Recuerdos familiares – Parte I
De cómo mi papi y mi hermana abusaron de mi. Sexo bisexual incestuoso. Algunos de los temas podrían perturbar a la audiencia, proceda con discreción..
Mi nombre es Cassie y creo que los padres deberían tener sexo con sus hijos.
La más grande muestra de amor que puede tener un padre para con sus hijas es enseñarles a aguantar una buena verga y claro, una madre tiene el deber de enseñarle a sus hijos cómo correrse adecuadamente dentro de un coño. Además, me parece que un buen padre no debería limitar los horizontes de sus retoños y dedicarse únicamente a sus hijas, los chicos buenos apreciarían el poder soportar un pene, por si resulta que en el futuro les gusta más recibir una buena verga que darla. Una madre por su lado debería enseñar a sus hijas esas cosas que solo una mujer puede apreciar del cuerpo femenino.
En mi caso, poseo lo mejor de ambos mundos, pues vine a la vida con un pene entre mis piernas, pero mi verdadera identidad siempre fue la de una chica. Mami y papi fueron muy buenos conmigo mientras crecía y me enseñaron a ser una niña muy buena.
He leído muchas historias que se parecen a la mía. Así como en tantas de ellas, en casa los tabúes sobre el cuerpo eran una idiosincrasia que solo se obedecía cuando teníamos visitas. El resto del tiempo, mis padres, mi hermana mayor y yo pasábamos los días con poca ropa. El nudismo no se volvió algo habitual hasta que fui más grande, pero me acostumbré a la hermosa vista de los pechos de mi madre y a ver la panza cervecera de mi padre como muchos se acostumbran a los rostros de sus familiares.
No quisiera aburrir a nadie con los detalles. Uno de mis más placenteros recuerdos de la infancia fue la noche en la que mi papi abusó de mí por primera vez. Los olores y las sensaciones de aquel acontecimiento siguen impregnadas en mi memoria hasta la fecha. Era una noche fría. Aunque cada una tuviera su cama, mi hermana y yo compartíamos habitación, yo habré tenido cerca de doce años mientras ella ya tenía dieciséis, así que llevaría un tiempo metida en este juego del que yo no sabía nada hasta aquella noche.
Fue una sensación húmeda la que me despertó, el olor rancio y la viscosidad sobre mi carita me provocaron un poco de asco mientras la sensación babosa sobre el rostro me impedía abrir del todo los ojitos. En su momento no entendí muy bien lo que estaba pasando, pero recuerdo la gran impresión que me dió el ver la enorme verga de mi padre, todavía temblorosa y palpitante frente a mi rostro mientras mi hermana la sostenía con sus dedos delicados.
Recuerdo haber estado demasiado impresionada para siquiera decir algo mientras los ojos de mi hermana perdían su dirección y parecía que le faltaba el aire. Lamentablemente no consigo recordar las palabras que mi padre dijo en cuanto se dió cuenta de que estaba despierta ni mucho menos lo que le contestó mi hermana porque estaba más distraída con esa morcilla negra acercándose a mi boquita mientras sus grandes y varoniles manos me sujetaban de la cabeza, forzándome a chuparla.
No sé si podría decir que disfruté el evento. La retrospectiva afecta mucho la forma en la que interpreto estos recuerdos, en especial porque esta fue solo la primera vez que mi boquita fue violada por ese enorme pedazo de carne. Recuerdo lo mucho que me costaba siquiera meterme la tercera parte de su pene en la boca, casi cada nueva penetración de mis labios venía acompañada de alguna arcada mientras mi hermana le daba besitos en el tronco restante y lo masturbaba como si tuviera prisa por que le tocara a ella. Claro, tuvieron que taparme la nariz para forzarme a abrir bien la boca y obligarme a tragar todo lo que mi inexperta garganta pudiera.
Es posible que el suceso durara mucho menos de lo que yo puedo recordar, pero a mi se me hizo eterno. Supongo que fue por lo brusco de la situación, pero recuerdo haber comenzado a llorar después de asimilar el hecho de que las personas que habrían de cuidarme estaban usándome como un vil juguete para su propio placer. Quién sabe qué habrá tocado eso en mi corazoncito para volverme una putita llorona incapaz de hacer una buena felación pero si sirve de consuelo, en el futuro no solo fui capaz de comerme su verga entera sin llorar sino que fui yo quien lo buscó.
