Semental desde pequeño
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por ratadish.
Hola a todos, soy Julian y hoy les voy a hablar de mi esposa, mi madre.
Ella se llama Andrea, tiene 34 años y es mi mujer.
Ella me tuvo muy joven, a los 13 para ser más exactos.
Ella nació el 30 de Septiembre de 1982 y yo nací el 17 de Octubre de 1995.
Todo comenzó en Enero de 1994, eran principios de año y mi madre era muy despierta sexualmente, así que en dicho mes, pasó el día con un chico al cual sedujo y tuvieron relaciones.
Mi madre ya era bien puta desde pequeña.
Al saber que se había embarazado y con algo de miedo ella mintió diciendo que el chico la había violado y su familia huyó para evitar pleitos, pero el chico fue a dar a un internado lejos de la ciudad.
Con eso se ahorró el engaño y mis abuelos eran muy buenos, le dieron el apoyo a mi madre y la hicieron que acabara la secundaria y prepa mientras ellos me cuidaban.
Ella iba en su primer año de secu, cuando se embarazó.
Por el embarazo, ella logro acabar el año pero cursó segundo hasta el año entrante en otra escuela para cambiar de aires.
Mis abuelos eran ricos y no les afectaba lo que había pasado.
Mi mamá no tuvo fiesta de 15 años en grande, pero si una fiesta sencilla.
Actualmente vivimos en una de sus casas, pues nos la heredaron.
Nos cambiamos por obvias razones sobre nuestra relación.
Lamentablemente ellos sufrieron un accidente y fallecieron el 2 de Febrero de 2005.
De ahí mi mamá cayó en una depresión.
Se quedó a cargo de los negocios y yo al cumplir la mayoría de edad, me ocuparía de lo demás.
No teníamos más familia, solo lejanos de mi abuela.
Mis abuelos supieron hacer sus negocios sin la ayuda de nadie así que solo dependía de lo que teníamos.
Nos movimos en el estado a otra región y ahí nos fuimos a otra casa que era también de los abuelos y la otra decidió rentarla a estudiantes y movió los negocios para no tener que estar viajando.
Ante la tristeza de mi mamá, yo la consolaba, a pesar que a mí también me dolía su partida.
Me decía que durmiéramos juntos, me acariciaba y besaba hasta quedarnos dormidos.
Yo ya tenía un amor por mi madre, pues me enseño desde chico que saludarla de beso en la boca solo a ella diciéndome que mis abuelos no debían saberlo.
Le tenía mucha confianza, ella siempre estuvo ahí y me enseñaba.
Con casi 11 años, ya sabía que los besos solo eran para los novios y esposos y algo confundido por esa costumbre me excitaba y me encantaba hacerlo.
Sabia poco de sexo por la escuela pero no lo suficiente.
Yo notaba que mi mama era más amorosa que la de mis amigos y a pesar de eso yo no comentaba nada.
El 14 de Febrero de ese año (2006) fue el segundo día que lo festejamos sin los abuelos, ella me abrazó y me beso.
-Te amo hijo, eres el amor de mi vida, eres lo único que tengo y quiero pasar mi vida contigo.
Lo curioso es que después entendí lo que realmente me decía.
Era Martes y no había tenido tarea pero si una pequeño convivio.
Ya no comí, pero luego salí a leer un libro y en la tarde me disponía a jugar cuando lo mejor venía.
-Mami voy a jugar
-Puedo jugar contigo
-Sí, iré por mi pelota
-Pero hijo, yo no quiero jugar eso, yo quería enseñarte un juego, un juego de adultos.
-Pero yo soy un niño
-Eso no importa, además, es un juego muy bonito, ya verás, pero no le digas a nadie, es algo que no deben saber.
-Está bien mami, lo haré.
Subimos a su cuarto, nos sentamos y me dijo.
-Tu sabes que te quiero mucho
-Sí, te quiero muchísimo
-Y también no te gusta ver a mamá triste
-No, porque también lloro.
-Bueno, mira, el juego que vamos a jugar solamente es para personas que se quieren mucho, este juego es muy lindo, y ayuda a que las personas se sientan queridas y relajadas.
Es la mejor manera de demostrarle amor a una persona y toda la confianza.
Así que para empezar te tienes que quitar tu ropa.
Pero antes de empezar este juego hay que besarnos.
-Como en las novelas?
-Así es hijo.
Ya con una idea previa de como era pues nos besamos.
Ella llevaba el ritmo mientras yo intentaba imitar lo de la novela y con mis manos empecé a tocar la espalda de mi mamá y luego me indico que descendiera más bajando a sus nalgas y acariciarla por otras partes.
Mi madre es chaparrita, de 1.
53cm, y de buenas tetas y trasero.
Ese dia llevaba un pantalón negro muy ajustado y una playera azul.
Yo con algo de pena, pero con mi ligero morbo, me quitó la ropa.
Me quito la playera y comenzó a besarme provocándome cosquillas.
Me dejo en calzoncillos y me empezó a acariciar todo el cuerpo hasta llegar a mi pene.
Yo sentí como se me paraba, pero era algo raro de explicar.
