Seguí teniendo sexo con mi hijo
Reconozco en que me excité mucho, y así me llegué a correr, pero mi intención, era que mi hijo tuviese un orgasmo.
Esa primera vez, únicamente fue con la intención de que mi hijo tuviese un orgasmo, y yo ver y sentir como era eso, no sé, quizás algo enfermizo, pero realmente para mí, algo natural y sencillo, sin tabúes, sin vicios, algo entre mi hijo y yo, entre un hombre y una mujer al fin y al cabo; me encantó sentí como se corría y como subía el semen por su poca, gorda y grande, más que la del cabrón de su papá, además, mi hijo es muy guapo, y en cierto modo, he estado enamorada de él, no sé, quizá habrá que preguntar a Freud, pero eso que pasó, yo lo deseaba en cierto modo, y él también; al día siguiente, después de haber dormido pocas horas, lo noté un poco distante, yo también lo estuve, la verdad, no sé, sentimiento de culpabilidad o lo que sea, pero yo realmente seguía excitada, y él también (me lo dijo después); esa mañana, no nos miramos a los ojos, cosa más o menos normal entre nosotros, pero yo me levanté de la cama, y me pasee, como muchas otra veces, por casa, solamente en bragas; él salió de su habitación, me percaté que un poco avergonzado, como no queriendo mirarme, y se metió al aseo; vale, yo me fui al salón, al poco rato, el también se vino al salón, así, en plan frescos los dos, yo en bragas, él en calzoncillos; se dio cuenta que le miré el paquete, y la verdad es que estaba abultado, así que hice como que me picaba y me rascaba sobre las bragas, y ví que sus ojos se fueron ahí; la verdad, lo reconozco, yo estaba con muchas ganas de sentir algo entre mis piernas, fui un poco puta, la verdad, pero era lo que sentía y quería, y más yo mirando como se abultaba más el paquete; en ese momento no pensaba que era mi hijo, simplemente, pensaba que era un hombre, muy atractivo, joven, y que se interesaba por mí, eso me excitaba más aún; imaginaros la escena, en el salón, prácticamente desnudos, yo tocándome, el empalmado, y yo en seguida a frotarme; no se le ocurrió otra cosa que arrodillarse y apartarme las bragas, y lamerme; ufff, yo ví el paraíso, nunca me ha pasado algo similar; fue muy torpe, pero con el tiempo aprendío o más bien lo enseñé; al rato le dije una cosa, sinceramente, y noté que él estaba deseando que se lo dijese, por que se puso más erecto si cabe, le dije que necesitaba sentirlo dentro de mí, que yo lo había sentido años antes, pero que ahora de otra forma, no sé, pero era lo que yo quería, y él también quería estar dentro de mí, lo sé, por que lo hablamos después también; las bragas me las quité yo, y, en plan golfa, abrí las piernas, y le dije que me la metiera, que lo necesitaba, y entró, uffff, que cosa más maravillosa, de verdad; esa persona, que salió de mi coño, ahora estaba entrando y saliendo, además de guapo, más o menos bien dotado, y sabéis qué, nos besamos mientras, se corrió rápidamente, dentro de mí, sin peligro, y yo disfruté mucho; siguió dentro, y al poco, me corrí yo, y en seguida él otra vez, dentro de mí; para mí, unos de los mejores polvos de mi vida, la verdad, lo reconozco; podéis llamarme depravada o lo que sea, pero bueno, lo disfruté mucho, y él también; despúes de tantos años, de vez en cuando tenemos sexo, ya no es como antes, pero me satisface, y él, como que lo necesita.
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