Secuestro Alien XXX 13
Ellos no lo saben, pero están atrapados en un juego espacial, donde el sexo es la clave para comprenderlo todo….
Advertencia: este relato es completamente Ficticio, no tiene nada de real y solo esta para entretener con una buena de dosis de morbo a todos los lectores que gusten…
13
Antes que pudiera reaccionar la pequeña Jousy se perdía en un micro orgasmo, un miembro entraba y salía de su delicado coño, haciéndole sentir una oleada de calor sexual, estaba siendo cogida como una puta barata, a pesar de ser una niña de primaria, aparte el miembro que la estaba haciendo sentir aquella sensación de placer era absoluto, llenaba su interior por completo, logrando que gimiera hasta quedarse sin aliento, se aferraba con sus pequeños dedos al cuerpo de su amante, quien lo reconocía como su hermano, pero no le importaba, la sensación era tan intensa que su cuerpo casi exigía mas, incluso con sus piernitas se aferraba a la cintura, con tal de seguir gozando. Todo era tan vicioso, que poco podía hacer para seguir adelante, estaba en medio de la sala haciendo el amor, con su sangre, y le encantaba, sentir como entraban en su ser con un ritmo casi salvaje, agitando sus entrañas, le daba un placer extremo que la volvía loca, no quería dejar de gozar, estaba perdida, sintiendo como sus tetillas se le hinchaban, su coñito estaba escurriendo, dejando escapar una gran cantidad de fluidos, manchando el sillón de orina con semen y jugos de la pasión mientras sus cuerpos se restregaban por completo.
Sin embargo no se quedaría ahí, cargaría a la niña, Jou estaba poseído por una lujuria sin par, por lo que la llevaría entre penetraciones al lado de su madre para que esta la viera, siendo cogida como una golfa, y por momentos de pie, abriéndole las piernas a la niña, dejaría ver su coñito desvirgado, la dulce Jousy se aferraría a cuello de él para no caer, pero dejaba ver su cuerpo totalmente, antes de ser usado de nuevo, ese pedazo de carne dura irrumpía con fiereza sexual, dejando ver como aquel miembro enorme entraba por ese coñito delicado, enrojecido, pero ansioso de esa pasión, ese calor sexual, tanto placer carnal, se volvía irresistible, logrando que lo disfrutara a tal grado que en pocos segundos al verse invadida, comenzara a correrse, mientras la leche llenaba su útero, pues para el chico, esa vulvita le estaba dando un masaje en la verga que era irresistible. Sin embargo no se detendría, la dejaría caer sobre la cama, cerca de su madre, colocándola boca abajo para seguir penetrándola, hacerle sentir un deseo goloso que no se detendría por nada, recibiría las embestidas con gusto mientras una pasión que se confundía con amor, llenaba la cabecita de Joselyn, quien empezaba a correrse de nuevo, mientras gemía fuerte viendo como su madre estaba sometida, ahora siendo ella la testigo del sexo vicioso.
Era una escena realmente magnifica, la madre atada con cinta aislante, estaba casi desnuda, su traje hecho a un lado para enseñar su coño y tetas además de unas piernas torneadas, excitada por un aparato sexual, este estimulaba de tal forma sus entrañas haciéndola correrse en repetidas ocasiones, las sabanas de su cama estaban mojadas, dejando un olor bastante deseable, mientras que el aire retumbaba por los gemidos apagados, y su tanga no le dejarían hablar, aunque ya no podía decir mucho, apenas daba unos gemidos, miraba a su hija convertida en puta algo inquieta. La niña por su parte ya no podía mas, su cuerpo vibraba de excitación, estaba al tope de la lujuria, entregada al deseo por gusto a esa verga que entraba y salía de su cuerpo, sacándole fuertes sensaciones de placer, irrumpiendo en su interior en un vaivén sexual, que iba sacándole sus mieles de pasión, igual que sus primeros gemidos, que estaban creando eco en el cuarto, aparte que se iba llenando de un olor que resultaba demasiado excitante, una especie de frenesí carnal se desarrollaba al penetrarla de a perrito, al tiempo que se daban unas palmadas entre sus nalgas con sus caderas al penetrarla, todo mientras sus entrañas se revolvían en su deseo sexual, llegando tan fuerte que no podía desear otra cosa, empezando a decir con fuerza.
