ATENCION: Contenido para adultos (+18), si eres menor de edad abandona este sitio.
Sexo Sin Tabues 3.0
  • Inicio
  • Relatos Eróticos
    • Publicar un relato erótico
    • Últimos relatos
    • Categorías de relatos eróticos
    • Buscar relatos
    • Relatos mas leidos
    • Relatos mas votados
    • Relatos favoritos
    • Mis relatos
    • Cómo escribir un relato erótico
  • Menú Menú
1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas (4 votos)
Cargando...
Incestos en Familia, Intercambios / Trios, Lesbiana

Recuerdos de hermanos 6

Ya sentados a la mesa a la hora del café, serían casi cerca de las 6 de la tarde, continuó nuestra tía mientras tomábamos nuestra primera taza de café con una rebanada del pastel del delicioso queso hecho por nuestra madre quien lo acababa de llevar..
Recuerdos de hermanos 6

 

La continuación de la maravillosa historia de nuestra familia.

 

Ya sentados a la mesa a la hora del café, serían casi cerca de las 6 de la tarde, continuó nuestra tía mientras tomábamos nuestra primera taza de café con una rebanada del pastel del delicioso queso hecho por nuestra madre quien lo acababa de llevar. La tía Luzma Luciendo un escote muy pronunciado del vestido que acababa de estrenar y que había sido hecho por una de sus amigas modistas, precisamente para lucirlo en una de sus fotografías que eran para un pedido especial del grupo lésbico, se sentó a un lado mío y del otro estaba mi tío Carlos.

 

– Y bien, ¿qué les parece cómo luce mi nuevo vestido?

– Impresionante, tía –le respondí- verdaderamente impresionante, pero que fue lo que te pusiste alrededor de tus pezones.

– Bueno, niña o es que no estás viendo mis cubre pezones en forma de margaritas, con sus hojitas amarillas que rodean el tallito de mis pezones.

– Es que el tallito de tus pezones está muy largo, tía ¿a poco va con tus pezones por fuera el escote? Nada más te cubre muy poco de las areolas de tus pezones porque tu exquisito par queda a la vista.

– Fue un pedido muy especial para la inauguración del nuevo grupo lésbico que se está formando en una de las zonas más exclusivas de México. Precisamente una de mis hijas también lleva uno parecido con pétalos de flor blancos.

– Pues se ve admirable, tanto así que más que mientras quiero dar un sorbo a mi taza de café, siento cómo se me desvía la mirada.

– Bueno, pues admiren como se desvían sus miradas, mientras continuó platicándoles como quedamos en contarles parte de nuestra historia.

Así que mi hermano y yo que estaba del otro lado del tío quedamos atentos a lo que decía nuestra tía Luz Marina.

– Nuestro padre Enrique tuvo relaciones de incesto con su hermana Consuelo y con nuestra tía Soledad, su otra hermana solo que ella era travesti, también tenía unos pechos de mujer, maravillosos, además de contar con un pene hermoso y grande, pero Soledad solo era mujer en cuerpo, porque como hombre que en realidad era, tenía más inclinación por las mujeres, ella también falleció hará unos 10 años  le entraba con gusto al incesto con su hermano y su hermana.

 

-Ellos llegaron de España Nuestro padre Enrique y su hermana Consuelo con el producto del incesto que fuimos sus tres hijos, dos mujeres su madre, yo y nuestro hermano Carlos. Con el paso del tiempo se establecieron en un pueblo del estado de Hidalgo, cuando sus tíos, es decir yo y mis dos hermanos Carlos y Mercedes, su madre, así que poco después de que el ultimo de los cuatro cumpliera los 18, nuestros padres nos incluyeron dentro de su incesto, con nuestra madre y él, tan solemne y tan especial que ejercemos, respetamos y sabemos disfrutar desde entonces. Su tía Soledad falleció siendo aún joven, no sé si su madre les habrá platicado acerca de ella.

– En realidad, sabemos poco de la tía, sólo que sí se llamaba Soledad.