Claro, tampoco fui capaz de retener toda la leche de mi papi en la boquita cuando finalmente decidió eyacular en mis labios. Seguramente me vi muy patética con la carita llena de lágrimas, manchada de la primera corrida de mi papi y con la boca llena de leche que no pude tragar. De alguna manera me sentí un poco consolada cuando mi hermanita comenzó a limpiar mi carita con su lengua y me llenó de besitos en la boca cuando todo pareció haber terminado. Mi papi nunca había sido muy cariñoso conmigo hasta ese entonces. Casi todo el afecto físico que obtenía venía siempre de mi madre, así que recuerdo lo extrañada que me sentí cuando él también se acercó para besarme en la boca y llenarme de abrazos. A diferencia de mi hermana, sus besos no fueron tan cariñosos sino mucho más sexuales, fue la primera vez que un hombre me besó de lengua. Aunque estuviera muy confundida en ese momento, ahora entiendo que me gustó mucho esa parte de mi primera violación.
Mi hermana pareció un poco celosa y por supuesto que me lo arrebató en cuanto pudo. Fue una sensación muy extraña ver a mi hermanita comiéndose así los labios con mi papi y aunque mi cuerpo seguía todo entumecido, pude reconocer que entre mis piernas había también una erección.
Aparentemente no fui la única que notó mi verguita parada, pues después de un par de lenguetazos más en la boca de mi hermana y un par de cachetadas con escupitajos, lo siguiente a lo que se dedicaron mis familiares fue a despojarme de mi ropa interior y jugar con mi pequeño y adorable pene. Todavía me estremece la imagen mental de mi hermanita y mi papi jugando con ella como si fueran dos gatitos. Si me esfuerzo lo suficiente, incluso puedo sentir sus lenguas en conjunto dándome placer. Fue intenso y me hizo sentir muy rara pero también me sentí muy amada cuando me sujetaron con fuerza y mi hermana comenzó a comerse mi culito virgen al mismo tiempo que mi viejo se dedicaba a darme la mejor mamada que se le podía dar a una verguita tan pequeña.
No estaba lista para lo que venía entonces. Apenas y pude entender que había experimentado mi primer orgasmo y mi cuerpo seguía recuperándose de la impresión cuando esos brazos fuertes me agarraron como a un muñeco de trapo y me colocaron sobre esa panza redonda y suave que solía usar como tambor en un tiempo ahora más inocente. Mi papi se apoyó en mi cama mientras mi hermana hacía lo posible por ayudarme a asumir la posición. Poquito a poquito, ambos lograron encaminarlo todo y antes de que pudiera procesar lo que estaba por pasar vi cómo ella sí que podía tragarse toda esa verga sin forcejeos ni arcadas. Lo siguiente que sentí, fue el increíble dolor que deja ser tan pequeña y recibir la enorme verga de mi papi dentro de mi culo de un solo golpe.
Seguramente grité, tengo muy claro que lloré. De todas formas, esa parte si la tengo mucho más borrosa y apenas puedo armar los pedazos con lo que luego le he ido preguntando a mi hermanita sobre mi primer abuso. Solo puedo imaginarme a mi pequeña yo recibiendo vergazo tras vergazo en mi recién estrenado anito mientras mi hermana se dedicaba a apreciar el espectáculo y colaboraba en sostenerme para que no me cayera si me desmayaba. Segun me cuenta, le gustaba tanto verme sufrir con las embestidas de mi papi que también se dedicó a darme golpecitos en la verguita y a apretarme las bolitas para hacerme llorar más fuerte. Maldita puta sádica.
No tengo muy claro por cuanto tiempo me usaron, pero el insaciable de mi padre debió haberme follado con toda su fuerza por lo menos unos cuarenta minutos si mi hermana no está exagerando y si me baso en todas las demás veces que lo dejé usarme como su juguete sexual.
Ni idea de en qué estado me fui a dormir esa noche pero cuando me desperté mi cama seguía húmeda y oliendo lo bastante mal como para hacerme correr al baño a lavarme. Recuerdo pensar en que todas esas memorias de la noche pasada fueron una simple pesadilla surrealista y creído que solo había mojado la cama. Al menos hasta que noté el dolor en mi culo mientras intentaba ir al baño y al salir a la sala en busca de algo de comer fui recibida con las miradas cómplices de mi familia y el mejor desayuno que jamás había visto sobre la mesa en la que desayunábamos siempre. Parecía más un soborno que una celebración por mi desvirgamiento como después bromearon.
Las cosas extrañas no se detuvieron ahí, uno por uno los miembros de mi familia me abrazaron con fuerza y me besaron en la boca de la misma forma sexual e invasiva que mi papi había hecho la noche anterior, aunque no llegó a incomodarme.
Muchas otras personas caerían en depresión o tendrían con muchas emociones encontradas tras vivir algo así y no puedo decir que soy especialmente diferente porque me tomó tiempo procesarlo pero sentada en esa silla mientras no podía dejar de pensar en la verga de mi papi y lo mucho que me dolía el culo, me di cuenta de que mi vida nunca volvería a ser la misma y que dependía de mi si tomaba la contraria o si me dejaba arrastrar por la corriente y me permitía disfrutar hasta el último de los placeres más enfermos en casa.
Fuera como fuera, era el comienzo de mis más placenteros recuerdos familiares.
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