Primeras vivencias con papá y mamá (parte 3)
Avanzando a conocer el sexo con mis papis.
Comenzamos a jugar con el cuerpo de mamá, había quedado de espaldas, así que hacíamos dibujos con nuestros dedos, pasando muchas veces por su hermoso culo, introduciendo apenas nuestros dedos al pasar por el ano. Pedro abrió un poco sus piernas y pudimos ver que vagina brillaba de humedad reciente.
Con un poco de esfuerzo y con mamá semidormida y protestando a que la dejáramos dormir tranquila, Pedro apoyó su cara en el vientre de mamá mirando hacia los pies mientras yo daba pequeños lengüetazos a su clítoris.
De pronto me di cuenta que Pedrito también se había quedado dormido…Miré su pija y parecía una gorda manguera corta y arrugada, ¡me causó gracia! La tomé con mi mano e intenté masajear un poco a ver qué pasaba, pero nada ocurrió, Pedro estaba exhausto.
Los días subsiguientes fueron casi de rutina, En una de las noches, Pedro logró meterme el dedo gordo de su pie en mi huequito, mamá ya sabía que algo había allá abajo entre Pedro y yo, al parecer eso la calentaba y sin querer saber que era lo que hacíamos, permitía que Pedro se acomodara siempre de tal forma que uno de sus pies quedara entre mis piernitas.
Mas allá de eso yo no participaba, siempre estaba la discusión entre ellos, Pedro pidiendo mi raja…mamá negándosela.
Yo me sacaba la calentura con el pobre elefantito de felpa que ya tenía su trompita casi pelada.
Llegó el sábado por la tarde y Pedro decidió que nos agasajaría con un ceviche hecho por sus propias manos.
En el ambiente se podía sentir que preparaba un evento muy especial y esto preocupaba mucho a mamá que andaba seria y nerviosa…
Pedro salió de compras mientras nosotros limpiamos y acomodamos todo, incluso el dormitorio, ¡nos bañamos y nos pusimos nuestra mejor ropa!
Pedro me había regalado entre otras muchas cosas una pollerita de color verde que apenas me tapaba los cachetes del culo y una bombachita negra que era como de redecilla, era totalmente transparente.
Mamá se puso unas calzas blancas tan finas y ajustadas que se le marcaba tan perfectamente el papo, que parecía desnuda.
Aunque contrariada, ella también se preparaba para una “fiesta”. Incluso en un momento me pidió ayuda para afeitarse la concha (siempre la tenía sin ningún pelito).
Ella abría lo mas posible sus piernas y yo afeitaba las partes inaccesibles, mi rostro me delató, porque mamá se dio cuenta que eso me calentaba y dijo risueñamente: “No serás lesbiana vos?”
Ambas nos pusimos a reír…
Pedro trajo las compras incluyendo varias botellas de vino tinto dulce, era lo único que tomaríamos esa noche.
Pedro cocino, se bañó y se cambió, tenía un conjunto deportivo cuyo pantalón marcaba bien su poronga, la cual se veía grande y dura como un tubo de aerosol…
Mamá no podía con su genio y cada tanto intentaba manotearlo y pedro la esquivaba como podía.
Cenamos y bebimos bastante vino, yo apenas estaba un poco mareadita, pero mamá se trastabillaba un poco al caminar, pedro solo estaba más alegre que de costumbre.
Pedro puso un tema de bachata y sacó a bailar a mamá, mas que bailar, “perreaban” refregándose los sexos, después puso lambada y me llevo a la improvisada pista y me puso en el medio de los dos. Ambos me fregaban sus pubis, Pedro estaba a mi espalda y podía sentir semejante pija frotando mi culo, aunque mamá cada tanto ponía sus dos manos y agarraba su chota…
Mamá fue a comprar helado para el postre, no sin antes hacerle a pedro “ojo!” con el dedo índice.
Apenas mamá cerró la puerta, pedro de un salto tenia su verga afuera del pantalón y me invitaba a que se la lamiera.
