Salpiqué a pura cogida el rico néctar de mi primita
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Zentrix.
Lo mío (y nuestro), pasó varios años atrás al visité a unos tíos a su casa en una provincia vecina. Son profesores y era pleno enero, así que “vivían” fuera casi todo el día por clases de verano. De sus 4 hijos, 3 son chicas. La de esta historia en particular es Verónica, de 13 y la más chica. Ella es blanquita, de pelo largo rubio con bucles, ojos avellana y labios rosaditos. Ya se había desarrollado muy linda: unas tetas ricas y turgentes, nalgas que ya pensarían “qué antojo de eso”. Solía charlar en el comedor con amigas, también iban a su pieza a poner música, o si no ella estando sola. Casi no salía, prefería estar cómoda con sus cosas y leyendo sobre ídolos musicales.
Tras un largo viaje, llegué para unas lindas vacaciones. Había ido con vistas a quedar un mes y ese mismo día paseamos por varios lados con mis tíos y 2 de las chicas (los otros salieron con amigos) a lo que Vero fue tomándome cariño, pegada a mí, y terminé siendo el que más estaba con ella en lo que hiciéramos, hasta ambos solos sin mis tíos si me decía que la siga para mostrarme esto, lo otro, etc. Gran cariño, gusto, afinidad, como quieran decirle.
Todo eso normal, como toda familia en actividades al aire libre, así los 4 primeros días. El quinto, al despertar desayunamos y todo eso, y luego charlaba con ella que para agrado mío se soltó un montón y diría que hablábamos de todo. Me contaba sus cosas como los que le gustaban, “son lindos pero un desastre”, no sabían tratar a una chica y mentían: típicos temas de su edad, y me daba cierta ternura o simpatía, totalmente su confidente yo, y ella mía para lo propio, la divertía y la pasábamos estupendo. Era prácticamente un compañero suyo más, y de hecho por oírla y por y entenderla hacía ese papel tal cual. Todo en el fondo de su casa y lejos de que la madre la oyese y dijera “ay Vero, de eso no se habla”, claro en broma, sin regaños, pero igual ella quería hablar en secreto.
Terminamos hablando de parejas, de qué chico o chica nos gustaría respectivamente a cada uno, y de repente me pregunto curiosa: "¿Y vos tenés novia, cierto?". Le dije la verdad, que no, a lo que ella dijo "Ah, yo creí que sí… mmm bueno yo igual, cero novio" como en tono resignado, y siguió aunque cambió a una clara timidez: "Y… si yo te pido Manu, ¿a vos te gustaria ser mi novio hasta que te vayas?”. Allí, entre no creer lo que me decía, la mire con su cara de ruego dulce: “Daaale, te prometo no ser una pesada" y ante mi mirada pensativa se rió con evidente pudor diciendo: "aaay bueeeno, no me digas que nunca te había pedido algo así una chica jaja. ¿Qué pasó ahí?". Yo un poco avergonzado igual, le seguí la risa y dije que sinceramente no, nunca, ando bien soltero. Dijo: "Y bueno, aprovechemos entonces! Si va a ser re lindo, ya nos llevamos súper bien estos días y me reee gustaría conocer cómo es con vos", dijo con aire de proponerme algo atrayente. La miré con su enterito y sus lindas piernas y claro, acepté. Ya desnudaba y la comía con la mirada.
Así es que salíamos seguido a varios lados, hasta montes pues viven en área suburbana y todavía quedaban partes sin casas, con yuyales. Pasándolos era algo más intenso el calor por la humedad retenida en el pastizal, más caluroso y nos hacía transpirar. Me quejaba algo en mi mente pero al verla sudar cada vez más su vestido se le transparentaba y con ello sus tetas aún bajo la lencería se veían mejor. Sumado a eso, su piel brillaba lindo y rico y empezaba a gustarme oírla dar gemiditos como “ah… uf…” y demás, por el cansancio y el calor. Hubiera tomado su mano para llevarla tras unos arbustos grandes a besarla y chuparle todo, al ser más altos que nosotros y frondosos, pero no quería arriesgarme aún con nadie en la calle, me ganó la cautela. Esto fue por las mañanas, y a la noche íbamos todos juntos a cenar, así que cero chance de algo.
