Sexo muy adelantado
Dice un dicho, que: “no por mucho correr, amanece más temprano”. Si lo traducimos, podemos decir que: “No por crecer y desarrollarse pronto, antes te harás una persona madura” .
Terminado el curso escolar, los padres de 1º de primaria organizamos una excursión a un parque temático, para que nuestros hijos disfrutasen de un maravilloso día. Y cuando les dijimos a los 35 alumnos (20 chicas y 15 chicos) que se pusieran el bañador para ir a la piscina, se organizó lo de siempre, todos se desnudaron a la vez y delante de todos. Y pasó lo que tenía que pasar: las niñas se fijaron en las tetitas de Sonia y en la pollita de mi hijo Luis.
Sonia, con 6 años y en 1º, tenía más tetas que las niñas de 4º, y mi hijo, con recién cumplidos 7, pues bueno, mi hijo tenía ya 11 cm de polla y no delgadita. Todos los chicos querían tocas las tetas de Sonia y las chicas la polla de mi hijo. Y lo que consiguieron, fue avergonzar a los dos y hacer que se retrajesen y sonrojasen un poco. Como pasó con las hijas gemelas de nuestra amiga Virginia con unas tetitas preciosas. Su madre y yo les dimos ánimos, se unieron al grupo, se relajaron, y pasaron un día maravilloso.
La madre de Sonia y yo estuvimos un rato hablando de “sus problemas de crecimiento”, porque los dos eran más altos y físicamente desarrollados de lo normal, pero sobre todo, de su desarrollo sexual. Adela, su madre, sonrió y solo dijo algo así, que con esas tetas sería su hija la reina del baile. Y yo, Emma, le dije que mi hijo, con esa polla sería el rey del porno… se follaría a la reina del baile y la preñaría. Nos reímos las dos con ganas y nos fuimos con el resto.
Pero después de comer, y con nuestros hijos en manos de los monitores y de casi el resto de los padres sacando sin parar fotos y videos de los niños, yo me quedé en la sombreada terraza, pedí otro café, un doble de coñac, y empecé a fumarme un cigarrillo pensando en mis cosas. Y mirando absorta el gentío que se movía de un sitio a otro, noté una mano que se posaba en mi desnudo hombro y casi a la vez, la voz de Adela que me decía con una voz ligeramente ronca:
–Emma, nuestros hijos tienen unos cuerpos preciosos y muy desarrollados ¿porque nosotras dos no enseñamos a nuestros hijos a que disfruten de sus cuerpos, en lugar de avergonzarse de ellos y esconder su precioso desarrollo? Enseñémosles a disfrutar de sus sexos. Compartamos nuestros cuerpos con los suyos. Hagámosles tan viciosos como lo somos nosotras.
Giré levemente la cabeza y me encontré con una Adela desconocida. Sus ojos castaños claros brillaban y estaban clavados en los míos. Su labio inferior temblaba ligeramente, y su mano empezaba a clavarse en mi hombro como una garra, muestra inequívoca de su nerviosismo. Yo la miré y la invité a sentarse conmigo. Cosa que hizo muy pegada a mí ¡Iba a contarme secretos!
–Eso me suena a porno y me gusta la música ¿Por qué no me cuentas tus ideas? Qué propones? -le dije- Porque eso de disfrutar de sus cuerpos… me extraña un poco en ti.
Adela estaba terriblemente nerviosa. Todos sabíamos que su matrimonio hacía meses que había dejado de existir, solo era una farsa, un convenio entre su esposo y ella, hasta regularizar los papeles y poder vender la casa sin devaluarla por el divorcio. Pero había otra cosa que yo sabía ¡Adela estaba enamorada de otra persona… y esa persona era yo! Y yo estaba en el peor momento posible para darle consejos, ya que me había quedado otra vez preñada y seguía siendo soltera y sin pareja.
