Primera vez con mi tío Bisexual
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por getaway11.
Mi tío Guillermo, o Memo como le decimos en familia, es hermano de mi padre pero solamente es 10 años mayor que yo.
Así que aunque no somos de la misma edad pero como los más pequeños de la familia siempre nos tocaba hacer cosas juntos como meternos a bañar, dormir en la misma cama o irme sentado en sus piernas.
Cuando mi padre falleció, mamá y yo nos mudamos a la casa de la abuela y mi tío Memo se volvió más como mi hermano mayor.
Debo admitir que cuando fuimos creciendo la relación se fue poniendo un poco tensa sexualmente para mí.
Desde que tío Memo entró a la pubertad y seguíamos haciendo todo junto, yo noté que le salían pelos, que se le ponía duro el pito y todas esas cosas normales de la edad, creo que eso me despertó mucho la curiosidad sexual desde muy temprana edad.
Yo siempre he sido muy tímido y nunca me atreví a hacer nada directamente con él, ni si quiera platicábamos de sexo y yo solamente me conformaba con mirar un poco cada vez que pasaban esas cosas.
Además, yo como niño no entendía muy bien lo que estaba sucediendo, algo dentro de mí sabía que le gustaba mucho mirar pero solamente eso.
Por otro lado, cuando yo entré a la pubertad empezaron a cambiar las cosas porque tío Memo ya estaba en la universidad y aun seguíamos durmiendo en la misma cama, bañándonos juntos de vez en cuando, etc.
Y ahora podía ver vez en cuando darme cuenta cuando se estaba masturbando y pensaba que yo estaba dormido o no me ponía atención.
Para mí todo esto era como un juego morboso que me excitaba y no quería romper la magia de hacer.
A esa edad me excitaba mucho y muy fácilmente, así que a veces solamente con el olor de tío Memo, verlo o imaginármelo desnudo y sentir que la cama se estaba meciendo y escucharlo gemir lentamente.
uff todo eso terminaba inevitablemente en una erección inmediata, seguida de una paja silenciosa.
Cuando tío Memo se graduó de la universidad consiguió un trabajo en otra ciudad y dejé de verlo casi un año.
Fue refrescante tener por fin toda la habitación, la cama y el baño para mí solo pero debo admitir que lo extrañaba mucho y hasta a veces me ponía celoso imaginando que alguien había ocupado mi lugar en su cama.
ahora sé que suena como una idea tonta pero en ese entonces yo era solamente un niño con hormonas.
En las siguientes vacaciones largas, mi madre y mi abuela me dijeron que fuera a pasar el verano con mi tío Memo en su nueva casa.
Yo me imaginé que lo hacían por cuestiones económicas, además de que yo tenía muchas ganas de volver a ver a mi tío, así que acepté de inmediato, hice la maleta y me subí al autobús lo más rápido que pude.
No pasaron más de 24 horas en que me dieron la noticia y que ya estaba yo en camino hacia casa de mi tío.
Tío Memo me recibió con mucho afecto en la estación del autobús pero lo noté algo raro, como si estuviera "actuando normal" para que todos lo vieran, de alguna forma no era el mismo que yo recordaba.
Cuando llegamos a su casa me dijo que yo podía dormir en el sillón que se hacía cama de la sala y que él iba a estar en su habitación.
De alguna forma esto me decepcionó un poco porque yo ingenuamente esperaba que durmiéramos en la misma cama y todo como antes, pero si tuvo sentido que ahora marcara su territorio y que cada quien tuviera su espacio.
Las siguientes dos semanas yo moría de aburrimiento en la casa.
Mi tío salía muy temprano a trabajar y regresaba ya tarde y no quería salir ni hacer nada, así que yo tenía todo el día de ocio.
Al principio me acomedí a hacer el quehacer, lavar los platos, barrer, hasta lavar el baño, tenía todo en orden, preparaba la comida y cuando ya me aburría, salía a dar una vuelta caminando para conocer un poco de la ciudad, normalmente iba a dar vueltas a un centro comercial pero como no tenía dinero para gastar, solamente caminaba por los pasillos y miraba los aparadores, ni siquiera podía comprar un helado.
