Primer viaje a la Capital
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por hot_3814.
PRIMERA VISITA A SANTIAGO.
–
Habiéndome hecho habitué en la casa de Miguel que ya la confianza entre nosotros y la complicidad con su hijito Esteban eran totales, prácticamente estaba en su casa dos veces al mes, que la distancia no es tanta y el viaje bien lo valía con tamaño placer obtenido en cada visita.
El niño ya me trataba de “padrino” y yo por supuesto me sentía integrado a la familia.
Le hacía regalos de todo tipo y el me regalaba intensos momentos de placer, normalmente junto a Miguel, pero en ocasiones simplemente solos.
Y así, pasa los días y se acerca el periodo de vacaciones y yo procedo a hacerles invitación a ir a Santiago, a conocer lo que es la gran ciudad.
Miguel me dice que podría perfectamente arreglar en su trabajo algunos días, al menos una semana y pusimos fechas.
Esteban estaba muy entusiasmado con la idea, le había hablado del zoológico, del museo MIM y de otros sitios que seguramente lo deslumbrarían, quería conocer el metro y tantas cosas que para un chico de pueblo son impresionantes.
Por mi parte yo había hablado a Miguel sobre algunos amigos que si él estaba de acuerdo podría invitar para disfrutar en conjunto.
Ellos de absoluta confianza mía y a quienes algo había adelantado de mis aventuras en el sur, ante la pregunta sobre mi súbito interés de viajar tan seguido a esos lugares.
Y hasta que llegó el bendito día, me fui el viernes y la pasamos de lujo nuevamente los 3, mientras teníamos al chico a merced de nuestras caricias, besos, chupadas, mamadas y en especial folladas el preguntaba y preguntaba cosas que le interesaba ver.
Ahí fue cuando le dije que además de ver y conocer sitios, le presentaría algunos amigos que tengo y que estaban ansiosos de conocerlo.
Me miró con una sonrisa pícara del que entiende a que me refería y me dijo “Bakan” padrino.
Tan pronto llegamos al departamento, se fue de inmediato a un ventanal a contemplar la ciudad desde un piso 23 y quedo fascinado, yo me acerque por su espalda y lo abracé, haciéndolo sentir mi erección, a la cual el acomodo su culito y me llevo la cabeza hacia su cuello para que lo lamiera y besara cosa que ya sabía lo excitaba.
Empecé a soltarle el pantalón y a meter mi mano por la parte delantera de éste abriéndolo y tocando toda su intimidad, mientras el llevaba una de sus manitos a tomar mi verga que ya estaba dura en máximo esplendor, lo seguía besando y lamiendo su cuello y ya fui bajando su pantalón y bóxer y lentamente fui agachándome y le empecé a introducir mi lengua en su culito que tenía una mezcla de sabores seguramente producto de las horas sentado en nuestro viaje, pero que resultaba especial y hasta agradable.
Salió un gemido de su boquita mientras sentía que su padre se acercaba con su miembro entre las manos y prontamente le bajo la cabeza para ponerlo a su altura y proceder a iniciar una mamada.
Lo mejor que al hacer aquello, su huequito se abrió automáticamente por la posición en que quedó y me permitió meter más a fondo mi lengua ansiosa una vez mas de aquella carne tierna, dura y absolutamente sin pelos.
Mientras Miguel le metía su pene en la boca y yo saboreaba su culito, Esteban empezó a desnudarse, dejando de lado su camisa y moviendo las piernecitas para que yo le ayudara a sacarse el pantalón y su ropita interior que hacía rato estaba en el suelo.
Una vez estuvo desnudo, me levante y lo tome en brazos en posición de koala abrazado hacia mí, Miguel se puso atrás de él y me ayudo a afirmarlo y lo empecé a ubicar en posición de penetración y poco a poco lo fuimos dejando caer sobre mi pene que ya chorreaba con precum y se lo fue clavando entero entre suspiros y gemidos de los 3.
Una vez ya entro por completo, lo empecé a mover en sube/baja a ritmo ascendente mientras Miguel se arrodillo y empezó a lamer el culito ensartado y de paso mis huevos y pene produciéndome un placer indescriptible que prontamente me llevó a disparar el contenido de ms testículos en aquel estrecho culito de casi adolescente, entre mis bufidos y gritos de placer.
No bien saque mi pene chorreando se ubicó su padre atrás y lo clavo hasta el fondo de una estocada que no fue difícil dar dado que ya estaba muy bien dilatado y lubricado con mi abundante corrida.
Tampoco fue de mucha duración la follada y por segunda vez el chico sintió esa oleada de líquido caliente inundando sus entrañas como diciéndole Bienvenido a la Capital.
–
Luego de aquello y una vez más agradeciendo mi buena suerte de haberlos conocido nos aseamos y aproveche de pedir unas pizzas para la cena y nos sentamos a comentar sus impresiones sobre lo vivido a lo cual ambos estaban encantados y más aun ansiosos de lo que vendría en los próximos días.
Y para dormir, tal cual lo hacíamos en el campo, nos fuimos a mi cama del tipo King dejando al niño al medio de sus dos protectores, su padre y su padrino quienes se encargarían hacerlo sentir lleno de placer durante la noche y días siguientes.
–
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!