Hice una señal al camarero y le pedí otro doble de coñac para ella. Adela me miró, cogió un cigarrillo de mi paquete y lo encendió. Y la miré descarada y detenidamente. Mi amiga era muy guapa, más guapa que yo. Alta, escandalosas curvas, un cuerpo perfectamente cuidado en el gimnasio y los deportes. Al fin y al cabo, Adela nunca había trabajado. Típica ama de casa aburrida y con posibilidades.
Cierto es que era profesora y que había, hacía años, aprobado las oposiciones a funcionaria del Estado, no era una analfabeta y nunca pasaría necesidades, pero su novio y luego esposo, la convenció para que fuese solo una ama de casa y no trabajase de maestra. Y no solo lo fue, sino que lo era maravillosamente. Excelente ama de casa, cocinera y joven madre. Y además, con sus padres a muchos kilómetros de distancia.
La vi tan nerviosa y a la vez excitada, que hice lo que una buena amiga “no haría jamás”, le levanté la corta falda hasta las caderas, dejando sus piernas y su minitanga a la vista mía y de quien se arrimara a nosotras, camarero incluido. Adela se sonrojó brutalmente, abrió mucho sus ojos, me miró y miró a los alrededores, y aunque no dijo nada ni se bajó la falda, juntó las piernas. Y yo se las separé y se las abrí más, mucho más, dejando su semipeludo coño y su tanga, totalmente a la vista. Y volví a preguntarle suavemente:
–Cariño, si sigues así de excitada te vas a correr y es mejor que lo hagas abierta de piernas para que no se manche tu falda ¿por qué no me cuentas antes lo que querías decirme?
–Hace tiempo que tenía la idea de hacernos tú y yo incestuosas con nuestros hijos. Ellos tienen una pubertad adelantada, y mi hija me hace muchas preguntas. Se toca y empieza a tocarme a mí ¿también tu hijo te pregunta y te toca a ti?
–No Adela, mi hijo no me pregunta nada sobre el sexo ni me toca. Mi hijo simplemente me folla. Desde que nació, vivimos incestuosamente y como comprenderás, no voy a dejar que una polla como la suya y a su edad, se desperdicie. Y si tu deseas que tu hija comparta con él sus juegos, te prometo que antes de lo que te imagines, la follará porque sabe hacerlo. Y añado otra pregunta ¿y qué pasará entre tú y yo? Sé que me deseas, pero ya sabes cómo vivo yo y a qué me dedico.
Adela tomó un largo sorbo de la copa de coñac, encendió un nuevo cigarrillo que aspiró profundamente, y mirando al suelo, me dijo en un ligero susurro:
–¡Estoy preñada Emma!, y estoy segura que no es de mi marido.
Yo la miré sorprendida y vi una mujer muy guapa, joven, asustada, con unas tetas preciosas, con el coño medio al aire, y me dio lástima y risa al mismo tiempo.
–¿Y qué le vas a decir a Jose? Porque esto cambia mucho el divorcio que se os avecina.
–Esta noche le diré simplemente que estoy preñada. Y cómo me ha casi violado varias veces estos últimos tres meses y tengo grabaciones de audio, no creo que se atreva a dudar que es suyo, porque abortaré organizándole un escándalo, iré a la policía, y le denunciaré por malos tratos. Supongo que callará y se irá a su oficina de París, que es lo que quiere. Allí tiene una amante que creo no llega a los 20 años.
Y apartándose el tanga con una mano, me mostró su coño en su totalidad, con un gran triángulo invertido de vello bastante tupido. Y sonriéndome me dijo:
–Y todo esto será totalmente tuyo, sin condiciones. Y si te gusta, lo será para siempre.
Yo alargué la mano y se lo acaricié… y lo deseé. Yo era la más joven de todas las madres del grupo, solo tenía 26 años aunque mi hijo tuviese ya casi 8. Pero desde mi nacimiento, el sexo era lo más importante de mi vida y me hice una degenerada sexual. Mis padres aceptaron mi libertinaje, me ayudaron económicamente, y estudié idiomas y Relaciones Públicas y Protocolo. Durante dos años trabajé en una empresa especializada en banquetes sociales y de empresa, pero los fines de semana me convertía en una de las putas mejor pagadas de la ciudad, participando en salvajes gang-bangs de hasta 9 hombres solo para mí.
