Regalo de madre
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por oscareduardo.
Leonardo estaba tomando con su amigo Miguel en una cantina de mala muerte, eran muy parceros porque se identificaban en sus gustos, en sus perversiones, en su vida disoluta e irreverente, ya estaban bastante embriagados y además de compartir sus cervezas tenían la compañía de una dama de mala reputación…mejor dicho con una puta para no ponerle muchos adornos…la mujer no ocultaba sus adicciones sexuales, mientras abrazaba a Miguel y le daba besitos en la mejilla le estaba cogiendo por debajo de la mesa la verga a Leonardo…eran casi las doce del día y la falta de comidita de sal estaba permitiendo que el alcohol embruteciera sus cerebros…la mujer se aburrió de la charla insulsa de los borrachos sacó una disculpa y se fue…Leonardo se paró al orinal , sintió que su pene estaba medio erecto, las caricias de la maldita vieja lo habían dejado excitado…hacía tiempo no tenía relaciones sexuales.
Su mujer lo había echado por mujeriego y sus hermanas no lo dejaban arrimar por miedo a que se sobrepasara con las sobrinas y hasta con los sobrinos, definitivamente era un degenerado y estaba desahuciado por toda la familia, no le quedaba sino buscar cabida en la casa de su madre…se acordó que había pasado el mes de mayo y no había visitado a su mamá Catalina…con su pene en la mano y acordándose de su madre decidió ir a visitarla…tenía que llevarle un regalo…salió de la cantina y con lo que le quedaba de plata fue a un almacén y le compró una blusa y una falda a doña Catalina su progenitora, contento con su compra y en medio del estado de alicoramiento se fue a visitar a su querida vieja… recordó que de niño se gozaba a la vieja haciéndole picardías…cuando estaba parada le subía la falda y salía corriendo, le escondía su ropa interior, le pegaba palmadas en el trasero, la espiaba cuando se estaba bañando aprovechando que el baño no tenía ningún tipo de privacidad, en fin doña Catalina sabía que todas las picardías de su hijo tenían un factor común…una inexplicable atracción sexual hacia ella…se le hacía raro pues había muchas mujeres alrededor de su hijo con mejores atributos físicos y no tenían ningún nexo familiar…
Leonardo llegó a la casa de doña Catalina, mejor dicho a la pieza donde vivía pues habitaba en una casa de inquilinato, su madre no pudo ocultar la sorpresa de recibir la visita de semejante joyita…doña Catalina tenía más de cincuenta años, era delgada y sus senos otrora turgentes mantenían el tamaño mas no la firmeza, caían a su cuerpo como dos grandes guanábanas …su trasero estaba acabado , las nalgas estaban escasas de carnes y también lucían ligeramente caídas…su cara todavía guardaba destellos de su belleza juvenil y sus ojos azules estaban ahora detrás de unas gafas de montura gruesa que la hacían ver de una edad mayor…su pelo recogido con una pañoleta y en su pecho dos escapularios…lucía ese día una blusa blanca de cuello alto y mangas largas, una falda larga que casi llegaba a los tobillos hacía ver su figura más escuálida…desde el punto de vista estético doña Catalina lucía horrible…
Luego de saludar a su madre con un casto beso en la frente Leonardo con gran orgullo le mostró su regalo…Doña Catalina destapó el paquete y sacó la blusa y la falda que le había comprado su hijo…la verdad no cambiaron sino los colores …una blusa negra y una falda blanca eran las únicas diferencias…Leonardo le pidió a doña Catalina que se las midiera…la vieja resabiada le dijo que le daba pereza ir hasta el baño que quedaba la fondo para cambiarse de ropa…Leonardo en un tono tan disuasivo le indicó que no era necesario…doña Catalina le dio la espalda y se quitó la blusa para medirse la nueva prenda, Leonardo atento se dio cuenta que la vieja no tenía brasier…se dio la vuelta y se la mostró…Leonardo insistió que tenía que probársela con la blusa para tener una mejor idea si lucía mejor…doña Catalina volvió a darle la espalda a Leonardo se quitó la falda…Leonardo pudo ver en panti que llevaba su mamá, era un calzón largo de color verde agua marina que no combinaba con nada…pudo observar las dos nalgas que todavía lo intranquilizaban, la vieja se puso la falda y se dio vuelta para la aprobación de su hijo…Leonardo que estaba recostado en el lecho se sentó al borde de la estrecha cama…cogió a su mamá de la