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Fantasías / Parodias, Incestos en Familia

Secuestro Alien XXX 7

Jou comienza su plan, empezando a someter a todas las hembras en la residencia, algo sucede y es delicioso….
Advertencia: este relato es completamente Ficticio, no tiene nada de real y solo esta para entretener con una buena de dosis de morbo a todos los lectores que gusten…

 

7

 

Jou pasaría una gran noche, el pequeño cuerpo de Jessy recibiría toda su verga entre sus fluidos, casi rogando por que este le diera tan duro como fuera posible, la iba empalando con una velocidad tan desquiciada, que no dejaba de sacarle sonoros gemidos, sus cuerpos hacían el sonido parecido como el de un aplauso cada que sus sexos chocaban, era una locura tan sensual, que no dejaban de escuchar los ecos en su habitación, aunque en su momento Helga dejaría de sujetarla, y comenzaría a sobarse con sus propios dedos, producto de la excitación, siendo testigo de primera línea de cómo desvirgaban a la rubia pecosa. Era lo más sensual, el cuerpo de Jou era delgado, pero se le estaban marcando los músculos, y su verga era engañosamente más grande a lo esperado, se hinchaba tanto que sorprendía, logrando causar un estrago dentro de la mente de la chiquilla, que se perdía frente a la sensación de lujuria, emitiendo gemidos fuertes que iban causando eco por todo el cuarto, adentrándose en su coño con tanta fuerza que parecía que la iban a romper, sin embargo Jessy estaba resistiendo, lo que era más inesperado, diría:

Mm, que rico se siente, mm, no puedo creerlo, mm, quiero más, dámelo todo hermanito, mm, te amo, ahh – decía mientras tenia algunos cuantos orgasmos.

Helga se acercaría, mirando a ambos, la niña convertida en puta, su hermano violándola en un frenesí de pasión, empujando su interior, hasta darle esa mentalidad nueva, mientras buscaba como estimular mejor su cuerpo, aunque se daba cuenta, quería la verga de su macho dentro para sentirse llena, miraba como cogía a la menor de manera salvaje, sobre esa cama, el montándola con toda la fuerza de sus caderas, haciéndole gozar, mientras sus pechos se restregaban, haciéndole verse como si le crecieran en cada penetración. Dejando que el cuarto se llenara de sus olores, aparte que la niña quedaba cubierta por el cuerpo del chico, quien no se contenía, cada momento era una nueva explosión de placer, destrozando todo dentro de la niña, para hacerla sentir como si viviera para sentir ese calor tan seductor, incluso disfrutando cuando el dedo de este se le metiera por el culo, haciéndola correrse.

Pero eso no sería todo, una vez que le llenara el coño de leche a Jessy, se acercaría Helga, para ofrecer su conchita, había sido una trampa, ahora que la menor desfallecía, gracias a la verga, de Jou, la mayor de las hermanas quería el mismo trato, ofreciéndose, para que le hicieran lo mismo, incluso se notaba que estaba por correrse, su coñito soltaba un olor embriagador, pues la gruta de placer estaba escurriendo mieles de pasión, dejándole al chico abrirse paso por aquel coño de tal manera, que pudiera disfrutar del pequeño cuerpo con total libertad, incluso sentiría como al irse abriendo paso en su interior, la niña lo recibía de manera perfecta, como si estuviera hecha para sentirlo a él. Jou vería con gusto como Helga se entregaba, aguantando un pujido que no resultaba más que seductor, tan delicioso que le causaba unas ansias de seguir adelante, dándole con todas sus fuerzas, mientras iba irrumpiendo hasta el fondo de su utero, bombeando con todas sus fuerzas, mientras ella se entregaba quedando sentados uno frente a otro sobre la cama, teniendo a Jessy escurriendo semen por su coño, mirando como seguía la fiesta sexual, incrementando el placer o el deseo por seguir adelante con todo aquello. Así estarían los 3 hermanos mayores, mientras las luces nocturnas, esa que se creían como parte de algo normal, quizás camiones que pasaban cerca, iluminando todo, haciendo retumbar la casona, tomaban lugar, ocultando otros terrores, aunque estos serian pasados desapercibidos en medio de aquella locura erótica, pero que era tan relevante dentro de aquella extraña situación, aunque todos fueran ausentes de ello.