Un día, unos empresarios del mundo del sexo me ofrecieron organizar unas fiestas «muy especiales» y quedaron tan satisfechos, que me ofrecieron llevar las RR.PP. de un club de intercambios, y otro de scorts de lujo, capaces de satisfacer muy bien pagadas, todos los vicios y deseos de sus clientes. Y a eso me dedicaba yo sin esconderme, con mi estatura de 178, mis músculos sacados con sudor del gimnasio, mis 98 cm de contorno natural, y mis 77 kilos de peso sin grasa.
Y sabía de sobra que mis amigas Adela y Virginia, deseaban ser como yo. Vivir como yo. Las tres, y otras madres y padres, nos conocíamos desde el jardín de infancia de nuestros hijos. Algunos maridos me intentaron follar varias veces, pero una ostia bien pegada a Alfonso, les hizo recular a todos. A mí me llamaba la atención, el cómo pervertir esos cuerpos y esas mentes infantiles ¡nuestros niños!, pero ahora me daba cuenta que Adela estaba progresando bien por su cuenta y deseaba lo mismo ¿Lo desearía también Virginia?
–Entonces Adela, ¿deseas que eduquemos a nuestros hijos incestuosamente? A mí me parece muy bien, pero para hacerlo bien, bien, deberíamos convivir tú, yo, y los niños ¿qué pensarán los otros padres si vivimos las dos juntas? Aunque eso a mí me importa una mierda.
–Que nos gustan más las mujeres que los hombres -contestó ella sonriendo tímidamente-
–¿Y de mi forma de vida? Sabes de sobra que no me escondo que una parte importante de mi trabajo es mi profesión de puta. Empresaria de putas si quieres, pero también puta.
–Tengo 33 años Emma y un cuerpo muy bien cuidado, si tú me enseñas, podré estar a tu altura. Yo también podría ser puta.
–Nunca estarás a mi altura porque yo, aunque vivo muy bien de mi oficio, lo hago por vicio, y una pregunta ¿dejarías que mi hijo te follase y que follase a tu hija? Naturalmente siempre sin condones ¿Me dejarías convertir a tu hija en una perra viciosa antes de los 10 años… una puta-niña borracha y drogadicta? Y otra cosa, ahora estás preñada ¿si fuese niña la abortarías, o parirías y la harías puta como nosotras?
–¡Pruébame! -me soltó desafiante mientras bebía el resto de la copa y pedía otras para las dos- ¡Pruébanos a las dos hasta el máximo! ¡Estrújanos a tope!
La vi tan emocionada y excitada que no le quise decir que yo también estaba preñada. Solo quería irme a casa con nuestros hijos y ella, para follármela, y hacer que nuestros hijos estuviesen desnudos compartiendo la cama y nuestros gritos de placer, los cuatro juntos. Me levanté y le dije a la jefa de la excursión que si no era ya la hora para irnos a casa. Dio una rápida mirada a su reloj y a los padres que estaban todos sentados en las terrazas, hizo sonar el pito las tres veces acordadas, y en pocos minutos estábamos alrededor del bus.
Y aproveché el momento para ver las tetas de las gemelas hijas de Virginia. Esther las tenía tan desarrolladas como Sonia, pero su hermana Alexia las tenía tamaño XXXL, digna hija de su madre con las mejores tetas de las madres del colegio, seguro que alrededor de 105 cm, duras y naturales ¡qué buenas putas podrían ser esas niñas con esos cuerpos! ¡Qué a gusto se las follaría mi hijito Luis!
Pero esa conversación con mi amiga del alma y los posteriores pensamientos, me habían puesto más caliente que las mismísimas llamas del infierno. Y no solo me habían puesto caliente, sino que como empresaria del sexo, me estaba metiendo en mi cabeza una idea ¿por qué no convertir a esas niñas y niños en prostitutas/putos infantiles? Podría organizar para ellos unas orgias con adultos maduros y de solvente economía. O mejor aún, unas orgias de algunas de las madres junto a sus propias hijas ¿Os imagináis lo que podrían pagar algunos ricos adultos por follar juntas a la madre y a la hijita del alma? ¿O alguna rica al follar conmigo y que mi hijo la follase a ella… o me follase a mí, su madre, delante de esos pervertidos?