Así tomamos más y más confianza y llegamos al punto en que, fuera de vista, ya la acariciaba más íntima estando juntos con la tele, rozaba sus pechos sobre la ropa y respondía abrazándome más, o daba muy suaves “mmmh…” y apenas abría la boca; me encantaba. Días después, tras avanzar así, y tras desayunar hace rato estábamos en su pieza o dormitorio con música. En eso mis tíos estaban él preparando las cosas de clase y ella cocinando para los mayores ya que eran las 12 y salían 13.15 a clase para las 13.30. Ella estaba como dije antes, hasta que abrió los ojos, me miró y dijo “Manu, nunca hicimos algo de novios, me aburro… alguna cosa quiero probar”. Como todos aún seguían ahí, le pedí esperar que se vayan para quedar solos, total yo era un tipo tranquilo que quedaba cuidando a su primita. Salieron todos y nadie volvería antes de las 20, sea en auto o a pié menos. En fin, tardarían. Comimos los dos aparte al tener hambre y fueron las 14.15, decidimos ir a ver tele para distraernos y bajar la comida. Había pereza por el buen almuerzo que tuvimos, así que lo que ocurriera podía esperar.
Así fueron las 15 y la miré… sentada con su musculosa rosada y una pollerita que le dejaba ver la bombacha por sus piernas elevadas y juntas de brazos, veía todo, y en un momento dice: “bueno, ya pasó un buen rato de que se fueran y nadie quedó, vas a enseñarme algo?”. Casi hablo y puse frenos preguntándole si estaba segura, podía ser mucho para ella, más en joda que verdad aunque supe que no era tonta y que sabía lo que decía, más si anduvo con un par de chicos ya. “Bueno, ¿y cómo empezamos?", y en tono pícaro me dijo "No se… ¿un beso? Así suelen hacer si te quieren". Yo encantado. Noté su pose y le dije "aparte si querías ser mi novia empezaste bien", se sonrojó al darse cuenta y dijo riendo "Callate, tarado. ¿Eso pensás con una chica?". Yo: "obvio, y quiero el beso pendiente hoy, ojito". “Vení a buscarlo ya entonces”. A los 5 segundos la tomé suave de su nuca y con la otra mano empecé a acariciarle las nalgas. Usaba su lengua torpe pero genial igual. Le faltó gemir, y lo hizo al decirle "que rico besás, Vero. Me estás re calentando así". Respondió en susurro: "yo igual, en seguida voy a pedir más". Mi pija ya era un fierro de estrujarle sus nalgas, casi colándole un dedo en sus cachetes hasta el agujero del culo pero me contuve, estabámos aún en su comedor no tan cómodos como podíamos estar pero todavía faltaba previa.
Pensaba cogérmela con ganas, así que cerramos todo lo que de a la calle o a vecinos para hacer tranquilos lo que queramos. Volvimos al sillón donde nos besamos y amasé bien lindo su culo para seguir. Ya nos tocábamos con plena calentura pensando en las 7 horas restantes de lo que sea… la mano con que masajeé sus tetas bajo la musculosa fué bajo su bombacha (bikini) y tras ensalivar bien mi dedo sobé su clítoris con ganas. Gimió más y cada tanto cortaba eso para chupar su boca como hambriento. Decía con lindo susurro que venía de un grito atenuado "seguí, máaas, máaas!" cada vez que separábamos los labios. Le metí dedos en la concha todo lo que pude sin desvirgarla y sentí su hermoso gel. "Uuuy… estas mojadísima, Vero. Quiero chuparte toda. Puedo Bajar?". Y me asintió, con lo que a los 3 segundos le pincelaba su concha y labios a pura lengua mientras le masajeaba su clítoris de nuevo con el pulgar. Se me arqueaba de gusto, así 20 minutos. Ya no daba más. Saqué mi pija hecha piedra y me pajeé soltando su clítoris para que me chupe los dedos o masajearle más sus tetas. No paraba de moverse, hacía toda una gimnasia disfrutando. Cuando la vi toda agitada, roja y chorreada de caliente por su sudor y flujo, me ganó preguntarle “¿Querés pija, querés probar algo bien rico que hacen los novios? Te prometo ser suave”, pero me dijo "Manu, cojeme como vos quieras. Soy re virgen pero me la aguanto toda… es mil veces mejor la tuya que estar con esos idiotas, ni besarme sabían y aparte ya tendrán otras". Yo sonreí. Me respondió con una sonrisa: "en serio, no te rias” como con algo de pena pero a la vez sabiendo que estábamos en total confianza y yo la entendía. “Ni me hubieran chupado tanto así, mirá como estoy jaja, y encima lo que te falta hacerme", y con 34 de calor levantó algo sus breteles: era genial, transpiradísima estaba. Parecía salida de nadar en una pileta y se hubiera vestido tras casi ni secarse.
