Recuerdos incestuosos
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por satirosex.
No hace mucho, me avisaron que mi primo hermano, el penúltimo mas pequeño, regresaba a la ciudad de vacaciones ya que vivía en el extranjero, acordamos recibirlo, fue total alegría, estaba enorme, tenia años sin verlo, fácil alcanzaba los 1.95, alegre como siempre, saludo a todos, nos abrazo, nos presento a su mujer, en fin fue de las mas calidas recepciones, pasamos un buen rato, dos días mas tarde por mera coincidencia quedamos solos en casa, comenzamos a platicar de su vida en el extranjero, anécdotas, experiencias, un poco de todo y entonces me tomo de sorpresa
Primo –te acuerdas como jugabas conmigo cuando estaba pequeñito- conteste que si, que era muy travieso
Entonces agrego con cierta emoción
Primo –no te hablaba de mis travesuras, recuerdo que una tarde entre sin tocar en tu cuarto y te estabas tocando tu polla, en ese entonces no sabia nada de eso, tu te molestaste un poco, y entonces me aplicaste un “castigo” que me encanto, me pediste que me bajara las ropas y me sentara en tu polla, aun que no lo creas, despertaste tantas sensaciones, me gusto lo que sentía, tu no te diste cuenta pero veía tu cara mientras me lo hacias y senti tantas emociones-
Turbado solo atinaba a contestar con sonidos, mientras el continuaba
Primo –recuerdo lo calientito de tu leche, entre mis nalgas, me asuste un poco, pero tu me explicaste que era eso blanco que escurria, y yo quería sentir mas, me frotaba haciendo que sacaras sonidos raros, veía tu cara hacer gestos, me subiste un poco mas y quede montado, frotando mi culito en tu polla mojada, hasta que me quitaste-
Lo miraba sin saber que contestar, mi cara expresaba todo supongo
Primo –pero no es reclamo primo, me encantaba cada que me “castigabas”, como me ponías con las piernas bien abiertas y me frotabas tu erección en mi agujerito, hasta que brotaba tu leche, mojándome todo, mis huevitos, piernas y culito, me encantaba todo lo que me hacias-
Para ese momento yo cargaba una erección y apenas podía decir un estúpido –me alegro-
Primo –te acuerdas, cuando me pasaba desnudo del cuarto de la abuela, y me metia a tu cama, como me lo hacias mientras mi primo dormia en la otra al lado de nosotros, recuerdo que me tapabas la boca, por que no podía evitar hacer ruidos de gusto, mientras tu estabas detrás frotando tu dura verga entre mis carnosas nalgas, te encantaba verdad? Lo sentía, sentía como temblabas, mas cuando yo mismo paraba las nalgas buscándola-
Mi respiración se iba acelerando escuchando y recordando aquellas tardes, dejando que el hablara
Primo –aun que no lo creas, me encantaba y mucho, todo lo que hacíamos, cada cosa nueva, yo apenas iba a cumplir los ocho, pero despertaste muchas cosas nuevas en mi, recuerdo igual cuando jugábamos en tu cuarto casi desnudos, gozaba de lo lindo contigo encima cuando nos sorprendio tu padre, mi tio, lo bueno es que estábamos bajo las sabanas, y se creyo lo de que jugábamos luchas, me dio miedo igual que a ti, pero cuando se fue, nos dimos mucho gusto, y recuerdo que te veniste como nunca-
Para ese momento yo me tocaba discretamente, tenia la verga como piedra, solo pude decir –que buenos tiempos-
Primo –pero lo que paso despues, fue lo mas rico de todas las veces, te acuerdas? Veíamos televisión solitos, yo empece a sobarte tu verga como te gustaba y a mi me encantaba, ver tu cara y oirte gimiendo, temblaba de emocion cuando te bajaste los shorts y comencé a darme gusto manoseándote, me encantaba oírte y ver tu cara mientras lo hacia, mas cuando me enseñaste a chupártela, nunca olvide como me encantaba sentir tu semen llenando mi boca hasta casi ahogarme, y aun asi te mantenias bien duro y calientito, como me hacias cariñitos en mi culito, esa tarde senti que me ardia todo el cuerpo, cuando me quitaste de entre tus piernas y nos desnudamos, supe que pasaría algo mas, te vi caminar con tu erección moviéndose, regresaste, me tomaste de la mano y me llevaste a tu cama, solito gateando me acomode boca abajo como te gustaba, abriendo bien mis piernas para sentir tu verga mojada, senti y vi como me aplicaste el aceite para bebe, luego me pusiste un cojin debajo del vientre, estabas temblando igual que yo, vi como te acomodabas y como guiaste tu verga a mi agujerito, cuando empujaste, senti que me abrias, me ardia el culo horrible, nunca antes lo hiciste, pero yo estaba tan caliente como tu, que aguante el dolor, mas al escuchar como lo disfrutabas, senti como tu verga me atravesaba lento, abriéndome todo, llenando mi culo, mientras temblábamos, tu me preguntabas cariñoso si me dolia y yo menti diciendo que no, aun que sentía quemar adentro, pero despues de no se cuanto tiempo, todo cambio, vi las estrellas, sentía que hervia, mientras me sacudias a cada embestida, lo mas rico fue cuando descubri que podía verte en el espejo que estaba a un lado de tu cama, tu no lo viste, pero me fascino verte con los ojos cerrados mientras me cogias duro, verte bañado en sudor golpeando mi culo con tu cuerpo, fue algo que se me grabo en la mente, pero luego me premiaste con esos chorros de leche que adoraba, mi primera leche, senti como rebosaba fuera de mi, mientras ya ardiendo perdi el control y buscaba ensartarme en aquel tronco que me hacia ver estrellas, y gritar de placer, no pude controlar mis quejidos, ni tu los tuyos, y por primera vez senti algo que no pude explicar, despues entendí que fue mi primer orgasmo-
Para cuando acabo la narración, mi bermuda estaba mojada y mi erección aun firme, el portaba una igual, nos miramos, y sin decir palabra, se acerco, delante mio se quito las ropas, tenia el cuerpo delgado y atlético, nalgas firmes, con hoyuelos a los lados, solo traía un coqueto suspensorio, me quito lo mio y se monto, guiando mi verga a su caliente agujero, sonrio antes de meterlo y esa tarde recodarmos viejos tiempos mientras nuestras mujeres paseaban
Gracias por leerme
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