Gracias a los dioses, los autobuses no los conducía yo y llegamos por fin al colegio del que partimos horas antes. Me di unos besos con las amigas, casi secuestré a mi hijo hasta mi coche, y antes de darme cuenta penetré en el garaje de mi casa. Aparqué y mientras subía por la escalera, me fui desnudando y como mi hijo me conocía de sobra, me preguntó:
–¿Quieres que te folle mamá?
¿Os habéis dado cuenta de lo maravilloso que es educar sexualmente a un niño que aún no ha cumplido los 8 años? Ya sabía lo que yo necesitaba en ese momento. Al entrar en la habitación, los dos estábamos ya desnudos. Nos abrazamos y nos empezamos a besar intensamente, cuando… ¡el maldito timbre de la puerta empezó a sonar insistentemente! Y cuando el timbre suena y suena y suena… ¿Cómo vas a poder follar tranquilamente con tu propio hijo? Cagándome con la puta madre del que apretaba el timbre sin parar, me fui desnuda a la puerta y vi a través del monitor de control de la calle ¡que era mi amiga Adela y su hijita Sonia!
Abrí la puerta de la verja de la calle al jardín y la de la entrada de la casa, mostrándome ante ellas tal y como estaba ¡totalmente desnuda! Al verme, Adela se quedó un poco parada, y sonrió mientras me decía:
–Así es como ahora te necesito, como te pongas algo encima de ti ¡te mato!
Y la peque añadió:
–Ostras ¡está en pelotas!
Pero lo asombroso fue que al llegar a mi lado, me acarició la cara y me sueltó con voz muy ronca y excitada:
–He venido a follarte y a que Luis se folle a mi niña. Me has dicho muchas veces que tu hijo sabe follar y esta misma tarde me lo has asegurado. No me iré de esta casa hasta que tu hijo rompa la virginidad de mi amada Sonia. Quiero vivir contigo y quiero que nuestros hijos sean amantes. Puedo formar contigo y nuestros hijos, una familia incestuosa ¿Quieres que lo intentemos?
Yo no contesté. Solo me aparté a un lado, las dejé entrar, y mientras cerraba la puerta, vuelvo a oír la voz de Sonia que decía:
–Ostras mamá ¡Luis también está en pelotas!
Fue decir eso y empezar a desnudarse la niña. Mi hijo comprendió y se la llevó al dormitorio. Adela y yo nos quedamos a solas en el amplio recibidor. Yo también la acaricié… pero acaricié su vientre en cuyo interior estaba surgiendo una nueva vida y le pregunté:
–¿Y qué haremos con tu embarazo si resulta ser niña? Tus padres son ricos y eres hija única? Puedes mandar a la mierda a tu marido y su juvenil amante. No te hace falta su dinero. Renuncia a su manutención a cambio de que renuncie a su paternidad y te conceda a ti la patria potestad plena. Los hijos serán tuyos y solo tuyos. Y otra cosa, yo también estoy preñada y si es niña, no abortaré ¡quiero que la preñe mi hijo… como también mi hijo me preñará a mí y sea lo que sea que nazca, niño o niña, no lo abortaré porque es un inmenso regalo de mi hijo a su madre. Y si quieres que sea la familia más incestuosa aún, Luis aún te puede preñar a ti, no solo a tu hija.
Pero por lo visto, lo que le estaba diciendo a Adela era demasiado fuerte para la calentura y excitación que ya llevaba ¡y se corrió! No solo se corrió, sino que su rostro cambió totalmente con unos ojos enormemente abiertos y una preciosa boca entreabierta que no dudé en besar. Nos besamos intensamente. Yo la deseaba desde años antes y ella me quería. Fueron unos minutos tan maravillosos entre las dos, que a pesar de estar yo desnuda, las manos de Adela acariciaron mi rostro… pero no mi coño ¡era amor!