A la mañana siguiente Jou despertaría con Helga y Jessy desnudas a su lado y les encajaría los dedos en sus culitos para hacerlas despertar, se sentía muy satisfecho, no sabía de dónde, pero ahora tenía una meta, cogerse a todas las hembritas de su familia hasta someterlas, aunque ignoraba porque, solo le nacía esa necesidad, y sabia que tendría el camino libre, si aparte dejando que las niñas se entregaran a sus deseos ellas lo buscarían, aunque las dominaba, haciéndolas sus esclavas sexuales, revisó el cuarto de sus padres, notando que por tanto sexo es que los 3 terminaron desmayados, seguramente ese día estaría solo para hacer de las suyas. Por ello fue a revisar, como lo esperaba Osvaldo y Damian se quedaron viendo la tele, amaneciendo ahí frente a la pantalla, y el mensaje subliminal estaba funcionando, pronto apenas desayunaron para irse a acostar, aunque claro dejaron sus malos hábitos a la vista, siendo groseros o mimados, luego de ello vería como estaban las niñas, Joanna se levantaba algo inquieta, no le gustaba estar ahí, se hallaba igual que Lisa, solo que la pelirroja se notaba inquieta, mirándole de reojo, Sarai muy tranquila, actuando viva, mientras que Naoko, se movía sin prisa y Josefina se mostraba con hambre, solo faltaba Leila quien se quedaba fastidiada por las ausencias de su madre.

Era un dilema, siendo el mayor, no tendría problemas para usar la cocina, calentando la comida, aunque eso era sencillo, pero los más chicos estaban siendo unos inútiles mimados, aparte lo iba notando, las nenas estaban adormecidas por una especie de fuerza aparte, casi se tropezaban con lo que tuvieran, por ello mismo luego las acomodaría en la sala de televisión, y les dejaría ver lo que quisieran, aunque de nueva cuenta se notaria que colocaba una especie de código en el aparato, siendo sospechoso.

Oye, hermano, porque se ve tan mal, es la señal – dijo Sarai mientras revisaba la cartelera de programas en la pantalla.

No te preocupes por eso, es solo que estamos en la montaña, es obvio – diría Jou haciéndole sentir algo tonta a la niña.

Todas se quedaron tranquilas con esa idea, actuando sin pena, para ver la televisión, que tomaría el control de cada una de ellas, embobándolas, por completo, como si estuvieran recibiendo un lavado cerebral, pues las distorsiones que verían como fallas, ocultaban algo, por eso lejos de quedarse con ellas, se marcharía, aunque al regresar con Helga y Jessy, la puerta estaría cerrada, y un mensaje le llegaría al celular, dándole miedo, pero teniendo que aceptar, mirando, tratando de escuchar, logrando notar una serie de pujidos que le calentaron la sangre, lo que fuera que sucediera ahí dentro, era demasiado para él. Algo estaba con ambas chiquillas y exigía privacidad, pero le pedía que hiciera algo diferente. Sin más que hacer, sabía que debía empezar a merodear a las otras niñas, no habría excepción, sin embargo estaba cansado de lo mismo, necesitaba aire fresco, por lo que tomo dinero de su papá, metiéndose para ver como seguía inconsciente, llegando a ver como Carolina tenía unas tetas enormes de pezones rojizos, igual le gustaba ver la figura de puta de lujo de la tía, se notaban tan calientes que le hervía la sangre, deseaba ir a cogerse a las suyas, pero no podría hacerlo de momento, y se decidió ir, moviéndose con calma por el pasillo y después les diría a las niñas, casi como una broma.

