(relato breve) ABUELO Y PADRE CARIÑOSOS CUIDANDO A LA NIETA.
Un viudo, de casi 70 años cuida a su nieta con su yerno..
parte 1
Soy Jorge, un señor viudo, de casi 70 años y aún me considero con buen físico: tengo músculos fuertes, cabello canoso y un bigote casi blanco como de trailero y muy poblado, aunque ya me estoy quedando calvo. En mi casa me gusta hacer ejercicio y tengo debilidad por todo tipo de mujeres. Mi yerno, sin embargo, me enseñó otro tipo de placeres que se pueden tener con mujeres de cierta edad…
Resulta que mi hija, casada con Ramón (cambiaremos los nombres de todos, por privacidad), tuvo que irse una temporada a trabajar a otro estado ya que ahí la habían asignado. Dado que el periodo era relativamente breve, ella no quiso que hubiera mudanza de toda su familia, es decir, su esposo Ramón (mi yerno) y su pequeña de 5 años, Alondra, a la que le decimos Alita, se quedarían en la misma casa pero ya solos.
Dado que no yerno Ramón se quedó con su hija y con toda la responsabilidad, y a que él no tenía tanta familia cercana en esa ciudad, me buscaba mucho para que le ayudara de niñero. Una noche llegó a mi casa con unas cervezas y la niña vestida con un corto vestido azul y mallas blancas a través de la cual se le marcaba toda la panochita pues tenia la costumbre de levantarse el vestido y enseñar y sobarse sus partes íntimas. Su papá le decía «aquí no, hija» lo que siempre me dejaba pensando «si aqui no… ¿entonces hay un lugar donde sí?». Ese día, como les comenté, mi nieta se veía hermosa con su vestido y sus mallas y no dejaba de levantarse la falda. Esto me hizo notar que tampoco traía calzoncito: se le veía su puchita y unas nalgas redonditas que tuvieron un efecto en mí. Tampoco ayuda que yo preparando cosas en la cocina, ella corriera a abrazarme y azotara su cara justo en mi verga semi erecta. Eso me ponía loco, al full, de una manera incomprensible.
La niña decidió ver películas por lo que se quitó los zapatos y se acostó en mi habitación que tenía una cama grande y un baño con tina.
Mientras ella veía películas, Ramón, su padre, y yo, su abuelo, tomábamos cerveza con tequila y cubríamos todos los temas. En realidad fue muy agradable compartir con él. De pronto, la charla tomó otro rumbo y los dos nos estábamos diciendo el uno al otro que ya merecíamos otra pareja: uno por viudo y el otro por «abandonado» (en broma). Confesamos que a ambos ya nos hacía falta tirar leche (tener sexo). Fuimos a ver a Alita quien ya se quedaba dormida, por lo que optamos por bajar a seguir viendo deportes y tomando cerveza. En el cambiar de canales salió, como siempre, una película erótica donde un maduro se coge (folla) con muchas ganas a una Latinoamericana muy jovencita. No había pasado ni 10 minutos cuando nos percatamos que los dos ya teníamos una erección tamaño diablo. Sugerí ir a revisar a Alita -para distraer la atención- a lo que mi yerno contestó gustoso, diciendo «sí, ¡ya va siendo hora!». Al llegar a su habitación, ella no estaba ni viendo películas, ni del todo dormida y se despertó. Ya se había despojado de su suéter, su blusa de frío, pues en realidad hacia calor y ahora brincaba sonriente. Yo podía ver cómo su panocha se movía al compás de sus brincos y me quedé viendo todo el espectáculo hasta que mi mirada se cruzó con la de Ramón, el papá de la pequeña de 5 años.
—¿ Que anda viendo, suegro? — me preguntaba entre un tono lascivo y pecador, sin que la niña se percatara de nada
— Nada yernito. Pero qué bonitos mallones trae puestos tu hija. Su cuerpo no parece de 5 años.
— ¡Cálmese, suegro! ¿Qué pasó? Namás falta que me diga que se pare de cabeza y abra las piernas para verla mejor—.
Yo solo reí y le dije:
— Pues si ella quiere ser gimnasta, ¿quiénes somos para impedirlo? — y procedí a reírme. En realidad fue una broma lanzada al aire pero para ver si funcionaba.
— A ver, Alita— le dijo su padre, — tu abuelo quiere ver si puedes ser gimnasta. Enséñale las acrobacias que sabes. ¡Párate de manos!
Alita asintió con la cabecita y me sonrió y le pidió ayuda a su papá para pararse de manos recargada en la pared por un momento y luego se apartó.
La puchita se mi pequeña nieta de 5 años se veía en todo su esplendor, especialmente cuando separó las piernas puesto que aún estaba recargada a la pared. Me quedé atónito y mi yerno sonreia maliciosamente pero no decía nada. Alita de nuevo junto las piernas y empezó a intentar separarse de la pared para que viera que ella sola se podía sostener de cabeza aunque estaba sobre mi cama.
— Cuidado, Alita, no te vayas a caer— le dije.
— Yo acá la agarro, suegrito. No se preocupe.
Salí de mi letargo cuando ví que su papá la estaba agarrando, en lugar de desde los pies, los tobillos o alguna parte de la pierna, de enmedio, justo donde estaba su rajita y apretaba/tensaba con el pretexto de que no se fuera a caer.
—Ay papi, no dejes que me caiga— suplicó Alita en una especie de gemido, parcialmente provocado porque estaba de cabeza.
A mí se me estaba parando la verga de manera incontrolable y me sentía muy valiente pero no dejaba de ver la escena atónito hasta que recorrí a Alita por todos lados, especialmente su panochita desde donde su padre la estaba «deteniendo» y luego me volví a encontrar con la mirada de Ramón.
Ramón me vio a los ojos con una mirada entre cómplice y pervertida. Con la mirada me señaló la panocha de mi nieta Alita mientras se mordía los labios inferiores y me guiñó el ojo en plena complicidad; algo que yo acepté con una sonrisa un tanto incrédula.
—A ver Alita, necesitas estar más cómoda y además no vayas a romper esos mallones. Mejor te los quito para que hagas acrobacias.
—Pero, papi (bajó el volumen como para que yo no oyera) no traigo calzón.
— No importa hija— intervine. —Aqui estamos solo tu papi y yo que te queremos mucho—.
Ramón la enderezó y procedió a bajarle lentamente los mallones que revelaron una panochita preciosa, deliciosa, lampiña, virgen e infantil.
—¿Cómo la ve suegro? Ahora la tiene que sujetar usted.— dijo Ramón lascivamrnte— Alita, vuelve a subir tus piernas.
CONTINUARÁ…
Estos relatos así, me excitan y me dejan con ganas, lo malo que no sale pronto la segunda parte
ufffff
Aunque no lo crean, suele pasar. Mi novia fue abusada durante años de niña y adolescencia por su padre y el abuelo paterno. Y en la adolescencia se escapó con un hombre para salir de eso. La preño y la abandono. Pero a pesar de lo que paso era muy confiada con los hombres para con su hijita.
Imagino que utilizaste o viste a alguien utilizando esa confianza no?
Genial
Muy bueno 😊 espero la segunda parte
Delicioso relato