Ese liquido me encantaba, era mucho más rico y suave que el semen, ¡me parecía una delicia! Y cuando el me dijo “acá tenes tu postre” poco me importó si mamá volvía, me prendi a lamer lo que le salía y tratar de sacarle mas de lo que pudiera tener adentro. -fue menos de un minuto, pero lo saboree al máximo.
Despues del helado fuimos directamente a la habitación. Ellos se desnudaron entre risas y caricias, Pedro me dijo que yo también me desnudara, mamá le hizo una mirada de reproche, él le dijo algo al oído y mamá me autorizo con la mirada, yo me deje puesta mi bombacha calada, total era como si no tuviera puesto nada.
Me acosté para los pies, como de costumbre, pero mamá me tironeó poniéndome entre ambos.
de espalda a Pedro, ella coloco el chorizo entre mis piernas de tal manera que su cabeza salía hacia el frente de mi cotorra, mama la agarraba con una mano, asegurándose que no entrara en ningún lugar…El comenzó a moverse de atrás a adelante como cogiéndome.
Ese era el trato, que pedro pudiera al menos acabar simulando que me cogía.
¡Pedro dijo en vos baja “por favor nena!” mama se negó enérgicamente, yo sabia lo que le estaba pidiendo… insistió “por lo menos pregúntale a ella” hablaban como si yo no estuviera.
Mamá, aunque contrariada, me sentó en a cama, ¿me hizo mirarla a los ojos y me preguntó “qué queres hacer ahora?”
Yo ya había sentido el luido preseminal de Pedro en mi entrepierna, así que no dudé en mostrarle ese glande brilloso y mojado respondiéndole “quiero tomarme eso”
Casi con bronca, tomó mi cabeza y puso mi boca sobre el chorizo de Pedro, el cual lamí y chupé hasta que quedo sin nada del líquido…Levanté mi rostro y mirando a mamá para ver que seguía, los sorprendí intercambiando gestos, entonces mamá volvió a preguntarme que era lo que quería hacer.
“lo que yo quiera, lo que sea?” pregunte con cierto temor.
“Si lo que vos quieras!” me respondió…pensé durante unos segundos y me animé a decirle…
“Quiero la pija de pedro adentro mío” …” VISTES!” grito alegre Pedro, Mamá se dio vuelta en la cama y refunfuñó, “hagan lo que quieran”
Yo estaba por consolarla y decirle que no haría nada, apenas alcancé a tocarle el hombro, pero Pedro ya tenía su cabeza apoyando mi raja, otra vez muy mojada y más dura que nunca…
Por instinto levante la pierna que quedaba del lado de arriba y en ese movimiento sentí un tremendo pinchazo, como una descarga eléctrica que me hizo gritar de dolor.
¡Pedro de una estocada habia metido casi la mitad de su pija en mi casi virgen concha!
Mamá al escucharme se dio vuelta rápidamente y le tiraba piñas al rostro de Pedro, pero yo ya no sentía dolor, ¡así que frené las manos de mamá diciéndole “Ya Má! Ya esté, estoy bien no te preocupes” Al escuchar esto Pedro saco su pija, pero solo para hacer otra estocada, esta vez más violenta, entro toda y pude sentir sus grandes huevos golpear los cachetes de mi culo, esta vez trate de no gritar, a pesar que parecía que me estaba partiendo en dos…
Mamá había tomado mis mejillas con sus manos y con sus pulgares me secaba un par de lágrimas que me habían salido involuntariamente, me miraba fijo a los ojos como tratando de adivinar que me pasaba en esos momentos.
Pedro había dejado su pija ahí, bien al fondo de mi vagina, aun estando quieto podía sentirlo palpitar de excitación dentro de mí.
Una de sus manos pasó por encima mío y fue a acariciar la concha de mamá, la que lo rechazo, quitándosela con energía…” por favor mamita” le dije y ella se lo permitió.