Ey, voy a la tienda, que quieren, dulces, refrescos o mi verga dentro – decía burlón como si le entendieran algo, estaban perdidas.

Chocolates – caramelos – papas fritas – soda de naranja – se llegó a escuchar pero sin dejar de ver la pantalla, estaba una escena con un galán que idolatraban.

Por momentos Jou se enojaría, pero tomaría nota, pues lo que pasaba, era parte del plan, uno que debía seguir al pie de la letra, no quería que algo fallara, así que se fue tranquilo, aunque lo iba notando, cada una de las niñas tenía un aire más sensual, en especial Sarai, quien se le comenzaban a marcar más las tetitas, Joanna pasaba algo similar, aunque el cambio era sutil, pero se le marcaba en el culito que se volvía mas redondo, con Leila Naoko pasaba lo mismo, solo se les podía notar como si sus tetillas estuvieran erectas, todo el tiempo, y con Josefina, se movía, dando la impresión de que le picara el coñito, era casi irresistible verla, dándole deseos de acercarse a tocarlas y jugar con ellas hasta el cansancio. Pero no se quedó, se marcharía a la tienda a comprar, pensando en el plan, todo para tener chupándole la verga sus propias hermanas, ahora incluso su prima, se convertirían en un grupo de guarrillas bajo su control, eso le calentaba lo suficiente como para perderse en sus pensamientos, aunque su cuerpo seguía moviéndose, caminando por el bosque, un camino que conocía bien, cuando sintió que estaba siendo perseguido.

¿Quién está ahí? respondan – dijo con molestia Jou, sin miedo, mirando a todas partes.

No habría respuesta, lo que le hizo moverse para todas partes, buscando a esa presencia, corriendo por esas franjas de tierra, mientras esperaba encontrar alguien, caminando sin rumbo esperando alejarse, pero eso no se dejaba ver, sin embargo poco tardaría en hallar la figura deseada, o algo así, una sombra detrás de unas rocas, que dejaría ver una preciosa mujer pelirroja, misma que le violo antes, con una figura demasiado sensual.

Hola chiquillo, dime, tienes tiempo – dijo la sensual mujer mientras dejaba ver su figura monumental, un cuerpo de delirio con tetas grandes, cintura breve, caderas gruesas, piernas torneadas, con unas formas demasiado eróticas.

Claro que sí – diría como si toda su vida girara alrededor de ella.

Dime ¿Cómo va todo? – preguntó la mujer con un tono cauteloso.

Ya me cogí a las mayores, no se preocupe, todo salió como se esperaba, dentro de poco, me cogeré a las siguientes, ahora están con el programa especial, y se les nota que quieren un poco de verga – dijo con una voz casi autómata.

Perfecto, porque no tenemos mucho tiempo – dijo la pelirroja casi como un reproche.

No se preocupe, es posible que ahorita pueda llegar a cogerme a otra, sarai, ella es la que quiero romperle el coño ahora, solo voy a por unas cosas para mantener las apariencias, y cuando vuelva les daré con todo – dijo con voz autómata el joven.

Perfecto, no te preocupes, dentro de poco todo esto terminará, y tú podrás cogerte libremente a todas las niñas, será como quieres – decía con una voz sugestiva la mujer pero algo pareció molestarle, por lo que le hizo seguir adelante al muchacho.

El chico salió corriendo bajo una orden, regresando a su camino para comprar las cosas, mientras la extraña mujer desapareció, Jou caminó un poco más, alejándose de ahí, sin embargo la pelirroja seguía ahí, se encontró con Joanna, intentó seguir al mayor, pero como se hallaba algo perdida, comenzó a llorar como era su costumbre, encontrándose con la sensual mujer.

Ah, tú eres hermana de Jou – dijo la pelirroja con un tono muy tranquilo.

Si, usted conoce a mi hermano – diría algo inquieta la chiquilla.