mano y la atrajo hacia él…con el pretexto de acomodarle la falda le estrechó las nalgas y en forma descarada le acarició el culo…la vieja trató de retirarse pero la fuerza de Leonardo la dominó…la colocó frente a él y ahora cogiendo su blusa trató de acomodársela no sin antes cogerle sus tetas colgantes…allí estaban esos senos que una vez lo amamantaron y que ahora en medio de su borrachera todavía las veía incitadoras…doña Catalina cogió las manos de su hijo para tratar de retirarlas pero el efecto fue contrario , Leonardo al sentir ese sutil rechazó le dieron más ganas de cogerlas…desabotonó un poco la blusa para darle cabida a su mano que se metió dentro de esa blusa para coger con vehemencia esas tetas grandes y descolgadas…como experto alargó la mano para tocar los pezones, increíblemente estaba parados…eso demostraba dos cosas, la primera que doña Catalina todavía sentía placer cuando sus tetas eran acariciadas y segunda que la vieja con esa reacción estaba aceptando tácitamente sus caricias…
Leonardo entusiasmado haló a doña Catalina hacia la cama y la hizo sentar a su lado…Leonardo a abrazó a su mamá con la mano izquierda mientras con la derecha seguía desabotonando la blusa que le había regalado…doña Catalina empezó a excitarse , sus sentidos parecían haber despertado de un largo letargo…sentía con emoción las caricias atrevidas e incestuosa de su hijo, veía cómo sus senos parecían desperezarse y trataban de levantarse para ser chupadas y acariciadas, su olfato percibía ese olor a hombre sediento de sexo, la vieja se dio cuenta de esa atracción incestuosa y pecaminosa , estaba bordeando el delgado límite entre lo insano y lo racional …justo cuando su hijo le quitaba la blusa para dejarla desnuda se echó la bendición y guardó sus escapularios…Leonardo tomó la mano de su madre y se la llevó a su entrepierna, la verga erecta de Leonardo quedó en manos de su progenitora, ella cerrando los ojos empezó a acariciar ese cilindro de carne que soliviaba el pantalón en forma escandalosa, Leonardo sintió que su verga se elongaba más y bajando la cremallera de su pantalón sacó su enorme pene para dejarlo en manos de su madre… la vieja empezó a acariciar el enorme falo y Leonardo adivinando sus intenciones le quitó las gafas para que pudiera agacharse sin ningún impedimento para que le diera una mamada de verga…doña Catalina bajó su cabeza y como niña ante una deliciosa golosina abrió su boca para degustar semejante manjar… su madre había podido olvidar muchas cosa pero el arte de la felación lo conservaba intacto , mejor aún ,ahora lo había mejorado con la arrechera que tenía…su boca se deslizaba lentamente por ese glande hinchado de pasión…sus manos no querían soltar esa codiciada presa y la apretaba como si alguien quisiera arrebatársela…bajó su manos y acarició esos testículos como si estuviera sopesando algún material delicado…Leonardo estaba que no se cambiaba por nadie…mientras doña Catalina seguía chupando su golosina con sus manos empezó a quitar el pantalón de su hijo…el maldito no tenía ni calzoncillos, andaba como dicen los muchachos “a puro pelo”…doña Catalina vio que gracias a sus habilidades orales el pene de su hijo estaba completamente erecto…sintió envidia y necesidad de sentir una lengua en su ávida vagina…mentalmente trató de hacer cuentas de cuánto tiempo esa vagina hambrienta no recibía un huésped…ni siquiera una lengua picarona había visitado esos entornos…no lo pensó más y se sentó en el espaldar de la cama… abrió sus piernas y la vulva de doña Catalina apareció en ese Monte de Venus…sus labios parecían marchitos y esa gruta adornada con una pubescencia entrecana evidenciaban que los años no habían pasado en vano…pero esa apariencia exterior contrastaba con ese furor uterino que estaba sintiendo…sentía que un intenso calor le subía de pies a cabeza , su vulva reseca hace mucho tiempo ahora estaba inundada de efluvios que habían vuelto a recorrer sus labios y ahora le daban de nuevo vida a sus labios marchitos , pero si algo marcaba su grado de excitación era su clítoris , ese viejo guardián que había caído en un estado de hibernación ahora estaba erecto…dispuesto a prestarse para ser acariciado hasta la saciedad…
