Poseí a mi sobrina gracias a las clases de educación sexual del colegio
Matilde es mi sobrina, hija de mi hermana. Tiene 12 años recién cumplidos y físicamente ya es toda una señorita.
Mi hermana tuvo a Matilde de soltera. Debo comenzar diciendo que con mi hermana tuve sexo cuando yo tenía 15 y ella 17. De esto ya hace 14 años. Hoy lo que me trae a contar es lo que me pasó con su hija de 12 años.
Matilde es una hermosa morocha de tez café con leche, tiene un cuerpazo, sus pechos ya desarrollaron y tienen forma de pera grande, con pezones agresivos. Es alta para su edad, mide cerca de 1,70mts. Como practica patín, tiene unas largas y musculosas piernas y sus nalgas, por Dios, son gorditas y duras. La verdad es que hace ya bastante tiempo que yo la venía observando, pude apreciar los cambios que se fueron produciendo con la edad, la pubertad la hizo florecer. Y recordando los encuentros con mi hermana cuando éramos jóvenes, soñaba que podría también suceder con mi sobrina.
Matilde es muy cariñosa y dada al toqueteo, siempre me está acariciando, me revuelve el pelo, o está cerca mío. Yo vivo solo, en un departamento muy bien arreglado. Yo trabajo en informática desde casa, lo que hoy se denomina «Work Home». Gano bastante bien y como no tengo otra familia que mi hermana y su hija, prácticamente formamos los tres una familia. Mi hermana es Psicóloga y trabaja a tiempo completo en el hospital que está cerca de casa. Por lo que mi tiempo con Matilde también es a tiempo completo, cuando no está en la escuela.
Todo empezó cuando en el colegio comenzaron con las clases de educación sexual. Se imaginarán que lo primero que les generó a los estudiantes fueron sonrisas, y como a esa edad hay mucha ignorancia sobre el tema, les genera mucha intriga. Matilde llegó de la escuela muy inquieta e intrigada. Yo estaba en la computadora trabajando, ella llega me abraza y lo primero que me pregunta es si yo la veo bonita. Qué decirle. Obvio que le dije que no solo la veía bonita, si no que me gustaba mucho y que era una hermosa mujercita. Eso la puso muy contenta, tanto que se me sube a caballito de las piernas, me abraza apoyándome sus turgentes pechos y apoya su cabecita en mi cuello. Yo al querer sujetarla la quise tomar por las caderas y mis manos fueron derecho a sus glúteos. Guaaauuuuuu!!!!! Duritos, macizos. Ella viste una pollera tableada a media pierna y una camisa blanca que le ajusta tanto que parece que saltarán los botones de su pecho. Yo estoy vestido con un short deportivo y una remera de algodón, por lo que siento sus pezones empujar mi pecho. Y eso sumado al calor que su entrepierna tiene, logran hacer que mi verga reaccione poniéndose dura, y justo está acomodada en el medio de su pubis, por lo que mi sobrina siente de repente un tronco duro y latente pugnando por acomodarse en su pubis. Ella se mueve un poquito como buscando que la tripa le quede más acomodada. Es imposible que no sienta mi badajo, lo que hasta ahora no les conté es que Dios me ha dotado de una verga contundente, son 21×5,5cms. La cabeza parece una ciruela grande, colorada. Y eso es lo que mi sobrina detecta entre sus piernas. Se sorprende y separándose de mi pecho, me pregunta Tío, se te paró? Y yo le contesto que como no se va a parar con tremenda hembra encima. Y me río. Pero ella no lo toma como una gracia. Está muy intrigada. Se para, coloca sus manos en las caderas y me ordena que le muestre la verga. Medio turbado y sabiendo que lo que voy a hacer esta mal, me paro frente a Matilde, desato el cordón del short y me lo bajo. Automáticamente mi pija salta hacia adelante en dirección a mi sobrina, la que se que da algo perpleja observando mi palo.
Tío, es grande tu pito. Y estirando la mano la apoya en el tronco de la verga. La aprieta y apenas su mano abarca el grosor de mi herramienta. Yo acaricio sus pechos, ella no se molesta, es más pone más énfasis en acariciar mi tripa. Le pregunto si le gusta. A lo que Matilde levantando la vista, sonríe. Le pido que me la bese, medio se rehusa, pero de pronto se convence de algo y se arrodilla frente a mi, tomando la pija con ambas manos se mete la cabezota a la boca, pero no sabe que hacer. Le indico que debe chuparla como cuando come un chupetín, y lamerla como cuando toma helado. Pronto entiende y se afana en chuparme la pija. Lo hace cada vez mejor y yo no aguanto mucho, le digo que voy a acabar y que debe tomarse toda la lechita que salga. No se asusta y sigue mamando hasta que mi descarga de semen llena su boca. La pija sigue dura, es que mi sobrina me calienta mucho. La tomo por las caderas y la acerco a mí. Le hablo al oído suavemente y le pregunto si quiere descubrir y sentir algo nuevo del sexo. Abre grande sus ojos y asiente con la cabeza. Me aplico a desvestirla, le saco su camisa y su sujetador, sus tetas quedan al aire, muerdo sus pezones y ella gime de caliente. Le saco la pollera y la bombacha y queda totalmente desnudita frente a mí. Su pubis apenas tiene un poquito de vello fino. Su conchita está brillosa pero cerrada, la recuesto en el sillón que hay detrás nuestro y abriéndole las piernas me aboco a darle una tremenda mamada de concha, no dura ni dos minutos y se viene en un tremendo orgasmo. Se queda sin respiración, yo pongo sus largas piernas sobre mis hombros, tomo la pija por el tronco y pinceleando ubico la entrada a su virginal cuevita. Es obvio que la cabeza de mi pija es gruesa para ella por lo que debo tener cuidado de no lastimarla y todo debe ser placer. Separo sus labios vaginales e inserto la punta de mi pija, comienzo a penetrarla suavemente, se queja y gime, me dice que le duele, que vaya despacito, sigo penetrándola hasta que llego a su himen. Entonces le digo que ahora debe aguantar un poquito el dolor, que romperé su virgo. Y sin más se la entierro con un pechón que hace que la pija entre hasta el fondo de su vagina chocando con su útero. Pegó un grito, y comenzó a temblar, pero pronto se le pasó. Yo me quedé quieto así se acostumbra al tamaño de la verga. Luego noto como su vagina se relaja, y de a poquito comienzo a cogerla. Pronto ya la tripa va y viene en su totalidad dentro de su jugosa conchita. Pronto estamos los dos al borde del orgasmo, con lo que acelero mis movimientos y cuando siento que comienza mi sobrina a acabar, le lleno la conchita de semen. Pasado unos minutos ya con la tripa en descanso se la saco, y nos vamos al baño a ducharnos. En la ducha me dedico a lavarla y a acariciarla. Ella hace lo mismo conmigo. Cuando le lavo la espalda aprovecho para apoyarle la pija entre esos hermosos cachetes, ella sonríe y me dice, tío, es muy gruesa tu pija, no me va a caber en mi culito. A lo que yo simplemente le afirmo que con paciencia y mucho lubricante, pronto podrá tener toda mi carne en su ano. Nos secamos y fuimos a merendar. Ya mi sobrina no está más intrigada por el sexo. Ahora ya quiere experimentar.
Luego les contaré cuando tuve el placer de tener sexo anal con ella. Parte II
Woooow, deliciosoooo!
Muy delicioso 😋