Presentación y primeros recuerdos
Este primer relato es un poco aburrido…, pero me gustaba hacer primero una presentación antes de poner los hechos sucedidos.
Hola. Aquí pongo el primero de mis relatos. Es un poco como un relato previo, de presentación. Quizá sea aburrido porque son pensamientos, recuerdos… y todavía no voy un poco al grano.. Espero que estén bien escritos o que se entiendan bien y no aburra. Aclaro que…, tampoco mi vida es de una gran originalidad, excitación o perversión, así que disculpad si mis relatos no son lo excitantes que debieran ser. La vida da lo que da. Pues empiezo: Llevo tiempo leyendo relatos en esta web, y en alguno me he identificado con mi vida. Tras este tiempo, me decido a poner mis sucedidos por escrito y subirlos a esta página web. ¿Y qué relatos son? Pues…, mis primeros descubrimientos de estos temas, la más curiosidad que excitación que tenía al principio y como una va creciendo descubriendo cosas.
Empezamos por la desnudez. ¿Qué piensa una niña (o un niño, que los lectores también habrán sido niños) sobre la desnudez de los adultos? Las tetas, el culo…, hacen gracia cuando tienes 5-10 años…, pero lo que más ves es a tus propios “congéneres”. Juegas desnuda con ellos, sin recordar nada. Pero…, cuando creces un poco, ya te empieza a entrar el pudor, y ya no es lo mismo. El desnudo de los adultos: Sí…, alguna foto ves, alguna imagen ves en la tele. No mucho porque esas cosas no las ponen y las películas para mayores no te las dejan ver. Pero algo ves y se te queda grabado en la mente: peludos. Sí, ahora se depilan hasta los hombres, pero hace 20-30 años, todavía no. En la entrepierna, tanto mujeres como hombres, esa mata de pelo que atrae la mirada de un niño (bueno…, incluso las mujeres antiguas nunca se han dejado que creciera el “bosque” como si fuera la selva virgen, jajaja, y alguna rasuradilla siempre se han hecho). Recuerdo un par de veces haber ido con mis padres a ver a mi hermano competir. Era aburridísimo para una niña de… 6-7-8-9 años, más o menos…, y mientras mis padres estaban sentados mirando la pista, yo estaba en mi mundo, paseando por allí. Eran diferentes campos de deportes… y en uno, en una de mis excursiones, llegué a unos ventanales que eran los respiradores en altura de los vestuarios masculinos. Menuda impresión me dio: yo estaba a unos 5-10 metros de alto mirando y veía a los chicos desnudos paseando del vestuario a las duchas. Fueron segundos, pero…, ahí estaba esa entrepierna peluda y colgando unos genitales que no tenían los niños pequeños que había visto. Sí, impresión, esa es la palabra. Había otro mundo que empezaba a descubrir. Ahora me pregunto cómo estaban esos ventanales para que una voyeuresa como yo accediera tan fácilmente… Supongo que habrán terminado poniendo cristales tintados.
Así que, a las chicas nos crecían las tetas, y a los chicos el pene…, y a ambos, les salían pelos allí (y a los tíos, en todo el cuerpo). Ah…, en eso consiste hacerse mayor… Según creces, ves más…, aunque sea sin querer: las tribus en algún país remoto, ya no en tetas (que esas al final las ves en la playa) sino en pelotas, culos y penes visibles (la vulva femenina no se ve en los documentales de la 2, jajaja, porque está más escondida, pero los penes que son más visibles, algo se ve. Sí…, es poca cosa, pero ya ves de qué va la cosa)
Y, llega el “despertar” suave de la infancia al sexo, las conversaciones entre chicas, entre chicos, en el colegio…, inocentes y brutales en su inocencia, siempre chorradas y fanfarronadas (de los niños, sobre todo). Todavía no hemos tenido la regla, tenemos un cuerpo infantil, pero todas ya sabemos lo que va a ocurrir, y alguna tiene hermana que ya ha pasado por el tema: la menstruación. Te lo han contado en el colegio, y, de alguna manera, en casa. ¿Y qué de los chicos? Ellos son un poco burros y solo piensan en jugar, pero llegada cierta edad, parece que se “sexualizan”. En mi caso, en torno a los 10 años, en 5º curso. Los que jamás habían hablado de sexo, empiezan a hablar entre ellos de tamaño (de sus penes), de fanfarronadas, de fotos eróticas, porno, etc (todavía no había smartphones e internet no estaba tan extendido como ahora). Y los más guarros se acercaban a nosotras a compartir sus fanfarronadas. En broma…, obsesivos…, les espantábamos de varios puntapiés. Qué pesados…., pero cuando estabas a solas, el más lanzado se te acercaba y se te ofrecía a que le hiciese una paja. Ah…, “hacer una paja”. La primera vez que lo oí, entendí que era tocársela (por el contexto, tocarle el pene. Una paja era ese tubito que se mete en una bebida y se sorbe para beber el refresco. Una paja en su pene?… ¿agarrar su pene? Pues…, ya digo, el contexto…, jajaja). Cuando éramos un grupo de chicas, los despachábamos fácilmente. Ya, cuando estás sola, escuchas y…., solo aprietas el paso o le dices que NO, que se vaya, que se pire. Y la curiosidad…., lo que pasa es que, entonces vence el miedo (a lo desconocido, jajaja) más que la curiosidad. ¿Y si hubiera dicho que sí? Me imaginaba que sería un gran lío para mí, porque se correría la voz y todos los moscones se acercarían a mí, y mis amigas me mirarían mal. Mejor decir que NO a esos niños tontos.
