Petit Club (Inicio)
mi amigo y yo nos iniciamos en nuevo mundo de placer, con nuestras hijas….
PETIT CLUB
Por fin nos habíamos dado la oportunidad de ir de vacaciones, fuimos junto a un viejo amigo; íbamos mi esposa Lidia de 28 años, que aún se conserva muy atractiva, mi hija Frida de 10 años, una hermosa niña, de pelo hasta la cintura, muy inteligente, de piel blanca y hermosa como su madre: viajamos con nuestro amigo Borja, arquitecto de 35 años, su esposa Rosalba, una morena de fuego con un cuerpo de infarto y su hija María Fernanda, de 10 años, de pelo chino y piel morena.
Fuimos como dos familias amigas, habíamos ido juntos a la universidad y nuestras esposas se llevaban bien. Ese día en la playa, disfrutábamos del cálido sol y yo cuando tenía oportunidad veía el hermoso culo de Rosalba, tuve que acomodar mi pene varias veces para disimular mi erección. Nuestras hijas jugaban en la arena cerca de nosotros. Todo transcurría con evidente naturalidad, cuando un hombre maduro comenzó a rondar cerca de nosotros, hubo algo que me pareció sospechoso, veía con insistencia a las niñas mientras bebía de un coco con ginebra, yo, por cualquier cosa le puse cuidado; la mujeres dormían sobre un camastro y Borja estaba en el bar del hotel; en eso el tipo se dio cuenta de que yo lo observaba, se acercó a mí y me preguntó
–¿Son sus hijas?
-Una de ellas. Le dije. –La otra es hija de un amigo.
–Son muy lindas.
–Gracias.
Después de una breve conversación me dijo que si no estaba interesado en “otro tipo de diversión” y me entregó una tarjeta, que decía “Petit Club” y una dirección.
–Invite a su amigo y no olvide llevar la tarjeta, a nadie se le permite el acceso sin ella. Después me dijo, -Pregunten por Fabián y recibirán una pequeña cortesía.
Yo respondí lo más amable posible, pensando que no era más que otro “Tarjetero” promoviendo prostíbulos en la playa, tan común en nuestro país, me guardé la tarjeta y las vacaciones continuaron normalmente. Poco después mientras sacaba dinero de mi cartera vi la tarjeta y le dije a Borja lo que había pasado, le dije con intriga.
–Vamos, a ver qué onda, total nada perdemos, vamos, vemos la mercancía y nos retiramos.
Borja se animó y luego que las niñas y las mujeres se ocuparon en otras cosas no escapamos al lugar. Llegamos a una zona lujosa, no parecía el clásico lugar de zona roja, entramos con el coche por un amplio jardín, nos salió al encuentro un tipo enorme de muy mala cara, que cambió su actitud cuando le mostramos la tarjeta y preguntamos por Fabián. Entramos en la lujosa casa de playa; Fabián vino a nuestro encuentro y nos saludó con toda amabilidad, nos ofreció una copa y no pasó a un pequeño recibidor. Después de breve conversación sobre trivialidades caminamos por unos pasillos, nos dijo
–Saben aquí ofrecemos servicios muy especiales, que no cualquiera puede tener.
Eso me hizo pensar que era un prostíbulo de alta gama, por lo lujoso del lugar pensé que eran modelos nivel angus, pero al llegar a un salón, de donde salía música, nos invitó a pasar, abrimos la puerta y grande fue nuestra sorpresa, era un lujoso lugar, con poca iluminación, luces estroboscópicas y lo que me dejó pasmado fue que una pequeña pista estaban dos niñas, una de unos 12 años y otra más pequeña, bailando sensualmente; había pocas mesas y pocas personas, pero pude ver que también había niñas sentadas con hombres en las mesas, nos condujo a la mesa más alejada de la pista, pero aun desde ahí pude ver a dos hombre adultos que tenían a dos niñas mamándoles la verga, mientras ellos bebían tranquilamente. Fabián nos dijo
–No olvido su cortesía.
Fue y habló al oído con uno de los hombres en una de las mesas y tomando de la mano llevó a la niña más pequeña a nuestra mesa y esta comenzó a bailar frente a nosotros. Yo la verdad estaba un poco cortado, pero me excitó ver los movimientos atrevidos de aquella pequeña. Después del breve baile, Fabián nos condujo de nuevo al recibidor donde nos dijo tranquilamente
–¿Qué les pareció?