Recien entonces pedro comenzó a moverse, sabe y con cadencia, podía sentir cada parte de mi conducto ser “raspado” por la gorda morcilla, era una sensación tan, pero tan hermosa que me parecía tener un orgasmo cada vez que la punta tocaba mi fondo, era verdadero goce, mamá pudo ver eso y me empezó a besar apasionadamente, casi que nos lastimábamos con nuestras lenguas, Pedro le debía haber metido sus dedos, porque ella gemía mientras chupaba mi saliva.
¡Pedro aumentaba la velocidad de las penetraciones y yo cada vez sentía más placer!
De pronto pude sentir algo caliente, no tibio, si no realmente cayente muy en lo profundo de mi vagina, Tardé en darme cuenta que era semen, cantidades de semen, las pulsaciones de la verga de Pedro acabando me terminaron por emocionar y tuve un orgasmo increíble mientras le decía a mamá “hay má siento la leche adentro, la siento”
Pedro hizo dos o tres estocadas más y el saco de un solo golpe. Al ver esto, mamá se levantó rápidamente y se puso entre mis piernas…
Un hilo grueso de esperma salía de mi concha corría por sobre el agujero de mi culo e iba camino a la sabana, pero mama no dejo que llegara, haciendo cucharita con su lengua fue absorbiendo cada gota, hasta que comenzó a chupar directamente de mi agujero, volviéndome a hacer acabar, me arqueaba involuntariamente y ella mas metía su cara en mi concha.
Mientras Pedro habia comenzado a chupar la concha de mamá…
Pude ver un hilo de semen que aun continuaba pendiendo de la chota de Pedro y sin pensarlo me arrojé sobre él y también chupé con todas mis ganas.
¡A Pedro se le volvió a parar! Fue entonces cuando me aparté y disfruté ver como ellos tenían una espectacular cogida, a mí me dolía la concha, pero era un dolor dulce y placentero.
Me quedé encantada mirando como cogían, en un momento Pedro le dijo algo al oído y mama respondio con una carcajada diciéndole “Hay Pedro no tienes cura”
Quería saber que era lo que les había causado tanta gracia, al principio se negaron, pero insisti hasta que mama me dijo “dice tu papá que ahora quiere hacerte la cola”.
Sentí un escozor en mi ano, me daba terror que ese corto pero grueso pene me penetrara mi colita virgen, sabía que eso era prácticamente imposible.
Pero mi mente ya pensaba que tendría que cambiar la colocación de la trompita de mi elefante, para ir preparando mi culo si llegara la ocasión.
Ni siquiera sentía necesidad de tener algo en la cola, o sea nunca me excite por ese lado…
Cuando se fueron a bañar, me introduje un dedo en el anito, no podía, así que lo unte en mi saliva, al poco de pasar la yema la puerta comencé a sentir placer, un placer disiento, nuevo…
Debía preparar la cola para el antojo de papá…
Volvieron secándose con tallones, se sentaron al borde de la cama, mama acaricio mi concha y casi al mismo tiempo me preguntaron como me sentía, a lo que yo respondí dándoles un abrazo: “Feliz!, me siento muy feliz”
Me fui a bañar caminando con algo de dificultad, al mirar sus rostros pude ver que Pedro miraba directamente mi cola, la bambolee apropósito y antes de salir de la habitación me agaché abriendo mis cachas con las manos para que pedro pudiera ver el agujero de mi ano, solo para calentarlo.
Cuando regresé, despues de unos diez minutos, mamá estaba en pose de perrito y pedro la estaba cogiendo por el culo.
Me senté a disfrutar del espectáculo no sin antes buscar en el cajon de la mesa de luz algo que me sirviera, encontré el estuche de un termómetro, asi que lo introduje hasta casi desaparecer en mi ano, empujando con el dedo cada vez que intentaba salir…empecé a saber que se puede gozar por el culo, más viendo como gozaba mi mamá mientras Pedro le llenaba el orto de leche…
(CONTINUARÁ)
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