SE CASA MI SOBRINA
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Un día mi esposa entro a mi estudio agitada diciendo – Cielo, recién me acaba de llamar mi hermana para avisarme que se casa Paola, que increíble, como pasan los años, te acordás que prácticamente la criamos nosotros –
Y como no acordarme, mi mente inmediatamente voló al pasado, por mi cabeza pasaron los recuerdos de mi sobrina cuando era una hermosa niña de 7 añitos, habían pasado nada más ni nada menos que 16 años.
Mi cuñada Susana es un par de años más chica que mi esposa y de su matrimonio tuvo dos hijos. Federico, el mayor, hoy de 27 años y Paola hoy de 23.
Cuando la niña tenía apenas 6 años el esposo de Susana, que era viajante de comercio, falleció en un accidente y mi cuñada tuvo que solventar sola la economía de su casa lo que no le resulto fácil. Por la mañana trabajaba en las oficinas de una empresa y por las tardes en un estudio jurídico hasta pasadas las 19 horas.
Los chicos concurrían a un colegio cerca de nuestra casa, Federico en doble jornada y almorzaba también allí por lo que, a la salida, venía a casa a esperar que la madre lo pasara a buscar pero el caso de Paola era distinto.
Susana no pudo encontrar vacante en doble jornada por lo que acordó con su hermana (mi esposa) que ella los llevaría a la mañana y los pasaría a buscar por casa a la noche al salir de su trabajo y mi esposa retiraría a la niña al mediodía para que almorzara en casa, al menos hasta que pudiera salir de deudas y manejarse de otra manera.
Como a mi esposa le encantan los niños, y ella no puede quedar embarazada, la idea le resulto maravillosa y de esa forma Paolita comenzó a estar todas las tardes en casa de lunes a viernes lo que nos alegraba muchísimo la vida porque era una niña vivaz y curiosa que, aun a su corta edad, le encantaba conversar todo el día.
El tiempo fue pasando y mi sobrina se adaptó perfectamente a nosotros y era sumamente cariñosa y apegada tanto a mi esposa como a mí. Por la tarde, que es cuando me quedo en casa trabajando en mi estudio, solía venir a ver qué estaba haciendo y yo le daba unas hojas de papel y con unos lápices de colores se ponía a dibujar en una punta de mi escritorio.
Paola era una niña rellenita y bien formada, muy bonita de cara, de cabellos castaños largos y sedosos y su piel era muy suave y aterciopelada de un tono cobrizo, siempre coqueta y tratando de resaltar y llamar la atención de todo el mundo.
Un día en que, como siempre, vino a mi estudio a verme, vio que estaba sentado frente a la computadora escribiendo lo que le llamo la atención y comenzó a preguntar cómo funcionaba. Yo trate de explicarle de forma fácil que era una máquina que servía para escribir y para muchas cosas más, como por ejemplo, para comunicarse con otras personas o ver noticias, fotos y hasta películas, cosa que la entusiasmo muchísimo.
Fue inútil tratar de seguir con mi trabajo ya que la niña quería que le mostrase cómo funcionaba y todo lo que se podía ver en la computadora así que, armándome de paciencia corrí un poco el sillón y la senté sobre mis piernas frente a la computadora. Busque primero alguna página que tuviera animales, luego le fui mostrando fotos y hasta videos cortos de dibujos animados lo que le encanto y saltaba encima mío de alegría por lo que comencé a sentir sensaciones en mi pene ya que estaba sentada justo sobre mi entrepierna.
Poco a poco mi miembro comenzó a endurecerse y la excitación comenzó a ganar mi mente que solo sentía placer con los movimientos inocentes de mi sobrina. Lentamente, y en forma casi inconsciente, entrecerré mis ojos y puse mis manos en su cintura, era un día caluroso y Paolita solo llevaba una remera, una pollerita muy corta con una tanguita rosada. Fui bajando mis manos casi sin darme cuenta hasta que la tome de las caderas por debajo de su pollera y suavemente comencé a moverla para que mi duro miembro se colocara exactamente en medio de sus nalguitas.