Yo estaba igual o peor. Mi cabeza era una brasa imaginando que iba a meterla toda en esa nena que me hablaba de coger tan normal como si era una novia o “amigovia”, mientras era un lío de sudor con su ropa así. Tuve la idea de preguntarle si alguna vez chupó una verga y dijo que no, sólo vio videos porno y tenía unos en la PC pero nunca probó una, así que propuse ir a ver los que tenía y fue algo vergonzosa en aceptar porque era algo muy suyo pero le dije que no tenía por qué estar así, si total también me pajeaba un montón en mi casa viendo eso y parece que le gustó lo que dije, imaginarme, o ambas, así que fuimos así como estábamos y tras buscar unos cuantos nos prendimos y le puse mi pija en la cara con la cabeza lista de roja, viendo como si le gustara pensar que eso podía entrar en ella.
Empezó a lamerla y luego comérmerla con cierta torpeza como al besarnos, pero al decirle cómo hacer y viendo la orgía que estaba en el video, me obedeció y en seguida me la chupaba toda como la más trola, como toda una puta precoz y además de todo el morbo tan descomunal de que la tenía sentada chorreando sudor y comiendo mi pija un manjar de rico, me moría de caliente sabiendo era mi prima y encima estaba hermosa con sus tetas brillando en ese calor estancado al sacarle toda su musculosa y el sostén para poder amasarlas mientras era mitad chupármela y mitad pasarle su lengua con gusto por todos lados mientras agarraba suave y masajeaba mis bolas quedando sólo con su faldita y bombacha por abajo. Nunca había sentido tal excitación, más de no creer que me pasaba a mí con ella. Babeaba un poco al llevársela al fondo de su garganta pero se secaba luego lo que cayera al piso, no importaba. Me lamía más y más y ya hasta las bolas con el tronco, y los hilos de saliva que caían en un momento los tomaba con la mano y los untaba en mi pija, y la volvía a chupar. No me aguanté y le dije "Verito, te quiero coger… vamos, ya fue me super calentaste y quiero abrirte la concha así como la tenés hecha una laguna”.
La besé y agregué “Aprendiste genial, perra". Le di un suculento beso con lengua, le comí la boca con total lujuria y puso tremenda cara de zorra, como si al fin le dije la obscenidad que esperaba. Como ya tenía periodo y era irregular, tomaba pastillas. Eran de control, pero geniales para darle sin miedo y llenarla de ratones, morirme dentro suyo. Así que aseguró tomando una y fuimos a su pieza ubicada al centro de la casa, nos subimos a la cama (cucheta) de arriba pues dormía con su hermana ausente. Pudimos ir abajo, pero ahí era fantasía que la otra nos oyera coger como perros en celo y nos ponía a mil. Estaba en el cielo gozando a la pendeja, y amaba saber que la desperté así además de que sea tan arrecha y entregada.
Para evitar líos dejé una toalla en la cama que chupe nuestro harto sudor híper calientes y luego un toco de papel higiénico bajo su culo para que absorba la sangre que pudiera salir de su concha cuando le enterrase la verga y la desflore toda. Nos desnudamos del todo. Ya acomodado sobre ella, noté que me veía como embobada. Le pregunté si estaba bien y dijo que sí, estaba re bien, sólo que un poco nerviosa y ansiosa pero también feliz de que sea yo quien la haga debutar, que le dé su primera vez porque era súper amoroso, y con eso me ablandó y la besuqueé toda sintiendo y chupando con toda mi boca sus pechos, diciéndole que ella también era toda una miel, por todo lo dulce que se portaba y por lo que me la quería comer. Despacio pelé mi verga y se la sobé en su entrada vaginal, era tan deliciosa con esa crema chorreando, que me hacía saber bien que estaba por morirme de gusto disfrutando dentro de ella.
