Priscila 16
La fantasía hecha realidad. .
A la mañana siguiente.
Desperté con una erección, lo que no tenía nada de extraordinario, sólo que la tenía dentro de Lilyta que estaba durmiendo a mi lado, de espaldas a mi y en posición fetal.
Sentía la presión de sus suaves algas contra mi pelvis y eso se sentía genial. Pero lo extraordinario era que a mí espalda estaba Priscila, que me abrazaba, sentía mis nalgas apretadas contra su pelvis y su miembro entero dentro de mi.
En un momento pensé que estaba soñando y di unos apretones a su miembro con mi ano. No era un sueño, ni una fantasía, era la realidad. Entonces lo de anoche tampoco fue un sueño.
Cogi con mi hija y Priscila se la cogió por detrás, si, eso estuvo genial, Lilyta lo disfrutó que era lo que me preocupaba.
Pero lo que estuvo más genial, fue que después me cogí a Lilyta y priscila me cogió a mi. Fue realmente una fantasía cumplida, nunca antes había sentido tanto placer como el que me dio sentir a Priscila cogiéndome.
Con los apretones que le di a Priscila, sentí a su miembro palpitar dentro de mi. Le di unos apretones más. Estaba con lo ojos cerrados, no quería abrirlos para que si fuera un sueño, no reventara como una burbuja de jabón. Esos apretones hicieron que Priscila me diera unos deliciosos » empujones «, empujones que inconscientemente traspasé a mi hija. Lilyta al sentir mis empujones acarició mi pierna, dándome la señal de que estaba despierta y le gustaba. Di otros apretones a Priscila y está comenzó lentamente a sacarlo y a metermelo a fondo, movimiento que traspasé a mi hija. El movimiento de Priscila fue aumentando la velocidad, yo lo estaba disfrutando, sólo trataba de no tener un orgasmo antes que Lilyta. Esa vez me di cuenta de que tenía dos ogasmos, uno por delante y uno por detrás. Me imagino que eso fue lo que sentí. Llegó un momento en que sentí un gran placer en mi ano, pero seguía teniendo mi erección y seguía penetrando a mi hija, hasta que sentí que ella estaba teniendo su orgasmo y yo comencé a llenarla una y otra vez con mis chorros.
– Así papi, sigue, sigue… – y yo seguí hasta hecharle la última de mis gotas.
Priscila que sintió todo ésto, comenzó con sus embatidas a fondo, y a pesar de haber tenido una especie de orgasmo anal, me estaba produciendo una nueva erección dentro de Lilyta.
Finalmente Priscila acabó llenándome con su preciado líquido y nos quedamos descansando los tres.
– Tengo que ir al baño – dijo mi hija. La solté, porque todavía la tenia abrazada. Yo también quería, pero estaba bien así, con Priscila abrazándome y su miembro dentro mío.
– Ustedes no van a ir ? – preguntó mi hija parada desnuda al borde de la cama.
– Si, yo también voy – dijo Priscila sacando su miembro. Estaba tan cómodo que sentí el vacío que ella dejó. Mi esfínter hizo uno movimientos de contracción adecuándose a la nueva situación. Ella se levantó con su miembro colgando, que era un tercio del tamaño de su erección.
En la ducha, mientras enjabonabamos a Lilyta entre los dos, ella parada entre los dos, disfrutaba el momento con una erección en cada mano, masturbandonos a ambos. Fue un momento íntimo muy tierno, porque más que sexo era amor lo que llenaba el baño.
Después de secarnos, mi hija se sentó en la tapa del excusado e insistió en chuparnos a los dos. Nos chupaba alternadamente, incluso en un momento intentó meter los dos a la boca al mismo tiempo, pero no pudo.
Tomamos desayuno desnudos los tres, conversando de cosas triviales, felices.
– Me encanta verlos caminar desnudos a los dos, se ven exquisitamente ricos – dijo Lilyta riendo.
– Priscy, cómo fue tu primera vez? – preguntó Lilyta después del desayuno acostados.
– Mi primera vez de qué? He tenido tantas – dijo Priscila riendo.
– No sé, la primera vez de todas – dijo mi hija riendo.
– Bueno,voy a comenzar por el principio – dijo.
Acostados y acariciandonos mutuamente los tres, Priscila comenzó a contarnos su historia.
Cuando tenía 8 años…
Sigue 👉
Que rico, espero con ansias la continuación. Me encantan tus relatos