Claro que lo conozco, de la vez que se perdió, no te dijo nada – respondió un tanto juguetona.

No, es que casi no hablamos – confesó un poco inquieta la chiquilla.

Mm, que mal, y eso que él te quiere mucho – dijo con una vocecilla cargada de malicia.

Me quiere, pero si casi no me habla, solo se me queda viendo feo – respondió Joanna algo inquieta, mirando a la mujer con dudas.
Claro que te quiere, le pareces una niña preciosa, de hecho el volverá pronto, si quieres lo puedes esperar y que él mismo te lo diga – dijo con una intensidad mayor la mujer.

¿Niña preciosa? No invente, suena como si no fuera él – diría Joanna algo incrédula.

Preciosa, los chicos callados son los que más guardan secretos – aseguró la mujer con gracia.

Bueno, eso es cierto, el casi no nos dice nada, es tan callado, por eso papá no lo trata bien, siempre lo está molestando – aceptó la niña confundida, viendo a la mujer.

Si, es que nadie le da paso a tu hermano, se portan muy mal con él, pero a él les gustan todas ustedes, les parecen niñas hermosas, como princesas de cuentos, solo que no le dan entrada – dijo con un tono de voz curioso.

Ah, pero eso no es posible, somos hermanos – dijo Joanna algo confundida.

Pequeña, tu padre está teniendo un romance con su prima, crees que es tan diferente entre medios hermanos, ahora el intenta acercarse, o no te diste cuenta – decía con astucia la mujer sorprendiendo a la niña.

Pero eso no es posible, somos hermanos – dijo algo confundida, pero sintiendo un calor en su vientre, que no reconocía de antes.
Así es preciosa, él las quiere mucho, pero sino actúa bien, tu papi te va a agarrar y hacerle cositas como lo hace con todas las mujeres que le gustan – le dijo la mujer mirando a la niña confundida.

Joanna no sabía que pensar, todo era tan repentino, pero un calor comenzaba a invadir su vientre, una oleada de calor que no comprendía, y quería tocarse, más no lo haría frente a una extraña, aunque esta se manejaba de una manera inexplicable, tan preocupante, que no sabía qué hacer o decir, en especial cuando esta la tomara del hombro y la llevara a un tronco donde la sentó.
Pequeña, también amas a tu hermano, y no como una parte de tu familia, sino como un hombre, verdad – dijo la mujer tomando el control de todo.

Como cree, el es raro, no es malo, pero yo – decía con cuidado la Joanna, pero sentía como su vulva comenzaba a humedecerse por solo pensar en Jou.

No sabes que te pasa, tu cuerpo está reaccionando a tu amado hermano, no quieres ser solo su hermanita, quieres que te vea como su hembra, lo aceptas como tu macho, estas sonrojada, incluso hueles a sexo, como tus papis cuando quieren hacer el amor, pero no te das cuenta por la falta de experiencia – dijo visiblemente divertida la mujer.

Pero somos familia – trato de intervenir Joanna, pero la extraña joven que tenía enfrente la besaría con una lujuria inesperada.
En segundos esta tocaría el cuerpo de la niña con toda libertad, jugando con sus dedos, sacándole el vestido que usaba, para dejarla solo con su calzoncito y unas zapatillas, pero el beso era intenso, parecía sacarle la vida, aparte sus dedos alcanzaron el pequeño coño de la cría para sacarle una reacción eléctrica, primero tocándolo suavemente sobre la tela, pero cuando sintió la humedad, lo sacaría para poder tocar su coñito jugoso, que reaccionaba de manera inesperada, tan cargada de deseo, que no se podía contener, estaba siendo una reacción intensa.

Lo vez pequeña, esto indica que amas profundamente a tu hermano, y no como tal, sino que quieres que sea tu pareja, quieres que te la meta, su verga en tu coñito, hasta escurrir, quedar preñada por él, unidos en el sexo – decía con vicio la mujer mientras continuaba jugando con su intimidad, tanto así que metería algo por uno de sus orificios, siendo largo y duro, invadiendo su culo, además que soltaba un jugo que le hacía perderse.

