Primera experiencia anal de Sara
Llegó el momento de que mi pequeña prima de 9 años sintiera por primera vez el placer de ser penetrada por el ano..
Mucho tiempo había pasado desde que empece a hacer cosas con mi prima Sara, se notaba como nuestros lazos se habían reforzado gracias a todas las cosas sexuales que le había enseñado, su actitud no había cambiado, es más ella se volvió una niña mucho más alegre.
Los padres de Sara pasaron por una situación difícil y finalmente decidieron separarse, Sara estaría con su padre solo algunos días el resto con su madre. Yo ayude a mi prima a sobrepasar estos momentos duros y ella me demostró lo fuerte que es no dejándose deprimir por el divorcio de sus padres.
– Sara: te tengo a ti primo!, Así que está todo bien.
Me conmovieron sus palabras y yo quería recompensarla.
Nuestros encuentros íntimos se daban cada noche, su madre ahora al estar divorciada solía salir en las noches a reunirse con sus viejos amigos y me dejaba a Sara a mi cuidado. A este punto me conocía muy bien cómo hacer llegar a Sara al orgasmo, le volvía loca el sexo oral y disfrutaba de como le tocaba la vagina con los dedos, pero ya no era suficiente solo con eso.
Una noche después de hacer una videollamada con otro desconocido Sara estaba más exitada de lo usual, ella tomó la iniciativa y empezó a chupar mi pene.
– Yo: Sara que rico lo lames, hoy estás más emocionada de lo normal
Ella no me respondió y siguió moviendo su lengua por la punta de mi pene. Grande fue mi sorpresa cuando ella se inclinó y empezó a empujar su trasero contra mi pene.
– Yo: quieres que te la meta?
– Sara: si, quiero sentir rico, así como en esos vídeos
Antes ya había intentado penetrarla vaginalmente, pero su pequeño coño aún era muy sensible y le causaba dolor, sin embargo anteriormente había sido capaz de introducir un dedo en su ano y ella dijo que le gustaba como se sentía así que decidí primero probar por ahí.
– Yo: Talvez sea más fácil si intentamos por aquí atrás.
– Sara: por mi trasero?, Si se siente rico
Intente posicionar mi pene de modo que Sara se pueda sentar en el y así finalmente tener sexo con ella. Tristemente no se pudo, mi pene era muy grande y por más que intentaba de una u otra forma, era imposible penetarle el ano a Sara, ella intentaba abrir sus nalgas y empujar su trasero todo lo que podía, pero era imposible.
Esa noche ella tuvo un orgasmo con mi lengua, pero podía notar cierta decepción en su rostro, exhibirse ante extraños la prendía mucho y ella quería probar algo más intenso aún que solamente toques y sexo oral. Así que decidí no darme por vencido y darle una recompensa por ser tan buena niña.
Al día siguiente me fui a un sex shop en la ciudad, compré un lubricante especial para el sexo anal y la dueña de la tienda me recomendó unos juguetes pequeños, ideales para una chica principiante, me deje mis pocos ahorros en eso pero Sara lo valía.
Llegó la noche y tenía que hacer que Sara esté muy exitada, así que use todos mis trucos, comencé besándola y tocándole su trasero por sobre la ropa, eso le encanta, luego procedimos a un par de fotos eróticas y como remate hice que Sara camine desnuda por la calle de enfrente, vivimos en una zona tranquila y nuestra casa está en una calle trasera así que rara vez pasa alguien, pero aún así el riesgo de ser pillados era muy excitante.
Al regresar a casa Sara tenía las piernas temblando de los nervios y su pequeña vagina chorreaba con sus fluidos, ella estaba muy exitada ansiosa de tener un orgasmo, y se lo daría, aunque con otra actividad que se qué le gustaba. Puse otra vez en el grupo que tenía a mi prima conmigo por si alguien quería verla, no pasaron ni 5 minutos y parecieron muchas personas, escogí uno al azar y comencé la llamada.