Hermano, mm, eres mi hermano, mm, pero soy tu putita, mm, quiero más, mm, dámelo todo, mm, lléname con tu lechita, AHHH – decía la niña mientras se corría sintiendo como su mente se quedaba en blanco, y sentía una oleada de calor al instante que su coñito quedaba inundado en leche de hombre de nuevo, que iría escurriendo al terminar, y la nena lo tomaría para saborearla de manera viciosa, casi volviéndose adicta a esa perversión.
Después de eso Jou se levantaría para darle un beso en la boca, metiendo y hurgando su cuerpo como si buscara algo dentro de ella, era una verdadera perfidia, sacándole algunos gemidos, pero no importaba nada, ya la sabía suya, la chiquilla estaba totalmente ahogada en una lujuria, temblando en un estado que tanto deseaba el chico, por lo cual estaba por llevársela, aunque eso lo notó la madre, quien pese a ser una golfa cualquiera, no era tan tonta, por lo cual sabiendo que aquello no era natural, se las ingenio para poder hacer un llamado de emergencia sin llamar la atención, antes de perder la cordura por un orgasmo múltiple que la dejó fuera de sí. Por ello cuando Jou pretendía llevarse a Jousy, llegaron las autoridades, solo que apenas pudieron rescatar a la niña, pero no lograron atrapar al chico, quien supo escapar, además que el misterioso camión plateado apareció para sacarlo del embrollo, haciendo más frustrante todo cuando desapareciera.
Luego de eso verían 2 cosas, nuevamente llegaban tarde, el chico estaba cazando a sus propias hermanas con algún fin, aunque confirmaban que trataba de llevárselas a cierto lugar desconocido, incluso tenia marcas de esa sustancia que alteraba el cuerpo, haciéndolo más sexual, despertando partes eróticas que debían surgir de manera natural, segundo la madre no estaba en condiciones de cuidar a la niña, aunque por algunas investigaciones quizás nunca estuvo hecha para la maternidad, por eso llevarían a la mujer a que recibiera atención especial, mientras que la hija quedaría en custodia, era así de sencillo. En su momento, el agente H estaría apareciendo en la mansión del abuelo de Jou, donde Roy descansaba, de alguna manera podía trabajar, pero ya no servía tanto de manera social, estaba atrapado en una especie de fobia, apenas toleraba su labor para irse a la cama donde se mantenía fornicando como un animal, disfrutando de Carolina y Janet, las cogía de manera salvaje, siempre se escuchaban los gemidos retumbar por donde fuera, molestando a algunos trabajadores, pues esos sonidos los hacían cargar erecciones la mayor parte del tiempo, aparte que ver a las niñas, que se volvían hembritas deseosas de sexo, era molesto, demasiado, despertaban fantasías en todos.
Desde fuera se le llamaba la mansión de la perversión, pues incluso un eco o el aroma del sexo empezaban a sentirse fuera, detalle que molestaba un poco al anciano, quien estaba viendo que todo su imperio se caía, aunque poco podía hacer, resentía el placer del sexo mientras mantenía la compostura, pero al llegar el Agente H con Jousy, quien lucía algo asustada, parte de su mente cambio, atrayéndola con un poco de cariño paternal, lo cual era casi extraño para ella, pero lo aceptaría, aunque para el viejo sería evidente al verla. Pese a su arreglo infantil, con trencitas, y esos lentes, la niña usaba un conjunto acorde a su edad, aunque a pesar de sus años, empezaba a mostrar pechitos redondos, las nalguitas levantaban la falda por detrás en un aspecto erótico, haciéndola más sensual, sus piernas torneadas, la hacían caminar de manera coqueta, aparte que soltaba el aire de hembra en celo.
No llegaron a tiempo, ya la marcó – dijo el anciano con un gesto no muy agradable.
En efecto, ya lo hizo, apenas pudimos detener su plan de secuestrarla, se la iba a llevar a algún lugar, y quizás no la hubiéramos vuelto a ver – dijo con pesar el agente mientras sacaba una foto de una cámara de seguridad mostrándole a su nieto.
