Recordando a mis primas
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Son Kevin de 34 años, sin embargo, el relato que quiero compartir fue cuando yo tenía 21 años, había conseguido un nuevo trabajo, con el cual pensaba pagarme la Universidad, pero el trabajo me lo daban en la capital, que está a cuatro horas y media de donde yo vivía con mi familia.
Mi padre tiene un primo hermano viviendo alla en la capital con muy buena solvencia económica, y le habló para yo viviera en su casa, pagando mensualidad por supuesto.
Fue asi que llegué a esa casa, mi tío Alfredo (nombre ficticio) vivía con su esposa y dos hijas, Katie y Jenny (ficticios). Fue asombroso ver como mis primitas habían cambiado de niñas a dos lindas señoritas en pocos años. Katie la mayor, alta y delgada, senos pequeños pero con magnifica forma, caderas en desarrollo y una linda cara, cabello castaño obscuro, ella era muy tranquila y dedicada en sus estudios. La otra era Jenny una chiquilla más impaciente, más liberal, una tez más blanca que la de Katie, ojos avellanados, menor estatura, senos iguales a los de Katie. Las dos eran muy actractivas.
Las primeras semanas que fueron de adaptación, noté que mi tio era muy estricto con sus hijas, no tenían libertad para ir con sus amigos o amigas, controlaba sus horas de salida y llegada del colegio, lo cual causaba cierta frustración a mis primitas, ya que ninguna había tenido novio, según yo sabía.
Tener una persona de sexo opuesto como compañero fue ideal para las chiquillas, ya que me preguntaban de muchas cosas incluso de sexualidad. Y precisamente alli fue donde empezó todo, cierta noche viendo TV solos con Katie, ya que mi tio y su esposa tenían televisión en su habitación y Jenny estaba en su habitación estudiando, comenzamos a hablar de sexo, ella me preguntó si ya había estado con alguna chica en la intimidad, yo le conteste que si, que en mi cama había estado al menos una docena de chicas (cosa que era falsa, cuando mucho una o dos), Katie me confesó que ella era aún virgen y que ni siquiera un novio había tenido, la atmosfera estaba cargada y caliente, mi pene se erguía con las confesiones y preguntas de Katie, ya que era una linda adolescente. Le dije que si quería que llegara más tarde a mi habitación y le podía enseñar algunas cosas. Al principio no quería aceptar, pero yo veía en sus ojos que quería conocer algunas cosas del mundo.
Eran las 11:00 de la noche, a las 10:30 se apagaban las luces de la casa y todo mundo debería estar en su habitación, yo estaba tenso, nervioso, por un lado estar cerca de mi primita para enseñarle el tema sexual, mi verga estaba dura, y por otro lado ella podía arrepentirse y nunca llegar a mi habitación. En eso oigo la puerta abrirse, yo solo tengo puesta la lampara de noche de mi mesa, era Katie, llevaba un bluson flojo que usa para dormir y sé que abajo solo sus braguitas debe tener. Luego de hablarle de que debía ser nuestro secreto y otras pendejadas, la acosté en mi cama y la empecé a besar en la boca, explicándole cada detalle de los labios, la lengua (como si yo hubiera sido un experto), mientras la besaba yo le acariciaba sus senos sobre su blusón. Katie no decia nada.
-Algunas vez te han besado los senos??- le preguntaba yo, cuando ella movio negativamente su cabecita, le levanté su ropa de dormir, aparecieron dos lindos senos, tersos, lozanos, con una aureola pequeña. Después de acariciarle sus pezones con los dedos, mis labios tomaron sus senos y los comencé a lamer como si fueran mis heladitos, le puse más atención a sus pezones, los cuales chupé lenta y delicadamente, Katie cerraba sus ojitos y en ocasiones me tomaba de los cabellos. Yo sabía que le estaba gustando por los quejiditos que emitia.
Al rato me quité de sus tetitas y la besé en la boca, a la vez le pregunté si le había gustado, ella nuevamente movió de forma afirmativa la cabeza.
-Ya te han besado tu cuquita??- volví a preguntar. -Ayy no!!- me respondío inmediatamente. Le fui explicando que los hombres sienten mucha atracción por besar el sexo de las mujeres y que cuando tuviera novio ella debería estar preparada para eso. Mi tonta explicación pareción convencerla. Asi que me fui hasta su vientre plano, desde allí empecé a besarla y lamerla, mis manos poco a poco fueron sacándole su braguita, ella trató de deterneme sujetando su ropita interior, pero con un poco de fuerza y perseverancia le quité sus braguitas.
