Reemplazando a mamá.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Edollan.
Vi muy desesperado a Daniel mi padre, que es un hombre muy trabajador, gran proveedor de su casa, pero la parecer abandonó sus deberes conyugales en aras de darle todo lo material a su familia.
Observé como mi madre salía cada vez más, solo estaba en casa cuando llegaba mi padre.
Eso me hizo crecer un poco sola, solo admiraba a mi padre, porque siempre me trató muy bién, al contrario que mi madre, que me llamaba el adefesio, solo al consultar el diccionario, me enteré de que siginificaba.
Es verdad no soy muy agraciada y ella es una belleza, me parezco a mi padre.
Un dia mi padre me dijo casi llorando, que mamá se había ido de casa y que ya no volvería más, que le había pedido el divorcio.
Me dio mucha pena, así que sentí pánico, porque mi madre siempre me había amenazado con un internado, mi padre tenía un buén pretexto para meterme en uno.
Así que le dije sin titubear
– No te hará falta, te prometo que yo te voy a dar todo lo que te daba ella y más si me lo pides, solo te ruego que no me mandes a un internado – Me miró de arriba abajo y preguntó
– ¿Quieres decir que estás dispuesta a reemplazar a tu mamá? Fíjate bién lo que dices Marta, porque eso es muy serio, me estás dciendo que quieres ser la dueña de casa, dime ¿Asumiento todos los roles? – Sin pensarlo le respondí
– Si no me internas, claro que si, lo haré con gusto, porque la mayoría de las cosas de la casa las hago yo, ella pasaba en la calle – Me miró intensamente, parecía que me desnudaba con la mirada, dijo
– Bueno déjame pensarlo unos dias, porque el internado sería una buena solución para ti, pero si quieres ser.
– Lo interrumpí
– Si lo quiero y te juro que no te vas a arrepentir – Sonrió
– Bueno, lo dicho, lo veremos en unos dias, porque ahora hay que trabajar – El viernes llegó un poco más temprano, como siempre ya tenía lista la comida, hechas mis obligciones del Cole y la casa limpia, en la cena me preguntó – ¿Has pensado bién, si quieres reemplazar a tu madre en la casa? Cuidado con tu respuesta porque, decidirá tu futuro y el mio, no se trata solo de estar en casa, se trata de ser la mujer, la dueña de casa – Lo miré fijamente y respoondí
– Durante estos dias te he demostrado, que puedo manejar la casa, mejor que tu ex.
Yo estoy dispuesta ¿Estás tu? – Me miró y dijo
– En ese caso, nos vamos a la cama y obviamente dormirás conmigo – Lo encontré maravilloso, una aventura de dormir en la cama de mis padres, me acosté como siempre con bragas y mi camisón, luego de apagar la luz se metió él a la cama, sentí que sus manos me tocaban en las piernas y dijo – En esta cama se duerme desnudos, sácate la ropa y duerme como yo – Eso me hizo pensar que estaba sin pijama, me saqué el camisón y él insistió – Sácate las bragas también – Lo hice y me acosté, entonces sentí sus manos en mi vientre, las bajó al pubis y a los muslos me abrió las piernas, sentí sus dedos recorrerme la vulva, sentí miedo, porque entendí, que debería tener sexo para ser realmente la mujer de la casa, le dije suavemente – Estoy virgen, no me tocado nadie – Sin palabras el buscó algo en su mesa de noche y en unos segundos, sentí que sus dedos ponían algo frio y muy suave en la vulva, luego se puso sobre mi y me preparé para ser penetrada, pero sentí una cosa enorme, como una pelota de tenis, que pujaba por entrar en mi vagina, me levantó los muslos y dejo caer su peso sobre mi, esa pelota entró rasgando mi carne, fue un dolor lacerante, espantoso, sentí que me partía en dos y fue tan grande el dolor, que perdí el conocimiento, quedé aturdida de dolor, comencé a despertar de lo que creí una pesadilla, con esa polla enorme completamente dentro de mi vagina, me ardía mucho, él estaba quieto pero sentí como si tuviera un brazo metido en el coño, el dolor no menguaba, pero no dije una palabra, cuando se dió cuenta que había recuperado el conocimiento, me dijo
– Joder que eres estrecha Marta, pero eres mejor que tu madre, creo que me vas hacer muy feliz, bueno y voy a tratar de que tu también disfrutes del sexo – La verdad es que no me hizo ninguna gracia, porque el dolor seguía siendo enorme, como esa polla que seguía dura como fierro, se comenzó a mover despacio y el dolor arreció, me ardía al máximo, pero no dije nada, aguanté hasta que se corrió en mi interior, sentí cuando su leche bañaba la entrada del útero, pensé que me podía embarazar, ya que hacía tres años que estaba menstruando, pero pensé en la tableta del dia después y compraria en la mañana.
Finalmente me sacó su polla y prendió la luz, mi vulva normalmente rosada, estaba ahora completamente empapada en sangre y semen, su enorme polla, estaba amoratada y también con mucha sangre y semen, dijo escuetamente – Ven vamos al baño, hay que lavarse todo esto y cambiar las sabanas, mira como las hemos dejado – Al levantarme sentí el relajo de la vagina y más sangre y semen bajaron por mis piernas, llegué justo a la ducha, puse el agua fria entre mis piernas y sentí la frescura del agua, mitigar un poco el dolor, cuando estuve limpia y seca, me fui a la pieza y cambié la ropa de cama, debí dar vuelta el colchón, porque estaba manchado de sangre.
Unos minutos después entró Dani que al verme desnuda, se comenzó a empalmar, vi como su polla crecía y crecía, era como un pepino grande enorme y en sus ojos estaba la intención de follarme nuevamente, le iba a pedir que no, que me dejara reponerme, pero sus brazos me tomaron como a una pluma y me puso sobre la cama, luego se subió sobre mi y puso su polla sobre mi vientre, comenzó a moverse y pronto entre quejidos y bufidos de placer, sentí como se vaciaba sobre mi, diciendo – Esto es para que no te duela, hay que esperar que cicatrice tu vagina tu ano hay que preprarlo mu bién, Marta, serás una esposa maravilosa –
Me fui a lavar el vientre, pensando en que me la metería un dia por el culo y me comenzó a doler, pero igual que ahora, me sometería a mi nueva condición de mujer, la hembra de mi padre y me sucedió algo extraño, entre a pensar que quería ser penetrada de nuevo, sentír ese pedazo de polla en todo mi cuerpo, muy adentro.
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