Qué me ves hermano, quieres chuparla?
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por getaway11.
Comparto la pieza con mi hermanito de 16 años.
Tengo 19 años y no nos llevamos muy bien.
Yo me considero hetero aunque he hecho algunas cosas con amigos.
Mi problema es mi hermano menor.
Nuestras camas están una frente de la otra y recientemente, cada noche, el mira algo en su tableta (más probablemente porno) y empieza a pajearse.
El se saca el pito como si yo ni siquiera estuviera ahí y no termina hasta que se viene.
Ni si quiera me habla pero algunas veces nos miramos a los ojos, así que él sabe que lo estoy observando.
El asunto es que estoy sorprendido de que se me para cuando lo miro y por eso empecé a chatear con gays.
Puedo darme cuenta de que me excita lo que él hace, pero por qué lo hace en frente de mí? No sé si el sea gay o no.
Querrá que yo haga algo como unirme a él? Traté de mirara su tableta para saber qué tipo de pornografía miraba y tal como me lo imaginaba era porno gay y en ese momento supe que eso terminaría con nosotros dos haciendo algo juntos.
La sola idea de chupar su pito me parecía repugnante.
pero estaba considerando dejarlo que me chupara la mía o simplemente hablar con él y ve a dónde nos llevaría eso, si él era tan abierto, preguntarle si quería que me uniera a él o solamente que lo mirara o simplemente saber por qué lo hace en frente de mí, pero tenía miedo de que su respuesta fuera que no.
Finalmente creo que solamente quería unirme a él y masturbarnos juntos, más bien quería preguntarle si le importaría que viéramos juntos su tableta y nos masturbáramos, luego preguntarle si él quería masturbarme.
y si él no quería nada conmigo tendría que pedirle que se fuera al baño a masturbarse.
A veces no entiendo por qué la gente no habla pero cuando te toca a ti, las cosas se ven más difíciles.
Tratar de leer la mente de mi hermano era realmente difícil.
Una noche que mi hermano estaba masturbándose de nuevo me lo quedé mirando y él se dio cuenta como había pasado muchas veces antes, solamente que esta vez parecía molesto y me dijo: "Qué me ves hermano? quieres chuparla?" mientras se agarraba el pito con las dos manos.
Me sorprendí mucho pero yo no quería chuparla, quería que fuera al revés, así que le respondí: "No, tú chúpa la mía".
Fue lo mejor que se me ocurrió y luego él empezó a vernise, se limpió y se hizo el dormido.
Otra noche mi hermano entró al cuarto y yo pensé que iba a hacer su ritual de siempre pero en lugar de eso, se acostó a un lado mío sobre mi cama.
Mi hermano se volteó a verme y me dijo que si no fuera la gran cosa: "hermano, quieres que te la chupe?".
Yo le respondí tratando de ocultar mi excitación: "qué quieres?", él respondió: "ya me oíste" y me sonrió.
Yo seguía con todas las dudas en mi cabeza y le pregunté una vez más: "en verdad si acepto me la vas a chupar?".
Luego mi hermano empezó a decirme lo guapo que estoy y lo bien que está mi cuerpo para un chico de mi edad.
Mi manos empezaron a temblar cuando lo escuché hablando así.
Creo que nunca habíamos tenido una conversación tan larga en nuestras vidas en la que no estuviéramos peleando y me confundía mucho escucharlo decir esas cosas.
Entonces me preguntó si ya se me había parado, yo no dije nada pero me quedé pensando cómo se había dado cuenta de que mi verga ya estaba bien dura.
Entonces me dijo que debería dejarme que me masturbara.
Con un poco de duda si era real o solamente quería moletarme, le dije que si no se detenía le iba a decir a papá, pero él me respondió: "crees que te van a creer? o que te van a castigar por decir esas cosas?".
Conociendo a papá, tal vez solamente se iba a reír.
Entonces me preguntó si yo sabía que papá y su hermano habían tenido sexo cuando eran de nuestra edad.
No supe si lo decía en serio o seguía tratando de hacerme algún tipo de broma pesada, entonces le pedí que se detuviera.
Me dijo: "sácala tu mismo", me agarró la mano y la puso sobre su pito.
Nunca me había dado cuenta lo grande que era hasta ese momento.
Mi hermano seguía concentrado en su tableta y eso me molestó porque yo quería toda su atención.
Le dije que quería que hiciéramos algo malo.
Entonces mi hermano se metió en mi cama y yo le dije que se saliera, pero me dijo que bajara la voz o iba a venir papá a castigarnos.
Entonces mi hermano se recargó contra mí y empezó a restregarme su bulto en la pierna, como hacen los perritos.
El cuarto estaba oscuro pero yo podía sentir claramente su bulto en mi pierna.
Entonces le dije molesto que se saliera de mi cama y el me respondió: "no, yo también estoy caliente, te la voy a mamar".
Yo no daba crédito a lo que estaba pasando, entonces mi hermano metió su mano en mi calzón y empezó a masturbarme.
Yo le agarré su mano con la mía y le volví a pedir que se detuviera pero mi verga estaba bien dura y la verdad me estaba gustando pero me daba miedo que nos cacharan.
O que mi hermano luego dijera que todo había sido al revés y que yo lo estaba obligando a hacerlo.