Me coloqué entre sus piernas para evitar que las cerrara, asomé la vista y ví una linda vulvita peludita, con labios mayores arrugaditos que sobresalían, ella intentó taparse con sus manitas para no la siguiera observando, pero, le dije que no se tapara que tenía una linda cosita; realmente era muy linda, ella retiró lentamente sus manos y aproveché para deslizarme hasta su cuquita, sentí olor a hembrita caliente, es decir Katie se estaba mojando, lo podía sentir por el olor que emanaba de su rajita.
Le pasé la lengua, con mucha saliva, a toda su vulvita, Katie casi se sentó en la cama y me dijo que me detuviera, pero yo no oía razones, seguí lamiendo su labios mayores, meti mi lengua desde abajo hacia arriba por la rayita de su rajita, hasta tocar su clítoris, en ese momento Katie gemía, -ayy, no por favor, Kevin no!, ayyy-, pero no hacía nada por detenerme. Sentí primero un sabor agrio, debió ser restos de su orina, no me importó, pero luego sentí un sabor agridulce que era ya parte de su pre-eyaculación vaginal. La sentí como un nectar divino, ya que venía de un coñito virgen.
Me esmeré en esa mamada de cuquita, le chupé todo en todos lados, con la yema de mis dedos acaricié también su clítoris para llevarla a su primer orgasmo a través del sexo oral al menos. Katie se estremeció y pataleó bastante mientras degustaba ese orgasmo. Sentí una mayor cantidad de liquidos agridulces llegar a mi lengua, fue delicioso.
Cuando terminé de comerle su cuquita, le pregunté si ya había visto un pene, ella me dijo que solo se lo había tocado a un muchacho en el colegio dentro de un vehiculo, y que había estado a oscuras en ese momento. Como tenía el pantalón de mi pijama, no fue difícil sacar mi verga bien erecta, casi por estallar, se veía mi glande colorado e hinchado de tanta irrigación, Katie se llevó las manos a la boca como un poco asombrada y asustada, pero se veía interesada.
-Por qué lo tienes parado??- me preguntó.-
-Es que tu me tienes excitado Katie, eres muy hermosa y tienes una cuquita muy rica!- me animé a contestarle.
Ella me vió a los ojos. -Yo te gusto mucho Kevin?.- me volvió a preguntar.
-Mucho, me gusta desde tu ultimo cabello a tu último dedito del pie- dije, recordándome algo que había leido en alguna novela.
Katie se me acercó y me dio un besito ensalivado en la boca.
_por que no le das un besito a mi pene también- antes de que dijera algo, agregué -A los hombres nos vuelve locos que nos besen y chupen nuestro pene-
Katie fue descendiendo, hincada en la cama hacia mi verga, yo me acomodé horizontalmente en la cama para tener toda la comodidad posible. Inocentemente fue besando y dándome pequeños chuponcitos en el glande, luego bajó su lengua por mi tronco y se detuvo antes de llegar a mis cojones. Luego regresó nuevamente lamiendo el tronco de mi músculo.
-Te gusta?- me preguntó ella.
-Sii, sigue por favor no te detengas!- dije con insistencia.
Katie siguió mamando mi verga, a pesar de su inexperiencia, lo hacía muy bien, mi pinga estaba tan erecta como nunca. Su boquita apenas podía meter mi glande dentro, pero era suave y hùmeda.
-Bueno Katie, ahora viene lo mejor!- Ella soltó mi glande de su boquita. Su cara era de extrañeza. -Te voy a convertir en una mujercita!- Diciendo esto y la coloqué boca arriba, acostada en la cama, retiré el pantalón de mi pijama y le saqué el blusón a Katie, los dos quedamos en cueros. Definitivamente era linda, me quedé admirando su lindo cuerpo.
Le pedí que abriera sus piernas, ella lo hizo timidamente, -Por favor suavecito- fue lo úlitmo que oi de su boca. Me coloque entre sus piernas y tomé mi verga en la mano derecha, jugue con sus labios vaginales con mi glande, estaban mojadisimos, una mezcla de jugos vaginales y mi saliva. Katie estaba nerviosa y cerraba los ojos o desviaba su vista, por fin mi glande se insertó en la entrada de su vagina, vi que ella se mordió el labio inferior de su boca, empujé y mi glande penetro la entrada, era muy estrecha, temí que no entrara por un momento, pero seguí empujándo mi verga, mi glande se perdió en su vagina, Katie se quejó, quiso cerrar sus piernas instintivamente, pero no pudo, seguí empujando y la lubricación de su rajita ayudó bastante, por fin estaba metida la mitad de mi miembro.