Lo sientes, esto es lo que las niñas como tú necesitan para que dejen de ser tan cerradas, y empiecen a sentir el amor, dentro de poco te vas a entregar a tu hermano, serás suya y de nadie más – se burlaba la mujer con malicia, mirando como la niña se retorica de placer.

En pocos segundos vería como la niña empezaba a gemir, perdida en una serie sensaciones como jamás había sentido, estaba, respirando con rapidez mientras los dedos de la mujer comenzaban a hurgar su pequeña vulva, haciéndole sentir tan pesadamente bien, su cuerpo ardía, mientras una oleada eléctrica invadía sus sentidos, haciéndole gemir continuamente, incluso sentía un picazón en sus tetillas que no podía tolerar, si se las fue a agarrar, casi jalándoselas, sacándole una sensación tan placentera, se mordía el labio, tratando de ahogar sus gemidos, iba a enloquecer, mientras seguía escuchando a la mujer que la incitaba a cosas que rompían su mente, haciéndola fantasear con cuestiones que jamás había pensado, aunque eran tan seductoras.

Te gusta verdad, y eso que solo son mis dedos, pero no son suficientes, necesitas mas, lo que te urge es la verga de tu hermano, abriéndote bien ese pequeño coñito que ahora escurre, es como si te orinaras, lo siento, estás bien mojada, quieres pasión, no aguantaras mucho, dentro de poco le rogaras que te dé con todo, pequeña golfa, solo déjame prepararte – decía la mujer mientras le tocaba el coño regordete con un ritmo cadencioso.

La niña seguía siendo sometida al placer, sintiendo como cada centímetro de su ser estaba hirviendo de calor sexual, abriendo sus piernitas, deseando que la penetraran más duro, pero no lo gozaba del todo, la mujer estaba solo tocando su punto de placer, no llegando más lejos de ese límite, trabajando en su lujuria, que iba perdiendo toda cordura, alcanzando cierto punto hasta que sintió como si se orinara, pues no aguanto más.

Eres una pequeña golfa, acéptalo quieres que llegue más lejos, pero no lo haré, ese es el privilegio de tu hermano, acaso no quieres que te abra el coño, jejejeje – se burló la mujer, mientras pellizcaba las pequeñas tetas y coñito, haciéndola gemir más.

Por favor señorita, no aguanto más, todo esto se siente demasiado bien, pero no entiendo, que me pasa, supongo que sí es cierto, quiero a mi hermano, solo que no sé nada de novios, golfas o esas cosas – diría vencida la linda Joanna, con su carita sonrojada mirándole.

Eso no es algo que yo pueda enseñarte, debes saberlo, es parte de los deberes de un hombre, tendrás que hacer todo lo que él quiera – diría y luego alguien tomaría la mano de la menor.

Durante todo el juego sexual había llegado de vuelta Jou, quien al ver el estado de su hermanita, clavó sus ojos en aquel pequeño cuerpo que estaba despertando a la sexualidad, su carita se descomponía ante el placer, mientras escurría, aparte sus tetillas se iban formando, creando un deseo irrefrenable por penetrarla, abrirle ese coñito virgen cuanto antes y sentir sus piernas alrededor de su cintura, se le quedó mirando como si no pudiera creerlo, se acercó por los gemidos de una niña, pensando que vería algo interesante, pero jamás esperó que se tratara de su hermanita, convertida en una putita, quien estaba lista para recibir verga, aunque no quería hacerlo frente a esa mujer, quien sonreiría, pero le diría:

Llévatela a casa, ella necesita aprender más cosas – fueron sus palabras, las cuales sonaban demasiado viciosas, cargadas de una especie de orden maliciosa.