No aguanté y la ubique en el agujero, empujé lento pero derecho y entraba de a poco hasta que al ir la cabeza empezó a gemir con leve dolor: toqué su himen. Sabía que o paraba por su reacción y paraba lo demás, o la desvirgaba y tenía el mejor sexo con una de ellas que más deseaba. Con eso y más en mente, decidí lo obvio, empujar firme contra esa resistencia hasta que en un momento avancé de golpe y comencé a sentir un largo y aterciopelado “aaaaaayyyyy…”, era ella gimiendo mezcla de dolor y gozo hiper humeda, su carne deliciosa y hecha sopa del jugo vaginal, haciéndole deslizar mi miembro de piedra adentro de su ser, era divino.
El sentir la hermosa lubricación pura de una nena la mar de caliente con hormonas hirviendo y loca transpirando lujuria era el infierno. Apretaba riquísimo, cerró sus piernas por mi y era tan rico, que de hacer aplaudir plas plas plas su hermoso conjunto de labios con mi pelvis y mis huevos contra su culo a pura embestida, me forzó a bajarle el ritmo de cogerla tan fuerte o explotaba de lo sabroso que me hacía sentir, y quería que dure mucho más que eso. Más arriba ya cara a cara nos decíamos mil obscenidades como novios o recién casados en un rato super caliente. Me solté y le dije con ímpetu del gusto “aah, aaah, nena me encantás, no te la quiero sacaaar! Te encremaste hermoso, loca de mierda”, ella se enloqueció y dijo “yo tampoco Manu, dame fuerte mi rey, que super rica que esa porongaaa, así me estoy por recontra mori-i-i-i-ir, a-a-a-aaah!!!” y se entrecortó cuando le junté las piernas y se la di más fuerte un instante, con sus tetas sacudiéndose arriba y abajo de lo más rico, de paso también sonaron de más hermosísimos su pubis y muslos, todos bien empapados.
Miré abajo admirando esa escena de su cuerpo estremecido y la luz que iluminaba nuestras pelvis dejaba verlas hechas un charco brilloso de néctar hasta donde empezaban nuestras piernas, todo salpicado o sudado. Cada vello púbico era mitad planchado del enchastre y mitad con pelos que se estiraban al separarme de ella y sacarle la pija para metérsela como un pistón otra vez. Sus labios se sentían hinchados y seguro hermosos. Tenía la cara rojísima y empapada y me hizo lamerle su mejilla para luego chuparle la boca como un loco. Éramos dos fieras cogiendo en un celo enorme y desinhibido, más calientes que varias porno de ambos. No sé bien cuánto tiempo cogimos, pero no debía ser más de 15 minutos aunque me parecieron un montón, perdí la noción del reloj en su tan sabroso y exquisito charco de jugos híper hormonados. De repente quise darle un toque de buena adrenalina y le dije con mi mayor tono pervertido y caliente “Vamos a coger al comedor, mi amor. Cerquita de la puerta.
Quiero romperte la concha pensando que en algún momento pueden entrar tus papás, me calienta pensar que nos vean clavando a los chupones con todo como si les hicimos un hermoso hotel sexual en su casa”. Al instante frunció el ceño y sonrió como si le encantó, puso cara de una viciosa y respondió en tono de arrechera “Me gusta, sí. Llevame y ponémela así. Dale”, y sin sacarle mi pija la levanté como un pequeño koala y me la llevé ensartada. La acomodé puesta acostada sobre la mesa, y se la metí apenas quedó en su sitio, no hizo falta más… ya no entraba, se deslizaba, era como un túnel con agua donde uno se puede tirar, sólo que acá era un mini grifo de lubricación a más no poder. Luego la puse de espalda a mí, la tomé de sus brazos (arriba del codo), ella hizo eso mismo con los míos, y empecé a hacerle sonar el culo. La vista era la más hermosa, como ver a una bailarina llena de brillantina pero aquí eso era su sudor que lucía muchísimo más potente de rico y morboso con la luz de esa sala estando prácticamente bajo ella.