Entonces le dije que se detuviera porque escuché un ruido en el pasillo, estuvimos en silencio unos segundos y luego volvió a pajearme haciendo que me viniera y tirara leche por todas partes.
Yo solamente pude decir: "hijo de puta! pensé que papá estaba afuera de la habitación, ya vete".
Pero mi hermano no se detuvo, ni soltó mi verga, siguió jugando con ella hasta que a los pocos segundos volvió a ponerse dura.
Yo me giré un poco tratando de proteger mi entrepierna, pero me salió mal porque lo único que hice fue dejar mi culito al aire y mi hermano se apresuró a pegarme su pito en las nalgas y seguir moviéndose.
Empezamos a forcejearnos como jugando luchitas.
Ya habíamos jugado así cuando éramos niños y queríamos probar quién tenía más fuerzas pero normalmente él me hacía algún tipo de llave y yo terminaba gritando por ayuda.
Así que de nuevo logró dominarme y terminamos en una posición donde yo estaba acostado sobre él con su pito entre mis nalgas y sus piernas forzando a las mías.
Yo quería pedirle que se detuviera pero su cabecita rozando mi culo era una sensación que no me desagradaba en absoluto y después de varios intentos de soltarme sin conseguir nada, dejé de luchar con él.
Yo podía sentir su respiración en mi nuca y sus palabras susurrando en mi oído.
Entonces empezó a chuparme la oreja y metió su lengua adentro, al principio me desagradó pero luego empezó a excitarme.
Entonces me preguntó si alguna vez me habían hecho sexo oral y le dije que no, entonces me pidió hacérmelo una vez y si me gustaba lo repetiríamos, si no me gustaba pues lo dejábamos y ya.
Yo ya estaba realmente excitado y de tan caliente acepté, le dije que solamente una vez y que no le dijéramos a nadie.
A penas pude acomodarme de vuelta en la cama, cuando mi hermano ya se había acomodado hábilmente con su cara entre mis piernas y me estaba quitando el calzón.
Mi hermano me dijo que abriera las piernas y yo le pregunté si ya lo había hecho antes y me dijo que sí, que tenía poco tiempo pero sí, la respuesta me sorprendió pero no me atreví a preguntar nada más en ese momento, yo pensé que me iba a responder que no.
Entonces me puso las manos en la cintura y me dijo que mordiera una almohada o mi calzón porque la primera vez que metes el pito en la boca de alguien te dan ganas de gritar pero que no duele.
Yo me puse la almohada en la cara, la mordí y la sostuve con ambas manos, no quería mirar.
Mi hermano tomó mi pito que estaba tan duro que permanecía pegado a mi pelvis.
Mi hermano tenía razón, me dieron ganas de gritar tan pronto como sentí su boca apresando mi verga y sus labios pasaron por abajo de mi cabecita.
El interior de su boca era caliente y suave, la lengua de mi hermano daba vueltas por mi cabeza.
Yo empecé a gemir, a respirar fuerte y a gruñir un poco, mi cuerpo de pronto se movía como si tuviera cosquillas.
Mi hermano empezó a tragarse mi verga hasta la garganta, yo nunca había sentido un placer mayor en mi vida.
De pronto hice ruidos que no podía controlar y mi verga empezó a moverse sola, descontrolada, tirando mi leche caliente dentro la garganta de mi hermano.
No podía mover mi cadera, quería gritar pero en éxtasis de placer pero no podía, mi cuerpo temblaba.
Mi hermano se había tragado todo mi semen tan pronto como iba saliendo de mi verga.
Mi hermano no me dejaba, él seguía gimiendo suavemente mientras me mamaba la verga.
Entonces le pregunté qué estaba haciendo y no me respondió, por el contrario empezó a moverse más rápidamente de arriba hacia abajo de mi verga, apretándola con sus labios como si quisiera arrancarla.
Mi hermano estaba tratando de hacerme venir de nuevo, puso sus manos en mis pezones y empezó a torcerlos, de nuevo no pude o no quise detenerlo, no sé como explicarlo.
Mi cuerpo se arqueó hacia atrás fuera de control y empecé a gemir de nuevo, sentí como mis bolas estaban preparando otra venida.
De pronto salieron los primeros tres chorros de leche de mi pito y mi hermano se los quedó en la boca y se separó, dejando que todo el demás semen escurriera por el palo de mi pito hasta mis huevos.
No fue para nada la sensación que esperaba pero tampoco me decepcionó, fue algo super intenso.
Entonces mi hermano se acostó a un lado de mí, con su cabeza a unos centímetros de la mía y me dijo: "no son geniales las mamadas?".
Yo solamente alcancé a decir que si, mientras podía oler mi leche en su aliento.
Mi hermano puso sus labios sobre los míos y yo inmediatamente lo abracé y empezamos a besarnos.
Metí mi lengua dentro de su boca como esperando encontrar todavía pedazos del sabor de mi leche.
Entonces mi hermano me dijo: "no pensé que supieras besar".
Y yo respondí solamente por no quedarme callado: "y eso que no me has visto coger".
Esa fue nuestra primera vez juntos, así pasamos de odiarnos y convertir toda esa tensión sexual de adolescentes en un juego privado donde nos descargábamos de pasión todas las noches.
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