Tras decir aquello Jou sonreiría contento, tomaría su mano para llevársela, y la mujer se marcharía, dejándolos solos, o casi, porque este casi la jalaría rumbo a su casona, además que la haría quejarse por estar desnuda, pero eso a él no le importaba, no la quería ver con ropa, aparte esta no hacía falta en su perversa imaginación, además le gustaba lo que estaba viendo, la niña caminando a mitad del bosque, apenas con sus zapatillas, pero con su coñito lampiño escurriendo sus mieles de pasión, dándole un aspecto tan erótico que iba a disfrutar en su momento, pues la pobre chiquilla estaba asustada, pero algo le excitaba, ser dominada de esa manera, le ponía caliente, haciendo que su sangre hirviera. Era casi como una broma, pero de repente llegaron a la casa, y dentro estaban los chicos, sus padres no se dejaban ver, aunque se dejaban escuchar, seguían cogiendo como animales, los gemidos de las mujeres resonaban por las paredes, llenas de lujuria, su padre estaba haciendo un esfuerzo, bramaba como un semental mientras se entendía que estaba penetrando a ambas con todo para llenarles los coños de su leche de macho. Poco le importó a Jou quien estaba dejándoles los dulces a los más chicos, mientras miraban una película, aunque esta se veía mal como si se estuviera cayendo a pedazos la señal, con algunos colores que no eran naturales, resultaba muy molesto ver aquello, aunque todo era extraño para Joanna, quien seguía desnuda, y al respirar sus tetillas parecían crecer más, sin embargo, nada ocurría, nadie notaba su coño al aire, a pesar que su hermano mayor la jaló casi dejándola frente a todos, cuando decidió irse a vestir, pero en ese momento, este idiota diría:

Bien aquí se quedan, tengo que violar a Joanna, será mi putita desde ahora – dijo Jou sin pena.

Bien rómpele el coño hasta que llore de verdad – le diría Sarai sin dejar de ver la pantalla.

Claro, pero te aviso que luego te voy a abrir el coño a ti – advertía el mayor de todos, sujetando su verga con un morbo, como si quisiera metérsela en la boca.

Aquí te espero – llego a responder casi en trance la linda morenita que se veía picara.

Joanna se marcharía algo asustada, acudiendo a su cuarto para vestirse, aunque su gruta de placer estaba escurriendo, parecía que esas palabras surtían efecto, ella deseaba tener sexo, coger como si fueran animales, con su propio hermano, idea que no terminaba de comprender, así trataba de ponerse un calzón cuando fue alcanzada por Jou, quien la encontró para sujetarla del vientre.

¿Qué crees que haces? Pequeña puta – dijo el hermano mayor mientras se iba sacando la ropa, empezando a tallarle la verga contra el coño delicado y regordete.

No, detente, es que soy chiquita, mm – respondía Joanna aguantando un gemido que deseaba dejar salir, pero su cuerpo respondía.

No entendía porque, pero estaba caliente, la idea de ser penetrada le gustaba, empezaba a desearlo, pero no lo iba a decir abiertamente, aunque su mente dejaba de funcionar como debería, estaba tan absorta en sus pensamientos, que apenas regresó a la realidad cuando pudo sentir como trataba de entrar su hermano en su coño, aunque era tan estrecha que no podía, cuando Jou tomaría una idea por hacer, sorprendiéndola más.

No, espera, ¿Qué haces? Ahí está sucio – diría la niña mientras sentía como le estaban abriendo el coño con la lengua, comenzándole a comer su carne golosa de tal manera que pudiera prepararla, siendo fatal para su mente.

Prepárate, que no sales de esta virgen – llegó a decir Jou mientras le metía la lengua.

No, déjame, hermanito, por favor – dijo la niña aunque no intentaba escapar, sus piernas temblaban sentía un calor abrazador en todo su ser, y su coño volvía a escurrir.