Yo ya era consciente de lo que pasaba, pero algo no me cuadraba.
Yo quería a mi madre y mi sueño se hacía realidad, pero iba cobrando otra forma.
Cuando imagine que nos acostaríamos desnudos y seguiríamos besándonos como en la novela, ella se dirigió a mi miembro y se lo metió a la boca.
Yo me asusté.
-Que haces mamá, que asco.
-No hijo, para mi es delicioso, es como una paleta.
-Pero a que sabe
-No sabría decirte, pero cuando crezcas más sabrá más rico.
Solo relájate.
Ella levantó el prepucio y comenzó a lamerlo como una nieve, yo sentía como cosquillas.
Poco a poco empecé a sentir algo agradable, mi cosa estaba firme y cuando mi orgasmo llegaba y durante el mismo, me llegaba un dolor en la punta, y al acabar, la sensación era increíble.
Me sentía relajado.
-Te gustó hijo
-Mucho mami, que bonito juego, ya quiero ser adulto.
-Yo también hijo, porque así nos divertiremos más.
Bueno, creo que fue todo por hoy.
-No mami, quiero seguir jugando, anda
– Bueno, si quieres seguir jugando, ahora te voy a enseñar algo.
Mira, como ya viste, yo chupe tu cosita, ahora a ti te toca lamerme mi cosita.
-Ay no, que asco.
-Porque mijo, yo ya chupé el tuyo, además a mí me toca sentir rico, y además me acabo de bañar.
¿Tu sentiste algo?
-Si, poquito dolor, pero luego se me quitó, pero sentí bonito.
-Entonces, te toca, ahora me toca sentir eso.
-Ay mamá no sé, además tienes pelitos.
-Está bien hijo, creo que es momento de lo más importante en el juego.
Lo dejaremos para la otra.
Ahora te enseñaré la manera de que los 2 podamos sentirlo al mismo tiempo, pero para la próxima tendrás que lamerme.
Ahora quiero que me desvistas.
Me puse aún más nervioso pero me anime y fui sobre su playera y me ayudo para quitarlsela, ella se quedó en brasier luego me acerque y fui bajando su pantalón.
-Ahora mi calzón hijo, el brasier déjamelo.
Me acerqué y con cuidado fui bajando su tanga.
-Bien, ahora yo me acostarse, intenta meter tu pene en mi vagina, pero cuándo esté duro, deja te ayudo.
Mi madre acaricio mi verga y cuando se endureció, yo apunté mi penecito de 11cm a su hoyo, caí a la altura de sus pechos apoyándome con mis manos.
-Ahora levántate un poco, no lo saques, cuando llegues a la mitad vuelve a meterlo y otra vez te levantas.
Agárrate de mis pechos bien y trata de hacerlo un poco lento y luego rápido.
-Si mami, se siente muy calentito y un poco apretadito.
Se sentía muy rico, mis movimientos eran lentos, pero parecían agradarle, aunque me asustó porque al gemir y gritar, pensé que la estaba lastimando.
Sentí que respiraba muy rápido pero supuse que era propio del juego, pues recordé que en las novelas así hacían gestos las personas.
Yo también sentía como mi corazón latía más por temor a que alguien nos viera y por ser algo desconocido para mi.
No olvido su rostro, sus ojos estaban en otro lado, la estimulación que recibía de mi parte la hacía sentirse tan bien.
Yo igual sentí el dolorcito y caí en los pechos de mi madre.
Ella estaba muy loca, se trepo encima de mí y empezó a cabalgarme como loca, llevo mis manos a sus pechos para provocarla más.
Me di cuenta que ella gemía de lo bien que se sentía, pero yo aún no sabía nada de eso.
Ese día lo hicimos varias veces.
-Cuando te canses hijito me dices
-Sí, todavía puedo
-Ya me imagino cuando crezcas, no vas a parar de jugarlo.
Ya con mi miembro flácido, acabe chupando sus tetas.
Casi todas las tardes íbamos a su cuarto a jugar y cada día aprendía algo nuevo.
Cada vez que nos bañábamos nos tocábamos y los besos eran más frecuentes y largos.
Después de ese día, mi madre me enseño todo sobre sexo, claro que me cuidaba sin contarle a nadie la relación que tenía con mi madre.
Me resolvió bastantes dudas y con el paso del tiempo fui creciendo, y regularmente cogemos del diario.
Cómo yo no tenía amigos y siempre me molestaban y más de decirme gay por no tener novia (sin saber lo que me estaba cogiendo) nos mudamos a una casa en otro estado que fuimos pagando mientras la otra se rentaba.
Ahí hicimos amistades nuevas y con identificaciones falsas nos hacemos pasar por pareja ante las personas en una vida ficticia.
Mi madre ahora dice tener 28, y yo normal.
Incluso le llegaron a calcular hasta 27 y a mi aumentarme 1 año, o sea 22.
Nuestra vida secreta es emocionante.
Actualmente estamos pensando en adoptar, pues ella se operó para no tener hijos y lo mejor de todo esto es que tengo madre para rato.
Pronto les contare otras experiencias que he tenido con mi riquísima madre.
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