Ah, ese tonto de Roy, en vez de torturar a su hijo, debió haberlo comenzado a criar de manera digna, solo miren al chico, es todo un semental, joven, pero se puede imponer, lo quiero de vuelta – casi ordenó el anciano a los oficiales, mirando a su nieto con aprecio.
Sí, estamos en ello, pero no será sencillo, esas mujeres, tienen mucho control sobre él, además que lo ayudan para hacer sus cosas – diría con desespero el agente.
Miren, si quieren más información, que les digo, soy el único hijo que sobrevive a mi padre, dentro y fuera del matrimonio, otros no aguantaron, se metieron en problemas serios, demasiados, así que no sé qué decir, son los únicos que podrían tener razones para vengarse – dijo el viejo con un tono desesperado.
Sabe que la mujer que conoció, con la que se acostó, la reportera, en realidad era su media hermana – confesó el agente H con un gesto severo.
No, no lo sabía, pero no me sorprende, todos los hombres de esta familia somos unos putos, nos gusta coger con cuanta hembra tenemos cerca, jejejeje – se burló un poco el anciano.
Eso no sirve de nada señor, sus peculiaridades poco aportan en este momento, y es como dijo, muchos de su familia están muertos, contándola a ella, dígame, no sabe nada en especial de su media hermana, porque no tenemos pistas, esto es un maldito problema – dijo en Agente H con severidad y frustración.
Primero esa no es mi hermana, ya debería estar vieja, han pasado años desde que esto ocurrió, segundo, mi nieto fue secuestrado, por alguien que no es quien parece, en serio no tengo idea – se quejó el viejo siendo claro en ese detalle.
Y las niñas ¿Cómo están? Seguro que están bien – dijo el agente H inquieto.
Ellas son caso aparte, realmente decir que las marcó, ah es complicado – dijo con un pesar en su voz para luego mostrar algo difícil de creer.
Como era fin de semana, la pequeña Joselyn podía llegar sin problemas, aunque estaba claro que sería cambiada de escuela, todo para facilitar su protección, pues los agente s federales estaban preocupados, era obvio que ocultaban algo, sin embargo no dirían nada hasta confirmar lo que fuera que sucedía, así Jousy entraría a la mansión de su abuelo, un sirviente llevaría sus maletas, todo se hallaba en orden o al menos eso parecía, pues la dejaron en un cuarto enorme, tapizando en blanco con muebles elegantes, aunque se notaba algo, un aire infantil reinaba, pero en su mente ella solo tenía la idea de su hermano, ese joven que no conocía, penetrándole hasta el fondo, haciéndole sentir toda clase de sensaciones que ahora anhelaba, en especial como esa verga entraba a su interior, haciéndole sentir totalmente llena, de hecho solo la imagen mental le hacía escurrir y suspirar, mientras acomodaba su ropa en el enorme closet, que era un pequeño cuarto aparte, de varios cajones, anaqueles, con espejo de cuerpo completo, y en un arranque de curiosidad, se sacaría el vestido para verse mejor. Joselyn siempre fue bonita, aunque pocos lo aceptarían, su figurilla era la de una niña común, propia de su edad, 10 años, no se veía tan mal antes, aunque los lentes le daban un encanto que pocos comprenderían.
Mm, ya me están creciendo, y las nalgas las tengo redondas, se me están haciendo bolas, las piernas están más carnosas, ya no tengo mi pancita – dijo la niña frente al espejo, mientras apenas era cubierta por un calzoncito y seguía usando sus sandalias.
Era una imagen demasiado seductora, ese cuerpo infantil estaba cargado de erotismo, se miraba listo para volver a coger, su conchita seguía sintiendo una humedad que mojaba sus calzoncitos, y en un arranque de imaginación, se vio atacada por el joven quien le estaría arrancando la braga, para encajarle la verga de una sola estocada, haciéndola gemir, mientras bombeaba con todas sus fuerzas, agarrándole las nacientes tetas, con un cuidado de no lanzarla contra la pared, mientras iba bombeando con un ritmo cargado de furia sexual, que le resultaba irresistible, le abría las piernas totalmente, mientras enseñaba su coño a si misma siendo penetrado por esa enorme verga que sobresalía de su vientre, dejándole ver como escurrían sus mieles sexuales que aseguraban su placer, además que iba sintiendo como esas manos estaban alcanzando sus tetillas que estaban tan sensibles, quería sentir ese vigor dentro, llenándole su coño, así Jousy, se empezaba a sobar su cuerpo antes de que se diera cuenta, estaba teniendo un orgasmo mental muy potente, que la dejaba a la vista de todas, lo que sucedería.