– Nuestro padre al igual que nuestra madre, nos fueron involucrando en su ritual de incesto, el cual se inició desde la época de sus bisabuelos. Ellos no eran como lo fueron nuestros padres hermanos de sangre, sino parejas con quienes compartían los mismos principios de amor por la familia, como consecuencia que el hermano de uno de ellos contrajera una enfermedad venérea que terminó por acabar con su vida, la situación que se provocó fue un replanteamiento sobre los acercamientos sexuales que debía tener la familia después de tan terrible suceso, solo debíamos mantener sexo exclusivamente entre los miembros de la familia para evitar ese tipo de situaciones y así es como nuestros abuelos educaron a nuestros padres. Nuestra madre Consuelo y nuestro Padre Enrique, y ellos a su vez, nos mostraron el camino que debíamos seguir.

 

– Es tan interesante todo esto, tía que no dejo de asombrarme.

– Nuestro padre amaba el sexo de incesto con su hermana, nuestra madre y con nosotros, sus hijos, inclusive le fascinaba el tener sexo anal con mi hermano a él le gustaba tenerlo también con nuestro padre y con nosotras sus hermanas, además de nuestro padre tenerlo con nosotras sus hijas. De este modo todo quedaba en familia como diría la gente, “Hogar dulce hogar”, o “Incesto dulce incesto”. De ahí nuestra frase “Sólo para miembros de la familia” como indicativo y símbolo de la fidelidad incestuosa que debemos preservar con toda nuestra ascendencia y descendencia, donde también es importantes el compromiso de practicar asiduamente el incesto en familia aún con la anuencia de nuestros ancestros.

– ¿Y nosotros, querida tía? –le dije acariciando una de sus piernas un poco arriba de la breve tanga que llevaba puesta.

– Lógico que Frida y su hermana Karla, son miembros ya de nuestra familia, además de cualquier otra pareja que esté de acuerdo con nuestros rituales de copulación relacionados con miembros de sus propias familias, siempre y cuando sea bajo nuestras reglas, que sean saludables bajo mi supervisión, ya que cuento con amigas psiquiatras y doctoras que puedan confirmar, ya que algunas conocen algunos aspectos relacionados con el incesto que practico con mi hermano y cuando queremos incluir a algunas parejas para que también lo practiquen junto con nosotros.

– ¿Conoces a alguna de ellas? –le dije acercando cada vez más mi mano e introduciéndola para alcanzar los labios de su vagina que ya destilaba parte de sus néctares al contacto con mis dedos.

– Por supuesto, nada menos que la pareja que te está invitando al café conocen lo que hacemos mi hermana Mercedes, que es tu mamá y yo, a ellas les gustan relacionarse con mujeres que practiquen las relaciones lésbico incestuosas.

 

– Vaya, nada menos que la señora Carolina y su esposa Aurora, de lo que me vengo enterando ahora. –le dije tomando por una parte el pene descubierto de mi tío que estaba sentado al lado mío, masajeando su glande con mi pulgar y besando a mi tía en la boca para intercambiar nuestras lenguas.

– Ella es Doctora y su pareja es psiquiatra y muy buenas por cierto. –dijo mi tía ya muy caliente- Además la confidencialidad con ellas es parte de su trabajo, por eso confío plenamente en ellas.

– Con razón son de las que te besan en la boca, tía.

– ¡Ajá! –diciendo esto se apresuró junto con mi tío a descubrir mis senos para chupar mis pezones, mi tío se sincronizaba perfectamente con su hermana para mordisquearlos suavemente.

– ¿Y ellas saben que también tienes sexo con nuestro tío Carlos? –dije sin parar de besar su boca y continuar con la boca de mi tío que a su vez ya se estaba besando con Edgar y su mano se tropezaba con la mía para acariciar entre mi hermano Edgar y yo su maravilloso miembro erecto.

– Lo saben y lo aceptan porque somos muy limpios, inclusive una de nuestras reglas es no introducirnos todo el pene en la boca, solo el glande y sus bordes, puedes chupar el tronco, pero no es necesario que te den ganas de vomitar por meter todo el pene dentro de tu boca.

– Así es cómo me gusta hacerlo con mi hermano tía y tal y como pienso en este momento hacerlo con mi tío. –le lamí entreteniéndome con la punta de mi lengua saboreando los bordes y la cabeza bien estirada por la excitación, mi hermano se unió a la lamida tan deliciosa que estábamos disfrutando entre los dos.

