Relatos cortos II: Ventajas de tener una sobrina embarazada
Una adolescente embarazada, para unos es una tragedia, para otros un deleite!!!.
Soy un hombre promedio, entrado en sus cincuentas, estuve casado unos pocos años, pero no resulté ser una buena pareja sexual, al tener un pene por debajo del promedio (12 cm ya erecto), eyaculación precoz, y después, debido a mi obesidad, empecé a tener problemas de disfunción. Mi esposa me dejó por un joven no tan guapo pero seguro más viril que yo. Tuve algunos amoríos, pero siempre terminaban cuando descubrían mis múltiples inconvenientes. Así que decidí vivir solo y hacerme cargo de mi satisfacción sexual. Aprendí a darme placer solo, sin necesitar de una mujer para gozar, tenía Gigas y Gigas de pornografía de todos tipos, juguetes sexuales como vaginas y culos de goma, muñecas inflables, masajeadores prostáticos y una gran variedad de dildos, de todos tamaños y formas. Pasaba horas en la PC viendo porno y masturbándome, y aunque podría decirse que tenía cierta plenitud, siempre hacía falta el sabor de la piel de una mujer de verdad, venirse dentro de una vagina, los besos de una boca real. Eso era lo que me hacía falta, hasta que un día llegó.
Mi hermana menor tiene una hija de 16 años, que salió embarazada, lo que representaba una gran vergüenza para ella y una deshonra para la familia. En los círculos que ella se mueve, es algo muy mal visto, no podía permitir que se enteraran. Pero un aborto va en contra de los principios religiosos que tan arraigados tiene mi hermana, así que la mejor opción fue enviar lejos a su hija durante el embarazo, para que nadie se entere, ya después verían que hacer. Yo al vivir en una ciudad al norte del país, era la mejor opción para tener oculta a mi sobrina, así que después de algo de insistencia por parte de mi hermana, tuve que aceptar y darle asilo por unos meses. Lo hice más por el compromiso que implicaba el apoyo a la familia, sin saber el obsequio que me estaba llegando.
Susanita, una nena de 16 años, siempre había sido regordeta, pero ahora que la veía después de unos 3 años de no hacerlo, ya tenía formas de mujer, seguía siendo gordita, pero con tetas grandes, nalgas anchas y piernas gordas. Sentí una punzada al verla con un short cortito y una playera blanca delgadita que dejaba traslúcir sus senos en pleno desarrollo. Mi hermana, al despedirse le dijo a Susana «Hija, debes portarte bien, obedece a tu tío, y sé buena con él, recuerda que debes siempre de ganarte la hospitalidad que te da».
Los primeros días fueron difíciles e incómodos para ambos, ella no tenía todas las comodidades que tenía en su casa, tenía que ayudar en las tareas del hogar por instrucción de su mamá, aunque lo odiaba, pues no estaba acostumbrada a hacerlo. Yo por mi lado, no podía dar rienda suelta a mis horas de masturbación ni estar desnudo por toda la casa. Pero poco a poco fuimos entrando en confianza, empezamos a llevarnos mejor, yo la dejaba pasar mucho tiempo en redes sociales y yo a cambio disfrutaba de ver su cuerpo juvenil andar por la casa con ropa ligera, eso me inspiraba para masturbarme en las noches, incluso llegué a robarle ropa interior para olerla y para masturbarme con ella y llenarla de leche. Las cosas empezaban a mejorar…
Aunque mi trabajo era desde casa, a veces tenía que salir a ver algunos asuntos. Un día salí casi todo el día, y al regresar, llamé a Susana para cenar, ella llegó a la mesa, muy sonriente y jovial, más que de costumbre. Traía una falda algo corta, y una blusa muy escotada, eso me animó también a mi y cenamos de muy buen ánimo, después cada quién fue a su cuarto, yo iba dispuesto a masturbarme pensando en esa figura juvenil, usaría mi vagina de goma favorita e imaginaría que era Susana. Cuando noté que mis cosas estaban desacomodadas, las puertas de mi closet entre abiertas, y mis juguetes en desorden. Se suponía que nadie entraría a mi cuarto, por eso nunca había tenido que esconder mis juguetes, pero ahora que no estaba solo tal vez debí hacerlo. Fui a mi PC y abrí la aplicación para ver la grabación de las cámaras. Lo que Susana no sabía era que tengo cámaras en toda la casa.
Después de irme, Susana estuvo un rato viendo la TV en la sala, después se quedó dormida por un muy buen rato, casi desisto de seguir viendo pensando que no encontraría nada inusual, pero después la vi que despertó, se empezó a acariciar las tetas, después se llevó las manos a la entrepierna, y se empezó a tocar también, después de unos minutos así, se quitó la ropa, se puso la almohada entre las piernas y se empezó a frotar con ella hasta que tuvo un orgasmo. Yo estaba muy excitado viendo ese espectáculo, después durmió un rato así desnuda, yo me iba a masturbar viendo otra vez esa escena, pero pensé que debería haber más, sino como fue que mis cosas estaban en desorden? Adelanté la grabación, y sí, después de otro buen rato despertó, se levantó desnuda, anduvo por la casa así, y se dirigió a mi cuarto, entró, estuvo husmeando, no sé que buscaba o qué esperaba encontrar, pero cuando dio con mis juguetes, primero los examinó, se rio un poco, pero al ver los dildos, los empezó a ver, uno por uno, agarró dos de un tamaño no tan grande, se fue a mi cama, se acostó y empezó a masturbarse con uno de ellos, después tomó el otro y lo empezó a mamar. Estuvo así un buen rato hasta que empezó a retorcerse otra vez, claramente tenía otro orgasmo. Después regresó los juguetes al closet, se fue a su cuarto, se bañó y se arregló. Yo enseguida fui a ver los dildos que había usado y los olí, lograba percibir el aroma de sus fluidos, lo empecé a chupar mientras me masturbaba, en unos pocos segundos empecé a chorrearme sin control. Caí extasiado en mi cama y me quedé dormido.