Con que eres la nueva putita de Jou, mm, hueles a él – decía una voz que se acercaba y le tocaba las tetillas desde atrás, sacándole un gemido muy fuerte.
Basta – dijo Joselyn tratando de soltarse, pero su cuerpo no reaccionó.
Tranquila, todo está bien, también fui marcada por él, también tengo ganas de ser violada por mi semental – dijo la muchachita que parecía tener unos 14 años.
Era una belleza, pechos de buena talla, que permanecían firmes, usaba un camisón azul pastel que dejaba ver la forma de sus pezones, aparte que se le marcaba un calzón casi tanga blanco que se ajustaba perfecto en su coño, un rostro precioso remarcado por su largo cabello castaño, aunque parecía exudar una sensualidad bastante adictiva, como si invitara a fornicar como animales, mas cuando sonreía de manera viciosa.
Soy Joanna, un gusto hermanita – dijo con un tono cargado de lujuria difícil manejar.
Hermana, yo no sabía eso – diría algo inquieta Jousy mirándole con cuidado.
Pero la chiquilla en ese momento se comenzaría a dejar hacer toda clase de cosas, desde recibir caricias, algunos ligeros pellizcos incluso lamidas que se convertían en besos cargados de morbo, que no dejaban de palpar aquellas formas nacientes, logrando sacarle unos tenues gemidos.
Mm, se siente rico, y hueles como a Jou – dijo Joanna mientras seguía jugando con ese cuerpo.
Espera, esto se siente extraño – se esforzaba por decir Jousy al tiempo que esas manos sujetaban sus pezones con fuerza, logrando sacarle suspiros.
Lo siento, pero no puedo resistirme, hueles como a él y no aguanto, sabes, no lo he visto desde ese viaje, lo extraño demasiado – fueron las palabras de la hermana mayor al calentarse.
Puedo entenderlo, me hizo sentir tan bien, aunque me violo, o eso dicen los oficiales, pero yo siento que me hizo el amor, mm – aseguró Jousy mientras se sonrojaba un poco más.
Eso lo dicen porque están celosos, nos ven, y quieren meternos sus vergas hasta el fondo, no aceptan que tenemos un semental, que nos va a preñar, pues somos sus putas, estamos marcadas para solo quererlo a él – la voz de Joanna estaba cargada de lujuria, una tan viciosa que calentaba la sangre, de cualquiera.
Con un cuidado en su juego de dedos, la mayor fue sacando la braga de la menor, logrando que saliera un poco húmedo del coñito lampiño de la menor, quien se sentía atrapada por ese deseo tan irrefrenable, que la hacía ceder a todas esas caricias.
Como sueltas jugos, en serio estás caliente, eres una pequeña golfa, seguro quieres que te vuelva a coger, con esa enorme verga que tiene entre las piernas, ya era grande cuando me desvirgo siendo como de tu edad, mm, y seguro ahora debe estar mayor, mm, mi cuerpo lo desea, yo también quiero que me la vuelva a meter, otros putitos quieren hacerme cosas, pero yo no los aguanto, son poca cosa en comparación con Jou, mm, ese es mi hombre, lo necesito dentro, bombeando con todo lo que tiene, mm – decía Joanna y de alguna manera su camisón caería, dejando ver como su tanga estaba escurriendo mieles sexuales, su voz se volvía más caliente, cargada de lujuria, mientras sus cuerpos seguían deseosos de mas placer.
Entonces, ahora ¿qué? Porque lo necesito, mm – decía Jousy mientras los dedos de su hermana lograban sacarle un fuerte flujo de jugos sexuales.