Leonardo no se hizo esperar, su lengua empezó a penetrar por esa gruta de placer prohibido, sus labios pudieron degustar los néctares que en esa vagina volvían a fluir como manantiales…pero Leonardo era poco amigo de los preámbulos , a él le gustaba era culear a lo macho, sentir como su herramienta se metía con fuerza por esas paredes vaginales, le agradaba al máximo hacer gemir una hembra de pasión, se emocionaba con los gritos de pasión y de lujuria cuando las hembras sentían como su verga tocaba las áreas más sensibles de su sexo…se encaramó sobre su madre y cogiendo su verga la colocó en la puerta de esa vagina que ahora esta abierta y deseosa de comerse una herramienta de grueso calibre…la vieja abrió sus piernas …se santiguó de nuevo y espero expectante la embestida de esa verga…fue un solo envión … esa gruta tantas veces visitada no ofrecía ninguna resistencia…la extensa verga tocó fondo y doña Catalina emitió un pequeño grito de placer…después empezó la faena de Leonardo, empujaba su pene con fuerza, se diría hasta con furia, quería como partir esa vagina en dos…la vieja empezó a gritar de la dicha pero Leonardo notó que su mamá estaba como asfixiada, no había contado que su peso era demasiado para su delgada progenitora, se bajó y la colocó de medio lado, para facilitar la penetración le tomó una pierna y se la subió a su hombro, esa posición casi de tijereta dejó la opción más cómoda para ambos
Leonardo volvió a retomar el ímpetu inicial y doña Catalina empezó a gozar de esa verga con más comodidad, la vieja estaba tan dichosa que casi no se percata que su hijo estaba en la antesala de su orgasmo…ella estaba muy excitada y sentía que también su orgasmo estaba próximo…pero inexplicablemente para Leonardo su madre de un momento a otro bajó la pierna y se acostó boca abajo…con sus propias manos abrió al máximo sus nalgas para dejar despejado su culo…el orificio pigmentado ligeramente de un color oscuro contrastaba con sus nalgas blancas…
Leonardo no lo podía creer …su madre le estaba ofreciendo ese culito…era algo que nunca le había pasado por su cabeza…su padre le había confiado en una borrachera que la maldita vieja no le había dado ni el olor…pero Leonardo no iba a despreciar ese regalo…para distensionar las apretadas fibras musculares del esfínter anal externo metió su lengua para lubricar el cerrado orificio…fue una labor dispendiosa pero valía la pena…al fin la cerrada abertura se fue abriendo y la lengua de Leonardo empezó a vencer la resistencia del esquivo ano…la vieja que estaba muy arrecha empezó a masturbarse muy suave mientras su hijo encontraba la puerta de su culito…un dedo bien lubricado empezó a ayudar a la abertura del orificio anal…su penetración arrancó aullidos de placer y dolor…el escozor anal se mitigaba con la caricia rectal que doña Catalina a pesar de su edad aún no conocía…Leonardo pudo al fin aumentar el diámetro de ese anhelado culito y empezó a penetrar el estrecho recto…era algo increíble la deliciosa sensación de la presión de esas paredes vaginales sobre la epidermis de su pene…era como si estuviera desvirgando una joven doncella…Leonardo bajó el ritmo de sus penetraciones, quería degustar al máximo la penetración de su verga por ese estrecho conducto, doña Catalina agregó algo más a ese placer inédito , cuando la verga de Leonardo entraba en su totalidad ella contraía el esfínter agregando una presión adicional que le producía una sensación increíblemente erótica y salaz…por fin Leonardo empezó a sentir una excitación máxima…empezó a acelerar el ritmo de sus penetraciones, doña Catalina también aceleró el ritmo de su masturbación ,lo demás fue una cabalgata frenética de Leonardo y una masturbación violenta sobre ese “gallito” de doña Catalina…una copiosa eyaculación anunció sin palabras la llegada a la cima del placer…el clímax los unió en una frenética elevación al cielo…fue la confirmación del más dulce pecado…un incesto que sello un anhelo pasional pecaminoso…Leonardo después de esa cabalgata quedo exhausto…el alcohol, la falta de sueño y el esfuerzo de ese encuentro salvaje lo dejó completamente fundido.
Doña Catalina se paró de la cama, le ardía el culito y la vagina la tenía resentida…se vistió con la ropa que le había regalado su hijo, se colocó nuevamente sus escapularios se echó la bendición y le dio gracias a Dios por ese espectacular regalo que lo llevaría muy dentro de su corazón hasta el fin de sus días.
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