POR FIN SEXO CON MI MADRE
Esta historia comienza cuando tenía unos diez y siete o diez y ocho años cuando sucedieron dos hechos imborrables para mí, uno fue observar totalmente desnuda a mi madre, la verdad, una belleza de mujer, un cuerpo armónico con justamente lo necesario y dos, la noche en que mis padres llegaron ebrios.
Esta historia comienza cuando tenía unos diez y siete o diez y ocho años cuando sucedieron dos hechos imborrables para mí, uno fue observar totalmente desnuda a mi madre, la verdad, una belleza de mujer, un cuerpo armónico con justamente lo necesario y dos, la noche en que mis padres llegaron alicorados de una fiesta y comenzaron una follada que me despertó y como buen adolescente, la curiosidad pudo más que nada, me levante y descalzo camine hasta la habitación de ellos, quienes habían dejado mal cerrada la puerta y por la rendija pude verlos desnudos, comprobé una vez más, la belleza del cuerpo de mi madre y por otra parte vi a mi padre con su cuerpo atlético y la verga erecta de buen tamaño. Él le acariciaba a mi madre los senos, la concha, las nalgas y luego se sucedieron cosas que no sabía que hacían las parejas y fue sexo oral, mi madre le estuvo mamando la verga a mi padre varios minutos, después ella se acostó y él le dio sexo oral en su vagina haciendo que ella gimiera y se contorsionara siendo evidente su excitación.
Luego ella se acomodó en la mitad de la cama, mi padre se subió sobre ella y metió su verga en la vagina de mi madre. Él empezó a mover su cadera por varios minutos, mientras ella gemía y le pedía que la follara más fuerte hasta que alcanzó su orgasmo.
Por su parte, mi padre no se detuvo y siguió follandola hasta que dijo… me corro, me corro, uhmmm que rico y en ese momento yo regrese a mi habitación a tratar de asimilar lo que acababa de ver.
Días después estando solo en casa entre a internet a páginas de adultos y comprendí todo lo que había visto, entendiendo que era normal lo que ellos hicieron, algo muy propio de las parejas.
Con el tiempo conocí más cosas de la vida íntima de las personas, sin embargo, durante los años de estudio en la universidad me concentré obteniendo los mejores promedios de notas para graduarme rápidamente y al salir pronto me contrataron en una empresa multinacional con un ingreso elevado que me permitió abrir mi departamento, comprar auto y vivir cómodamente.
Pero recuerdo que en los dos últimos años que viví con mis padres, hubo un detalle que me llamo la atención, y fue que no volví a escuchar en las noches los gemidos de mi madre, los que me indicaban que estaban follando. Al parecer la relación íntima entre ellos se apagó y según comentarios, fue porque mi padre tenía una aventura con otra mujer.
Como ya gozaba de total libertad en mi departamento, la imagen de mi madre desnuda y verla follando con mi padre me siguió persiguiendo aún después de varios años y una noche se me ocurrió crear un nuevo correo, con otro nombre y por allí comenzar a cortejar a mi madre, del primer correo que le envié recibí un portazo, pero no claudique y continue enviándole correos alabando su belleza y su forma de ser como mujer y después de al menos seis meses vi una luz cuando me respondió y entable comunicación, lo cual facilitó que dos meses después la convenciera de cruzarnos fotos, inicialmente le propuse fotos desnudos, y ella me rechazo, pero después de mucho insistir acepto fotos en ropa interior. La foto que yo le envié la hice en un momento que tenía una tremenda erección y la que ella me remitió fue con un sujetador negro muy pequeño, al igual que la tanga que apenas le cubría su concha con un triangulito. Esto fue un gran avance.
Como comencé a percibirla más accesible, tuve mucha delicadeza en lo que le escribía sin perder de vista motivar su ego hasta el punto que acepto encontrarnos en algún lugar, pero que fuera neutral. Le propuse el hotel más lujoso de la ciudad, y yo alquilé una habitación para encontrarnos y pasar la tarde.
Para esa fecha me preparé y como en el hotel entendieron que yo era un viajero de paso por la ciudad, utilice una maleta en la cual lleve champaña, una vasija para colocarla con el hielo, dos copas de cristal y dos regalos: una cadena para el cuello con una piedra preciosa que colgaba al frente y un anillo que escuche le pidió varias veces a mi padre.