Luego empezó el desfile de las "novias" de mi tío.
Cada dos o tres noches llegaba mi tío con alguna amiga o compañera del trabajo y se metían a su habitación, a los pocos minutos empezaban los gemidos y rechinidos del colchón haciendo obvio que habían llegado solamente a coger.
La primera vez se me hizo incómodo y pensé en salirme a dar una vuelta pero como ya era tarde y no era muy seguro andar en la calle, decidí hacerme el dormido y esperar a que la "amiga" se fuera en la madrugada.
Siempre era la misma rutina con todas, llegaban muy arregladas o con el uniforme del trabajo y al final salían despeinadas, con la ropa arrugada o en la mano.
mi único consuelo era ver a mi tío que salía completamente desnudo a acompañarlas hasta la puerta cuando llegaba el taxi.
Mientras yo miraba haciéndome el dormido el cuerpo atlético de mi tío, con su vergota dormida colgando balancéandose mientras caminaba.
No cabía duda de que lo buscaban porque era cogelón, cachondo, guapo, joven y muy bien dotado.
Total que las primeras dos semanas no eran nada de lo que esperaba, en verdad me la estaba pasando mal.
Esas vacaciones eran un infierno para un adolescente, así que empecé a entrar a la habitación de mi tío y descubrí una colección de revistas y dvds porno que estaban a la vista y empecé a hojearlos mientras me masturbaba.
Muy rápidamente me dio confianza andar desnudo por la casa y meterme a la habitación de mi tío a ver sus películas y terminaba masturbándome en su cama.
Las primeras veces me excité tanto que tiré chorros de semen en el piso y sobre un mueble pero alcancé a limpiarlos y no se dio cuenta.
Otro día me vine sin querer sobre su cama y dejé unas manchas de semen en la cama, así que tuve que lavar la cobija para que no se manchara y le tuve que decir a mi tío que se me había caído comida.
Para la tercera semana las cosas se pusieron peor.
Ahora mi tío Memo dejaba abierta la puerta de su cuarto mientras estaba con sus amigas, al principio me di cuenta porque se oía todo con más claridad, entonces pensé en acercarme para cerrar la puerta, me dí cuenta de que no podría llegar muy cerca de la puerta sin que se dieran cuenta de que estaba yo ahí parado.
Total que entre la molestia y la morbosidad me ganó la curiosidad de irme acercando hasta la puerta y quedarme escondido en una sombra donde no pudieran verme.
Yo ya estaba bien caliente con la verga dura y masturbándome un poco.
Mi tío era todo un semental montando a su amiga.
No podía dejar de verle las nalgas redondas rebotando, su espalda musculosa haciendo un arco perfecto, sus brazos y piernas con los músculos marcados y por supuesto, su cara de excitación mirando fijamente a la mujer y mordiéndose los labios.
Mi tío era todo un caliente, no perdía oportunidad para chuparle los pechos, besarla en la boca, acariciarla, agarrarla fuertemente, pasarle las manos por todo el cuerpo.
Yo no pude evitar venirme y tirar el semen ahí en el piso, creo que gemí un poco y me fui caminando lentamente hacia atrás para que no me vieran.
Me fui hasta la cama y me hice el dormido.
Más tarde esa misma noche, me desperté al escuchar que destapaban una cerveza.
Era mi tío que se había sentado en la sala.
Al principio abrí los ojos desconcertado sin saber qué hora era.
Entonces me di cuenta que mi tío estaba totalmente desnudo ahí sentado frente a mí.
Yo me tallé los ojos, fingieron inocentemente que no me sorprendía.
Y mi tío me preguntó si quería una cerveza, moví un poco la cabeza diciendo que sí y él sacó una del refrigerador, la abrió y me la dio.
La verdad era la tercera cerveza que había probado en mi vida pero yo quería pasar el momento.
Entonces mi tío me dijo, disculpa que no hayamos cerrado la puerta, fue un accidente, no quería que vieras eso.
Yo dije en voz baja, no te preocupes no vi nada.