Todo iba normal, el extraño le pedía a Sara que se masturbe y ella lo obedecía con especial énfasis, sus manos se movían rápido por toda su vaginita mientras ella gemía descaradamente. Aquí saque mi arma secreta, prepare el lubricante y uno de los juguetes, me acerque a ella y masajee su ano con el lubricante, era muy bueno podía meter dos dedos en su ano sin esfuerzo, así que decidí meterle el juguetito.
– Sara: ahh!
Su cara fue de sorpresa y de placer, no parecía dolerle ni siquiera un poco. La persona con la que estabamos en videollamada disfrutaba del espectáculo, no paraba de decirle a Sara cosas como «que rico te entra a tu culito» o «me gustaría ser yo quien te esté haciendo eso».
Yo me calenté muchísimo y Sara parecía disfrutar de cada momento.
Finalmente el extraño con el que hicimos la llamada termino de masturbarse y Sara le agradeció por venir. Yo por mi parte tenía una erección brutal y ya no podía detenerme.
Corte la llamada y sin decir nada me acerque a Sara para besarla, mientras acomodaba mi pene entre sus nalgas.
– Sara: mételo…
– Yo: trata de relajarte y abre tu trasero con tus manos
Ella me obedeció y puse la punta de mi pene en la entrada de su ano, esta vez sorpresivamente fue muy sencillo que mi verga entrará.
– Yo: mira ya entro la puntita!
– Sara: se siente rico, sigue!
Era mi momento, ella deseaba sentir mi pene y yo la iba a complacer. Lentamente la penetre hasta que más de la mitad de mi pene estaba dentro de ella. La sensación era maravillosa, estaba muy apretada, cálida y podía sentir como su ano palpitaba.
– Yo: está bien así Sara?, No te duele?
– Sara: no, no duele… Se siente rico!
– Yo: voy a moverme pequeña
Comencé a moverme lentamente, no quería lastimarla. Cada movimiento que hacía con mi pene dentro de su ano era celestial, ella soltaba gemidos cortos cada vez que mi verga la golpeaba cada vez más adentro, su vaginita chorreaba a mares de lo exitada que estaba y su respiración se hacía cada vez más torpe.
– Yo: que bien se siente Sara, finalmente somos uno
– Sara: sigue, un poco más fuerte, me gusta mucho!
Sara no paraba de jadear mientras yo me la follaba por el ano, se sujetaba con fuerza de mi, entrelazando sus brazos en mi espalda, sus piernitas se movían y apretaba los dedos de los pies, ella ya no decía nada, solo soltaba gemidos cada vez más fuertes.
– Sara: ahh.. ahhh.. ahhh!
Ella me agarró con fuerza y su ano me apretaba el pene, era claro que ella había tenido un orgasmo y uno muy fuerte. Yo no pude resistir eso y casi al mismo tiempo me corrí dentro de su ano, nunca antes había soltado tanto semen.
– Sara: se siente… Caliente…
– Yo: eres la mejor… Sara…
Ambos quedamos exhaustos, saque mi pene de su ano y no tardo mucho hasta que mi semen empezó a salir, sin duda de las escenas más calientes que haya visto. Traje una toalla húmeda para limpiarla, luego la ayude a vestirse y cayó dormida, seguramente estaba muy cansada después de haber tenido sexo anal por primera vez, me lleve el lubricante, el juguete y todo lo que me podría delatar, mi tía nunca supo lo que pasó aquella noche.
Desde entonces Sara y yo lo hacíamos casi a diario, ella me vino a buscar un día cuando su madre dormia en la habitación de al lado, se bajó los pantalones y me mostró su ano, me dijo que quería hacerlo, yo al principio me negué por el miedo de ser descubiertos por su madre, pero la calentura me gano. Me la cogí en mi cuarto mientras con una mano le tapaba la boca para evitar que suelte algún gemido, sin duda Sara se habia vuelto adicta al sexo y eso es algo que confirmaría una semana después, en una reunión familiar.
Que bueno o estuvo, espero con ansias la siguiente entrega 😋
Espero con ansias la siguiente entrega espero algún día tener alguien así como Sara
Se está volviendo muy putita, cuéntanos otras ocasiones en las que salió a la calle, jugo quizás en un parque infantil a la perrita? O en algún baño público o probador de ropa en una tienda?