De hecho, sin tuviera esa brillantina encima creo que se le hubiera salido toda de lo que sudaba. Imposible gozar más a esa nena y que ella goce mejor tampoco. Me mostraba lo que disfrutaba con las venas de su cuellito marcadas y la boca abierta soltando gritos ahogados, arqueando toda su espalda. Iba así mientras al girar ese cuello y ver hacia mí se la veía empapada apretando los párpados aguantando gritar igual que en el cuarto pues ahora ya sólo esa puerta y la ventana cerradas nos separaban de la calle y de ser oídos por quien pasase a pie, y más aún con el silencio pues como dije al principio, viven en un pueblo muy tranquilo y no queríamos llamar la atención con un desfile de gemidos tan encendidos, y menos aún que se vea la causa. Podía ver que las gotas se le juntaban y chorreaban: por todos lados se le hacían “caminitos” de sudor, algunos hacían un diminuto charco en el centro de su columna y otros iban a sus tetas hermosas y en fin, todo al frente de su torso. También otras caían al piso cada vez que la sacudía dándole mi verga al fondo.
No quería terminar y menos sacársela, era de esas conchas infames en deliciosas en las que nunca te dan ganas de acabar con tal de seguirlas saboreando con tu verga y tu mente enloquecida, pero tras ese largo rato dándole a pura carne, que habrán sido unos 20 minutos entre cambiar a varias poses como cargarla toda en la mesa para darle con piernas al hombro o sujetándola de abajo de sus rodillas, se acumulaban las ganas de acabarle en grande.
En cada embestida mía en esa pose, debía sujetarla de un hombro pues como era tan sudadísima su espalda, apoyada en el vidrio de la mesa se deslizaba, pero me ahí me dio una electricidad que me hizo estar cerca de terminar y dije que nos volvamos a la pieza para el final. Entre besuqueos de lo más cerdos y la más rica y excitante lista de barbaridades que nos decíamos nos volvimos a esa cama a darle como antes y sentí que ya estaba cerca. Mi cara le goteaba sudor otra vez, gotas que ella con su dedo tomaba de su cara y de la mía cuando aún no caían y se las llevaba a su boca diciéndome “Mm-aaah sii!… qué rico, mi amor! Mmmaah, síiii puta madre!” poniendo fuerza en la voz ahora que ya no debía contenerse aunque igual solía tenerla apagada y con las venas marcadas en su lindo cuello con cada espasmo que le surgía. Me abrazaba la espalda y me acariciaba fuerte con esas uñitas cortadas de pintura algo corrida. Se veía que en cualquier momento moría en una acabada bestial, y conmigo.
Mis huevos ya no se batían tanto contra el culazo de Vero, estaban tensos y ya sentía que querían llegar al final para escupirle bien fuerte a la nena toda su carga. En esa hermosa nube invisible que era llena de nuestra pasión, lujuria, calentura, deseo y calor, la cama chillaba suave pero era genial sentir todo moverse al compás de esa cogida, sucia tipo antro sexual. Como todo era en medio de la casa, nadie más oía de afuera y al entrar cerramos bien la puerta, así que gemíamos con todo y nos insultábamos sin frenos, gozábamos de todas formas y a tope, casi inimaginable. Llegó la hora de terminar y mi cabeza era la mayor caldera de perversión aunque ella quizá estaba igual. Así me envolvió en sus piernas y yo abracé su cola con una mano, con la otra me acerqué su cara a la mía para chuparle la boca entre gemidos que salían sin importar que nuestros labios se unieran con las lenguas trenzadas dentro y en medio de ellos, le dije que no daba más, iba a terminar con todo y antes de seguir hablándole me gritó eufórica “Síii, síiiii! Quiero, Manuu! Dale rey dame todo!” con un placer y enloquecida que me hizo contestarle igual de fuerte lleno de calentura “sí, mami, sí! Te voy a llenar de blanco! Te amo loca, sos una hermosa nena y cogés precioso hija de puta. Nunca te sacaría la pija pero estoy a punto de reventar con todo!”. Le dije que le daría una acabada feroz, me a sentir esa leche salir fuerte pero que no se asuste, le iba a encantar.