A media noche desperté, lo que tenía mucho que no pasaba, estaba erecto otra vez, estaba muy excitado, volví a reproducir el video de Susana masturbándose con mis juguetes. Estaba tan caliente que sin pensar fui a su cuarto, dormía plácidamente, levanté las sábanas y fue mayúscula mi sorpresa al ver que dormía desnuda, estaba boca abajo, así que tenía completamente a mi disposición sus ricas nalgas, las empecé a acariciar, primero tímidamente, pero después ya sin ningún disimulo las apretaba y metía mis dedos en su vagina. Ella despertó y solo dijo «tío, no», y yo solo atiné a decir «shhhh» pidiéndole silencio, ella obedeció, se quedó quita mientras yo la acariciaba. Le pedí que volteara, ella obedeció y dejó al descubierto esas tetas, que, a mi parecer, cada vez estaban más grandes y turgentes. Los empecé a chupar mientras con mi mano jugaba con su clitoris y metía el dedo en su vagina que se empezaba a humedecer. Ya no podía más, se subí en la cama, la hice que abriera bien sus piernas, ella nuevamente dijo «tío» y volví a decir «shhhh», me subí en ella, entre mi panza y que no abría bien las piernas, me costó trabajo, pero pude penetrarla, ella solo respiraba algo agitada. Yo la embestí un par de veces y tuve que detenerme y respirar hondo, porque sentía que estaba por venirme, y no quería, quería seguir disfrutando de esa vagina joven, cálida y apretada, intenté besarla pero quitó la cara, solo acerté a besar su cuello, y luego sus tetas, volví a embestirla, una, dos, tres, no, no no… solo unas cuantas embestidas y me vacié dentro de ella, era una delicia volver a terminar dentro de una vagina, y no de hule, tampoco de una muñeca inflable, es más ni siquiera la de una mujer mayor que se llegó a acostar conmigo con unos alcoholes encina. Era una vagina apretadita, que solo había sido penetrara unas pocas veces, es más aún tenía un vello muy fino y suave. Una vez que volví en mí, me bajé de la cama, mi pene ya estaba completamente retraído, solo le di un beso más en la mejilla y me fui a dormir feliz.
Los días siguientes volvieron a ser incómodos para ambos, yo quería hablar con ella, pedirle disculpas, pero no sabía como, esperaba que en cualquier momento llegara mi hermana para llevársela o a reclamarme. Pero los días pasaron y nada. Un día me decidí a hablar con ella:
Y. Hija, lo del otro día…
S. Está bien tío, mi mamá me dijo que fuera buena contigo, y que tendría que pagar la hospitalidad que me das, supongo que se refería a esto. – Me dijo sin dejarme terminar. Yo quedé boquiabierto por lo fácil que resultó todo.
Y. Sí, supongo que a eso se refería. Pero de todos modos, preferiría que esto quede solo entre nosotros, ok?
S. Sí tío, no le diré a nadie.
Y así quedamos, hicimos un trato. Ella me complacería y ella sería la reina de la casa, no tendría que ayudar en ninguna labor de la casa, podría hacer lo que quiera, le compraría lo que me pidiera hasta ciertos límites y todos seríamos felices.
Así, con ella, el problema de la impotencia se ha ido, no teng ningún reparo en cogérmela a cualquier hora del día o cuantas veces quiera, y lo mejor es que al estar embarazada, no tengo que tener ningún cuidado, puedo venirme cuanto quiero dentro de ella. Eso sí, la eyaculación precoz no mejora, pero no importa, parece no importarle que termine en minutos o incluso segundos. El único problema del embarazo, es que su panza cada vez está más grande y con mi pene tan pequeño, es más difícil poder penetrarla. Pero nos las arreglamos, ya sea que me la coja de perrito, o bien, con sus tetas que cada vez están más grandes y duras, me hago unas rusas con las que termino llenándole las tetas de semen. También, me gusta verla masturbarse, cada vez está más caliente, y le gusta meterse dildos más grandes y gruesos, al tiempo que ella lo hace, yo la veo mientras me masturbo y termino sobre ella, cualquier parte del cuerpo es buena para recibir mi semen, su cara, tetas, nalgas, piernas, panza, incluso el cabello, en fin, mi sobrina se ha convertido en mi depósito de semen.
Esta es la historia que mi mente morbosa ha creado sobre un conocido y su sobrina viviendo juntos…
Buenísimo! pocos saben lo erotico que es cojer una embarazada!