Poco después la cogí de la mano y nos fuimos al dormitorio, y allí sí que abrió los ojos mi amiga ¡mi hijo Luis estaba enseñando a su amiguita Sonia a mamar su primera polla! Quedó tan sorprendida del espectáculo que me apretó fuertemente la mano clavándome una sortija. No me importó ese dolor. Lo que me importó mucho fue la naturalidad con que aceptó que los dos niños, desnudos en la gran cama, estuviesen tranquilamente desnudos y que Sonia, inexperta en estos temas, aceptase lo que le decía Luis para mamar su preciosa polla y dejarse acariciar por él. Apenas nos vio mi hijo, nos dijo:
–Mamá, Sonia no sabe aún mamar una polla y dice que es virgen. Tampoco sabe lo que es correrse porque yo le he mamado su coñito, se ha corrido y se ha asustado ¡está muy atrasada!
Pero la niña, de forma inmediata, dejó de mamar esa polla y nos dijo casi gritando:
–La culpa es de mi mamá que no me ha enseñado como la mamá de Luis. Si me enseñan las mamás, ya verás como aprendo… porque hacer esto me gusta ¡y ya casi tengo 7 años!
Sin contestar a nada y en silencio, Adela empezó a desnudarse, se quitó los zapatos, y se subió a la cama. Se puso al lado de su hija, empezó a acariciarle su coñito y la niña puso una cara rara. Adela empezó a besarla en la boquita y poco después, el cuerpo de la niña tuvo una nueva sacudida ¡se había corrido nuevamente! Cogió Adela con su mano la cabeza de mi hijo y le empezó a besar en la boca mientras jugaba con su polla hasta ponérsela más dura que una bayoneta. De repente, se apartó de los niños, les miró y sin consultar nada conmigo, les dijo:
–Sonia y Luis. Vamos a arreglar estas cosas ahora mismo. Ya veis como os he besado a los dos en las bocas, a partir de ahora lo tenéis que hacer vosotros siempre y todos los días. Luis, sé que sabes follar, folla a mi hija y destruye su virginidad, Hazla tu amante, tu amiga del alma… lo que quieras, pero quiero que te la folles todos los días y dentro de poco, el culo también quiero que lo uses. Y tu Sonia, ya sabes que te va a follar por la boca, el coño, y el culo, y meter dentro de ti, la lechita caliente y pegajosa de los hombres.
–¿Esa lechita que a las mujeres las hace mamás? –preguntó la niña-
–Si cariño, esa lechita. Esa preciosa lechita.
Luis me miró a mí y me preguntó:
–Mamá, Sonia no sabe nada, de nada, de nada ¿qué le hago?
–Ya te lo ha dicho su mamá ¡fóllala! Has follado a otras niñas y también a sus madres y hasta una abuela. Sabes hacer bien las cosas. Recuerda que tiene el coñito cerrado y a lo mejor no se la puedes meter toda, o le haces mucho daño y tienes que parar. Pero Adela quiere que la folles y deje de ser virgen. Es tu amiga del cole ¡fóllala pero trátala con cariño! Lo que hoy no puedas hacer, lo harás mañana. No hay prisa.
–Y a Adela ¿también la podré follar? –preguntó el crio con una amplia sonrisa-
–La podrás follar y a lo mejor preñar, pero ahora dedícate a Sonia. Haz que sea feliz.
Y el follador de mi hijo giró su cabeza y miró a Sonia. Y esta, que estaba escuchando atentamente sonrió. Mi hijo puso sus dos manos sobre su rostro y así agarrada, empezó a besarla tal y como yo le había enseñado: labios, ojos, pómulos, nariz, frente… La niña cerró sus ojos y su cuerpo inició su camino sexual. Se notó perfectamente cómo se tensaba el cuerpo y como de forma inconsciente, su mano acarició su propia vulva. Pero al ver que no respondía a los besos de Luis, Adela le dijo suavemente:
–Cariño, Luis te está besando muy bien ¿por qué no le besas tú y le demuestras lo buena amiga que eres y lo mucho que le quieres?