Me organice elegantemente pero casual y a ella le pedí que usara una de sus minifaldas, acompañada de una blusa semitransparente, medias de liguero y ropa interior negra, muy sensual.
Para poder salir de su casa vestida así, sin que la viera el personal de servicio, uso un abrigo sencillo pero largo y se dirigió al hotel en su automóvil.
También trajo un pequeño maletín, respecto del cual me contó era ropa normal para vestirse y regresar a su casa de día, si de pronto se arrepentía o sentía temor del desconocido, aunque yo siempre le demostré mucha amabilidad.
Ella muy puntual cumplió la cita y desde la recepción me anunciaron su llegada, y autorice la dejaran pasar.
En ese momento, como nunca antes, mi corazón latía a mil, porque no sabía cuál sería su reacción, pensé… se puede dar media vuelta e irse, se enojará y tendremos una discusión, en fin tantas cosas pasaron por mi mente, que los golpes en la puerta me aterrizaron. Yo me había puesto la loción que sabía que a ella le agradaba y después de un respiro abrí la puerta encontrándome con la mujer más hermosa para mi gusto.
Ella se quedó muda observándome al igual que yo, hasta que rompí el hielo y le dije… bienvenida, sigue, sigue y ella entro sin musitar palabra.
Cuando se recuperó del impacto me dijo muy seriamente… Por favor explícame que es toda esta pantomima que has montado desde un correo falso hasta la cita del día de hoy. Pensé rápidamente que contestarle y fui muy sincero explicándole cuando había nacido mi deseo por ella y en qué circunstancias.
Ella me replico, pero tienes claro que yo soy tu madre, ¿verdad?
Si, pero desde el día que te vi desnuda y follando con mi padre, pase a verte como mujer y te reitero que para mí eres la mujer más linda del mundo.
Y para salir del paso le dije… Pero que maleducado soy, por favor déjame recibirte el abrigo y ella sin pensarlo mucho se lo quito, apareciendo el cuerpo de la hermosa mujer que me ha hecho soñar durante años, vestida tal cual como le solicite, esto me demostró su deseo de agradar a quien hasta hace unos minutos era para ella un desconocido.
Le dije te puedo ofrecer una copa de champaña para celebrar este encuentro y ella mirándome a los ojos, me dijo… siii
Destapé la botella y serví las dos copas, le ofrecí una y le pedí que brindáramos por el encuentro, pero ella me corrigió diciendo…mejor por el engaño. Solo me quedo la opción de sonreír. No era momento para discutir.
Gracias a la champaña poco a poco el ambiente bajó la tención inicial y nos sentamos a hablar frente a frente, le dije muchas cosas siempre hablando positivamente de ella, recrimine a mi padre por desatender una mujer tan maravillosa como ella y envolviéndola con mis palabras logre ponerla de mi lado.
El llenar constantemente las copas hizo su efecto y a media tarde me dijo que se sentía un poco mareada, le propuse se recostara unos minutos y me dijo que sí.
Cuando lo fue a hacer le sugerí se quitará la falda y la blusa para que no se le arrugaran, me miró y sorprendió diciendo… pero tú haces lo mismo y me acompañas.
Por supuesto, la acompañe y en un par de minutos los dos estábamos en ropa interior, acostados y mirándonos frente a frente.
Y me dijo… entonces ¿fue mi culpa haberme dejado ver desnuda de ti y no haber prestado atención al cierre de la puerta de la habitación, lo que te ha causado esta confusión y el deseo de llevarme a la cama desde esa época?
Yo la mire y me parecía increíble que estuviera allí con ella, semidesnudos, lo que me llevó a pensar que debía estar dispuesta a intimar conmigo.
A continuación, hablamos cosas intrascendentes y de pronto acerco su cara a la mía y me dio un beso en la boca y dijo… esto es por haberte causado esta confusión, que espero remediar.
Y abierta la puerta, aproveche para devolverle un beso más prolongado que ella no rechazo, al contrario, sentí su aceptación y mi mano se posó en su cadera y empecé a acercarla para sentir la suavidad de su piel. Ella colaboró y consideré aceptó mis insinuaciones.