Nos toca esperar, el vendrá por nosotras, tenemos un deber que cumplir, la directriz, debemos ser preñadas por él, seguir el plan establecido, por eso no debemos ser tocadas por nadie, es parte de la muestra, aunque tu tendrás que esperar un poco, eres pequeña, no estás madura del todo – diría de manera extraña la chica mientras empezaba a penetrarla con un dedo.
Apenas con ese toque bastaría, logrando que se corriera de manera viciosa, llegando a escurrir mojando sus piernas que temblaron súbitamente, lo cual sorprendió a la pequeña, eso había sido un saludo, y de cierta forma lo vieron el agente H junto al viejo, quienes no intervinieron, ella (Joanna) había dicho algo interesante, la directriz ¿Qué era eso? Necesitaban averiguarlo, pero antes debían alejarse, pues el morbo de ver a ambas niñas era intenso, aunque no era todo, era necesario revisar algo más. Se movieron inquietos, dejando ese cuarto para revisar otro, llegando para encontrarse con una escena un poco molesta, Damian y Osvaldo se estaban masajeando las pequeñas vergas, mientras fisgoneaban el cuarto de Cleo, quien no se encontraba sola dentro, era un morbo irresistible, ver como en la cama, estaba siendo sometida la nueva nieta, mientras Lisa y Leila le acariciaban de tal manera, que sacaban duros orgasmos de su cuerpo, de hecho resultaba una escena por demás morbosa, debido a que le habían atando sus manos al borde de la cama con una bufanda, mientras separaban sus piernas con caricias que rosaban en los rasguños, lamian su cuerpo, saboreando algo que ya no estaba ahí, pero el frenesí sexual estaba controlando sus mentes de tal manera que se hallaban prácticamente violando a la nueva hermana, incluso tallando sus dedos por encima de su sexo jugoso.
No puedo creerlo – dijo el Agente H al ver aquello con un interés inesperado.
Si, desde que paso eso, las niñas ya no fueron igual, los médicos quisieron detenerlas, tratarlas, y ayudaron un poco, se saben controlar, cuando están afuera de la mansión, pero dentro, parecen putas como sus madres – dijo el abuelo con un gesto inquieto.
A pesar de los años aquel anciano aún podía sentir la sangre hervir, miraba a sus nietas, convertidas en pequeñas ninfas de la lujuria, deseosas de tragar verga, por la boca o por la concha, estaban deseosas de seguir jugando a las hembras de su macho, a quien miraban como un semental que las iba a preñar, detalle que le dejaba pensando ¿Qué sucedió? Ninguna era así antes, pero ahora estaban encima de su nueva nieta con ganas de sacarle cada gota de su sexo, y lo estaban logrando, entre caricias, Lisa se acomodó entre las piernas de Cleo, y comenzó a saborear su sexo, de tal forma que le estaba sacando un placer implacable, tanto así que la niña se aferraba a las sabanas, no trataba de defenderse, hacia un gesto de placer que terminaría, cuando leila, se ubicara para que le comenzara a comer el coño, lampiño, a ninguna le crecía el bello.
Es curioso, todas son mas sexuales, pero no les sale bello – dijo el agente H sintiendo una incómoda erección.
Si, parte de todo lo que ocurrió, parece que lo inyectado es capaz de sacar los instintos, pero también al forzar algo, niega otra cosa como el crecimiento de vello púbico, es difícil de asegurarlo, de hecho los médicos no dejan de pedir chequeos, aunque también son unos putos que quieren meterle verga a las niñas – dijo con fastidio el viejo.
Las niñas seguían en su juego sexual moviéndose en un evento de lujuria, Lisa devoraba el sexo de Cleo, sacándole fuertes gemidos que eran ahogados por la vulva de Leila, quien se sentía en la gloria, sus propias mieles lo hacían evidente, estaba gozando como jamás pensarían las demás, aunque se daban cuenta que deseaban otra cosa.
Vamos hermanita, dame todo lo que tengas, tu concha sabe a verga de Jou, seguro tu corrida es igual de deliciosa – dijo Lisa con una voz cargada de lujuria.
No te preocupes, seguro que a pesar de los años, aun tengo el sabor de él en mí, así que gózalo, todas somos un grupo de putitas, mm – decía Leila con un tono cargado de deseo, aunque su rostro se rompía en un erotismo difícil de contener.
