Quieres ver a mi papa desnudo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Saull69.
Mi papá tiene por costumbre el acostarse a dormir la siesta, siempre antes de que anochezca, y siempre se quita toda su ropa, hasta quedarse completamente desnudo, y profundamente dormido.
Cuando se lo dije a Rosa, está abrió los ojos de manera desmesurada, y me preguntó ¿y tú ya lo has visto completamente desnudo? A lo que le respondí que si, un sin número de veces.
Rosa de inmediato, me preguntó.
¿Y no se dará cuenta de que entramos a su habitación? A lo que le dije que no.
Así que mi amiga y yo, sigilosamente entramos al cuarto de mi papá, y ahí estaba él completamente desnudo, y tendido boca arriba sobre su cama.
Con sus brazos, y piernas bien abiertos.
Rosa parecía que era la primera vez que veía a un hombre completamente desnudo.
Ya que mantuvo sus ojos clavados durante todo momento en la verga y bolas, de mi papá.
Yo por aquello de hacerle una pequeña maldad a mi amiga le dije, a que no te atreves a agarrárselo.
Rosa me dijo que si yo estaba loca, y que iba hacer ella si él se despertaba, y nos encontraba agarrando su cosa.
Yo le dije nada, seguramente y sigue dormido, y si no me crees, mira.
Y al decirle eso, estiré una de mis manos, y le agarré su dormido miembro.
Rosa se quedó boquiabierta, ya que al tiempo que se lo agarré comencé a masturbarlo, por lo que en cosa de pocos segundos, la verga de mi papá se puso bien dura, y parada.
Yo me imaginaba que Rosa, estaba loca por agarrársela, lo que pasa es que ella es muy tímida.
Por lo que yo le volví a insistir, hasta que finalmente colocó su mano sobre la mía.
Al tiempo que yo no dejaba de manosear la verga de mi viejo.
Hasta que finalmente, retiré mi mano, y ella se quedó haciéndole la paja.
Al poco rato, mi amiga me preguntó ¿y ahora que hago? A lo que yo maliciosamente le dije, bueno si quieres aprovechar la ocasión, súbete el vestido y quítate las pantaletas.
Rosa pareció no entender lo que yo le fui diciendo, por lo que yo misma, la ayudé a subir la falda de su vestido, y a bajar sus blancas pantaletas de algodón.
Una vez que le bajé las pantaletas, Rosa haciéndose la tonta, me preguntó ¿y ahora qué? A lo que yo le respondí, fácil te le subes encima, y te metes su verga dentro de tu panocha.
Rosa sin dejar de ver la parada verga de mi papá, me dijo.
Y si se despierta, a lo que yo le respondí.
Él nunca hace eso, yo estoy cansada de montarlo, mientras está dormido, y jamás se ha despertado.
Rosa como que no creyó lo que yo le decía, y para convencerla le dije.
Desde antes de que se muriera mi mamá, mi papá, y yo hemos tenido sexo.
Solo que de vez en cuando me gusta agarrarlo dormido.
Rosa fue haciendo lo que yo le iba diciendo, poco a poco.
Por lo que lentamente se trepo sobre la cama, separó sus piernas, y sin soltar, ni dejar de ver la verga de mi papá, comenzó a enterrársela lentamente dentro de su propio coño.
Cuando finalmente se enterró por completo toda la verga de mi papá dentro de su coño, la cara de puta satisfecha que puso mi amiga, me causó algo de envidia.
De igual forma, lenta y suavemente comenzó Rosa, sin necesidad de que yo se lo dijera, a mover sus caderas, restregando su panocha una y otra vez contra la parada verga de mi viejo.
Fue cuando me di cuenta de que el sinvergüenza de mi papá estaba bien despierto, aunque haciéndose el dormido.
Quizás para no asustar a mi amiga, mientras que yo por mi parte, sin que ella se diera cuenta, me comencé a quitar toda mi ropa.
Y una vez ya completamente desnuda, coloqué mi coño en la cara de mi papá, al tiempo que fui abrazando, y besando a mi amiga Rosa, sin que ella opusiera la más mínima resistencia, le terminé de quitar su vestido, dejándola tan desnuda como lo estaba yo.
Mi viejo por su parte, apenas puse mi panocha contra su boca, comenzó a darme una soberana mamada, introduciéndome su lengua, y mordisqueando mi clítoris divinamente con sus dientes.
Mutuamente Rosa, y yo nos besábamos, y acariciábamos nuestras tetas.
Hasta que ella, definitivamente, disfrutó de un tremendo, y salvaje orgasmo.
El resto de la noche, mi papá nos dio a las dos por el culo, y nos puso a mamar su aun parada verga, hasta que finalmente se vino en nuestras bocas.
Regando toda su leche sobre nuestras caras, y tetas.
Al despertarnos a la mañana siguiente, me encontré a mi viejo, clavándose a Rosa nuevamente por el coño.
Mientras que yo me levanté de su cama, y los dejé disfrutando.
Mientras que yo como me encontraba me fui a duchar, para luego preparar un buen desayuno para los tres.
Cuando Rosa, y mi papá finalmente terminaron, yo les serví el desayuno, y fue cuando me enteré que mi amiga se vendría a vivir con nosotros dos.
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