 

– Entonces vamos muy bien, querida sobrina –dijo mientras Karla y Sofía le ayudaban a quitarse la tanga y los cubre pezones que lucía con su gran escote, retirándolos con cuidado para no dañar las hojitas que adornaban sus abultados senos, sentándose en la mesa casi desnuda excepto por sus zapatos de tacón, para poner su vulva a disposición de mi boca.

– Cuando nuestra hermana murió víctima de pulmonía, mis hermanos y yo al igual que nuestros padres que también fallecieron años después en un accidente, -decía resollando por la excitación- nos comprometimos a mantener nuestros rituales también con nuestra descendencia y así lo hemos hecho, por eso es que nuestras hijas decidieron contraer matrimonio, aún cuando no lo hicieron ante la ley, pero ellas se comportan como verdaderas esposas que siguen manteniendo relaciones del más delicioso y excitante sexo incestuoso con nosotros sus padres, tal y como marca nuestra tradición familiar.

 

En ese momento tocaron el timbre. Karla que estaba sirviendo la segunda taza de café viendo todo el espectáculo que estábamos montando y que no quería perder de vista, le dijo a Sofía su hermana que fuera a cerciorarse para ver quien estaría tocando la puerta.

 

Luego de unos momentos Mercedes, nuestra madre se quedó viendo como yo me aprestaba a lamer la vagina de su querida hermana, mientras su ansiado hijo se besaba con su querido hermano Enrique.

 

– ¡Vaya!, por lo visto no pierden el tiempo, queridos hijos.

– No madre, y no se nos olvida todo lo que te queremos mi hermano y yo, así que ya está preparado todo para darte tu masaje, un masaje muy especial de tus hijos para ti, querida madre.

– Puedo incluirme también yo. –dijo la tía Luzma

– ¿Tú qué dices madre?

– Sí, extraño estar con mi hermana y también incluyan a mi hermano Carlos, por mi estaría mejor, hace algún tiempo que he estado soñando también con él, pero eso sí, quiero estar con mis hijos primero –le dijo coqueteándole con la mirada.

– No se diga más y vamos a nuestra recámara –le contestó Luzma

– Es mejor hacerlo en nuestra recámara, que está al lado del comedor, para verlos a ustedes con su madre, es muy importante por ser ésta la primera vez que lo van a hacer con la madre de ambos. –dijo la tía Luzma

– No lo había pensado así, tía

– ¡Qué bueno verlo entre todos! –dijo la tía en tanto escurría una baba de mi saliva por entre los labios de su vagina, haciéndome recordar el momento en que nuestra madre nos pilló a mi hermano y a mí cogiendo y a Edgar se le escurría el semen ante los ojos de Mercedes nuestra madre.

 

Mercedes, nuestra madre aún conservaba la lozanía a pesar de ya ser una mujer adulta, de muy buen cuerpo, nalgas de buen tamaño, delgada y con unos pechos copa C que eran el más sabroso postre que pudiéramos imaginar tanto mi hermano como yo poder saborear con exquisita calma. Mi hermano cada vez era más bueno para conseguir tener de dos a tres eyaculaciones casi sin sacar su verga, ya que no perdía casi erección, creo que por el contrario ésta se acentuaba cada vez más.

 

Nuestra madre en realidad nos traía ya muchas ganas de hacía tiempo, prácticamente de querer participar en nuestros incestos desde que empezamos mi hermano y yo a tener relaciones sexuales y así nos lo expresó.

 

Mi hermano comenzó primero desnudándola lentamente y acercando su boca pero sin llegar a tocarla, excepto por su lengua que lamía con suavidad las comisuras de sus labios. Mi tío sacó una cámara para grabar la escena. Lástima que en ese tiempo todavía no existían las cámaras y celulares de hoy en día, porque hubiera sido glorioso repetir todas las escenas en las actuales pantallas.

 

– Hija, tu ayúdame a quitarme la ropa, me gustaría empezar a sentir tus manos acariciando mi cuerpo, me excité mucho viéndolos cuando los descubrí cogiendo, pero no podía decírselos bien a ti y a tú hermana, su padre sabía antes de casarme con él lo que hacíamos en mi familia y aunque lo aceptaba no quería participar, eso enfriaba nuestro matrimonio.

