Resumen de una chupadora
Hago unos recuerdos y un resumen de mi vida de chupadora y bebedora de semen.
Ha pasado más de un mes… y aquí estoy de nuevo. Casi voy a hacer una recopilación, unos sentimientos y recuerdos que me calientan el solo recordarlo, un tacto, un olor, un sabor. Sí…, según se puede saber de mis otras narraciones, me he alimentado de leche de hombre durante muchos años. De 10 a 15 años, cinco años bebiendo intensamente, sobre todo la leche de mi hermano.
Lo que empezó como un juego de «mayores», en el que yo era pequeña y me introducía en juegos picantes, mi hermano me sacaba 5 años, de la misma forma que sus amigos. Ellos con 15, ya con penes desarrollados, unos más gordos que otros…, y yo descubriendo los genitales masculinos. Me asombraba…, y ahí habría algo de morbo que me gustaba, pero no sabía explicarlo bien.
Pues…, en relatos anteriores ya he contado como empecé jugando con la polla gorda de mi hermano por casualidad…, y como me gustaba y a él también, se convirtió en costumbre. Se enteró un amigo suyo, un poco más guarrete y ya fue mi segunda polla conocida. Este amigo tenía a su hermanita (conocida mía también) como una gran chupadora, y ellos dos me enseñaron a cómo hacerlo. Mi hermano no se lo esperaba…, y empecé a chupar su polla y beber su semen. Sin que sea un manjar, me gustaba y más me gustaba lo mucho que le gustaba a él.
Y… pues eso. En mis anteriores mensajes lo he contado más detalladamente. Amigos de mi hermano (y de la persona que me enseñó a chupar bien) se plantaban en mi casa, porque se habían enterado…, y ahí estaba yo. Al principio solo pajeaba…, pero también llegó el momento de probar la leche de varios chicos a la vez. Yo, emocionada, por supuesto. Luego, alguno de esos chicos me decían en secreto si quería ir a sus casas a chuparsela y beberme su leche. Con un par de ellos sí lo hice.
Y eso…, que durante varios años, sobre todo con mi hermano, que me bebía su leche varias veces a la semana, y algunas veces, todas las noches (y algunos días varias veces al día), me alimenté muy bien con las proteínas y sales minerales del chorro de leche de hombre que me entraba por la boca. Eso sí, no quería que me ducharan (que algun chaval lo hizo y no me gusta luego limpiarme). Cuando se corrían, me enchufaba su polla en mi boca hasta que se deslecharan totalmente.
Fueron años que recuerdo con agrado. Aquellas chupadas en el bosque, cuando mi hermano miraba a izquierda y derecha para que no pasara nadie, mientras yo mamaba su inmenso glande y me metía su polla en mi garganta. Luego veo vídeos porno de mamadas y me pregunto, ¿eso hacía yo? ¡hala!! Síiiii. Dejaba sin leche a mi hermano y me la tragaba toda. Eso hizo que cuando tuve algún amiguito años después, se asombrara de lo bien que yo chupaba. Jajaja, eran muchos años de experiencia.
Pues eso…, este post solo es recordatorio de los anteriores… Recuerdos de una adolescencia donde descubrí primero el pene de mi hermano, su leche sabrosa y los tantos penes y tanta leche que me habré tragado. En sitios concretos (mayormente en mi casa, claro, cuando mis padres dormían, en mi habitación o en la suya…, en silencio, chup chup chup)…, y también en sitios insospechados. Desde casas ajenas (de mis tíos), al bosque, en la playa, en el parque…. Pero con cuidado que no nos pillaran. Pero eso daría más morbo a mi hermano porque en esas ocasiones me encharcaba la boca en semen. Siempre se portó muy bien conmigo, así que lo mejor que podía hacerle es mamarle la polla, que tanto le gustaba.
Qué bueno…., bañador en los tobillos, tapados por matojos en la playa…, garganta profunda…., y al final él moviendo las caderas, empujando su pene en mi boca, momentos antes de echar los chorros. O sacandose la polla a media noche, con poca luz de unas farolas lejanas… Aunque sigo disfrutando lamer, chupar y tragar pollas, esos recuerdos de cuando era pequeña siempre me acompañarán.
Ya mayor mi hermano, con 20 años, y yo ya crecidita, con 15, se echó novia. Pero yo seguía «ordeñandolo» y bebiendo su leche. Él me respetó siempre. Nunca interactuó sexualmente conmigo y yo no quería. La cosa era que me daba su leche y yo la bebía, previa paja o mamada. Pero…, meses después de salir con su novia, yo seguía mamándosela. jajaja, ¡estaba a dos bocas! Ya había enseñado a su novia como le gustaba que se la mamasen…, y también en mi casa seguíamos igual (por la noche, a beber leche). Lo comentamos y me lo dijo, que también daba leche a su novia. Normal, claro. Lo menos normal es que, igual que yo lo sabía, su novia lo terminó sabiendo, que yo participaba de su leche. Hasta que lo comentó estando las dos presentes. Ella era mayor, claro, como él…., pero nos lo propuso…, nos dio un poco de corte a las dos…, pero él nos animó…., y le dimos una buena mamada. Al final, con eso de querer que compartiésemos su leche, lo que pasó es que duchó a su novia. Mejor, porque a mi no me gustaba que me duchasen en semen.
Pues eso… Sí…., compartí la polla de mi hermano durante unos meses…., pero al final se acaba la cosa. La polla de mi hermano terminó siendo toda para su novia y yo……….. Eso que pasan días, no comentamos nada…, una mamadita…. más días……, semanas……… y ya cada vez es más difícil que yo beba leche. Al final, le veo poco y la polla suya se la da a su novia. Lo entiendo…
Ya creceré yo y tendré mi polla y mi leche para mí. Eso lo conseguí años después. Semen en mi boca y garganta, por litros. En otros «conductos» míos, bien poco, jajajaja. No sé cuantos litros de semen me habré bebido en mi carrera de chupadora, pero son muchos muchos. Alimentada, bien alimentada que estoy.
Muy rico relato 😉