Pero mi tío me respondió en tono burlón: bueno los mecos en el piso dicen otra cosa, no te preocupes yo también tuve tu edad y al decir verdad creo que era más morboso que tú, continuó: hoy es una de esas noches donde nada de lo que haces te satisface y más bien parece que quedas más caliente.
Esa frase me causó una erección instantánea y reí con nerviosismo.
Entonces, mi tío dijo algo que me dejó todavía más caliente: ¿no te has sentido tan caliente que simplemente quieres riata?
Entonces me preguntó: tú eres gay, no? no te apenes, no tiene nada de malo, te conozco muy bien desde pequeño y ya me había dado cuenta.
Yo solamente moví lentamente la cabeza afirmativamente.
Y mi tío Memo me dijo: a poco no crees que uno se cansa de tanta panocha? si también es bueno probar otras cosas de vez en cuando, al menos a mí no me da asco nada.
y se rió pícaramente mientras mi raba de reojo y le daba un trago a su cerveza.
No pude evitar mirar la entrepierna de mi tío y ver cómo se asomaba la cabeza de su pito que empezaba a ponerse duro.
Entonces me dijo: ven, asómate bien que eso quieres y también quítate la ropa.
Inmediatamente sentí un escalofrío recorriendo mi espalda, igual que cuando compartíamos la cama y yo me ponía caliente y tenía que resistir las ganas.
Entonces me llegó el olor a mi tío, ese humor que me trajo tantos recuerdos y me llevó a las noches que pasamos acostados juntos y cuando nos bañábamos, tantas veces que estuvimos desnudos o casi y ahora después de años de esperar por fin iba a pasar algo entre nosotros.
Yo me levanté temblando y me quité la pijama tratando de ocultar mis nervios pero no podía controlar el temblor de mis manos y mucho menos ocultar mi verga dura que salía de mi calzón y ya estaba medio babosa, lubricando por la excitación.
Mi tío se paró y ya tenía el pitote medio duro colgando bien sabroso y se puso de rodillas frente a mí y comenzó a darme una buena mamada.
Yo seguía todo tembloroso y lo tomé tímidamente por la cabeza, mientras mi tío se comía con gusto mi verga, se la metía completa hasta la garganta y me agarraba fuerte de las nalgas para empujarme hasta el fondo.
Yo ya tenía la verga a punto de explotar y trataba de hacerlo que fuera más despacio con mis manos.
Creo que se dio cuenta porque me pidió que aguantara un poquito más y me empujó sobre el sillón.
Me dijo: "a ver cabroncito, tantos años aguantándome las ganas de tocarte y por fin se me hace, no voy a dejar que se termine tan rápido".
Yo caí sentado y mi tío se puso saliva en el culo y se sentó de frente a mí, con cuidado se metió mi verga en el culo despacito hasta que quedó completamente adentro, me miraba directamente a los ojos con una cara de poseído sexual.
Yo sentía como le iba abriendo las entrañas, su interior tibio me recibió y apretaba como si quisiera ordeñarme.
Además la expresión de calentura en su cara y su mirada de loco me ponían cada vez más caliente.
Yo le agarré las nalgas duras y empecé a chuparle los pectorales.
Era mi fantasía hecha realidad, el cuerpo musculoso de mi tío estaba deliciosamente duro y firme, sus nalgas eran una tentación que no pude resistir.
Entonces empezó a darse unos sentones de arriba hasta abajo bien fuertes que hasta se oían nuestras pieles chocando uno con otro, mi tío ponía los ojos en blanco y gemía cada vez que llegaba hasta el fondo.
Era casi como si él me estuviera cogiendo con el culo, yo solamente podía sostenerlo para evitar que mi verga se saliera de su culo.
Mi tío empezó a decir en voz baja: "ay papi, ay putito, así me lo imaginaba.
tantos años de aguantarme las ganas".
Yo también quería decirle que estaba igual de caliente, que también era mi fantasía hecha realidad, que no había nada que deseara más.
pero mi timidez me impidió decir palabra, yo no quería arruinar el momento y la calentura me quemaba las ideas.
De pronto se levantó y se puso en cuatro sobre el sillón y me empezó a decir cosas como: "cógeme! más fuerte putito! dame duro papi!" y eso me puso como loco.
