún no estaba totalmente erecta, Fabián se comenzó a pajear como para ponerse a tono. Entramos en aquella recamara, adornada con corte infantil de niña, y vi a las cinco niñas sentadas en el piso sobre una alfombra y totalmente desnudas; Nosotros imitábamos todo lo que los otros hombres hacían: los hombres movieron y pajearon sus vergas frente a las infantes; Borja y yo lo hicimos, las nietas de Fabián y la hija de Carlos, celebraban divertidas lo que los hombres hacían, mi hija y Fernanda más bien se veían apenadas ante los dos hombre desconocidos que se habían desnudado. Después de un rato de diversión, Fabián pidió permiso a Borja para estar con su hija, él se lo concedió y de inmediato Fabián se fue a donde estaba la morena, sin lugar a duda esa niña lo volvía loco. Borja se fue con la pequeña Martha, creo que siendo la más chica le llamó la atención y Carlos con mi hija; yo me quedé parado y de inmediato Isabel y Nora se fueron conmigo; ellas comenzaron a chuparme la verga entre las dos y Martha agarró el tolete de Borja, pero mi hija y Fernanda parecería que no era lo que querían, pero Fernanda pronto comenzó a mamar sin problema; la que se dio una sorpresa enorme fue mi hija cuando vio la herramienta de Carlos, de verdad era enorme, descomunalmente gruesa aunque de tamaño era como la mía, más o menos. Yo tardé en reaccionar, mis compañeros ya habían escogido a su niña, al quedar sólo Isabel y Nora ellas corrieron conmigo, yo me desconcerté un poco, pero ellas de inmediato comenzaron a mamarme la verga, de verdad hasta ese momento no había dimensionado la situación que estaba viviendo, todo era como confuso para mi, hasta que sentí la lengua de aquellas pequeñas ninfas mamando mi verga. En ese momento comencé a concentrarme en el placer que me daban aquellas pequeñas, también me excitaba, ver a los otros hombres adultos cada uno con una niña; sobre todo mi hija Frida, a quien apenas le cabía en la boca la cabeza del enorme pollón de Carlos, aquel enorme sujeto de imponente físico se estaba dando tremendo gozo con la boca de mi niña; el viejo Fabián que estaba prendado de mi pequeña amante morena y disfrutaba de la lengua de la pequeña puta, pero Borja se daba un suculento manjar con la niñ más pequeña y recibía una mamada profesional de la ninfa de 7 años; mi amigo siempre fue un impaciente irredento; en cuanto se pudo se zafó de aquella máquina de mamar y dijo
–Voy a meterle la verga a esta niña. Sin considerar la cortesía de pedirle permiso al abuelo, el cual permitiendo aquella intromisión sabía que tendría campo libre para cogerse a Fernanda, cosa que era lo que el vejete deseaba más que nada en el mundo. Borja llevó a la pequeña Marta a la cama, le abrió las piernas dio un par de chupadas al bollo de la niña, pero al darse cuenta de que ya estaba bien lubricada, acomodó su mástil en la entrada de la cueva y en un santiamén le clavo a la niña aquella verga adulta; la niña dio un grito, pero el infame Borja la comenzó a bombear sin miramientos, Martita ya estaba desflorada, su abuelo se la había cogido infinidad de veces y ya había recibido la enorme verga de Carlos, ya estaba algo acostumbrada a recibir caña, Borja sólo atinó a decir
–Rodrigo, mira a esta niña, le cupo todo mi pito. Carlos puso a mi hija de perrito y se preparó a penetrarla, mi hija que me quedaba de frente, vi su cara de preocupación al saber lo que le esperaba, miraba nerviosa a su amante girando la cabeza, esperando compasión, pero Carlos no la tuvo, enfiló su enorme tolete a la panocha de mi Frida y comenzó a penetrarla, Frida intentó escapar a gatas, pero el enorme tipo la atrapó de la cintura y comenzó a meterle el enorme falo.