Por momentos me asaltaba el temor de que se diera cuenta que, con mis manos la iba guiando y frotando adelante y atrás sobre mi pene pero ella, sin darse cuenta seguía disfrutando de los dibujos animados hasta que en un momento no pude más y acabe en una explosión de placer manchándome y mojando un poco la tanguita de mi sobrina.
Rápidamente la baje de mis piernas y le dije que necesitaba ir al baño, que después seguiríamos viendo lo que ella quisiera y corrí a cambiarme. Demás está decir que esa noche casi no pude dormir pensando en todo lo que había pasado. Por momentos dormitaba y me veía acariciando el cuerpito desnudo de Paola y besando cada centímetro de su cuerpo e inmediatamente despertaba con una gran sensación de culpa por lo que me jure a mí mismo no volver a quedarme solo con la niña.
Los días fueron pasando y cuando ella venía a mi estudio y me pedía de sentarse frente a la computadora yo siempre buscaba la excusa de que tenía que trabajar y otras veces solo le ponía algún dibujo animado, le cedía mi lugar en el sillón y me iba a la cocina a tomar algo hasta que terminara.
Todo fue normal y manejable hasta que una tarde, después de almorzar, mi esposa me dijo que tenía que salir por un par de horas y que cuidara a mi sobrina mientras no estaba, pero que no me hiciera problema que ella esperaba hasta que se durmiera y que seguramente no se iba a despertar hasta que volviera, y así se hizo.
Cuando mi esposa se fue trate por todos los medios de concentrarme en mi trabajo pero no lo lograba. Por mi mente cruzaban imágenes de mi sobrina durmiendo sola y desnuda en nuestra cama y poco a poco comencé a excitarme por lo que me dije que no estaría mal ir al dormitorio a ver si todo estaba bien.
Fui en silencio y abrí lentamente la puerta, Paolita estaba dormida boca arriba en la cama y llevaba puesta solo una tanguita. Aunque había poca luz, en la penumbra se notaba perfectamente el bulto de su vaginita y fue, precisamente ese, el elemento que hizo que mi mente se perdiera.
Loco de excitación me acerque a la cama y me senté en el borde para verla mejor, pero eso no me bastaba, mi miembro duro como un garrote necesitaba algo mas y con mucho cuidado comencé a acariciar sus labios vaginales por encima de la tela. En forma suave y constante fui recorriendo su conchita cada vez con mayor fuerza al ver que no se despertaba mientras que, con la otra mano baje el cierre del pantalón y libere mi pija ya a punto de explotar para masturbarme con esa imagen.
De pronto note que la tanguita se humedecía y al observar la carita de mi sobrina vi que había abierto su boquita y respiraba con más fuerza. Esta fue la gota que rebalso el vaso y acabe en un mar de convulsiones regando la cama de esperma por lo que tuve que ir al baño a buscar una toalla para limpiar y al volver al dormitorio una idea cruzo por mi cabeza.
Levante unas gotas de semen con uno de mis dedos y lo lleve a la boquita entreabierta de Paola y cuando acerque el dedo a sus labios ella instintivamente comenzó a lamer y chupar tomando todo el semen que tenía por lo que rápidamente volví a mojar el dedo y se lo volví a ofrecer y rápidamente lo volvió a chupar hasta que poco a poco fue tomando todo el que había eyaculado. En un momento dado entreabrió los ojos y los volvió a cerrar dándose vuelta, el corazón me dio un vuelco al pensar que podía haberse dado cuenta de lo que había pasado pero siguió durmiendo.
A partir de ese momento todo cambio para mí, ya no me importaba que se tratara de un acto prohibido, de incesto, ni la moral ni nada. Yo solo quería gozar de ese hermoso cuerpito y me propuse llevar a mi sobrina hasta el límite y tratar de tenerla de alguna manera.