Ahh, que rico, ahh – decía la pobre Cleo antes de correrse.
En ese momento gracias a la sensualidad del momento realmente todas se estaban corriendo llenado el lugar con sus fragancias pasionales, se notaban que no se podían controlar, las 3 se hallaban desnudas, sintiendo un hormigueo en el cuerpo que les hacía sentir más calor del que jamás habían sentido en 5 años, se notaba, querían algo, pero en su carencia, hacían lo que podían, y apenas resistían. Aunque luego de eso quedarían recostadas en la cama, besándose un poco, esperando seguir calmando un poco sus fervores sexuales, sus cuerpos se restregaban, esperando poder seguir gozando de ese placer tan especial, a pesar que fueran vistas por sus hermanitos menores, quienes se habían convertido en unos fisgones, siempre queriendo verlas hacer eso, mas no se atrevían a llegar más lejos, aparte de la mira, si acaso se daban cuenta que en veces, al menos Osvaldo, empezaba a oler los calzoncitos, después de que se masturbaran. Ahora las estaban observando tanto el agente H como el abuelo, quienes no sabían que pensar, aparte que sus cerebros apenas podían reaccionar sobre lo acontecido, ver a esas 3 crías en semejante situación, resultaba demasiado erótico, aunque les daba un cargo de consciencia por ser menores, y al menos los 2 preferían putas de tetas grandes, con coños afeitados y que alcanzaran a tragar buenas vergas, solo que ahora se veían capaces esas 3 en la cama, y sus pensamientos seguirían si no fuera porque Sarai llegaba desde atrás para interrumpirlos.
¿Qué pasa abuelito? Acaso quieres coger con alguna de tus nietas – dijo la niña con un tono casual que asustaba un poco.
No, pero es raro, yo ya me hubiera olvidado de una puta, después de 5 años – aseguró el viejo.
Jajaja, pues nosotras somos fieles, no queremos a otro dentro de nosotras, debemos ser preñadas por nuestro semental – se burlaría Sarai con un tono vicioso.
Niña, te das cuenta de lo que estás diciendo, no es normal – dijo el agente H confundido.
Jajajajaja, se nota que no sabe, Jou es maravilloso, lo están trabajando para que sea nuestro hombre ideal, todas nuestras fantasías hecha carne – diría con una voz que se perdía en la locura de la preciosa niña mulata que aparte se mostraba apenas usando un vestido ligero.
No era fácil de manejar, pero Sarai apenas estaba con un fino pedazo de tela que tras la luz dejaba ver sus formas femeninas con claridad, ya tenía pechos grandes, cintura breve, y unas nalgas bien redondas, y si antes era irresistible, ahora causaba accidentes con varios, desde los jardineros que deseaban encajarle la verga, hasta los maestros que la miraban, buscando un descuido para ver de más deseando saborear las formas exuberantes de su cuerpo, en especial cuando cruzaba las piernas o se sentaba mal en la escuela, donde fuera, pues prácticamente la estaban cazando con la mirada, igual que algunos críos precoces.
No deberían pensar eso de su hermano, sabes el desastre genético que podría suceder, quedar en cinta con alguien de su sangre – acertó a decir el agente H.
Eso no será problema, nos lo dijeron, ellas quieren que no sea un problema, por eso nos eligieron, tenemos ese privilegio – dijo con un tono cargado de locura controlada.
Ante aquellas palabras el agente H se quedó inquieto, era la primera vez que actuaban así, al menos una de ellas, ¿qué sucedía? Era la pregunta, quería interrogar a la niña que lucía dispuesta a responder, apenas acertó a decirle.
Espera, ¿Qué sucede? Antes no dijiste nada similar – cuestionó el Agente H.
Antes no estaba motivada, pero ahora sí, Jou volvió, su proceso termino, la directriz de mutación contra la endogamia, eso nos informaron, acabó, y vendrá por nosotras, jijijijiji – respondía con picardía Sarai mirando al pobre federal.