–A dónde vas putita, vas conocer a mi “Luigi”. El cabronazo así llamaba a su verga y comenzó a reír. Frida gritaba desconsolada al ser ensartada por aquel enorme falo, Isabel y Nora, se rieron cuando vieron la escena mientras Nora decía
–La Frida ya conoció a “Luigi”, la van a romper. Y siguió riendo. Yo no pude resistir eso, tomé a Nora, la puse a cuatro patas frente a mi llorosa Frida; aquella regordeta niña, que por su sobrepeso se le veían unas caderas y culo riquísimos, puso sus codos sobre la alfombra y con las piernas abiertas estaba ya bien dispuesta a recibir mi reata, también estaba desflorada y ya había conocido muchas vergas gracias al Petit Club, yo sin consideración, le dejé ir de un empujón mis 20 centímetros de carne, ella gimió al recibir al intruso, luego comencé a bombearla furiosamente, ella daba gritos de placer y Frida se quejaba por la verga enorme en su vagina; al ver a tres niñas ensartadas, Fabián ya no quiso perder más tiempo, tomó de la mano a Fernanda.
–Te voy a coger mi niña, hoy conocerás una verga nueva. Ella sonrió nerviosamente y se unió a las dos parejas en la alfombra. Pero a Fernanda la puso acostada para cogerla de misionero; La verga de Fabián era de tamaño normal, pero muy cabezona, Fernanda sostenía sus propias piernas abriendo el compás para esperar la verga de aquel adulto, dio un respingo cuando aquel enorme glande entró en su intimidad, luego Fabián la bombeó y la niña comenzó a gemir, Frida seguía quejándose de la verga de Carlos, entre tanto Nora no paraba de dar gemidos de placer ante mis embestidas, Martita gemía en la cama por la cogida que le daba Borja, pero se escuchaban más los bufidos del hombre que los gemidos de la infante, en un momento toda la habitación comenzó a llenarse de gemidos de placer, ya mi Frida gemía por el placer que le daba aquel enorme mástil. Yo tenía a dos niñas para mí, por lo que me descorché de Nora y tomé a Isabel, también la puse de perrito y comencé a cogerla; al ver que Nora quedaba libre, Borja ni tardo ni perezoso le sacó la verga a la pequeña Martita y tomó a Nora, se sentó en la cama e hizo que Nora lo montara, Fue cuando Carlos le sacó su burro a Frida y le pidió a Fabián que le cediera a Fernanda.
–Fabián, esta perra, va a conocer a mi Luigi, le voy a dar la cogida de su vida.
Fernanda veía nerviosa el enorme falo, totalmente erecto que se tambaleaba amenazante.
–Sírvete amigo, es toda tuya.
Dijo Fabián. Fernanda se quejaba.
–No, esa verga es enorme, no quiero… no quiero que me coja don Carlos. Su verga me va a romper.
Carlos presumía su tolete, y se chaqueteaba frente a la cara de terror de Marifer, creo que eso lo divertía, Nora, Isabel y martita comenzaron a gritar a coro
–Luigi, Luigi, Luigi.
Fernanda no dejaba de quejarse y resistirse a la penetración, hasta que un grito cayó sus negativas.
–Noooo, aaaaay, me duele, está enorme, aaaay, papaaaa, Argggggg.
Las niñas aplaudieron y el infame Carlos hizo una exclamación de victoria y júbilo al ver a otra niña perforada por su enorme y monstruoso Luigi. Pasado el momento todos volvimos a lo nuestro, yo disfrutaba de la jugosa panocha de Isabel, Borja se cogía rítmicamente a Nora y Fabián viéndose despojado de Fernanda fue a por mi hija, él aún no había probado a Frida, a quien cogió con movimientos firmes y constantes; Frida se veía que disfrutaba más de la verga de Fabián después de haber recibido el tolete de Carlos, que seguía dentro de Fernanda, que se quejaba y gemía al mismo tiempo ante cada horadación de su amante adulto. Entre tanto Martita se tiró a un lado de mi e Isabel y se masturbaba, no pude resistir ver a aquella niña de siete años dándose placer, de hecho cuando la vi por primera vez nunca creía que pudiera recibir una verga en sus entrañas, pero Borja me demostró lo contrario, así que le saqué mi verga a Isabel, quien se quejó
–¡Ay, todos siempre se quieren coger a Marta!.
