Priscila 10
Priscila, la amiga de mi hija..
Después del desayuno mi hija dijo que iban a salir con Priscila.
– A dónde van a ir? – preguntó mi esposa.
– Al mall, vamos a comprar –
– Papi – dijo refiriéndose a mi. Siempre que me dice » papi «, es porque algo quiere.
– Puedes hacerme una transferencia? – me pidió.
Normalmente le hago una transferencia todos los meses. Lo hago de que tenía 12 años, para que aprendiera a manejar su dinero. Al principio fue un monto pequeño, para ver como funcionaba. La diferencia la cubría yo. A medida que ella se manejaba bien económicamente, la transferencia fue cada vez de un monto mayor. Ahora la transferencia que le hago equivale a un sueldo mínimo.
Entendiendo que era una situación especial y que Priscila no me aceptaba dinero, le hice una transferencia importante a mi hija.
Ya hija, está lista – ella revisó su cuenta y sonrió.
– Papi, te amo – dijo dándome un beso en la boca, aprovechando que mi esposa estaba en la cocina.
– Yo también – dándome un beso en la boca mientras mi hija iba saliendo.
– Que te pareció la amiga de Lily? – le pregunté a mi esposa para ver que tenía que decir.
– Bien, es bonita y simpática, pero me parece que es mucho mayor que ella –
– No creo, lo que pasa es que ella es más madura para su edad y Lily es todo lo contrario, es muy niña para su edad –
– Tienes toda la razón –
– Sabes si van a venir a almorzar? –
– No creo, le hice una transferencia como para que almorzaran afuera –
– Que bueno, no tengo ganas de cocinar –
– Hagamos el aseo y nos vamos a descansar –
Al último hicimos nuestra cama y nos acostamos a descansar. Me di vuelta hacia ella y la abracé por la cintura. Intenté dormir pero inconscientemente comencé a hacerle cariño. Me acordé de Priscila y comencé a tener una erección, acaricié su pezón y la presión de mi miembro se hizo notar.
– Y esto? – preguntó ella tomándolo. Éso hizo que presionara más contra ella.
– Es porque te amo – dije bajando mi mano hasta su muslo.
– Y desde cuando? –
– De siempre – dije. Ahora mi mano estaba en su muslo por debajo de la falda. Le di un beso en el hombro mientras acariciaba su pelvis con la palma de mi mano. Ella abrió las piernas y mis dedos se deslizaron por encima de sus labios vaginales. Me tomó la cara con una mano y me besó. Le devolví el beso y metí los dedos por debajo acariciando su mojado clitoris con la yema de los dedos.
– Sácalo – dijo soltandome. Rápidamente me saqué los shorts y los slip. Ella se sacó la falda y la mini tanga. Me puse entre sus piernas y ella dobló las rodillas.
– Mételo – dijo mirándome a los ojos.
– Así? – le pregunté penetrándola lenta y profundamente.
– Si, así, sigue – lo saqué casi todo y volví a hundir mi miembro en sus profundidades, suaves y calientes. Sentía su vagina darme apretones. Lo volví a sacar y de nuevo a hundirlo. Una tras otras las estocadas y gemido tras gemido por cada estocada, cada vez más rápido hasta estallar en espasmos llenando su útero con mi semen.
De espaldas los dos, nos miramos y nos reímos, tomados de las manos acariciandonos mutuamente.
– Vamos a la ducha – dijo soltando mi mano y levantándose. Era una linda mujer, la seguí al baño mirando su trasero.
– Ya, no me mires que estoy fea –
– Fea? No sabes la cantidad de mujeres que quisieran tener tu fealdad –
– Tonto, lo dices por alargarme – y me dió un beso.
Entramos a la ducha y nos quedamos abrazados bajo la ducha. Después nos enjabonamos mutuamente, ella se dió vuelta sin decir nada y tomándose de las llaves levantó su trasero. La penetré desde atrás, tomado de sus caderas iba y venía, cada choque de mi pelvis con sus nalgas sonaba como un aplauso, sus gemidos y mis gruñidos llenaban la sala de baño, ya saturada de vapor.
Almorzamos un bife con ensalada y vino. Durante el brindis nos tomamos de las manos.
– Porqué no habíamos hecho ésto antes? –
– De tontos, cambiamos el orden de las prioridades –
– Si, dejamos que el dinero ocupará el puesto del amor – dijo.
– Por suerte Lily no se confunde con éso – le dije.
– No, para ella lo primero eres tú –
– Y tú también –
– No sé, creo que estoy en tercer lugar, el segundo lo ocupa el dinero –
– No seas así, ella seguramente no te lo dice, pero a mi si me dice que te ama –
– Si, si me lo dice, pero a quien le pide dinero después lo besa ? –
– La culpa es tuya, ella antes te besaba y se lo prohibiste –
– No se lo prohibi, no quería que se acostumbrara a besar a una mujer –
– De dónde sacas esas cosas? Tu no eres una » mujer «, eres su madre y te mereces todos los besos que te de –
– Creo que tienes razón –
– La próxima semana vamos a acostarnos con ella en medio, le vamos a decir que la amamos y le vamos a hacer cariño entre los dos –
– Vamos a coger con ella ? –
– No seas tonta, el amor es como una flor, tu lo sabes, si no lo cuidas se marchita. Eso nos pasó a nosotros y tenemos que evitar que nos pase con ella –
– No sé, pero bueno, podemos probar –
– Vamos a poner en práctica lo que dijimos –
– Otra vez ? –
– Bueno, si tu no quieres no –
– Si quiero – terminó la frase dentro de mi boca y su lengua buscaba la mía.
Delicioso , espero pronto la siguiente parte , muchas gracias .
Menuda paja me echo me he corrido de lo lindo alguien quiere hablar de esto mientras nos pegamos una paja ?