Poco a poco fui ideando una manera de excitar a mi sobrina para ver hasta dónde podía llegar a pesar de su corta edad. Se hizo costumbre en mi esposa ir los jueves por la tarde a la peluquería después que mi sobrina se quedaba dormida y allí se demoraba generalmente dos horas por lo que decidí que esa era la ocasión perfecta para intentar algo. Fui ideando una forma de entrar en conversación sobre el temas sexo.
Y llego el día, como todos los jueves mi esposa, después de almorzar, llevo a la niña al dormitorio para que durmiera la siesta y, unos instantes después entro a mi estudio y me informo que Paola ya estaba durmiendo y que ella se iba hasta la peluquería.
Ni bien retiro el coche del garaje y cerro el portón mi corazón comenzó a latir como si quisiera salirse del pecho. Tenía que despertar a mi sobrina de forma natural y sin llamarla para que, en caso de hacer algún comentario, no se viera mi intención de estar con ella. Entre al dormitorio y lo primero que vi fue su cuerpito llevando solo su tanguita y recostado boca abajo, la imagen de su colita redonda y carnosa me invadió por completo la mente y mi pija reacciono inmediatamente, me quite la camisa y apague el equipo de aire acondicionado, luego me dirigí al placard del que saque mi aerosol de desodorante y descuidadamente lo deje caer lo que produjo un golpe fuerte contra el piso.
Mi sobrina se revolvió un poco pero no despertó por lo que tuve que repetir la maniobra una vez más, en esta ocasión abrió los ojos y me miro. Se sentó todavía adormilada y me dijo – Que paso tío..?
Le dije – Nada mi amor, se me cayó el envase de desodorante al piso, tenía calor y quise ponerme un poco para no traspirar la camisa, seguí durmiendo o si quieres puedes venir al estudio que está más fresco que acá –, esto basto para que inmediatamente se levantara y me siguiera.
Me senté en el sillón frente a la computadora que ya tenía encendida y me puse a ver un pasaje de una película donde una pareja se besaba apasionadamente y se acariciaban, sabía que Paolita no iba a resistir la tentación de preguntar algo respecto a lo que estaba viendo. Se acercó por atrás y me pregunto si podía sentarse conmigo a ver lo que yo estaba viendo a lo que rápidamente le dije que si levantándola y sentándola sobre mis piernas. Todavía tenía puesta solo la tanguita por lo que el contacto con su piel me hizo estremecer y deje mis manos colocadas sobre sus muslos.
En seguida me dijo – Que estás viendo tío..?
– El final de una película, ya está por terminar, él se está despidiendo con un beso.
– Y porque le da un beso así, a mí nunca me dieron un beso así…..
– Lo que pasa es que el la quiere mucho a ella y por eso la besa de esa forma
– Ahh,….. pero vos me querés también a mí y tampoco me besas así….
– Es que nosotros somos tío y sobrina y ellos son novios y cuando son novios se besa distinto.
– Distinto como…?
– Yo te beso en la mejilla y ellos, como son novios se besan en la boca. Además fijate bien en la imagen que tienen sus labios juntos y se nota como se mueve algo entre ellos.
– Si, si, si,…… lo veo, y que es lo que se mueve, que están haciendo…?
– Es como un juego que hacen los que son novios, como una pequeña guerra mientras se besan.
– Ahh,… y con que pelean…?
– Ja ja ja ja,….. no, no pelean en realidad, mientras se besan él pone la punta de su lengua en la boca de ella y ella con su lengua acaricia la de él.
– Wacala….. que feo, porque hacen eso…?
– Te parecerá feo como te lo digo pero en realidad es una cosa muy placentera y hace que la mujer tenga muchas sensaciones lindas.
– Y las sensaciones se sienten aunque en lugar de ser una mujer sea una niña…?
– La verdad que no lo sé, nunca conocí a ninguna niña que lo hubiera hecho y me lo haya contado … ja ja ja ja ja, es una buena pregunta.