Entonces tomé a Marta, la puse patas arriba, se veía aún muy pequeña para una verga, pero también tenía una cara de viciosa y de deseo incontenible, rosé mi verga en su mojada raja, la sentí muy caliente y mojada, enfilé mi falo a esa pequeña cuevita, me costó algo de trabajo meterle el glande, pero una vez que este entró el resto de la verga resbaló con mucha facilidad. Yo estaba en la gloria, sintiendo aquella, cuevita estrecha, caliente y húmeda, la pequeña Marta, era una verdadera perra en celo, recibía verga como una puta experta. Borja al ver a Isabel sin verga acudió en su ayuda y comenzó a cogerla. En eso escuché a Carlos bufar en la cogida que le daba a Fernanda y Saliéndose de ella dirigió su verga a la boca de la niña morena, que no quiso tragar aquella lefa y cerró ojos y boca por lo que todo el semen del adulto cayó en la cara de la pequeña ninfa, Nora que estaba sin macho acudió rápido con la sorprendida Fernanda
–No desperdicies la lechita de Luigi.
Y comenzó a chupar toda la lechada que su papá había derramado en la cara de la recién cogida Fer. Entonces Fabián me tocó el hombro. Para pedirme la panocha de Martita. Isabel tenía razón, Todos se quieren coger a Marta. Yo tenía mi verga aun parada y dura, exigía más vaginas para derramarse, viendo que Fabián le daba verga a Martita, Borja se cogía a Isabel quien se veía que estaba a punto de ordeñarlo y que Fernanda y Carlos ya habían tirado la toalla, vi a mi hermosa Frida; ambos nos lanzamos una mirada cómplice, y me dijo mientras abría las piernas ante mí
–Papi, quiero tu verga, métemela, quiero que me cojas a mí, hazme tuya.
No podía creer lo que mi niña me pedía, casi me lo suplicaba. Pero hacía tiempo que quería darle verga a mi hija de 10 años y me dispuse a hacerlo, tomé mi tolete y lo dirigí a la infantil cueva de mi hija y comencé a cogerla. Ella se veía que estaba ansiosa por ser cogida por su padre, se aferró a mí con piernas y brazos mientras yo la penetraba y ella gimoteaba.
–Ahhhaaaa, siiiii, papiiiii, que rica tu verga, párchame, quiero que me cojas siempre, ahaaaa, que rica verga tienes, papiiiii.
Entonces ella tuvo un fuerte orgasmo, mientras estaba en los estertores de su venida, yo derramé toda mi leche en sus entrañas. Borja estaba a punto de venirse, pero viendo lo que yo había hecho con Frida, él se separó de Isabel y fue por su hija, que se veía demasiado cansada y sedada por el placer que apenas se dio cuenta de lo que pretendía el macho, cuando se dio cuenta ya estaba ensartada por la polla erecta de su padre, apenas pudo musitar un par de quejas y luego siguió gimiendo, pocas embestidas después Borja se venía en la vagina de su hija. Casi al mismo tiempo Fabián echaba su meco en la panza de Marta y también Nora e Isabel acudieron a beber esa leche de macho.
Nos fuimos a bañar, comer y descansar, Cada hombre adulto ya se había cogido a las cinco niñas ahí presentes. Hablamos ya de pertenecer al Petit Club; incluso supimos que había una sucursal en nuestra ciudad. Ya descansados, Fabián pidió una sesión a solas con Fernanda; y como Carlos ya estaba rendido, era de verga grande, pero de poco aguante; nos quedaban cuatro niñas; Borja dijo que quería cogerse a Frida e Isabel en la piscina y yo me llevé a Nora y a Martita a una recamara, ya no me cogí a Marta, su panocha estaba muy enrojecida por las vergas que había recibido. Por lo que le di unas leves mamadas y luego ella misma perdió el interés y se puso a jugar en su celular. Por lo que me quedó la regordeta Nora y le di caña a mis anchas, luego la sodomicé, ese culo no se me podía ir vivo.
No finalices la historia da para mucho más
Eres mi héroe está buena tu historia ojalá existieran establecimiento así solo de imaginar la atmósfera y los sonidos que había me puso a mil, neta esas princesas fueron usadas como fundas y ya están 100% dentro del club ojalá armen fiestas con juegos divertidos para variar la accion