–Mamá ¡es que el cochino este, cuando me besa en la boca me quiere meter su lengua!
Os podéis imaginar las risas de su madre y las mías.
–Pues haz tu lo mismo. Si él quiere ser un cochino metiéndote su lengua, pues haces tú lo mismo y estaréis en paz.
Y lo hizo
Un antiguo dicho, nos dice que “los niños nacen con un pan bajo el brazo”. Las madres (y algunos padres) nos quejamos que parimos nuestros hijos “sin libros de instrucciones”, sobre lo que debes hacer con ellos. Pero la muy putita de Sonia “sabía” como devolver los besos de mi hijo… ¡y sin estudiar! Y mi hijo, que está muy bien educado por mi (o eso creo yo), al notar que su amiguita le devolvía los besos con la lengua ensalivada y se abrazaba a su cuello, se calentó (eso también se lo enseñé yo) y empezó a acariciar el cuerpo de Sonia.
Pero como su madre es puta y quiere hacerse profesional, aprovechando que estaba detrás de su hija y no molestaba “las labores” de Luis, alargó sus manos desde atrás y empezó a jugar con los pezoncitos de la niña. Los rascaba con las uñas. Los pellizcaba incluso fuerte. Tiraba de ellos… y al mismo tiempo la llenaba de besos en el cuello y la espalda. Y aunque hablar de tener un orgasmo verdadero a esa edad es difícil, el cuerpo de la niña volvió a estremecerse y soltó su abrazo con mi hijo. Se la veía agotada y más, en un día de mucho cansancio por la excursión. Miré a mi hijo y solo le dije:
–Fóllatela. Olvídate de caricias, eso para otros días. Hoy se la metes entera y te vacías dentro.
Mi hijo me miró a mí y miró a Adela. Yo con la cabeza asentí y Adela no dijo nada, solo acariciaba suavemente la vulva húmeda de su niña. Luis tenía la polla durísima. Sabía que iba a penetrar a otra de sus amigas, y que de nuevo iba a ser el primero en penetrar a otra, y eso a él, como a cualquier otro hombre ¡os pone de los huevos!
Acercó su glande a su entrada y apenas la rozó, Adela lo abrazó y lo besó intensamente en la boca mientras le acariciaba esa pollita que iba a desvirgar a su hijita. Cuando se cansó de besarle y de acariciarle, le dijo:
–Fóllate a mi hija, hazla feliz, y luego me follarás a mí. Y desde hoy, nos podrás follar a las dos cuando quieras.
Y mi hijo ya no aguantó más. Apoyó su glande sobre esa pequeña grieta y empezó a empujar. Y la niña se empezó a mover al notar como algo externo la estaba invadiendo. Y la propia madre la agarró de los hombros con la doble intención de impedir grandes movimientos, y para demostrarle a su hija que allí estaba ella “para ayudarla en todo”. Y poco a poco, lentamente, sin prisas, la polla de mi hijo fue penetrando dentro de ella apartando el himen a un lado, sin romperlo, y por lo tanto sin sangrar ¡técnicamente seguía virgen! Momentos más tarde, mi hijo nos dijo a las madres:
–Ya he llegado al fondo ¿qué hago ahora?
–Lo mismo de siempre mi amor. La follas y te corres dentro. Y no se te olvide que es tu amiguita querida, sé bueno con ella y no le hagas daño ¡es su primera vez!
Y os lo juro ¡no le hizo ningún daño!
Pero lo que yo no me imaginaba era la parte activa de Adela. Besó apasionadamente a Luis como si de un adulto se tratase y se corrió. Y desde ese momento se formó un trio que también a mí me hizo correr, porque para eso los dioses nos han dado manos. Mientras yo miraba sentada en el extremo de la cama, a Adela-Luis-Sonia, yo me masturbaba como una loca porque lo necesitaba ¡soy humana! Y porque lo que veía era impresionantemente hermoso.