Entre las varias cosas que hablamos, me conto que mi padre hacía ya más de cinco años que no había vuelto a tener sexo con ella y ella consideraba que seguía siendo una mujer activa con deseos de disfrutar la vida. Pero por presión social nunca había aceptado tener sexo con otro hombre y se había resignado. Esto me hizo ver la sequía de sexo que tenía y seguro estaría dispuesta a reactivar su vida sexual conmigo.
Comencé a acariciar su cuerpo y noté la reacción favorable en sus besos que comenzaron a ser más intensos, y mucho más cuando acaricie sus senos, ella puso su pierna por encima de la mías y al hacerlo me facilito acariciar su concha, que sentí bastante húmeda, atreviéndome a deslizar mis dedos por debajo de su minitanga, su cuerpo se excito tremendamente y colaboró cuando quise quitarle la tanga. Al hacerlo me encontré con su concha perfectamente depilada, confirmándome sus deseos y expectativas de sexo que tenía de esta reunión.
Me deslice hacia abajo y comencé a besar, chupar y besar esos hermosos senos que saque de su encierro y ella colaboró soltando el broche del brasier dándome total libertad de disfrutar de ellos.
Luego me dirigí más abajo y encontré su concha perfectamente depilada donde metí mi lengua y ella separó sus piernas autorizándome a darle sexo oral, tiempo que distribuí entre meter mi lengua en su concha y succionar su clítoris, esto último empujó su excitación. Yo me sentí en las nubes y no quería creer que fuera verdad que estuviera disfrutando de su cuerpo después de tanto tiempo.
Ella en medio de la excitación que estaba experimentando, se levantó y girando su cuerpo fue a buscar mi verga para comenzar a darme una deliciosa mamada.
Después que los dos habíamos disfrutado durante más de una hora, de besos y caricias en nuestros cuerpos, vino lo más deseado para mí, poder follarle esa preciosa concha que por varios años estuvo abandonada y yo deseaba reactivar.
Le pedí se recostara boca arriba, yo me subí sobre ella y con mi mano dirigí mi verga a la entrada de su concha y gracias a su lubricación la fui penetrando por aquel lugar de su cuerpo por donde hace muchos años vine al mundo, y ella al separar lo más que pudo sus piernas me permitió penetrarla al límite.
Al tocar fondo me sentí como si hubiera llegado a la cima de un monte, pero esta vez era el monte de venus de mi madre. Al tocar fondo ella dejo escapar un quejido… aaaaahhhh. Quejido de satisfacción, no de dolor. Eso lo adivine en su sonrisa y a continuación me dijo… que delicia volver a tener dentro de mi concha una verga tan hermosa como la tuya. Ahora fòllame como quieras, deseo disfrutar un estupendo orgasmo y comencé a mover mi cadera y a escuchar los gemidos de mi madre y la celeridad de su respiración. Ella empezó a decir… uhmmmm que rica verga tienes, me gusta, fòllame todo lo que quieras y los dos estuvimos moviéndonos buscando mutuamente satisfacción.
Creo que fue una follada histórica de más de una hora, nuestros cuerpos brillaban por la transpiración y los cambios de posición me llevaron a estar penetrándola desde su espalda, posición que me permitió ver su hermoso culito rosado y como estaban rotas todas las barreras entre los dos le dije… tienes un lindo culito, que, si aceptas, podríamos explorar, aunque nunca lo he hecho. Ella me respondió, yo tampoco nunca lo hice con tu padre. Pero podríamos intentarlo.
No obstante, estaba sintiendo tanto placer follando su concha que deje de pensar en esa idea y me concentre en lograr que ella disfrutara un orgasmo que recordara por mucho tiempo. Así que la tomé por las caderas y empecé a meter y sacar mi verga de su concha, cada vez con más fuerza como ella me lo pedía, y decidí frotarle con las yemas de mis dedos su clítoris, logrando que sus gemidos inundaran la habitación, y no me importó el vecindario, afortunadamente eran las cinco de la tarde y a esa hora no había tanto silencio.
