Roxana, mi primer amor con sexo incluido – Parte II
El día anterior tuvimos nuestro primer encuentro con sexo oral en el medio. Como primer clase estuvo genial pero ahora yo quería poseerla, tendría que convencerla.
Todo ese día estuve desesperado por la hora. No veía que llegara el momento de salir para la escuela donde con Roxi nos encontrábamos. Es más llegué un rato antes y previsor el hombre llevé una frazada y un pote de gel lubricante, esperanzado en poder usarlo.
Al rato llega Roxi, venía sonriente y vestía una calza corta y una remerita que apenas cubría sus pechos. Ya al verla así vestida se me puso la tripa dura como un riel. Ella al llegar me cuenta que luego de nuestro encuentro se le pasó el dolor de ovarios. Y que le gustaría seguir incursionando en esto del sexo. Música para mis oídos. Enseguida le propuse un plan, ella me mamaría la verga mientras yo le chupaba la conchita. Ella aceptó muy segura de sí misma. Y me cuenta que al comentarle a la hermana lo que había echo conmigo, su hermana Tatiana le enseñó un par de trucos para que su novio disfrutara más. Y que hoy los pondría en práctica. Eso me intrigó mucho pero seguro sería genial.
Tendimos la frazada en el pasto detrás de unos arbustos del cerco de la escuela, donde nadie podía vernos desde la calle y procedimos a sacarnos la ropa, para mi sorpresa Roxi se sacó toda la ropa, quedando totalmente desnuda frente a mí. No me quedó otra que hacer lo mismo, y al hacerlo mi verga quedó dura apuntándola. La niña se me aproxima y nos acostamos uno al lado del otro, pero cabeza Vs. pies. haciendo un tradicional «69» (Consejo de la Hermana). Pronto ambos estábamos muy excitados, Roxi se metía media verga a la boca y chupaba con dedicación, yo disfrutaba de su caliente cuevita, la que por cierto tiene un sabor exquisito. Y nos complementamos tan bien que al unísono mientras ella acaba en mi boca, yo lanzo mis chorros de semen directamente a su garganta, esta vez se los tragó todos. Pasado unos momentos, habiéndonos sentados uno al lado del otro yo seguía con la tripa bastante dura, y me tiro el lance de decirle que podríamos tener sexo. Me mira algo confundida y no muy convencida pero todavía está excitada. Y me cuenta que su hermana le dijo como debía hacer pero que le da cierto miedo ya que mi verga es bastante grande para su conchita. Obviamente muy tranquilo le explico que la naturaleza de la mujer está diseñada para recibir el pene del hombre en su vagina, que la misma se estira y que deberíamos probar si entra, que le gustará una vez tenga la pija dentro. No muy convencida se recuesta de espaldas, me acomodo entre sus piernas y nuevamente acometo su concha con mi lengua y los dedos, pero también habiendo notado que el tener un dedo en el culito la excitó sobre manera, unto con saliva dos dedos y se los voy metiendo de a poquito en su ano. Al principio medio se queja y se resiste, le pido que se relaje y que así lo disfrutará. Me hace caso y pronto está muy caliente y con dos dedos en su ano. Es momento de desvirgar a la niña. Me arrodillo y me acomodo con sus piernas en mis hombros, tomo mi badajo por el tronco y suavemente abro sus labios vaginales que están súper inflamados por la excitación, de a poquito voy abriendo esa flor y mi pene va entrando en su estrecha cueva, está muy lubricada lo que favorece la penetración, de a poco y con algunos quejidos y suspiros de parte de mi niña, la verga llega hasta su hímen, simplemente tomándola de las caderas, empujo fuerte y rompo su virgo, pega un gritito y la verga se sigue deslizando, pronto está su vagina totalmente llena por mi trozo de carne. Siento el palpitar de las paredes de su conchita, mi verga está bastante apretada, el placer que me brinda es tremendo, y noto que ella hace el esfuerzo de disfrutar el momento, pronto nos movemos al unísono, y nos cogemos por más de 10 minutos, pronto estoy al borde del climax, se lo comento y me dice que siga que ella también está por acabar, oyendo sus palabras se la entierro hasta el fondo y le lleno la concha de semen, ella al sentir mis chorros, entra en un espiral de tanta calentura que tiene dos orgasmos seguidos. Quedamos pegados por unos cinco minutos. Le saco la verga que sale manchada con sangre y semen. Tomo mi remera y limpio su conchita y mi tripa. Contra lo que uno pueda suponer de una niña que ha sido desvirgada recientemente, ella está feliz, súper contenta. Y mirándome con esos tremendos ojazos me agradece la cogida, que mañana repetiremos y avanzaremos en las prácticas sexuales. Sigue en parte III
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