Mi desarrollado hijo de aún 7 años pero con buena polla, follando a su amiguita Sonia de aún 6 años y con su polla moviéndose dentro del coñito de la amiga. Y la madre de la amiga, colaborando con los dos para que la follada fuese perfecta. Besando a los dos. Acariciando a los dos. Dándoles ánimos para llegar hasta el final siendo hoy el primer día de una larga vida sexual ¡Como cojones no iba yo a ponerme a mil con ese espectáculo, y con una mujer que quería ser mi novia, y que tanto excitaba a su hija para dejarse follar por mi hijo!
Pero… siempre que hay un principio, hay un fin. Primero me corrí yo, que posiblemente era la más necesitada porque estaba sola. Luego se corrió mi hijo dentro del coñito de su amiga. Y poco después se corrió la amiga mientras chupaba desesperadamente el semen de mi hijo del coño de su hija y se masturbaba frenéticamente. La niña fue la única de todos que se relajó tanto al notar la descarga del semen de su jovencísimo amante, que se quedó como dormida.
Los cuatro nos quedamos quietos en la cama. Los tres mayores respirando profundamente. Pero de manera inconsciente, Adela estaba acariciando el muslo de Luis y me di perfecta cuenta que su pollita volvía a dar señales de vida. No perdí de vista ni la mano de Adela ni la pollita de mi hijo. No bebimos nada, ni nos fumamos nada, ni nos drogamos de nada, simplemente estábamos en silencio, y las dos madres pensando en lo mismo ¡el incesto es un gran invento! Cuando vi que la polla de mi hijo estaba ya bastante dura, le pregunté:
–Cariño, Adela te ha prometido que si follabas bien a su hijita, te dejaría follarla a ella. Con Sonia has estado de 10 ¿estás lo suficientemente fuerte para follar ahora a su madre? Pero tienes que hacerla tan feliz como a su hija, y si no lo puedes hacer, lo dejamos para otro día.
Mi hijo casi estalló y nos juró por Júpiter y Zeus, que quedaría muy bien con Adela.
–¿Acaso no te gusta cómo te lo hago a ti? –me dijo con mala cara- ¡Solo me he corrido una vez!
Yo le dije que se la iba a mamar para ponérsela “como nunca”. Él me sonrió, pero la mano de Adela se interpuso entre los dos y me dijo:
–Luis es ahora mío. Tengo que aprender a follar con un niño. Con un niño que será pronto “nuestro hijo”, ¿o no?
Y claro, con el hambre que tenía ¡se lo comió!
Primero se comió la polla de Luis y le demostró lo que es una boca con garganta agradecida, porque se metió hasta el fondo polla y huevos… cosa que ya le había hecho yo desde que nació. Notó dentro de su boca-garganta, como la polla de mi hijo “se estiraba para meterse a fondo” (son palabras suyas horas después), y se puso tan cachonda que se olvidó de la edad de mi hijo ¿y qué hizo la muy puta? Pues meterle el dedo corazón de la mano derecha dentro de su culo. Totalmente dentro de su culo, sin dejarse nada fuera. No era la primera vez que uno de mis dedos entraba en su culo, pero no todo el dedo. Y una vez dentro, empezó a rotarlo y a sacarlo y meterlo, como en una follada. Y el maricón de mi hijo, le ayudó moviendo su culo.
–Ostras ¡mamá le ha metido el dedo en su culo! –dijo la niña-
La cara de mi hijo era un poema. Estaba rojo, sobre todo las orejas. Adela había profanado su masculinidad delante de la niña que se acababa de follar. Y yo quise empatar el juego. Así que cogí la niña, le di la vuelta, y delante de su puta madre ¡mi dedo corazón penetró en el culo de la hija, mientras el pulgar penetraba en su coñito! La niña lloró un poco pero nada más. Mis dedos empezaron a jugar dentro de los agujeros violados y a frotarse entre ellos. La niña abrió inmensamente sus ojos ¡y se dejó follar por los dos sitios… su primera doble follada!