Era una locura, pero le estaba encantando, aunque no lo dijera, su cuerpo estaba entregado al placer, haciéndole susceptible a todo lo que iba a suceder, incluso parecía que deseaba abrir más sus piernitas para facilitar su violación, su aroma excitaba, pero la poca cordura que le quedaba reaccionaba, mas no tenía fuerza para defenderse, apenas llegaba a voltear y veía la cara de su hermano meterle la lengua hasta el fondo, mientras le dedicaba una mirada viciosa que no se contenía. Quería decir cosas, pero nada salía de sí aparte de suspiros, incluso movía su coñito para que la lengua de Jou llegara más profundo, y callaba sus gemidos, cerrando sus labios cuando tuvo su primer órganos gracias a su futuro macho, quien chupó cada gota de aquella sustancia como si fuera un elixir de la vida, haciéndole disfrutar de aquella delicia sexual.

Detente – rogó Joanna cuando fue besada probando así sus propias mieles del deseo.

No le harían caso, estaba demasiado perdido Jou, su verga era muestra de eso, estaba tan tieso, y antes que pudiera reaccionar, penetraba a la niña de un solo empujón, rozando el fondo, aunque solo seria momentáneo porque la situación era diferente a todo lo que jamás hubiera esperado, dentro de su mente se dio cuenta: no duele, se siente bien ¿Qué sucede? Mm, me gusta; no lo entendía Joanna, pero el placer ahogaba todas sus quejas, así comenzaría a ser penetrada por su coñito, contra la puerta del closet, la cual tenían un enorme espejo de cuerpo completo, dándole tan duro como podía, sujetándole de las caderas para controlar las embestidas. La niña estaba recibiendo todas esas cargas, sintiendo como su cerebro cambiaba para gozar del placer sexual, recordaba que decían sus amigas que eso dolía, que sangraban, y lo notaba en el reflejo, un hilillo de sangre escurría, pero la sensación de placer era implacable, estaba escurriendo toda su miel sexual dándole un gusto que jamás espero, comenzando a gemir una vez que se soltaron, además que luego las manos alcanzaron sus tetillas, para darle un masaje en esa parte, desatando una serie de placeres mayores, en todo su ser, como si fuera una oleada eléctrica.

Te gusta, pequeña puta, ahora si quieres mi leche dentro – decía Jou mientras le embestía.

No podía contenerse Joanna, el placer era absoluto, quería mas, y poco le importo que se corriera dentro, al sentir aquella primera carga dentro de su útero, se correría como si estuviera orinando, pero no era suficiente, ambos querían mas, aunque en eso algo sucedería, pues inesperadamente la puerta se abriría, dejando que alguien entrara, y era Roy.
¿Qué pasa aquí? – dijo con un tono confundido.

Solo me cojo a esta putita para hacerla adicta a mi – respondió Jou mientras cargaba a la niña desde sus piernas para abrirla mejor, exhibiendo su coño al espejo antes de volver a penetrarla.

Papi, me estoy corriendo – diría la niña con su ultimo rasgo de cordura.

Bien, dale duro, yo voy por algo de comer, aun no termino de preñar a tu tía – se burló el padre, antes de cerrar la puerta.

Una locura estaba sobre esa mansión, desatando un atmosfera sexual, al padre no le importó que se cogieran a su niña, menos que fuera su hijo mayor, se retiró casi ausente dejando que este siguiera rompiendo ese pequeño coño, lo cual acabó con toda la cordura de la nena, quien a verse en esa situación solo se miraría en el espejo sin poder reconocerse mientras le decían. Era una escena por demás deliciosa, una nena tan joven siendo sometida por su hermano mayor, un adolecente caliente, listillo, cargado de lujuria, que iba superando todo, aunque para la niña algo pasaba, el cuerpo de este iba cambiando, acelerándole su corazón, no entendía porque, pero se iba sintiendo cada vez mas atraída sexualmente a él.