Yo dije, mostrando la mayor tranquilidad
-Está bien, es muy interesante, y qué tipo de servicio ofrecen y cuál es el costo? Pregunté, sólo por no dejar.
–Ese es el asunto amigo, aquí no cobramos el servicio, más bien pedimos otro tipo de compensación entre socios. Verán esas niñas que acaban de ver son hijas, nietas o sobrinas de los hombres ahí presentes, cada uno trae a sus “petits” y con previo acuerdo entre socios y con previos y respetuosos acuerdos las fornican y las comparten, vi a sus hijas en la playa y creo que ustedes pueden tener futuro en el club. Yo no salía de mi asombro, fue entonces que entendí todo, Borja sólo se quedó pensativo mientras Fabián nos daba una larga apología del sexo con niños. Finalmente nos dijo.
–Piénsenlo, todo aquí es voluntario, procuramos evitar conflictos y daños emocionales a las petits.
Se levantó del asiento en señal de que la conversación terminaba y nos acompañó de nuevo a la puerta donde ya nos esperaba el carro. Condujimos de regreso casi sin hablar, hasta que Borja rompió el silencio
–¿Qué piensas amigo? Tú crees que podamos hacernos socios? Eso implica traer a las niñas, eso no va a pasar. Cómo crees que las niñas aceptarían una cosa así y sin que se den cuenta nuestras esposas. Aunque debo decirte, que Frida ha tenido mucho interés en el sexo, es muy curiosa y la he sorprendido viendo porno; tenemos juegos entre nosotros donde yo la nalgueo o le hago cosquillas y le meto mano, aunque no parece desagradarle, nunca llegaría a mas con mi hija. Pero te seré honestó me gustaría ser del club.
Borja me dijo:
–Yo también, le meto mano a Fer, ella aún se baña conmigo y yo le enjabono la cuca y tampoco parece disgustarle, incluso me facilita la intromisión y sé que nos a espiado a mi mujer y a mí cuando estamos cogiendo, pero de eso a llegar a algo más… no lo sé.
Fue entonces que le pregunté.
–Y te gustaría intentarlo? Yo si me atrevería, pero no con mi hija. ¿Borja, me dejarías cogerme a Fernanda? Tú podrías cogerte a Frida.
Él se quedó pensando y dijo:
–si me gustaría. Pero es muy arriesgado y la verdad no lo haría para entra al club, sino sólo por meterle la verga a Frida, la verdad me calienta mucho tu hija.
-Pues podemos avanzar un poco con ellas y si no funciona pues, le paramos, ¿Te parece?
Ambos cerramos el trato e hicimos un pequeño y rápido plan. A la mañana siguiente mientras nuestras esposas seguían dormidas, pues se habían desvelado mucho en su noche de chicas. Acordamos dar a las niñas un masaje terapéutico. Las niñas llegaron con sus bikinis, Frida llevaba uno de una sola pieza, que resaltaban su esbelto cuerpo; Fernanda llevaba un bikini de dos piezas que la hacían ver muy sexy; las recostamos a cada una en esas camas donde se dan los masajes, pusimos música relajante y sacamos los aceites y esencias, entonces cada uno comenzó a masajear a su hija, la espalda y las piernas, en un momento cambiamos y yo comencé a masajear a Fernanda, esa pequeña morena me excitaba de verdad, y Borja hacía lo mismo con mi Frida. Ellas se dieron cuenta del cambio, pero no dijeron nada. Continuamos y Borja dijo:
-Amigo, no crees que deberían quitarse el bikini, no podemos darles bien el masaje si los llevan puesto.
–Tienes razón; niñas es necesario, pero no se preocupen somos familia.
Frida fue la primera que lo hizo sin vacilar, cuando Fernanda vio a su amiga desnuda también lo hizo, aunque se veía que estaba apenada frente a mí. Frida ya recibía el masaje de Borja. Entonces Fernanda se recostó de nuevo y pude ver aquella cola en todo su esplendor y ni tardo ni perezoso comencé a darle masaje, primero la espalda y las pierna con el aceite y los aromas, Marifer comenzó a relajarse, luego con una generosa porción de aceite comencé a masajear sus nalgas, ella se dejó, luego poco a poco rosaba su ano al masajearle las piernas, Borja le dijo a mi hija que se pusiera boca arriba y yo le pedí lo mismo a Marifer. Ella lo hizo. Borja y yo nos guiñamos el ojo sabiendo que estaba funcionando y que podríamos dar otro paso. Seguí dándole masaje a Fernanda, sus hombros y su pecho plano, su abdomen y después pasé a los pies; comencé entre los dedos, las pantorrillas y para eso le levanté una de sus piernas por lo que pude contemplar su raja, yo rosaba su bollo como de forma accidental, pero me di cuenta de que Borja ya sobaba la pucha de Frida sin ningún tipo de recato. Frida tenía los ojos cerrados y abría la boca, pero no salía ningún sonido. Entonces Borja que es muy creativo, dijo:
–Ramiro, ¿Crees que ya puedan recibir el masaje especial?
Mientras me giñaba el ojo. Yo no sabía lo que tramaba, por lo que sólo dije.
–Sí, creo que sí, ya están listas…
Borja abrió las piernas de Frida y comenzó a besar sus muslos hasta llegar a la raja, la que comenzó a mamar desde el clítoris; Frida dio un pequeño salto cuando sintió el húmedo órgano en su intimidad, yo abrí las piernas de Fernanda, que levantó su cabeza y con los ojos fijos en los míos estaba como a la expectativa de lo que yo le haría. Sin perder el contacto visual fui directo a su almeja y comencé a lamerla con deleite, ella volvió a recostarse y con los ojos cerrados solo dio un gemido. Así empezamos a mamar aquel par de panochas infantiles, ambas niñas comenzaron a gemir. Borja daba fuertes lengüetazos a mi Frida, yo buscaba lo que le gustaba a aquella morenita, daba pequeños chupetones y lengüetazos a su clítoris, lo que la hacía gemir
–ahaaaaaa, siiiiii, ricoooo.
Voltee a ver a la pareja de amantes a nuestro lado y pude ver cómo Borja que se había desnudado por completo ya se pajeaba ferozmente, su ya enorme y dura verga. Yo comencé a desnudarme también y me coloque a lado de Fernanda sin dejar de mamar su concha, mi pija totalmente dura ya estaba muy cerca de su cara, yo la rosaba en su cuerpo con ella: luego escuché extraños sonidos y al voltear vi cómo mi socio ya literalmente violaba la boca de Frida, se había subido a la cama de masajes y le follaba por la boca. Yo le dije a Fernanda
–Chiquita, cierra tus ojitos y abre la boca.
Ella obedeció y lentamente fui metiendo mi garrote en su boca, ella se sorprendió y puso una mirada de terror, volteó a ver a su padre, como para buscar su aprobación y al ver que el hombre entraba violentamente en la boca de su amiga, abandonó toda resistencia y simplemente comenzó a chupar, mientras yo le seguía masajeando el clítoris. Borja bufaba por el placer que le estaba dando mi hija, entonces ansioso y casi desesperado dijo:
–Me voy a coger a Frida.
Me detuve un poco para ver el desvirgue de mi niña. Borja se colocó sobre la cama, abrió las piernas de Frida, puso su tolete en la pucha de mi hija, le dio varios latigazos con esa descomunal verga y la colocó en la virginal entrada, Frida sostenía sus propias piernas en compás, esperando que su amante la penetrara. Era increíble lo caliente que se veía mi hija, se le veía casi necesitada de aquella verga: Borja fue haciendo fuerza y aquella pequeña cueva fue abriendo paso a su invasor, cuando se topó con su virgo dio un fuerte empujón. Frida lanzó un grito de dolor, cuando Borja con poco tacto le mandó toda su tiesa herramienta hasta el fondo
–Arggggg, nooooo, Don Borja, me duele, su verga es muy grande, yaaaa, pareeeee, ahhhhaaaaaa.
Mi hija acababa de ser desvirgada. Por unos momento salieron lágrimas de sus ojos, pero poco después ya daba gemidos de verdadero placer. Entre tanto yo volví a la panocha de Fernanda, preparándola un poco más para su desvirgue, después de unos instantes Marifer llegó al orgasmo, su caderas se movían incesantemente hacia arriba y hacia abajo. Viendo que estaba en su primer éxtasis, también subí al camastro de masaje dispuesto a clavarle la verga, pero Fernanda se negó rotundamente a ser cogida, incluso se bajó del camastro
–No, yo no quiero.
Borja vino en mi ayuda. Se descorchó de Frida y abrazando a María Fernanda, le dijo:
–Fer, no pasa nada, sé que lo deseas, no tengas miedo, he visto que cuando me ves coger a tu madre, incluso te tocas, creo que ya estas lista para que te claven la verga.
Fernanda se sorprendió de estas palabras. Borja dio un beso a la frente de su hija.
–Vamos mi niña, tu puedes, además estoy seguro que eso es lo que quieres y te va a gustar, yo estaré aquí contigo o ¿No quieres hacerlo?
–Si papi, si quiero.
–Pues, ve y sé amable con nuestro amigo.
Fernanda se volvió hacia mí y dijo:
–Don Ramiro quiero que me coja, métame su verga.
La jale hacia mí y nos dimos tremendo beso apasionado, Borja volvió a lo suyo y se metió dentro de Frida. Subí a la morena niña al camastro, le abrí las piernas, dirigí mi tolete a la cuevita virgen, ella se veía tan asustada que la tranquilicé diciéndole –lo haré con cuidado, te dolerá un poco, pero pronto lo disfrutaras, mira Frida ¿Acaso la ves sufriendo?. Fernanda volvió la cabeza y vio Frida siendo cogida con cierta violencia por su padre y cómo su amiguita gemía como una perra, pidiendo más y que su adulto amante no parase. Fernanda Sonrió y dijo:
–Don ramiro, métame su verga, quiero que me coja.
Coloque sus pies en mis hombros y mi verga en su lampiño coño y muy despacio fui entrando en aquel virgen bollo, cuando topé con su himen, paré, esperé brevemente y dando un empujón más fuerte acabé con su virgo, ella dio un grito, pero yo de inmediato comencé el mete y saca; mi desvirgada niña comenzó a llorar, pero unos momentos después ya pedía más.
–Ahaaaaaa, ssiiiiiii, que rica verga, me gusta su verga don Ramiro, métala, no pare, ahhhaaaaaa.
En esos momentos escuche a Frida tener su primer orgasmo.
–¡Puta Madre! ¡Chingado! ¡La Puta verga!
Yo no había escuchado esas palabras en mi hija; pero al verla con los ojos en blanco y retorcerse bajo los embates de Borja supe que estaba en el clímax. Aproveché la pausa para sacar mi verga de Marifer, la coloque en cuatro y pude ver ese hermoso culo moreno que tanto me atraía, le coloqué la verga en la entrada del chocho y ahora si de un fuerte empujo se la metí toda, ella gritó y su grito se confundió con sus gemidos ya que de inmediato comencé a bombearla. Sentía maravilloso, mi verga abrazada por aquella pepa tan apretada, caliente y resbalosa, me calzaba como un guante a la medida, me incline hacia Fernanda y besaba su cuello y su nuca, ella se había masturbado en el pasado, pero nunca había experimentado a un adulto penetrándola y aquellos besos y caricias en todo su cuerpo, con todos estos ataque a su inmaduro cuerpo Fernanda volvió a tener otro violento orgasmo, gritaba de pasión mientras yo no paraba de bombearla; para su padre no pasó desapercibido este orgasmo de su pequeña hija y viendo que le metía la reata de perrito, hizo lo mismo que yo, puso a Frida en cuatro y se dispuso a cogerla con bruscos movimientos, en unos momentos ambas niñas sincronizaban movimientos y gritos de placer, hasta que escuche a Borja bufar y resoplar
–Uf, me vengo, voy a acabar.
Dicho lo cual empujó su verga hasta el fondo y vació sus huevos en las entrañas de mi hija, que también daba nuevos gritos de placer al sentir el extraño líquido en su interior. Yo seguí cogiendo a Fernanda, la puse de lado y con una pierna levantada le estuve dando estocadas rítmicas, luego aceleré el rito cuando ya sentía que terminaba
–Arggggg, voy terminar, voy echarte mis mecos en la panocha.
–Si don Ramiro, quiero su verga, ahhaaaaa, siiiii, me gustaaaaa, que ricooooo. Y ambos terminamos.
Al volver en mí después de la dura batalla con aquella niña me percaté de que nuestros vecinos amantes nos veían.
–Bravo amigo. Dijo Borja. –Estas niñas son pura candela, nunca pensé que fueran tan buenas.
Las niñas sólo reían. Luego descansamos un poco, ellas tomando refresco y nosotros cerveza; pasamos a las regaderas donde volví a coger a Fernanda y por lo que escuché también Borja volvió a cogerse a Frida, terminamos y volvimos al Hotel advirtiendo a las niñas los mil motivo para que sus mamás no se enterarán y ella juraron por su vida que nunca se los dirían.
Excelente y placentero
Este relato fue tan glorioso a la espera de la continuación
Buen relato, muy bien escrito. Felicidades.
Ufff muy buen relato falta un amigo así para hacer lo mismo