Ahora me puse a bombear lentamente lo poco que había entrado en su grutita, mi glande salío para volver a entrar, ahora la penetré otro poco más, su conducto era muy estrecho, me hacía para atrás los pliegues de mi pene, causandome un poco de ardor. Pero proseguí, bombee más fuerte y más rápido, ella me tomó de los costados y me jaló hacía ella, me besó tiernamente, mi cadera seguía bombeando mi verga en su interior. Sentí como los últimos centímetros de mi verga entraron. Por fin estaba toda adentro. Nos quedamos un rato besándonos quietos, mientras su cuerpo se adaptaba al extraño cuerpo dentro de ella. Luego busqué sus senos y los mamé recorriendo sus pezones erectos y duros. Me erguí un poco hasta casi sentarme de frente a ella, siempre con mi verga en su vagina. La comencé a bombear nuevamente, ahora tuve todo el panorama de mi pene en su cuquita, formaba una letra o.
Seguì cogiendomela a un buen ritmo, a veces entre gemidos Katie me pedía que me fuera más despacio, pero yo estaba extasiado, excitado y demás, no podía controlar la lujuria que me invadía, seguì cogiendomela con golpes suaves y duros de mi verga en su vagina. Katie gemía tanto que tuvo que jalar la almohada para no gritar, yo sabía que estaba a punto de venirse de nuevo. Sus uñas en mis muslos me indicaron que estaba teniendo su orgasmo en ese momento. Yo estaba tratando de aguantarme lo más que pudiera mi climax, no podía decepcionarla, tenía que gozarla y dejarla muy satisfecha para poder repetir esto de nuevo lo más pronto posible.
Luego de esperar que terminara su orgasmo, la besé, saqué mi verga de su cuquita, observé que no tenía nada de sangre, lo cual me hizo dudar, pero sabía que eso podía pasar, por alli había leido en alguna enciclopedia. Me coloqué de lado atrás de ella, a quien también puse de lado, con el brazo le abri sus piernas y mi verga se deslizó dentro de su rajita, ella volvió a gemir, voleo su cabeza para besarme, su trasero se sentía como de algodoncito, la estuve cogiendo en esa posición bastante rato, cuando sentí que podía llegar al punto sin retorno, jalé un preservativo que había puesto en la mesa de noche, ella me preguntó que era eso, le dije que era para no embarazarla. Me lo puse y la volví a penetrar, después de otros cinco minutos follandola en esa posición de lado, comencé a jadear y a bombearsela más rápido, ella estaba por terminar también, esperé un rato valientemente, hasta que la oí gemir de nuevo su orgasmo aceleré para llegar al mío. Entre gemidos nos quedamos abrazados allí en la cama, hasta que mi verga se puso flácida y abandonó su rajita.
Nos quedamos pláticando sobre la cama desnudos, yo le pregunté que me había parecido raro que no sangrara, entonces ella casi llorando me confesó que hace unos cinco meses atrás, un su amigo le dio aventon a su casa y la metió en otra calle, la besó y metió sus dedos en su calzón, luego metio dos dedos en su cuquita, sin saber que era virgen y eso le provó un sangrado. -No me importa, le dije- de todos modos eso no indica que no fueras virgen hasta hoy-. Ya eran las 2 a.m. ya era desvelo para ambos, asi que se vistió y me dio un beso, diciemdome que había estado fantastico.
Alli empezó toda esa experiencia para mi. Los siguientes días la visitaba en su habitación, siempre cerca de la media noche, la follaba de varias formas y posiciones, la hice perfeccionar el arte de mamar mi pene. Cogiamos casi a diario. Claro que era fantastico enseñarle varias cosas o realizar cosas juntos por primera vez, veíamos un video porno y copiabamos lo que observabamos allí.
Lo único negativo eran los desvelos, a la semana seguida de estar cogiendo, ambos bostezabamos todo el día, por falta de sueño, pero sinceramente no nos importaba. Para mi lo importante era que llegara la noche y escabullirme en la oscuridad y besar todo su cuerpo, luego penetrarla a placer, aveces me retiraba de su habitación hasta cerca del alba. Siempre mantenia una ración de condones en mi habitación para usarla con Katie.
Y cierto día, unas tres semanas después de nuestro primer encuentro, la tenía cogiendo encima de mi, cabalgándome la verga, ella se encontraba a espaldas de la puerta, cuando de repente se abré ésta, sentí que el mundo se acababa, ella ni por enterada, que si resultó ser su hermana Jenny, nos vió unos quince segundos alli cogiendo y se marchó cerrando la puerta.
Lo que sucedió posteriormente, los siguientes días es para la parte 2.
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