Cuando ella elevo el nivel de sus gemidos y concluyo con un aaaaaigggg, pidiendo…para, para, entendí que había disfrutado su orgasmo y como yo ya venía en camino de explotar dentro de ella, dejé que mi verga le entregara todo el semen posible, quedándonos a continuación inmóviles, respirando agitadamente sin despegarnos.
Como estábamos tan felices, le dije… también tengo una botella de vino quieres que la disfrutemos hoy, y ella se quedó pensando… y finalmente me dijo… Si.
A continuación, hizo una llamada a su casa y le indicó a su empleada que llegaría tarde y como mi padre estaba fuera de la ciudad, no la esperara despierta.
Entendí que ella estaba dispuesta a recuperar el tiempo perdido y nuestra fiesta se podía alargar hasta la noche. Se me ocurrió la idea de invitarla a mi departamento que ella no conocía y seguir la fiesta sin límites.
Le pedí se vistiera como ella había llegado, porque me fascinaba ver sus hermosas piernas y su colita respingona, además su blusa semitransparente y sus medias de liguero, todo un bombón de mujer.
Ella aceptó, fuimos a mi departamento se lo enseñe y le agrado mucho mi orden y el buen gusto. Eso me subió el ego.
A continuación, destape la botella de vino, serví dos copas y le dije… ahora brindemos por este feliz reencuentro. Active luces tenues y música suave para más tarde terminar bailando como dos enamorados.
Los besos y las caricias no pararon en ningún momento salvo durante el tiempo que prepare unas botanas y las comimos. El licor nos siguió acompañando todo el tiempo hasta terminar el contenido de la botella. A esa hora los dos ya estábamos bastante alicorados, con escasa ropa y por no decir prácticamente desnudos. Mi madre solo tenía su minitanga y yo mi bóxer y fue el momento de bailar y disfrutar del roce de nuestros cuerpos mientras nos besábamos apasionadamente.
Tener su cuerpo en medio de mis brazos era increíble, yo las subía y bajaba rozando cada centímetro de su cuerpo y ella también lo hacía, aunque con menor intensidad. Sus nalgas respingonas y sus senos pequeños, pero paraditos, me invitaban a pegar mi boca como cuando era un bebe y ésto a la vez la motivaba a ella.
Pero llegó el momento cero y nos despojamos de las prendas que nos quedaban y se inició una nueva sesión de sexo oral, esta vez a través de un sesenta y nueve en el que nos entregamos totalmente a disfrutar de un maravilloso momento.
Ella demostró su habilidad para excitar a un hombre, con sus caricias, su suavidad, dejando entrar mi verga en su boca al límite, y yo le correspondí penetrando su concha con mi lengua y luego para descansar del esfuerzo, me concentré en su clítoris que chupaba, besaba, mimaba con mi lengua y esto hizo que la respiración de mi madre se agitara y dijera cosas hermosas. Mi atención estaba concentrada en lograr que ella disfrutara cada instante de nuestro encuentro y al parecer ella buscaba lo mismo para mi.
Muchas veces dude que esto llegara a hacerse realidad y para mí era solo una fantasía, pero hoy estaba sorprendido de estar disfrutándolo con ella.
Estando los dos desnudos le propuse ir a mi cama, una cama amplia, en la que podíamos pasar la noche y ella no lo dudo respondiéndome afirmativamente. Apenas nos acostamos comenzaron las caricias y los besos y el roce de nuestros sexos, ella por momentos frotaba mi verga y yo su concha y gracias a su lubricación metía uno o dos dedos para motivarla. Pero después de tanta motivación llego el momento que los dos deseábamos, su rica concha me tenía enloquecido y ella dijo lo mismo de mi verga. Fue tanta la mutua atracción, que logramos que ella disfrutara tres orgasmos y yo iguales corridas llenando en cada oportunidad su concha de semen, el cual termino esparcido en la sabana, todo esto desde luego exigió los correspondientes descansos para recuperarnos. A la madrugada nos quedarnos profundamente dormidos.
Al despertar nos levantamos, la invite a bañarnos, disfrutamos al límite nuestros cuerpos y al salir follamos otra vez igual que la noche anterior.
Hasta aquí la primera parte de mi experiencia sexual con mi madre que espero podamos gozar varios años más.
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