– Deja que mi hermano empiece primero para darte el masaje que te mereces, madre y luego también le entró yo.

 

Edgar la tendió desnudándola de a poco sobre la cama, ella de espaldas hacía él que cubrió sus nalgas con una toalla, como si de verdad se tratara de un masaje profesional como los que a mí me hacía. Luego se subió sobre ella quitándose los calzones y exhibiendo su miembro bien erecto, mientras sus manos acariciaban sus nalgas y con suavidad empezaba a deslizar sus dedos por entre su culo para alcanzar su vulva que ya se apreciaba sumamente mojada.

 

– Ay, hijo, me siento bien caliente con tus caricias.

– Yo también lo estoy y mucho, madre mía

– Me gustan mucho estas costumbres de mi familia, ¿sabías?

– Apenas nos estamos enterando mi hermana y yo, gracias a la tía Luzma

– ¿Entonces ya les contó todo?

– Que también ellos son los padres de Lidia y de Sofía y que ellas son ya esposas.

– Bueno aún no están aprobados ese tipo de matrimonios entre mujeres.

– Pues ojalá que sea pronto porque se quieren mucho

– Sí, están muy enamoradas como yo de su tía Luzma y de su tío Carlos, ¿les contó cuando nos hicimos novias?

– No aún no les he contado esa parte a tus hijos, amor mío –contestó Luzma, (de Luz Marina)

 

De repente sin saberlo ya estaban reunida toda la familia, incluyendo a Lidia y a Sofía que no querían perderse la visión de ver a su tía Mercedes cogiendo con sus dos hijos. Yo estaba entre apenada pero a la vez demasiado excitada y es que me imaginaba saliendo como una bebé de esa vulva tan hermosa y que la misma bebé ahora crecida y convertida en toda una mujer, la mujer de mi propio hermano donde también él había salido por esa misma abertura y que ahora estaba a punto de introducir el mismo pene en la mamá de ambos, ese mismo pene que tantas veces había introducido en mi vagina, ahora se estaba introduciendo en la vagina de nuestra madre y que estaba a punto de convertir en su mujer como ya lo era yo de Edgar. Esa mujer que también nos había dado la vida a aquella persona que era mi hermano y nos había amamantado de pequeños. Ahora estaba dispuesta a amamantarnos de grandes, pero ahora con todos los jugos que salían de su vagina.

 

Edgar empezó a cubrir con sus manos la vulva que sus dedos comenzaron a acariciar y a introducirse paulatinamente, arrancando suaves suspiros mientras se montaba sobre la cama para alcanzar la espalda de ella, acercando su miembro sobre las nalgas de la autora de nuestros días, cubriendo de besos suaves y promiscuos los blancos hombros. Su miembro comenzaba a deslizarse por entre las nalgas de Mercedes, cubriendo con su glande el pequeño orificio de su culo que quedaba impregnándolo con una suave baba que escurría del glande de su pene.

 

Luego le pidió que se volteara mientras el pene se movía hacía la parte baja, tocando los labios de la ya abultada vagina que escurría ya más néctares dulces que esperaba con ansias obsequiar para que las bocas de sus hijos los saborearan mezclados probablemente con el esperma que le brindara su hijo Edgar y con los jugos que la vagina de su hija Ana Luisa le concediera.

 

Sus pechos se movieron hacia los lados de su cuerpo al voltearse, mostrando sus pezones levantados totalmente y erectos tal cual también los mostraba también su amada hija. Edgar lamió sus puntas saboreando con su lengua el talle de sus pezones, rodeando con su saliva las areolas que mostraban los pequeños gránulos que los rodeaban.

 

Era tanta la tensión entre madre e hijo que Edgar se vino torrencialmente inyectando dentro de su útero una gran cantidad de espermas que encontraron refugio en las internas paredes que segregaban también importantes cantidades de flujo materno.

 

-¡Me estoy viniendo, hijo, me estoy viniendo! ¡Qué barbaridad de esperma me has echado dentro!, qué bárbaro, con razón a tu hermana la tienes encantada.