Adela soltó a mi hijo, sacó el dedo de su culo, se tumbó boca arriba, metió a mi pequeño encima de ella, abrió un poco las piernas y antes de darse cuenta, mi hijo Luis penetró su coño. Poco a poco le veía poner a ella una cara de sorpresa. Yo, poco después y mientras seguía follando a Sonia con mis dedos, le dije:
–Adela, follar con niños y sobre todo cuando los coños están tan dilatados como los nuestros, es una pasada, y si prestas atención a la follada, desearás que lo vuelva a hacer muchas veces. Su polla, aunque grande para su edad, es pequeña para nosotras. Dentro del coño notarás como baila, como se mueve como el badajo de una campana golpeando todas las paredes. Rozando constantemente el clítoris… y al mismo tiempo escapándose de él, lo que te excitará porque no será un roce constante. Y cuando él desee penetrar más dentro de ti, notarás como sus huevecitos se aprisionan entre los labios exteriores y los interiores…
–¡Joder, puta cabrona!, calla tu boca de mamona, que tu hijo está a punto de hacerme correr, y solo me faltas tú diciéndome lo que ya noto.
Y me callé. Apenas pasó un minuto, fue la niña la que dio un gritito y nada más quitarle los dedos del culo y del coño, se me abrazó llenándome de besos. Pero mientras nosotras dos estábamos en eso, mi hijo lanzó un poderoso grito y se corrió dentro de Adela, mientras esta, con un estremecimiento de su cuerpo totalmente sudado, decía:
–¡No puede ser verdad! No es posible que un crio de 7 años me haya producido la preciosa corrida que acabo de tener. He tenido todas esas sensaciones que me acabas de decir y me he sentido extraordinariamente dichosa.
***Me gustaría Emma, que tal y como decíamos hace unas horas, cuando arregle todo mi divorcio, me aceptaras en tu casa y en tu vida. Si el fruto de mi embarazo es niña, la tendré y ampliaremos “nuestra” familia.
***Y tú Luis, muchas gracias por lo felices que nos has hecho a Sonia y a mí. A partir de ahora podrás follarnos siempre que quieras, a las dos. Y espero que dentro de pocos años, puedas hacernos madres también a las dos.
Y mi hijo Luis, esbozó una gran sonrisa… mientras Sonia le cogía de la mano.
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NOTA INFORMATIVA: Las personas que nos interesamos por nuestros hijos, y los que por nuestro trabajo conocemos estos temas, tenemos constancia que la alimentación de los seres humanos, desde hace bastantes años y cada vez más, está adulterada por hormonas, especialmente femeninas y de crecimiento, con el fin de un desarrollo rápido del ganado en las granjas para que den más leche y más carne. Si a eso le añadimos las vitaminas que damos en casa a nuestros hijos, o los productos que ya vienen vitaminados del supermercado… pues conseguimos niñas que a los 8-9 años tienen la regla, y niños que a los 10 años tienen más polla que los de 14-15, además de un crecimiento físico superior. Naturalmente no todos/as ni la mayoría, pero cada vez más. Y con un apetito sexual sin limitaciones.
Y recordad una frase del ex-presidente Evo Morales, aconsejando a los hombres bolivianos que no comiesen tanta carne de pollo, o se volverían maricones por la cantidad de hormonas femeninas que tenía su carne.
Y que conste, que yo no soy especialista en hormonas. Me conformo con las mías.
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Excelente relato, y muy bien escrito, que es algo que se echa en falta en la gran mayoría.
Por cierto, que he intentado contactar contigo por email y me aparece un mensaje de error.
Aida, maravilloso relato, morboso, excitante y muy especial para mi. Me trae recuerdos maravillosos de mi mamá, mi tía y yo, en el paso de mi pubertad a mi adolescencia y su continuación.
Seguiré leyendo tus relatos, me pareces una escritora sensacional. Gracias y Felicidades por el relato.
Muy bueno Aida. Conocemos esos ambientes y son muy especiales. Sigue con el tema.
Tu forma de escribir, además de la temática, me recuerda a una amiga que edita relatos en este lugar…, «veronicca» es su apelativo «de batalla»… y es la mejor, mejorando la presente, of course.