No entendía que estaba sucediendo, pero no le terminaba de gustar, aquello resultaba intrigante, pero la chiquilla parecía comprender algo que jamás podría haber creído, miraba a la niña con dudas, esperando que agregara cualquier cosa, mas no sería posible estaba perdida en sus ideas, ella deseaba seguir en aquella especie de situación, esperaba que su hermano la hiciera suya, era una especie de obsesión, sin embargo el morbo terminaba por arder, casi podía ver a la chica, una preciosa mulata de 14 años, con un cuerpo de tentación, entregada a un joven, recibiendo penetraciones firmes, tan duras, haciéndola gemir, mientras ella se aferraba al cuerpo de este, ya fuera encajando sus uñas o abrazándole con sus piernas, mientras se besaban en medio de un vaivén que parecía una danza sexual. Era una imagen seductora, pero el agente H se tuvo que alejar, porque algo le interrumpiría, necesitaban resolver este caso, entender que sucedía, había demasiados intereses en medio de todo esto, que le estaban molestando, no podía fantasear con aquella pequeña puta, a pesar de ser una verdadera ramera de primera, por suerte su celular sonaría antes de hacer una locura.
Agente H ¿Qué ocurre? – apenas dijo antes de que le dijeran algo que le dejo la sangre fría.
Pronto colgó, y el anciano que seguía a su lado, le preguntaría con la mirada, ¿Qué sucedía? A lo cual este hombre casi bajaría la vista para indicar que todo era con respecto a su propio caso, pero no se trataban de buenas noticias, lo cual fue motivo para enojarse, y con justas razones, pues una de sus nietas había desaparecido, siendo lo único que pudiera calmar los ánimos, que el sospechoso era el mismo Jou, lo que indicaba que algo está por suceder.
Helga a sus 17 años, era la hija mayor de la pareja de Roy y Carolina, y se veía como toda una pequeña diva, un rostro hermoso, unas curvas demasiado sensuales, pechos grandes que sobresalían, tersos, firmes, parecían desafiar la gravedad, una cintura esbelta, pero no dejaba ver músculos, sino una suavidad que muchos querían acariciar, junto con unos glúteos grandes y carnosos, que eran previos a unas piernas torneadas, sobresalían exquisitamente en unas medias escolares, pues aun estaba en edad de ser llamada colegiala, haciéndole ser más deseable ante los ojos de los hombre o mujeres que le rodeaban, si varios de sus compañeros no podían resistirse y la buscaban o se pajeaban con solo su imagen cerca. Fuera de esas fantasías sexuales, el agente H llegaría al colegio donde ella estudiaba, parecía que estaban por organizar una salida, pero no la vieron salir, algo pasó, Helga se quedo atrás en la escuela, pero un galán entre ellos, un tal Aron, estuvo esperándola afuera, él fue quien avisó de su ausencia después de media hora de espera, aunque a pocos les importó, pues este era un idiota que todos querían romper la cara, un cretino hijo de papi que se sentía el más importante del mundo, sin embargo solo buscaba como sacar provecho o en este caso meter la verga hasta el fondo de ese coño caliente, que era deseado por tantos. En medio del caos, donde múltiples oficiales estaban buscando a la alumna desaparecida, llegó el agente H, para dialogar con los guardias, quienes revisaban las cámaras de seguridad.
¿Qué hallaron? – preguntó con enojo contenido.
Nada, bueno las cosas de ella están aquí, pero las cámaras fallaron en una ruta, pero un banco cercano tomó video de seguridad, y vieron como la chica subía al carro de alguien, por su propia cuenta, sin resistencia – digo el oficial alarmado, mientras el cretino exigía respuestas.
Lejos de ahí sucedía lo tan esperado, en un viaje en carro, un vehículo plateado que se perdía de vista entre los demás en la carretera, un joven manejaba con una mano, mientras con la otra tocaba la pierna de la chica, rozando sus muslos, haciéndola gemir quedamente, ella solo miraba el frente, pero se mantenía tranquila, casi silenciosa, o eso hasta que se atrevió a decir.
Dime, Jou, ha llegado el momento – dijo Helga con una voz sumisa.
Si, llegó, ahora tienes que cumplir – casi ordenó el hermano mayor, sacándole una sonrisa.