En 5º curso, con 10 años, ya tienes suficiente conocimiento del cuerpo fisiológico. También terminas descubriendo que la palabra “masturbación” es lo que esos niños decían “hacer una paja”. Un poco someramente, te enteras de cómo funciona todo el cuerpo físico del ser humano. Vaya….., pero…., eso es lo que hacen los mayores…, y ahora veía niños de 10 años salidos que se creen mayores.
Todas estas cosas las comentas con las amigas (y te chivas que “fulanito” se me ha ofrecido a que me la enseñaba y que si le hacía una paja…. Risas con fondo de morbo. Por supuesto nos negamos a complacerlos…, pero siempre queda la duda de si alguna ha dicho que sí, jajaja). Decir que son pocos los niños guarros osados, más delincuentes que otra cosa, jajaja. La mayoría son niños “asexuados” todavía, tan asombrados como estábamos nosotras. Pero el grupito “salido” había encontrado en las pajas su vía de escape. La verdad es que alguno parecía mayor que los 10 años…, y es que, en un mismo año, y a esas edades, no es lo mismo nacer en enero que en diciembre, y en una misma clase hay niños muy aniñados y otros que lo son menos. Pues ese grupito de niños salidos se iban juntos a los cuartos de baño a la primera ocasión. Por supuesto que mi curiosidad estaba a cien, porque…, ¿a qué iban siempre juntos a los WC? Las chicas vamos juntas al lavabo para estar acompañadas, hablar, etc…, pero luego, cada una pasa a su cuarto particular. Es distinto a los chicos en los urinarios. Nunca lo sabré porque nunca lo pregunté. Y luego estaban los cines, presentaciones en aulas a oscuras, sesiones de teatro-representaciones escolares y demás cosas que se hacen en los colegios. Sí….., jeje, el grupito salido (no más de 5-10 niños) siempre está junto en el salón de actos. Y cuando apagan la luz……. Tarde me di cuenta, pero cuando me percaté, intentaba estar lo suficientemente cerca de ellos para “darme cuenta”, pero lo suficientemente lejos como para poder alejarme. Todo como si fuera por casualidad, jejeje. Y…, entonces lo vi (ays, la luz que desprende la pantalla, aunque esté apagado el salón de actos, que hace que “vislumbres” algo). Sí, ver a esos niños moviendo sus brazos rítmicamente, jajaja. Pues lo comentas con las amigas, y te dicen: “Pues claro, se están pajeando en la última fila, como si no lo supieras”. “Pues ahora me entero”, respondo soltando una carcajada, mitad morbosa mitad de desaprobación y asco. Sonrisilla de medio lado, jeje.
Hasta que llega un día que hay teatro (o nosequé) en el salón de actos, y me dice Tal niño que me acerque y les mire que me voy a excitar si les veo. Hago gesto de asco…, y me dedico a ver el escenario…, sabiendo que un par de filas detrás tengo a los “pajeros”. Mmmm, jajaja, cada vez que hablo con alguien de la fila de detrás, echo un vistazo a los de la anterior, que están dándole a la matraca. Son vistazos de milésimas, con cara de póker, pero miro. Bueno, casi es más excitante ver la cara de tontos que ponen, porque esos mini-penes ni los veo por la poca luz y tapados por la mano. El caso es que hay un mundillo erótico infantil al que empiezo a entrar. Ya he aclarado que son pocos niños, que la mayoría son asexuados (todavía) y las niñas solo observamos…, alucinamos…, y nos reímos (y luego cada una en su interior, que piense lo que quiera).
Y aquí acabo el primer relato, que me ha salido largo y aburrido…, y con muy poca chicha. Yo, con 10-11 años, algo se del mundo del sexo, pero…., claro, muy poquito y solo miradas indiscretas. Pero será en casa, con mi hermano, donde descubra más cercanamente cómo funciona la cosa. Jejeje, eso para el siguiente relato.
me encanta las cosas a fuego lento, ya quiero saber como continúa, ya estoy ansioso para conocer mas experiencias tuyas….
Me ha costado encontrar mi relato. ¿En mi perfil no podría haber un enlace a mis relatos? He tenido que buscar uno a uno desde los últimos relatos. Cuando pasen muchos días, será más complicado buscarlo. Bueno…. publicaré el segundo ahora.
Hubiera dado todo por leer esto hace treinta años (cuando tenía 12). Sumergirme en la mente de una mujer.
Otra cosa: Yo creía que «paja» era por que la paja no vale nada, o sea que es algo que no es real. «Eso no es verdad, es pura paja» se dice en mi país. O sea que la masturbación no es una relación real, sino que es de mentiras. O sea, paja.
Felicidades por tu relato, seguiré leyendo.