– Ya se tío, porque no me besas a mí y yo te digo lo que sentí…..
– No, no, no, no ….. no es posible. Eso no se debe hacer porque lo hacen solo las parejas de novios y no estaría para nada bien entre tío y sobrina.
– Dale tío si…? yo después te digo que sentí, igual estamos solos y nadie nos ve…..
– No porque estaría mal y si la tía, tu madre o cualquiera se enterase se enojarían mucho conmigo y mucho más con vos. No podrías venir nunca más a esta casa.
– Pero yo te juro que no voy a decir nada a nadie, lo mantenemos como un secreto de los dos y ni la tía ni mama lo van a saber nunca. Si…?
– La verdad que no se mi amor, no creo que sea conveniente, sos una niña muy pequeña aun como para saber de estas cosas……
– Dale tío porfa si…? nadie lo va a saber, decime que sí, sí, sí,….. decime que si …..
– Es que me da mucho miedo que se enteren mi amor, tenés que prometerme que nunca pero nunca se lo vas a decir a nadie.
– Si tío si, te lo prometo, te lo juro. Besame como el hombre de la película a ver que se siente…..
– Bueno, pero primero te tengo que enseñar como se hace y otra cosa más…..
– Que cosa tío…?
– Que no me llames tío porque eso me pone mal, decime por el nombre pero no tío, de acuerdo…?
– Si, te puedo decir Martin o mi amor como vos me decís…?
– Si no hay problema, pero solo cuando estamos solos, sino a los demás les va a extrañar y van a preguntar.
– Si, solo cuando estamos solos como ahora. Decime que tengo que hacer.
– Bueno, el beso entre novios siempre va acompañado de caricias. La mujer cierra los ojos y abre los labios y el hombre cuando apoya su boca en la de la mujer comienza a meter la punta de su lengua y la mujer a acariciarla y también a chuparla un poco.
– No sé como me va a salir…..
– No importa, vamos a practicar todas las veces que sea necesario hasta que lo hagas bien, te parece…?
– Si, besame ya que quiero saber que se siente.
La tome de la cintura y la gire de frente a mí, aun así, por su tamaño, quedaba muy baja por lo que aproveche para poner una mano debajo de su colita desde atrás y de esa forma levantarla un poco.
Ella me miraba con ojos mezcla de curiosidad y ansiedad mientras me sonreía deliciosamente con sus bracitos alrededor de mi cuello, de pronto me dijo – Martin, después de que me beses vamos a ser novios..? – Si vos querés si – le respondí.
Mi mano izquierda subió lentamente por su espalda desnuda hasta su cabeza y lentamente la atraje hacia mí inclinando levemente la mía, Ella entendió que el momento había llegado, entrecerró sus ojos y sus labios se abrieron como una flor.
Mi boca busco su boca y la bese con pasión, mi lengua desfloro sus labios vírgenes y enseguida sentí su lengua jugando y acariciando la mía. No me podía detener, mi excitación llegaba a límites jamás pensados, apretaba su cabecita hacia mí y no dejaba de comer esa boca que se me ofrecía incondicional. Ese primer beso duro escasamente un minuto pero mi corazón latía desenfrenado como el de un colegial.
Cuando nos separamos note su respiración un tanto entrecortada y cuando abrió sus ojos pensé que iba a decirme que no le había gustado y que no deseaba seguir con eso pero no fue así. Me miro con mucha dulzura y con una sonrisa me dijo – Me gustó mucho, a vos también te gusto como lo hice…? –
– Si, por supuesto, fue hermoso y en poco tiempo vas a besar perfectamente…..
– Yo sentí una sensación linda y como un cosquilleo en la panza, realmente me gustó mucho pero me habías dicho que los novios cuando se besan también se acarician y ahora que ya nos besamos y somos novios quiero hacerlo nuevamente y que me acaricies…..