Llegó una electricidad al 100 que me hizo estremecer, largué un “aaaaah, me voyyyy acabooooo!”, me dijo “Aaaaaaaaah, síiiii daleeeee!”, y mis bolas con mi verga se contrajeron como nunca, hasta sentí cómo me salía a chorros de mi poronga en cada espasmo, en cada contracción, para llenarle bien toda su concha, toda su hermosa vagina que me tenía fuera del mundo, unas contracciones hermosas y más que bien palpables de ambos y por ambos. Ella se fundió conmigo en un orgasmo acabando riquísima mientras gritaba con la cabeza a veces para atrás y apretando los ojos, y a veces la traía conmigo diciendo unas groserías finales que me deleitaban mientras le respondía que era una puta sabrosa y le re martillaba metiéndosela toda más y más aprovechando el envión del orgasmo hasta que pasó el pico y quedé tendido sobre ella que aún estaba embebida en su orgasmo.
Quedó tendida con los ojos cerrados y su boca abierta gimiendo como terminando una maratón, y era una: sexual y espectacular. Ambos ya satisfechos aunque acaramelados aún, lucíamos salidos de “bañarnos” por tanta actividad, pero igual me movía para sentir todo ese torrente hermoso que me regaló y que le hice brotar. Abrí mis ojos y me elevé en 45 grados sintiendo cómo las pieles se despegaban y me encantó. Quedé en la pose “Misionero” para ver cómo le entraba y salía mi verga al estar bastante rígida todavía, y toda blancuzca con el brillo de la crema que la cubrió. Ambos vellos se mezclaron y empastaron de deliciosa secreción, fue algo rico y eso aún es poco. Ya con la verga normal se la saqué y un lecherío generoso salió de ella para pasar por la raja de su culazo hermoso y caer en los pañuelos que había puesto bajo él. Tenía un poco de sangre, apenas. La desvirgué de manera inmejorable y le mostré lo que era el sexo, cómo es tener una buena cogida sin un carajo de pudores. Le hablaba con términos totalmente directos como a una adulta pero mimándola siempre, y cariñosamente lo merecía por ser una reina.
Nos sentamos al borde aún agitados pero como si estuviéramos en un sueño íntimo aunque en un sentido más afectuoso que sexual, como si la cogida además de calentura hubiera sido exhibición de amor enorme entre ambos, aunque no fuera de pareja. Nos miramos y se acercó, terminamos besándonos con locura a lo que le amasé las tetas y ella me pajeó, se me puso dura de nuevo y de allí volvimos a elogiarnos con vulgaridades sabrosas como antes pero nos levantamos y fuimos a pasar un trapo húmedo por la mesa, luego otro seco para quitar todo rastro de la cogedera bestial que nos hicimos.
De ahí ya limpio eso, metiéndole la mano por el culo que lo tenía delicioso y caliente entramos así a bañarnos, allí de nuevo hubo una genial cogida antes, durante y luego de mojarnos bajo el chorro y más con el fuego lujurioso que da el gemir dentro del lugar con el eco que se hace tanto de gritos como de su culo sonando tipo un aplauso profundo tras otro y otro, y además salpicando un montón de agua con cada vez que se la daba fuerte y hasta el fondo bajo la ducha y aparados un poco de ella. Se la saqué un rato par abajar y chuparle esa almeja preciosa y me llenaba la boca de néctar.
Le pasé y nos pasamos jabón por todos lados, se la volví a meter así y estuvimos un buen rato hasta que la saqué otra vez y nos enjuagamos. La senté en la mesada bajo el espejo y levanté sus piernas, así toda mojada con su cabello rubiecito para atrás se la metí de nuevo 5 minutos, luego me la puse de costado con su pierna derecha en mi hombro izquierdo y la otra pasando bajo mis bolas tipo montura; esa vez luego de unos cuantos minutos dándole con fuerza y total penetración le acabé de un buen chorro otra vez, se la saqué toda y descansamos ambos acostados sobre esa amplia mesada, ella tendida sobre mi masajeando su concha y culo a puros dedos mojados de ella y de la ducha, sintiendo su hermoso asterisco apretado junto a esa raja deliciosa y ya bien trabajada. Cuando ya todo el semen que podía salir de ella dejó de hacerlo para ir a un papel que le pasaba suavemente a tiempo que la acariciaba, nos dimos un último pase por la ducha y tras eso nos abrazamos de nuevo a los besos.