Ella abriría un poco sus piernas, dejando que la tocaran completamente, se notaba dispuesta a todo, un gesto casi seductor que era irresistible, mirando al joven como iba subiendo por ese cuerpo, las piernas torneadas cubiertas por medias hasta arriba de las rodillas, con zapatillas de tacón corto, una falda colegial reducida y un escote pronunciado en una camisa blanca enseñando la línea de las tetas, que resultaban enormes, y casi parecían soltar un aroma deseable. Helga miraba al joven, que revisaba el camino, estaban llegando a su destino con un gesto bastante emocionado, en poco el carro se detuvo, pero no saldrían ambos, antes bien, Jou lo hizo y miró a la chica con una actitud un tanto agresiva, dándole a entender lo que deseaba, ella se acomodó, dejándole que este hiciera lo que quisiera, y en este caso, fue arrancarle la camisa, luego la falda, dejando ver como traía un conjunto de lencería rosa pastel bastante seductor, que era una invitación al sexo, ella sonreía, con coquetería inusual.
Te estaba esperando, sabía que pronto vendrías por mi – acertó a decir con un tono melodioso.
Jou lo tomó demasiado bien, la cargó para meterla en el refugio, como a una princesa, ella se sujetó con una sonrisa, aunque se notaria que su coño estaba escurriendo de manera abundante, soltaba un olor delicioso, tan fuerte, que aceleraba el ritmo cardiaco de su hermano, quien estaba listo para hacerle el amor hasta que escupiera su leche por la boca, se adentraron en un lugar abandonado, pero no estaba sucio, caminaron por pasillos hasta llegar a un cuarto, donde había algo vigilando, en medio una cama donde dejaría a la chica, antes de que se desvistiera el muchacho, quien dejaba ver una gran erección irreal, además de un cuerpo bastante atlético, que alegraba la vista de Helga, quien se mordía el labio con sensualidad, sabiendo lo que estaba por suceder, miraba aquel miembro titánico, sabiendo que iba a irrumpir en su coñito, el cual estaba tan mojado, se notaba ansiosa por sentir aquella carne dentro, su respiración se aceleraba.
Te voy romper – me dijo Jou con lujuria maliciosa.
Hazlo – respondió la rubiecita mientras ofrecía el coño húmedo.
Pero antes de hacerlo, el chico se acomodaría encima para comenzar a jugar con sus pechos, los cuales eran muy grandes, sus formas perfectas con pezones rosados, que debido a la excitación estaban en punto asomándose contra la tela del sujetador, sobresaliendo de manera sugestiva, Helga miraba con un rostro adorable, sonrojada, apenas conteniendo un gemido, mientras Jou comenzaba a quitar las ultimas prendas, en un juego de manos cargado de ansiedad, al tiempo que iba mamando las tetas de manera golosa, sacándole un gusto vicioso a la chica, quien escurría de placer. Ella lo acariciaría de la nuca, como esperando que no pudiera alejarse, pero el chico estaba como un poseso goloso disfrutando de aquellas masas de carne, chupándolas con un desespero antes de ir subiendo para besarla en los labios, lo que le terminó de acomodar para lo que seguía, una verga se preparaba para entrar en una pequeña concha húmeda, su aroma a celo llenaba el cuarto, en especial cuando la tanga fue arrancada, pues en unos roces iba preparando a la hembra que deseaba a su semental, lista para recibir semejante embestida.
No tardaría, solo se miraron por un instante, antes de fundirse, el chico dejaría entrar toda su verga en una sola embestida que perforó el interior de ella, pero eso deseaba con sus piernas envueltas en suaves medias, se sujetaría para empezar a recibir un vaivén sexual que le iría despertando un gusto tan sensual que no podría detenerse, terminaría corriéndose a los pocos segundos, pero ella quería mas, aquello solo era un saludo, necesitaba seguir sintiendo, y Jou sonreiría antes de besarla, sabiendo que apenas estaban comenzando. Así empezaría la faena, un cuerpo cargado de virilidad penetraba a esas formas femeninas tan sensuales, dándole con tanta fuerza que los suspiros se volverían gemidos, y la cara de la chica se rompería en un placer mientras restregaba los pechos como si tratara de masturbarse con ellas, mientras su mente se rompía en ese placer tan sexual…
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