– Si mi cielo, ahora te voy a volver a besar y te voy a acariciar cada espacio de tu cuerpo para que sepas que se siente, pero no acá…..
La tome delicadamente en mis brazos y la lleve hasta el dormitorio mientras me abrazaba y me sonreía. Como en un susurro escuche que me decía – Yo te quiero mucho…..
Sin mediar palabra me quite los short que era lo único que llevaba puesto y me senté en la cama poniéndola sobre mí, mirándome, y con sus piernas abiertas alrededor de mi cintura. Su piel se pegaba a mi pecho contagiando su calor y eso me llenaba de lujuria. Mi excitación estaba al máximo y una mirada al reloj me dijo que tenía una hora completa para disfrutar de ese cuerpo.
Levanto su cabeza y me miro sonriente, sus ojos se cerraron y su boquita se abrió esperando mis labios y no pude resistirme más. Mi boca cubrió sus labios y nuestras lenguas se entrelazaron apasionadamente perdiendo la noción del tiempo.
Mientras que con una mano mantenía su cabeza apretada a la mía con la otra mano comencé a recorrer su cuerpo acariciando su espalda desnuda. Deslice mi mano hacia adelante tomando entre mis dedos sus pezoncitos y pellizcándolos levemente lo que hizo que me abrazara muy fuerte aun.
Baje mi mano lentamente por su espalda acariciándola hasta llegar a su cola perfecta la que apreté sintiendo que un escalofrió recorría su cuerpo por lo que me atreví a llegar más lejos. Deslice la mano hasta llegar a su vulva la que note húmeda e inmediatamente abrió sus piernas y arqueo la espalda dándome espacio para llegar más profundamente con mis caricias.
Cuidadosamente corrí la tanguita y comencé a frotar la entrada de su vagina y su pequeño clítoris, no hacía falta que me dijera que le gustaba lo que sentía porque su conchita se mojó totalmente y sus líquidos empapaban mi mano. En un instante separo lentamente sus labios de los míos y tirando la cabeza hacia atrás suspiro y comenzó a gemir muy despacio, el placer había llegado a su vida.
No pude más, gire de costado y la puse de espaldas en la cama besando su cuello mientras le decía – Te gusta mi amor – La respuesta no se hizo esperar – Si, si, si, … –, la bese nuevamente en los labios y otra vez en el cuello, mi boca busco sus pequeños pezones y los succiono con placer mientras comenzaba a masturbarme. Seguí bajando lamiendo la piel de su vientre mientras sentía que sus manos me tomaban la cabeza y la apretaban buscando más placer.
Rápidamente tire de su tanguita quitándosela y hundí mi boca en su conchita rosada y suave deleitándome con sus jugos y sintiendo como su cuerpo se retorcía mientras tiraba hacia ella de mi cabeza como queriendo introducirme en su ser. Baje pasando mi lengua por sus muslos mientras giraba para que mi cuerpo quedara paralelo al de ella, busque una de sus manos y la puse sobre mi pija hinchada y dura deslizándola hacia arriba y hacia abajo.
En unos instantes su mano siguió el ritmo sola por lo que abrí sus piernas lo más que pude y perdí mi boca una vez más en su vagina metiendo la lengua dentro de su hoyito lo más profundo posible.
Perdí la noción del tiempo por largo rato hasta que sus gritos y gemidos me anunciaron que el placer que estaba sintiendo llegaba a su clímax. Arqueo la espalda y un largo suspiro me dijo que estaba teniendo su primer orgasmo a la vez que llenaba mi boca con sus líquidos deliciosos, en ese preciso instante acabe yo en sus manos en medio de espasmos que no podía evitar.
Los dos estábamos extenuados pero felices y nos quedamos abrazados besándonos por unos minutos. Me puse de costado junto a ella y rápidamente se colocó sobre mí.
– Y ahora que somos novios que más podemos hacer…?
– Buena pregunta mi amor – le dije – muy buena pregunta…..
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!