-¡Madre que rico he cogido contigo!, pero ahora quiero que también mi hermana te disfrute.

-¡Sí hijo yo también ansió coger con tu hermana!

– Aquí estoy, madre, déjame saborear tus jugos junto con el esperma de mi hermano, no quiero perder está ocasión.

Suavemente me acerqué y me dediqué a besar sus senos, chupándolos y notando como sus pezones tan iguales a los míos y a los de mi tía Luzma crecían cada vez más entre mis labios. Nuestra madre a pesar de su edad sigue manteniendo un cuerpo muy bello, de senos grandes como los míos, unas nalgas hermosas y divinas y un culo hermoso. Metí mi mano entre sus piernas para llegar a sus labios vaginales  y acariciar su vagina, apretándola y sintiendo como se estremecía. Ella por su parte también me acariciaba los senos, de una manera totalmente hermosa tal como pensaba se los acariciaba a su hermana Luzma, y se sentían divinos. En un momento estábamos las dos completamente sudando a sexo y caricias de lo más incestuosas que se me pueda ocurrir. Puse mis dedos en su vagina y acercando mi boca me dedique a besarla, estaba completamente encharcada del esperma de Edgar y la abundante venida que ella había tenido con mi hermano y ese olor me enloquecía; no era la primera vagina que probaba, tenía las de Olga y Juanita mis compañeras de sexo lésbico, pero creo que esta vez tratándose de ser la vagina de mi mamá me excitaba mucho más y mamé todos sus exquisitos jugos.

Nuestra  madre gemía al tiempo que se movía frenética mientras mi lengua pasaba de su vagina a su hermoso culo combinándola con mis dedos que tampoco se quedaban quietos; llenándome toda mi cara con sus jugos y ese olor que tanto nos caracteriza a las mujeres. ¡Era un olor a un incesto compartido con mi hermano!; Sus piernas alrededor de mi cuello me apretaban contra su vagina mientras ella balbucía que se estaba viniéndose en mi boca

-“Hija me estoy viniendo, me estoy viniendo sobre tu boca, mucho, sigue hija” mi madre me decía.

Y así ante la vista de todos empezábamos a tener el disfrute de una familia completa donde el incesto jugaba su papel más importante.

 

 

Fin

2669 Lecturas/15 septiembre, 2023/1 Comentario/por Edwardo2
Etiquetas: anal, hermana, hermano, hermanos, incesto, madre, recuerdos, sexo
Compartir esta entrada
  • Compartir en Facebook
  • Compartir en X
  • Share on X
  • Compartir en WhatsApp
  • Compartir por correo
Quizás te interese
Mis Clientas del Restaurant 3
Relato 2 Ayudando a Javier
el niño de los ojos rotos II
Francisco
Mi hermana Julia – 2
Mi madre mi primer amor y la primera mujer poseida por mí. Segunda parte
1 comentario
  1. jesuselmexican3 Dice:
    16 septiembre, 2023 en 2:47 am

    Wooooowwwww deberías de seguir contando más!

    Accede para responder

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.

Buscar Relatos

Search Search

Categorías

  • Bisexual (1.083)
  • Dominación Hombres (3.228)
  • Dominación Mujeres (2.516)
  • Fantasías / Parodias (2.521)
  • Fetichismo (2.202)
  • Gays (20.236)
  • Heterosexual (7.094)
  • Incestos en Familia (16.166)
  • Infidelidad (3.979)
  • Intercambios / Trios (2.705)
  • Lesbiana (1.066)
  • Masturbacion Femenina (719)
  • Masturbacion Masculina (1.514)
  • Orgias (1.705)
  • Sado Bondage Hombre (406)
  • Sado Bondage Mujer (146)
  • Sexo con Madur@s (3.547)
  • Sexo Virtual (221)
  • Travestis / Transexuales (2.198)
  • Voyeur / Exhibicionismo (2.142)
  • Zoofilia Hombre (2.029)
  • Zoofilia Mujer (1.593)
© Copyright - Sexo Sin Tabues 3.0
  • Aviso Legal
  • Política de privacidad
  • Normas de la Comunidad
  • Contáctanos
Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba