POR DIOS QUE VENGANZA CRUEL
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Ruben (por poner un nombre) estaba furioso con papá al descubrir que su hija de 15 años tenía un romance con él.
Quería irse a las manos y solo un dejo de respeto mínimo e intervención de mujeres lo evitó.
Mi amiga de siempre con quien habíamos crecido juntas se acostaba con mi padre y éste padrón de moral de jefe de familia fue perdonado por mi madre con un reproche mas que elemental.
De mi parte seguía furiosa e indignada por haber sido usada por ambas partes, papá trató de disculparse aduciendo a la debilidad, la edad, la vida y etc.
Soy de las llamadas "morruditas" con un cuerpo de 20 pese a mis 15 y cargo con un cuerpo resaltado en carnes con la consecuente sugerencia de cuidarme y empezar a hacer gimnasia para que no se me dispara más el peso.
Una tarde tormentosa en una plaza me crucé con Ruben; este al verme hizo un gesto de desprecio y evitó saludarme.
En ese momento me atropelló la furia del hecho y mi culpa no se contuvo; le dije que yo no era culpable de lo sucedido que por favor ya me alcanzaba con perder una amiga y estar enojada con mi padre que por favor al menos lejos de casa no tenía que despreciarme.
Sonrió y me dió la razón pidiendo disculpas y siguiendo su camino cuando empezaron a caer las primeras gotas, se dió vuelta y se ofreció a llevarme en auto hasta cerca de casa dado lo hostil de clima.
Subí al momento que empezaba un furioso y repentino chaparrón, una vez dentro del móvil me preguntó cosas elementales hasta que llegó a mi novio.
No tengo-contesté.
Están ciegos?-preguntó.
Quedé en silencio y bajé la vista, el me tomó de la pera y cuando nos miramos lo pactamos.
Me besó dulcemente y volví a bajar la vista, el me volvió a tomar de la pera y buscó mi boca en forma mas intensa, traté de seguirle el paso pero era demasiado inexperta y me sentí avergonzada.
Me dejó tomar aire y enseñándome en silencio siguió con sus besos hasta meternos las lenguas uno dentro de la boca del otro.
Cuando su mano se deslizó por mi muslo hasta el borde de mi bombacha supe que mi venganza estaba quedando atrás de la pasión que empecé a sentir en ese momento, se apartó un momento y susurró mi nombre diciendo que hermosa mujer era.
Traté de decir algo y me contestó que todo iba a estar bien.
Arrancó el auto y empecé a preocuparme; le pregunté donde íbamos y me contestó que la iba a pasar bien; le dije que mejor me llevara a casa y retrucó contestando que le tuviera fe y que solo llegaría hasta donde y quisiera que de ninguna manera me haría daño.
Entramos a la pieza del hotel y yo temblaba arrepentida, me sentó en la cama acariciando mi pierna y me dijo que estuviera tranquila; le repetí mis ganas de irme.
Me besó nuevamente y empezó a acariciarme recostándome en la cama tocando mis senos por encima de la ropa; me bajó la bombacha y tartamudeé diciendo que iba a hacer; tenme confianza todo va a estar bien.
revoleó mi pollera y mi hinchada y mojada conchita quedó al aire, empezó a besarme muy poco arriba de las rodillas y siguió subiendo, me mordí el dedo gimiendo hasta sentir su lengua entre mis muslos abriendo paso a mi virginal sexo.
Gemí mas fuerte y su boca empezó a beberme los incontenibles flujos que dejaba escapar al tiempo que mi cabeza se movía de un lado para otro enloquecida sin para de eyacular, fue un instante mágico cuando abrí los ojos estaba sobre mí y cuando fuí a pedirle piedad me desgarró; se bamboleó dentro de mí un par de veces para luego sacar su pija y mirarla con triunfo al verla manchada con la sangre de mi himen, ese era mi príncipe azul, un padre de amiga que se aprovechó de mi boca a su gusto y lamió mis tetas hasta hartarse.
Volví satisfecha de venganza pero vacía como mujer pese a que me había gustado mucho.
Pactamos silencio de ambas partes y días después volvimos a encontrarnos, le dije que no quería saber de nada y me acarició las manos diciendo que Dios era injusto que en ese momento le quitaba la mujer soñada por cualquier hombre de un zarpazo cruel.
Lo abracé buscando su lengua y fuimos de nuevo al hotel; buena propina al conserje por ser menor y a la cama.
aprendí que era el beso negro, a arrodillarme y chupar pija como esclava, a besarnos después de saborear nuestros sexos y casi sin querer le entregué la cola con un miedo pavoroso el cual al penetrarla me pidió relajarme ya que iríamos de a poco.
Fue una delicia dejarme hacer de todo, salimos y en la calle le acaricié la pija mientras manejaba; antes de rumbear para casa se estacionó en una cortada, reclinó su asiento y sacó la verga; me tomó de la nuca y empecé a chuparlo hasta que el degenerado se hizo tomar la leche dejándome a las arcadas ante su risa déspota.
Cuando llegué a casa asqueada pero pensando en él supe de mamá internada por un problema repentino.
Fuí al hospital y con el correr de pocos días se confirmó la mala de un cáncer fulminante hepático, la última vez que cruzamos las palabras finales me dijo.
Hija sabes que me voy pero hay algo que solo yo sé y tenés derecho a saberlo para que me vaya en paz.
hace mucho yo tuve un "desliz" con Ruben, él no lo sabe; vos sos su hija.
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