De ahí salimos sin usar toallas, no las necesitábamos. Era hermoso verla desnuda y mojada como esa niña ya bastante hecha mujer que ya adelantó su desarrollo. Estábamos bien frescos aunque claro, todavía con la emoción latente por el hermoso bullicio entre ambas pelvis hecho en más de un lugar de ese hogar. Vi la hora en el reloj del comedor, puesto a nuestra derecha cuando estábamos gimiendo delicioso hace un rato, y eran las 19:40. Llegarían en poco según dijo mi tía horas antes. Tomamos las ropas limpias y nos vestimos a medias, y era como si ni lo hicimos pues seguimos a los besos y a los chupones con mi mano amasándole sus tetas y culo vestidos. Así estuvimos meta dándonos mano en todos lados a gusto y placer trenzando lenguas y con gemidos medio ahogados tipo “hmmmf… mnaah”. La pelé una última vez y le di así acostados cara a cara con una pierna suya elevada sobre mi cintura y así le di hasta acabar ya que en 12 minutos llegarían demás. Le acabé, limpiamos y tras acomodar las cosas y vestirnos del todo fuimos al comedor tranquilos y prendimos la tele para dar un poco de ruido; nos sentamos a la mesa como siempre a recibir al resto que llegó tras unos 20 minutos. Fue perfecto sin que sospechen algo mínimo.
Más tarde, a eso de casi las 12 de la noche, y cuando sus papás se fueron para la cocina para lavar platos y demás antes de dormir, y Vero y yo nos quedamos aislados. Me peguntó hasta cuando me quedaba y le dije que por todo el mes, porque la pasaba genial… sin decir de las obvias y hermosas revolcadas con ella, era obvio y de más. Me exclamó con emoción aplacada para no gritar quizás: “Aaay no, me encanta! Qué bueno. Entonces vamos a ser re zafados en todo lo que queda, no?” y se sonrió de oreja a oreja. Yo reí porque sonó graciosa a pesar de que lo dijera tan ligera aunque luego dije “y claro, cogiendo así mirá si no va a decirme las cosas con total soltura si estuve dentro de ella y encima le dejé un balde de leche adentro, hay una confianza del carajo”, pero igual en el fondo sentí un morbo enorme pues eso no sólo significaba más coger, coger y coger a esa criatura hasta que mi verga duela, sino que ella sabía bien eso y quería más. No sé si iba a ser día y noche, pero al fin, iba a cogérmela como se me antoje hasta cansarme y aunque me duelan las bolas de tanto vaciárselas. Me dijo “bueno, estoy cansadita Manu, voy a dormir muy bien hoy. Gracias por el gustazo y cariño que me diste. Te quiero mucho… nos vemos mañana”, y en ese lapso “…” me dio un rico beso de lengua unos 10 segundos al ver nadie, lo cual al irse me hizo ir a pajearme al baño imaginando sacudirle su hermoso cabello de nuevo a embestidas, pues no iba a despertarla para coger otra vez y menos con todos ahí. Ya habría tiempo. Fue la mejor tarde-noche soñada y sin quejas, esa linda nenita que se me declaró una actriz porno ya era toda mía.
El resto de esos días la aventura de morbos, placeres, chupones, flujos y orgasmos, siguió con sus condimentos, pero lo dejo para otro relato. Ojalá les haya gustado y si comentan, pongan toda su perversión, obscenidad, etc, que gusten.
Perdón por la gran extensión del texto, pero me propuse detallar lo más que podía y de la mejor manera posible que recordara. Les deseo manjar de pajas y que acaben estupendo. Adiós!
Esectacular!! Lo más obsceno que lei, ojala hubieran miles mas asi de sucios, me encantaa todo ese morbo con la nena <3