Yo le daba lo más fuerte que podía mientras lo tomaba por la cintura o por los hombros.
Podía sentir como su culito ya se había aflojado y mi verga entraba y salía con facilidad, incluso podía sacarla completa y ver como se quedaba dilatado por un momento antes de volver a cerrarse.
Mi tío se había vuelto todo un goloso y disfrutaba mi verga como nunca había visto a nadie ponerse caliente.
Mi tío casi desesperado apretaba el sillón con sus manos y se agachaba para abrir bien las nalgas, se abría el culo con ambas manos y gozaba mi verga.
Una vez más se movió y ahora se puso boca arriba y me dijo que me pusiera sus piernas en mi hombros.
Yo lo obedecí y empecé a cogérmelo.
Esa posición me gustó mucho porque podía ponerle toda la fuerza y darle unas embestidas hasta el fondo, mientras mi tío se masturbaba y de pronto empezó a pedirme que me lo cogiera más fuerte de nuevo y sin avisarme comenzó a venirse con chorros de leche espesa que salpicaron sus pectorales y su abdomen.
Yo sentía como su culito se contraía con cada lanzamiento de leche en un orgasmo intenso.
Mi tío tardó varios segundos en terminar de venirse y yo empecé a moverme más despacio pero sin salirme de su culo, tratando de ver su reacción.
Cuando por fin mi tío volvió a mirarme a los ojos, me pidió que me viniera en su boca.
Yo saqué mi verga de su culo y empecé a pajearme cerca de su cara, él me miraba con cara de deseo y lamía mi verga hasta que no aguantó más y se la metió completa a la boca, cuando sentí sus labios apretando mi pito y el interior de su boca suave y tibio, no resistí las ganas y empecé a venirme, tirando toda mi leche dentro de su garganta.
Mi tío sacó mi pito de su boca y empezó a darse de vergazos en la cara, mi pito ya había quedado un poco flácido por el esfuerzo de eyacular pero todavía escurría gotitas de semen que mancharon la cara de mi tío.
Mi tío me dijo: desde hacía años que me moría de ganas por hacer esto.
No sabes lo difícil que fue esperar tantos años contigo a mi lado.
A veces cuando nos bañábamos juntos o nos dormíamos y nuestros cuerpos se rozaban yo no aguantaba las ganas de masturbarme.
Yo me sentía exactamente igual que mi tío, por fin habíamos dejado salir tantos años de pasión contenida y represión sexual entre nosotros.
Yo estaba todo excitado, orgasmeado y extasiado.
Me recosté a un lado de mi tío en el sillón y como por reacción lo abracé y el también me abrazó.
Estuvimos un rato abrazados y yo me quedé dormido.
Desperté cuando mi tío se levantaba, me dijo que tenía que bañarse para irse al trabajo.
Más tarde cuando desperté, noté que toda la casa olía a sexo, además había ropa y manchas de semen tiradas por todas partes.
Me metí a bañar y luego limpié la casa de arriba a abajo.
Moría de hambre y ya pasaba de medio día, así que salí a buscar algo de comer.
En la tarde que regresó mi tío me dijo que en la noche anterior se había puesto muy caliente y que le ayudara a conservar el secreto, que le gustaban las mujeres y los hombres pero que no todo el mundo lo iba a entender y que si estaba bien por mi parte podíamos ser amantes.
Yo solamente le pedí que no volviera a meter más mujeres en la casa y que mejor aprovecháramos el tiempo que me quedaba de vacaciones para hacer cosas juntos porque yo no tenía mucha experiencia pero también me había gustado mucho.
Total que esas vacaciones nos la pasamos cogiendo todas las noches, a mi tío le gustaba mucho mamar y tragarse el semen y también era inter, cuando andaba más caliente le gustaba que le dieran fuerte por el culo pero normalmente prefería tomar las riendas y ser activo.
Total que esas vacaciones aprendí mucho del sexo gracias a mi tío.
Muchas veces repetimos y ahora que está casado ya casi no lo hacemos pero si hemos aprovechado algunos viajes para irnos juntos y recordar viejos tiempos.
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