Ahora me perteneces, tu coñito es mío, y vas a hacer lo que yo te diga, eres mi putita y te voy a coger cuando quiera, aparte mírate, tu vulva casi me la chupa en cada embestida, tu quieres esto aunque digas lo contrario – se burlaba Jou mientras empezaba a embestirla.

Para Joanna todo había sido demasiado, estaba siendo penetrada por el coño pero a su papi ni le importó, ahora veían como le perforaban en un ritmo salvaje, sacándole toda cordura, le embestía con una pasión sin control, agitando todo su cuerpo con una bravura salvaje, haciéndole desear mas, viendo su cuerpo contra el espejo, sintiendo un placer tan implacable en cada embestida, que deseaba seguir gozándolo, era una oleada de calor total, mientras su cuerpo era abierto, sus pliegues en cada irrupción disfrutaban del placer sexual, hasta más no poder, era demasiado, un calor vicioso, clavaba sus finas uñas pintadas con un rímel infantil, dejando marcas en la piel de Jou, aunque sentir su piel le hacía estremecerse, una oleada de electricidad recorría cada célula de su cuerpo, le hacía desear mas, no tenía nada otra cosa en la cabeza, deseaba seguir sintiéndose invadida por la verga de su hermano, y finalmente empezaría a decir.

Mm, me gusta hermanito, mm, soy tu puta, dame con todo, mm, esto se siente demasiado bien AHHHHH – decía mientras gemía impulsada por un potente orgasmo, gobernada por la sensación de esa verga en su coño que era total en su mente.

La preciosa nena se miraba, su cuerpo ganaba un nuevo encanto, sexual, sus piernas abierta con una forma deliciosa, su coño escurriendo mieles de la lujuria mientras devoraba verga, sus tetillas parecían hincharse un poco, no solo por la respiración acelerada, apenas factible por su clímax logrado, mientras su carita ahora se veía deseosa de tragar verga, sonrojada, mirando a su amante con deseo, suspirando de manera acelerada, mientras su largo cabello estaba hecho un desastre aferrándose a su macho para seguir gozando de esa carne que la profanaba, momento en que serían interrumpido, escuchando afuera, en la puerta.

Perfecto, tráela para que se una a las otras – una mujer sensual de cabello corto negro que no conocía Joanna estaba en la entrada, viendo como la habían cogido.

Joanna no comprendió, pero antes de seguir a la mujer, Jou comenzó a cogerla un poco más, dándole un gusto inesperado, estremeciendo su interior, el desgraciado no se había corrido, pero estaba cerca, embestiría de manera salvaje para sacarse ese gusto tan feroz, moviendo sus caderas de manera ansiosa, aun seguía cargada, y la mujer se acercaría para hacer algo, con lo cual, Jou se acabaría corriendo de manera viciosa en su coño, lo cual se sintió tan bien, luego después de eso, este sin dejar de cargarla le seguiría.

Esto es necesario, para que seas solo mi putita – dijo el hermano mayor, sonando de manera extraña, aunque no le importaba, veía como la verga seguía parada, apuntando al techo lo que la calentaba demasiado.

Está bien – alcanzaría a decir Joanna mientras sentía como le escurría el semen entre las piernitas.

Luego de ello saldrían, pasarían junto a los demás chicos, quienes seguían perdido es sus cosas de la pantalla, igual seguían atrapados sobándose de tal manera que daba gusto verlos, de hecho se notaban cada vez mas ansiosos, como si quisieran sobarse sus entrepiernas, un deseos sexual se despertaba, su padre no se hallaba, solo tomó algo de comer y se retiró, mas no se quedarían ahí, seguirían al cuarto de Jou, ahí verían algo mas, pudieron escuchar algunos gemidos, y al abrir la puerta, la sorpresa fue total.

62 Lecturas/28 junio, 2025/0 Comentarios/por Lobo85
Etiquetas: hermana, hermanita, hermano, hermanos, mayor, mayores, montaña, sexo
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